Partida Rol por web

Había estado dudando pero en cuanto vio la forma de abrirse de la bola, no le quedó duda alguna. Un XG23 modelo araña… pero estaba claro que con algunas modificaciones. Tal y como había dicho, las articulaciones que había dejado a la vista serían las zonas que debían atacar… pero le preocupaba la modificación de la parte superior, que le hizo fijarse en que no era lo único que tenía diferente.

-¡Destruid las torretas de la parte superior o no podremos acercarnos! ¡Y nada de electro, atacad con hielo!

Mucha pinta de magos no tenían pero todavía alguno le daba de comer a Spidey. Como ya tenía el arma preparada, apuntó a la torreta y atacó al robot más cercano. Cuando hubieran neutralizado las tres, podrían atacar desde la seguridad de la distancia sin problema.

La esfera metálica por fin mostró su verdadera forma. Su forma era familiar, parecían insectos. Supongo que teniendo una forma similar a la de un insecto, tendrán una distribución de peso y articulación similar. Calculaba Siward en su cabeza. El joven no tenía mucho conocimiento de maquinaria, pero tenía de trabajar con lo que tenía. Con el arma ya lista, el joven Graves empezó a preparar un disparo. Con la mirada fija en la articulación de una de las extremidades de la maquina mas cercana, Siward empezó a respirar hondo para afinar su puntería.

Aramis se quedó embobado mirando a la chica que parecía la listilla del grupo "Interesante..." pensó mientras se le escapaba una sonrisa, aunque poco duró la diversión, aquellas bolas de metal se abrieron de par en par, dejando ver una especie de brazos, patas o como dios quisiera llamarlo -Mierda...- Dijo y sin pensárselo dos veces se levantó, apuntó con la espada al que tenía mas cerca y sonrió -Voy a destrozarlo...- Sin dejar de mirar a su objetivo gritó -¡Siward, dispara!¡No te lo pienses!- y continuó -¡Tu listilla!- Dijo a la chica "Ha hablado sobre herramientas, parece algo más espabilada que el resto... Y no parece ser muy fuerte... Es mejor que se quede con Siward, ahí delante solo me estorbaría" -¡Busca algún punto débil!- tras aquello salió corriendo directo hacia su enemigo más cercano -¡El resto!- Soltó con una sonrisa en su rostro -¡No molestéis!-

Salió disparado hacia aquella mole enorme, esperando cortarla por la mitad de un solo golpe.

Ruídos metálicos dejan claro que las tres máquinas están en funcionamiento y listas para empezar con la prueba, así como los aspirantes han decidido resguardarse tras algunas rocas... Todo eto observado, desde las alturas, por una nave en la que se encontraban el director del Jardín y su jefa de estudios.

Riha, resguardada tras una roca, grita.

-¡Destruid las torretas de la parte superior o no podremos acercarnos! ¡Y nada de electro, atacad con hielo!

Y mientras decía eso, asoma ligeramente por el borde de la roca y, apuntando con su arma a la parte superior del robot más cercano, dispara. La bala vuela por el aire e impacta de lleno en la torreta.

-Mierda...- Dijo Aramis y sin pensárselo dos veces se levantó, apuntó con la espada al que tenía mas cerca y sonrió -Voy a destrozarlo...- Sin dejar de mirar a su objetivo gritó -¡Siward, dispara!¡No te lo pienses!- y continuó -¡Tu listilla!- Dijo a la chica  -¡Busca algún punto débil!- tras aquello salió corriendo directo hacia su enemigo más cercano -¡El resto!- Soltó con una sonrisa en su rostro -¡No molestéis!-

De manera que tanto Aramis, como la mujer de la gran armadura, empiezan a correr hacia el robot más cercano. Sin embargo, por más que avanzan, no son capaces de alcanzar el cuerpo a cuerpo, ya que se quedan a 10 metros de donde está el monstruo. Otros de los aspirantes también les imitan y se acercan a los otros.

Siward, por el contrario, prefiere centrarse en apuntar a una de las articulaciones y esperar. 

Nadie más intenta atacar a distancia.

Pero los robots no se iban a quedar quietos. Deciden poner en funcionamiento sus torretas y apuntan a todo lo que tienen cerca... Y disparan.

La salva de balas cubre el aire y rapidamente se empiezan a escuchar impactos y gritos de dolor.

Algunos de los aspirantes que se habían acercado caen al suelo gritando, heridos en alguna pierna o un hombro. Aramis, intenta detener las balas como puede, pero varias de ellas le pasan rasgando su traje e impactando en sus protecciones, aunque por suerte no le hacen nada. La mujer de la armadura tiene la misma suerte, y aunque el ruído de las balas contra su armadura es bastante aterrador, parece que no está herida cuando el sonido se detiene.

