Partida Rol por web

Aunque las tres torretas habían caído, eso no significaba que el combate hubiera terminado, ya que los tres robots seguían en pie y ya había bastantes aspirantes heridos. Sin embargo, el hecho de no tener las ametralladoras hizo que los aspirantes que se habían estado resguardando, salieran a luchar.

El más rápido de todos había sido el de las lanzas, el cual corre a toda velocidad hacia el centro para alcanzar la lanza que había usado para atacar al enemigo con anterioridad, la cual estaba tirada en el suelo. Y una vez ambas de nuevo en sus manos, se giro contra la tercera araña.

Casi a la misma velocidad estaba el rubio. Este se encontraba más cerca de la tercera araña también por lo que corrió hacia ella a gran velocidad, saltó un par de metros de altura y golpeo con una patada el casco de la araña. El impacto es directo, rápido y certero, pero no parece que el enemigo se haya dado cuenta de ello.

El hombre de la gabardina llevaba dos dagas que parecían bastante afiladas y, empuñándolas con fuerza, corrió hacia la segunda araña y atacó. 

Las dagas golpearon el metal con fuerza aunque tampoco parecía que el enemigo se diera cuenta.

Aramis fue el siguiente en actuar.

- ¡DESTRUDILOS, DESTRUIDLOS A TODOS!- Gritó, y tras aquellas palabras sonrió. -Hemos ganado- Dijo manteniendo esa sonrisa de superioridad y de nuevo, lanzándose al ataque.

El acero del chico volvió a silbar por el aire haciendo ese ruido tan característico que hacen las vibroespadas. Y, en un instante, otra de las defensas de la primera araña tenía un corte visible. Desde luego aquella espada estaba cortando las defensas como mantequilla. Aunque, como había pasado hasta ahora, la máquina no dio signos de que le afectara.

Los siguientes en actuar fueron la mujer de la gran armadura y el hombre desprotegido. Parecían los dos polos de la misma moneda.

Ambos se habían acercado a la tercera araña y, practicamente a la vez, habían cogido sus espadas y realizado un movimiento circular, golpeando al enemigo en lugares opuestos. Su fuerza debía ser impresionante, porque algunos embellecedores de la maquinaria saltaron por los aires.

Tras ellos, Siward dijo.

- Como siempre dando problemas. - Aunque seguramente los que estaban a su alrededor no sabían a qué o quién se refería.

Tensando el arco, el joven disparo una de sus flechas a la primera araño, impactando limpiamente sobre ella.

La arquera, también en silencio, también disparo una de sus flechas.

Ambas habían dado en el blanco pero no parecía que le hubieran hecho demasiado daño.

El del puño de metal fue uno de los últimos en actuar. Se acercó con decisión a la primera araña, tal vez por dar apoyo a Aramis o tal vez porque era la que tenía más cerca, y golpeó con su puño de metal a una de las patas. El impacto sí hizo que la pata se moviera unos centímetros de donde estaba, aunque no lo suficiente para desequilibrar al enemigo.

Riha, por su parte, seguía aguardando tras la roca, echando un vistazo a la araña que tenía más cerca.

Por ahora no hizo más.

Pero, tras toda esta salva de ataques, ahora les tocaba el turno a ellas.

Las tres arañas, viéndose rodeadas, atacaron. 

Todas ellas giraron sobre si mismas, intentando golpear con sus patas a los enemigos que tenían a su alrededor. Pero, por suerte, en esta ocasión las zarpas apenas lograron rozarlos, saliendo todos bastante bien parados.

Pero, mientras hacía eso, se podía escuchar como hacían algunos ruidos peculiares.

Al echar un vistazo, ves que aquellas máquinas no tenían puntos vulnerables.

El único era la torreta, la cual carecía de protección. El resto de ellas estaban bien protegidas con duras planchas de metal.

Incluso las articulaciones, que en un primer momento podrían parecer más vulnerables, parecían bien confeccionadas y creadas, siendo de metal duro...