En el blanco. Sonrió ligeramente por su pequeño logro… pero ver a tanto imprudente suelto acercándose después de su aviso le puso nerviosa. ¿Es que no habían escuchado su advertencia…? Y ahí estaban los gritos. Joder, que le venía bien que hubiera alguien en medio para que no le dispararan a ella pero… un poco de cabeza no hubiera estado de más. Y encima ese cretino se ponía a dar órdenes, tócate los huevos. Qué punto débil ni qué ocho cuartos… ¡Las malditas torretas!

Volvió a disparar, pasando de lanzar otra advertencia. Con suerte las balas serían más persuasivas.

Parecía que la joven parecía saber de máquinas. Entonces si inutilizamos eso los demás pueden atacar cuerpo a cuerpo. Cambio de planes. Pensaba mientras enfocaba la trayectoria de la flecha hacia la torreta de la maquina mas cercana. Esa torreta ya ha sido dañada, solo queda darle el toque de gracia. Siward soltó la cuerda propulsando la flecha directa hacia el arma del enemigo.

Maldito Aramis. Siempre con prisa.

Aramis recibió los disparos directos al cuerpo -¡Tsé!- Dejó escapar, pero esa basura de ataque no iba a derribarle, no atravesó su armadura completamente, además... No iba a frenarse por éso, no tan cerca de su enemigo, así que con una sonrisa de oreja a oreja, tanto que se le veían los dientes, corrió directo hacia la bola metálica mientras pensaba en las palabras de la chica, finalmente se resignó "Parece que la listilla tiene buen ojo... Más le vale a Siward acertar" y dijo -¡Apuntad donde dice, disparad a las torretas vosotros, haré que se centre en mi!- Gritos mientras preparaba su arma para un segundo ataque de su rival.

"Pienso dar el golpe de gracia, combatir de tu a tu a ese bicho, demostraré a Seifer que hay espadachines mejores que él, ¡YO!" y con eso en mente avanzó directo a destruirlo, centrado únicamente en su oponente. Eso sí... Nunca quitó la sonrisa de su rostro.

Parecía que la primera ronda había sido para las máquinas, logrando herir a varios aspirantes y dejando a la defensiva a muchos otros, resguardados tras las rocas. Sin embargo esto no se iba a quedar así.

¡Tsé!- Dejó escapar Aramis. No iba a frenarse por eso, no tan cerca de su enemigo, así que con una sonrisa de oreja a oreja, tanto que se le veían los dientes, corrió directo hacia la bola metálica. -¡Apuntad donde dice, disparad a las torretas vosotros, haré que se centre en mi!- Gritos mientras preparaba su arma para un segundo ataque de su rival.

Y así, casi sin aliento, Aramis llega casi a los pies del primer robot.

-Cambio de planes. – Dice Siward al escuchar las palabras de Riha. Y tras esto, modifica su blanco y suelta la cuerda, haciendo que la flecha vuele por el aire con precisión, impactando de lleno en la torreta. El impacto es potente, pero aun así sigue funcionando. -Maldito Aramis, siempre con prisa. – Dice sabiendo que su compañero no le podrá escuchar.

La siguiente es Riha, la cual, con calma y precisión, dispara.

Y tal vez sea por la flecha de Siward, tal vez haya sido el ángulo o tal vez simple puntería, la bala de la joven impacta en un punto vulnerable de la torreta, haciendo que esta estalle en una pequeña explosión. Una menos.

Tal vez siguiendo sus indicaciones, la arquera y el chico de las dos lanzas, atacan también a las torretas, cada uno a una. Y mientras que tanto la flecha de ella, como una de las lanzas de él, da en sus blancos, ambas torretas siguen funcionando… Lo que es una pena.

El primero de los tres robots en moverse es el que está más cerca de Aramis. El Robot se alza sobre las patas traseras e intenta aplastar al aspirante con las delanteras. El chico, prevenido, levanta la espada y, haciendo uso de toda su fuerza , detiene el impacto con firmeza. Había salido ileso.

Pero antes de que pudiera reaccionar, una de las otras torretas comenzó a girar al mismo tiempo que disparaba y, sin poder hacer nada, Aramis sintió como un par de balas le daban de lleno, atravesando carne y músculo. Aunque no había sido el único, los otros aspirantes que habían sido tan irresponsables como para quedarse al descubierto también habían sufrido una salva de balas.

Desde luego aquellas torretas estaban siendo un problema. Aunque, por suerte, solo quedaban dos.