Sabes, por otra parte, que como toda máquina, deberá tener algún núcleo o algo similar que, al impactarlo, debería desactivarse. por otro lado sabes que, normalmente ese núcleo, suele estár en la zona centrar, bien protegido, como es este caso. 

Aramis se sentía a gusto, sin las torretas molestando, era un combate cuerpo a cuerpo, algo sencillo para él, sonreía mientras bloqueaba los golpes y proporcionaba nuevos, la vibroespada hacía su función, sin duda era el arma ideal para él.

Todo iba bien hasta que el inútil de los puños se puso a su lado "¡Lárgate!" le quiso gritar, pero lo único que hizo fue dirigir la mirada hacia él, había proporcionado un buen puñetazo pero completamente inútil, aquí la que mandaba era su espada y lo iba a demostrar con los próximos ataques, de nuevo, apuntó sobre esa pierna que había intentado cortar, si la dejaba coja no podría hacer absolutamente nada.

Todo iba bien hasta que escuchó aquel ruido, giró un poco su rostro y miró a la chica -¡Listilla!- Dijo a Riha -¡¿Qué es ese ruido?!- Aunque su teoría era clara, si lo cortaba y lo destruía, el ruido no importaría.

Los ruidos pusieron en alerta a Riha, que atacó nuevamente a la tercera araña, dos veces, esforzándose en identificar qué iban a hacer aquellos monstruos de metal.
 

Parecía que las torretas ya estaban eliminadas. Los demás participantes salían de sus coberturas para atacar a las máquinas cuerpo a cuerpo.  - Ya era hora. - Murmuró Siward.

Fue entonces cuando las maquinas empezaron a hacer un ruido extraño.

- ¿Que es ese ruido? - Le preguntó a Riha mientras disparaba una flecha hacia la maquina más cercana (1).

Riha se asoma por uno de los contornos de la roca y dirige su ametralladora al robot que está más lejos.

Sin pensarlo demasiado, realiza dos disparos seguidos.

La primera bala impacta con fuerza en la armadura del robot, haciendo un pequeño agujero en sus protecciones. El segundo disparo, sin embargo, carece de la precisión necesaria y simplemente rebota contra el armazón.

Seguidamente, la arquera coloca otra flecha en su arco y lo tensa. 

Sin demorarse demasiado suelta la cuerda y la flecha, en un instante, se clava en el robot que hay más cerca. 

 -¡Listilla!- Gritó Aramis mirando a Riha -¡¿Qué es ese ruido?!- 

Pero sin necesidad de esperar una respuesta, el joven alza de nuevo su espada cortando el aire y produciendo un corte en la armadura de su enemigo. Desde luego la espada de Aramis está dando buena cuenta de aquella máquina y de su armadura.

Varios de los otros aspirantes siguen al ataque.

Desde luego, sin aquellas molestas torretas, acercarse a los enemigos era mucho más fácil.

- Ya era hora. - Murmuró Siward al ver como caían todas las torretas.

Fue entonces cuando las maquinas empezaron a hacer un ruido extraño.

- ¿Que es ese ruido? - Le preguntó a Riha mientras disparaba una flecha hacia la maquina más cercana.

Sin embargo esta simplemente rebotó contra la armadura del robot.

Al ver la superioridad numérica, los ruidos que producen los robots empiezan a incrementar ese extraño ruído.

En un instante,de diferentes partes de su cuerpo salen pequeñas antenas. Estas se iluminan y, al siguiente instante, a su alrededor se crea una burbuja de pura electricidad que golpea con fuerza a todo aquel que se encuentre en un radio de dos metros.

La mayoría de los aspirantes, ante tal ataque, son golpeados con fuerza.

Aramis, es uno de los que recibe el impacto, sintiendo una sacudida por todo el cuerpo que se le pasa en apenas unos segundos. Otros de los aspirantes no tienen tanta suerte y la mujer de la armadura parece caer al suelo, consciente, pero viendo como sale un ligero humo de su armadura. Otros de los aspirantes también retroceden con graves daños.

Tras esto, la máquina deja de hacer ruido.

- Pero que... - Murmuró Siward sorprendido al ver la burbuja eléctrica que acababa de aparecer. Parece ser que volvemos a depender de ataques a distancia, al menos mientras las maquinas puedas usar esas burbujas.

 - Mierda. - La mujer de la armadura parecía no poder continuar, al menos aun estaba consciente. El ruido.... ya no hay ruido. Seguramente podremos atacar cuerpo a cuerpo hasta que vuelva el ruido. Siward buscó a Aramis en el campo de batalla, el parecía estar bien, por ahora.

Siward armó su arco y disparó otra flecha al enemigo. Los heridos empiezan a acumularse, y están todos cerca del enemigo. Aunque tuviera el equipamiento apropiado dudo que pueda acercarme. 

-¡Zap!

Ojalá tuvieran más de esos chismes en el jardín. Quería juguetear con alguno... pero por el momento tendría que conformarse con seguir disparándoles. Y así lo hizo.

-Ahora sólo le queda mostrar las metralletas y los misiles y será una demostración completa.

Tras ver que sus golpes no tenían mayor efecto, dio un par de pasos para atrás, cogio la espada con dos manos y, con rabia agitó cortando el aire y provocando un ataque contra la máquina.

-¡Zap!

Riha vuelve a asomarse por la roca y dirige su arma hacia la araña que tiene más lejos.

-Ahora sólo le queda mostrar las metralletas y los misiles y será una demostración completa.

Aprieta en dos ocasiones el gatillos y salen dos balas. La primera de ellas rebota de forma inofensiva contra el armazón del enemigo, mientras que en la segunda se logra colar por la unión de las placas impactando en el interior de la máquina.

La siguiente en mover ficha es la joven del arco.

Esta, en lugar de coger una flecha del carcaj que tiene a la espalda, saca un pequeño tubo de uno de sus bolsillos. Con uno de sus dedos pulsa un pequeño botón del objeto y este se expande y alarga hasta convertirse en una flecha, aunque diferente, ya que, justo detrás de la punta, tiene un pequeño objeto circular.

Sin miramientos, dispara. La flecha vuela por el aire y, al impactar contra la primera araña, se crea una pequeña explosión de llamas que desequilibra unos  segundos al monstruo. Tras despejarse el humo y las llamas, se ve claramente como parte de su blindaje esta bastante dañado y deformado.

Aramis, el más dañado por la primera araña, decide retroceder un par de pasos para alejarse del enemigo. Tras esto, alza su espada con ambas manos.

Al hacerlo, esta empieza a producir un ruido bastante fuerte, como de un motor acelerando y, con claridad, se ve como la hoja de su espada se ilumina como si fuera una bombilla. Tras esto, el joven baja con todas sus fuerzas la espada y, de la hoja, sale un haz de luz vertical que corta el aire y golpea a la araña, marcando de nuevo su armadura. 

- Pero que... - Murmuró Siward sorprendido al ver la burbuja eléctrica que acababa de aparecer. Y tras echar un vistazo a su alrededor, dice. - Mierda. 

 Coloca de nuevo una flecha que dispara contra la primera araña, la cual rebota en el armazón de esta sin producirle el menor daño.

El último en atacar a la primera araña es el del cestus y la semi-armadura.

Con fuerza, se acerca a una de las patas y la golpea con su puño, produciendo una abolladura en el armazón.

Tras recibir esta cantidad de daño, la araña se ve claramente dañada. La mayoría de sus partes desprenden chispas y sus movimientos son bastante más lentos e imprecisos... Tal vez ya le quede poco de autonomía...

Pero no se iba a dejar vencer tan facilmente, de manera que arremete contra el joven del Cestus, al tenerle más cerca, golpeandole de lleno con una de sus patas. 

El hombre, sin verlo venir, sale por los aires un par de metros.

Otro participante salia volando mientras Siward observaba impotente. La pelea se estaba alargando y aun no habían derrotado a ninguna de las máquinas. Además, el numero de heridos poco a poco era aumentaba.