Parecía que la primera ronda había sido para las máquinas, logrando herir a varios aspirantes y dejando a la defensiva a muchos otros, resguardados tras las rocas. Sin embargo esto no se iba a quedar así.

¡Tsé!- Dejó escapar Aramis. No iba a frenarse por eso, no tan cerca de su enemigo, así que con una sonrisa de oreja a oreja, tanto que se le veían los dientes, corrió directo hacia la bola metálica. -¡Apuntad donde dice, disparad a las torretas vosotros, haré que se centre en mi!- Gritos mientras preparaba su arma para un segundo ataque de su rival.

Y así, casi sin aliento, Aramis llega casi a los pies del primer robot.

-Cambio de planes. – Dice Siward al escuchar las palabras de Riha. Y tras esto, modifica su blanco y suelta la cuerda, haciendo que la flecha vuele por el aire con precisión, impactando de lleno en la torreta. El impacto es potente, pero aun así sigue funcionando. -Maldito Aramis, siempre con prisa. – Dice sabiendo que su compañero no le podrá escuchar.

La siguiente es Riha, la cual, con calma y precisión, dispara.

Y tal vez sea por la flecha de Siward, tal vez haya sido el ángulo o tal vez simple puntería, la bala de la joven impacta en un punto vulnerable de la torreta, haciendo que esta estalle en una pequeña explosión. Una menos.

Tal vez siguiendo sus indicaciones, la arquera y el chico de las dos lanzas, atacan también a las torretas, cada uno a una. Y mientras que tanto la flecha de ella, como una de las lanzas de él, da en sus blancos, ambas torretas siguen funcionando… Lo que es una pena.

El primero de los tres robots en moverse es el que está más cerca de Aramis. El Robot se alza sobre las patas traseras e intenta aplastar al aspirante con las delanteras. El chico, prevenido, levanta la espada y, haciendo uso de toda su fuerza , detiene el impacto con firmeza. Había salido ileso.

Pero antes de que pudiera reaccionar, una de las otras torretas comenzó a girar al mismo tiempo que disparaba y, sin poder hacer nada, Aramis sintió como un par de balas le daban de lleno, atravesando carne y músculo. Aunque no había sido el único, los otros aspirantes que habían sido tan irresponsables como para quedarse al descubierto también habían sufrido una salva de balas.

Desde luego aquellas torretas estaban siendo un problema. Aunque, por suerte, solo quedaban dos.

Sin dejar la posición y con el primer objetivo derrotado, Riha dirige su ataque ahora a la máquina más alejada de Siward, esperando que él se centre en esa.

- Una menos. -

Siwar, aliviado al ver que la joven tenía un amplio conocimiento sobre máquinas, empezó a buscar la siguiente torreta activa mas cercana mientras armaba otra flecha.

Fue entonces cuando vio las heridas de Aramis. - Joder.  Será mejor que nos demos prisa. - La mirada de Siward volvió a la torreta. Tiró de la cuerda, y mientras controlaba su respiración soltó la cuerda, lanzando la flecha en la dirección de la torreta.

- Acabemos con las torretas rápido. Parece que empezamos a tener heridos. - Dijo a los demás participantes que también estaban resguardados tras las rocas y atacando a distancia.

Aramis mantuvo el tipo ante el primer golpe del bicho, tanto que hasta se permitió sonreír, el problema a todo esto era que sus manos estaban ocupadas en no morir chafado y la ametralladora no había habilidad que pudiera pararla en ese instante -Mierda...- Susurró  cuando los disparos llegaron hasta él.

Los ojos se abrieron de par en par los dientes se apretaron con fuerza y obligaron a Aramis a dar un paso atrás, tirando la pierna de la máquina hacia un lado.

Podrían hacerle daño, pero no iba a retirarse, no... Nunca tan cerca de su objetivo, así que tras tocarse el lado herido, cogió su vibroespada con ambas manos y junto a un grito lleno de rabia, atacó -¡Aaaaah!- Directo a la pierna que acababa de apartar hacia un lado, si evitaba su movimiento, evitaría otro ataque directo como el anterior y que, por lo tanto, le distraía de sus ametralladoras

- Una menos. - El joven Siward respira un momento hasta que se da cuenta de las heridas de Aramis. - Joder, será mejor que nos demos prisa. 

Mueve el arco apuntando a la segunda torreta que tiene más cerca, mirando un momento y soltando la cuerda su flecha cruza el aire e impacta directamente en la torreta... Aunque esta carece de la potencia suficiente para neutralizarla por completo, aunque al menos la hace daño.

- Acabemos con las torretas rápido. Parece que empezamos a tener heridos.

Por suerte, la arquera, prevenida por Riha y siguiendo la dirección de Siward, dispara una de sus flechas hacia la misma torreta. 

Su flecha vuelve a cruzar el aire, impactando directamente en la torreta, golpeando justo en el punt que la hace saltar por los aires. 

Dos menos, solo falta una.

- ¡Aaaaaahhhh!

Grita Aramis mientras la sangre y el dolor bañan sus pies. Pero eso no le detiene para dar un potente golpe 

El acero de la vibroespada  corta el aire e impacta sobre una de las patas de aquella araña metálica, produciendo un corte recto y limpio en el blindaje del enemigo, haciendo que salten chispas y que el monstruo enfoque sus sensores hacia él. 

No ha sido capaz de cortar la pata, pero desde luego le ha echo daño. 

Quedaban las tres máquinas y una sola torreta, y ahora era su momento.

La que aún tiene la metralleta, dispara con precisión hacia los aspirantes que hay a su alrededor. Sin miedo, sin remordimientos, las balas atraviesan limpiamente la carne de dos de los aspirantes haciendo que terminen cayendo al suelo... Sin vida...

El segundo de ellos, aunque no tiene la metralleta, avanzan con decisión hacia otros de los aspirantes. De una para, le lanza por los aires.

Mientras que el tercero, el que está más cerca de Aramis, vuelve a moverse, girando sobre si mismo, lanzando un zarpazo contra el joven con todas sus fuerzas. Este, rápido, interpone la espada entre él y la garra, pero esta es mas rápida y potente, golpeandole mientras le lanza por los aires, haciendo  que se choque con fuerza contra el suelo.

Riha, pensando en lo que harán los demás, apunta a la torreta más alejada. Sin que le tiemble el pulso aprieta el gatillo, produciendo una pequeña explosión cuando esta llega a su destino.

Tres menos.

Todas las torretas están neutralizadas. De manera que, como si esto fuera una señal, el resto de aspirantes se lanzan al campo de batalla.

Y con esa habían terminado, genia... Joder, ¿se habían cargado a esos dos? Volvió a centrar su atención en las máquinas. Sólo habían acabado con unos pequeños añadidos en la parte superior y podía imaginar que el resto sería bastante más robusto. Decidió tomarse un momento para analizarlas con más detenimiento buscando desde su escondite algún lugar especialmente vulnerable o alguna chapuza a la vista que pudiera poner fin más rápidamente a los gritos de dolor.

Muertos por todos lados, los compañeros estaban cayendo sin vida, sin duda la prueba de Galbadia tenía que ser dura, pero eso no importaba, lo importante era que Aramis acabó cayendo de espaldas contra el suelo, había visto venir aquel golpe, pero no con suficiente rapidez, tras caer intentó darse la vuelta, le dolía la costilla que acababa de recibir tal paliza, y al poder girarse escupió sangre contra el suelo, jadeó un rato y apretó los dientes con rabia.

Le dolía, no iba a negar que le dolía y bastante, pero ahí estaba Seifer, el maldito espectador de esa prueba era la legenda de Galbadia, no podía mostrar flaquezas, no podía fallar, tenía que levantarse y seguir combatiendo, él iba a ser la primera línea de combate de cualquier guerra en la que participara Galbadia, no era momento de descansar. Así que clavando su espada en el suelo, se ayudo de ésta para incorporarse y con enfado, fue directo a por el bicho de nuevo.

Con casi todas las torretas destruidas, la batalla se ponía a favor de los aspirantes, Aramis escuchó la explosión del último disparo de la listilla y sonrió al ver la última torreta hecha pedazos, alzó la espada, como símbolo de victoria o de avance, algo que quedó bien ya que todos los aspirantes salieron de sus coberturas para atacar -¡DESTRUDILOS, DESTRUIDLOS A TODOS!- Gritó, y tras aquellas palabras sonrió, hace tan solo unos segundos lo tenía todo en contra, pero ahora era distinto, la batalla había cambiado su rumbo -Hemos ganado- Dijo manteniendo esa sonrisa de superioridad y de nuevo, lanzándose al ataque.

Siward suspiró por un momento al ver todas las torretas destrozadas. Aunque su alivio no duró mucho. Ya habían dos muertos, y otros dos acababan de ser lanzados por los aires, y como no, Aramis era uno de ellos.

- Como siempre dando problemas. - Dijo Siward, quien sin tiempo para apuntar a ningún punto en concreto, disparó a la máquina para intentar destruirla, o al menos darle algo de tiempo a Aramis para reincorporarse a la batalla.