No puedo hacer mucho por ahora. Podría intentar estabilizar a los heridos, si no estuviesen tan cerca del enemigo. Tampoco me sirve de nada esconderme e intentar un ataque sorpresa. Pensaba Siward para si mientras disparaba otra flecha. Calma, ya llegara mi momento de actuar, hasta entonces lo mas sensato es ayudar a tumbar estas máquinas.

Al ver que uno de los robots estaba prácticamente fuera de combate (por aplicar a una máquina un término pensado para seres biológicos), Riha dirigió su ataque hacia la araña3, confiando en que el resto terminara con él y esperando no malgastar así su ataque.

Tras ese movimiento, volvió al ataque, no merecía la pena descansar, no con el examen en juego y la posibilidad de entrar en el mejor de los jardines.

Aramis no se lo planteó dos veces, dio de nuevo el par de pasos hacia adelante y ataque una y otra vez, se acercaba el final de la pelea y tenía que conseguirlo como fuera.

La prueba continuaba y las arañas seguían en pie.

La primera en actuar fue la arquera que, a una gran velocidad coloca dos flechas sobre su arco y dispara. No son tan precisas como los anteriores disparos y muestra de ello es que ambas rebotan en el casco del monstruo sin hacerle el menor daño.

- Mierda... - Dice al ver como si ataque no surte efecto.

Aramis, sin esperar ni un segundo, se lanza al ataque.

Con fuerza porta su espada y realiza un primer sablazo al monstruo. Este atraviesa con facilidad la armadura del enemigo produciéndole un gran corte en todo el casco.

Al impactar, veis como esta araña empieza a tambalearse de un lado a otro haciendo que salten chispas por todas partes al tiempo que se le caen varias chapas y piezas. Pero por suerte, a los pocos segundos cae al suelo desconectado.

Riha, portando su arma, dispara contra la araña más alejada.

Su única bala vuela por el aire e impacta de lleno contra la armadura de la araña. Dandola de lleno.

Por desgracia, sigue moviéndose.

Varios de los aspirantes han logrado desactivar a una de las arañas que había, pero quedan dos. La cuestión ahora sería si estos aspirantes ayudarán al resto o se quedarán de brazos cruzados.

En cuanto la araña cae al suelo desactivada, te das cuenta que, en una de las partes de su casco, se ha encendido una luz roja que parpadea.

Es algo muy pequeño y discreto, pero eres capaz de verlo.

Sabes lo suficiente de máquinas y robots para saber lo que significa una lucecita roja que parpadea...

¡Boom!

Por desgracia no sabes si es instantánea o con temporizador, ya que en el modelo original esto no estaba incluido. Debería ser una mejora como la torreta. 

Keaths sonrió al ver que su golpe había acabado con aquella máquina, la sonrisa en su rostro además de felicidad, mostraba un claro ejemplo de lo que sería denominado "superioridad", era como si gritara a los 4 vientos "Soy mejor que vosotros, yo lo he destruido", así que alzó su vista hacia la joven que disparaba, Riha y una vez se acercó a ella lo suficiente para que no les escuchara mucha gente, como mucho Siward y la arquera, dijo -Intenta ver si algo de esto es útil, igual podemos utilizarlo contra las otras máquinas- Puso cara de "¿Igual sirve, no?" y tras eso miró hacia las otras dos máquinas que se defendían y mataban aspirantes al jardín.

-Si encuentras algo avísame- No sonrió, únicamente miraba las máquinas y se dirigió hacia ellas para atacarlas y dar tiempo a Riha a encontrar algo.

El cambio en la dirección de su ataque al ver al primer robot en las últimas dejaba claro que, si había un adversario en el campo, para Riha el combate no había terminado. A no ser que sus instrucciones fueran otras, claro. Pero que dirigiera sus ataques a otra parte no significaba que hubiera desatendido el entorno. Alguien se había tomado muy en serio la preparación de la prueba.

-¡Alejaos de los restos, va a explotar!

No tenía sentido que demoraran demasiado la explosión si lo que querían era producir bajas. Y, si estaba programado así, estando apartados desde el principio se curaban en salud. Su objetivo volvió a ser la araña alejada. Era simple sentido común: ella no necesitaba cambiar de posición para atacar.