Partida Rol por web

El combate aún no había acabado.

- ¡Alejáos de los restos, va a explotar!

Y sin perder ni un momento, dispara contra la tercera araña, la cual sufre el impacto.

Mientras Aramis se aleja hacia la propia Riha, aunque aún no llega hasta ella, el resto de aspirantes que había cerca de esta araña parecen relajarse un momento.

La segunda araña, tras una serie de sucesivos impactos, también cae derrotada.

Mientras que la tercera aún permanece en pie... Aunque parece que le queda poco.

Una más y listo.

Con ese pensamiento optimista en la cabeza y la conciencia tranquila por el aviso, Riha dispara nuevamente al tercer robot.

Así que eso es el parpadeo. Pensaba Siward mientras observaba como Aramis se alejaba del enemigo. Este parecía que había recibido algunos golpes, por suerte parecía que la batalla estaba a punto de acabar.  - Solo queda una. - Dijo mientras disparaba una flecha a la araña. 

Mientras volvía a colocarse bajo cubierta, Siward observaba alrededor. Parece que debería haber preparado un kit con medicinas. Puede que con algo de tela de mi ropa pueda hacer una venda. Pero antes... Pensaba mientras echaba una mirada al último enemigo para ver su estado.

Las arañas parecía que habían ido cayendo al mismo tiempo, aunque eso no hizo que los aspirantes se relajaran. Pero, antes de terminar, las arañas tenían algo más que decir.

La araña que estaba más cerca de Aramis, de pronto, explotó.

Una bola de fuego y humo inundó el lugar donde estaba, así como los alrededores, al mismo tiempo que salían despedidos trozos de metal, chapas y tornillos. 

Ria y Siward, al estar resguardados tras una roca, no sufrieron el menor daño, al igual que la arquera. Sin embargo, Aramis salió despedido por la honda expansiva, cayendo de bruces contra el suelo, con la suerte de no hacerse daño.

Y, como si de una reacción en cadena, la segunda araña también explotó, haciendo explotar a la tercera. 

De esta forma, en un segundo, comenzó una tormenta de fuego y metal que arrasó todo lo que tenía a su alrededor.

- ¿Hola?

Veis como, entre el humo, surge uno de los aspirantes.

- ¿Sigue alguien en pié?

Poco a poco, el humo se va disipando, comprobando como el resto de aspirantes se encuentran en el suelo. Aunque no sabéis si solo están ahí por la honda expansiva o... Por otras razones...

Aramis colocó una rodilla en el suelo, cubriéndose de la explosión, pero de poco sirvió, salió disparado hacia lo lejos, aunque por suerte tuvo el tiempo suficiente para saber como caer y no hacer daño, si no hubiera sido por el chillido de Riha, no hubiera podido salir ileso de ahí, tras todo lo ocurrido, levantó la cabeza, mirando a las demás arañas y aspirantes, parecía que solo la enana, Siward y la arquera habían sobrevivido, además de él.

Una sonrisa se le escapó "Tsé, débiles... Ni que fueran de Trabia" Pensó mientras miraba hacia todas las víctimas de aquellos bichos, alzó la mirada un segundo hacia Seifer y volvió a bajarla hacia su compañera -Eh- Dijo acercándose, con toda esa actitud que le caracterizaba como "borde" -Buscar algo entre las arañas rotas, lo que sea que pueda servirnos para el futuro- Al fin y al cabo, si algo caracterizaba a Galbadia era su tecnología.

Aramis pudo haber dicho tranquilamente "Busca tu los objetos que nos sirvan de las arañas, pareces tener más experiencia en todo eso que yo" pero no le salió así, su forma de hablar no era, ni mucho menos la mejor para pedir cosas, sin contar que jamás reconocería que otra persona era mejor que él en algo. Aunque eso también se obvió en el momento que apareció aquel chico entre el humo.

El joven Keath giró la cabeza hacia el novato y arqueó la ceja derecha -Alucinante, va y sobrevivo el inútil de las patadas- Murmuró, de manera que únicamente Riha y quien estuviera cerca podía escucharlo, lo que sí quedó claro fue aquella sonrisa burlona.

Aramis guardó la espada en su espalda y cruzó los brazos, esperando que se acercara el rubio a la posición de ellos.

La batalla se daba por acabada. Los restos de las máquinas quedaron atrapados bajo una nube de polvo y humo después de la explosión. Siward dirigió su mirada hacia Keaths, quien parecía no necesitar atención médica. Aun así Siward empezó a andar hacia el y la joven del rifle.

Parecía que el humo ya se disipaba, cuando una voz se escucho de entre los escombros. Parecía que el rubio estaba vivo. Aun así la mirada de Siward se dirigió a los cuerpos caídos cerca de la explosión. Tras observar otra vez a Keaths, quien ya estaba con su chulería de costumbre, el joven arquero cambió de rumbo para dirigirse hacia los heridos cerca de las máquinas.

- Parece que has sobrevivido la explosión, y no parece que tus heridas sean urgentes. Vete junto a Aramis, quiza pueda vendar algunas de vuestras heridas con algo de tela. Primero me asegurare que nadie más necesite mi ayuda. - Dijo Siward al rubio mientras le indicaba quien era Aramis. 

La actitud de Siward era igual de fría y apática, aun así se podía ver algo de duda en su rostro. Con el arco en mano el joven Graves se giró para dirigirse a la mecánico. - Aramis tiene razón, podríamos encontrar algo útil entre los escombros, además,  me gustaría saber si algo mas va a explotar. -

Y la explosión fue magnífica. El estruendo inicial, las cosas despedidas por todas partes… y encima una detrás de otra. Una lástima no haber podido asomar la cabeza para verlo, por eso de tener algo de aprecio a la vida.

Cuando el ruido cesó, Riha se asomó para ver qué alcance había tenido pero el humo no dejaba ver demasiado. Entonces se dio cuenta de que Aramis se dirigía hacia ella y recordó lo incómodo de la situación, especialmente porque se acercaba a ella y no a su amiguito, el otro niño de papá. ¿Se pensaba que iba a ponerse en peligro acercándose a esos restos sólo porque él se lo dijera?

-Vale.

Iba a ponerse en peligro porque nadie en su insano juicio se perdería la oportunidad de pasearse por el lugar de una explosión tan alucinante. Seguramente todas las piezas estarían rotas o el calor las habría vuelto inservibles… ¡pero era tan guay! Nunca había visto un robot de combate XG23 modelo araña en persona así que ver pequeños trozos de uno de cerca tampoco iba a estar mal. Además… la voz de Siward le hizo recordar que había más compañeros. Compañeros sordos. Si no había piezas… igual alguien tenía alguna cosa interesante. Después de todo, los muertos ya no son gente y no se puede robar a una cosa.

Con el arma cargada al hombro salió de detrás de su cobertura para acompañar al señor flechitas. Después de todo, nadie había dicho todavía que la prueba hubiera terminado.

- ¿Mis heridas? 

Pregunta el rubio con sorpresa.

- ¿Qué heridas? La sangre no es mía. Me debió salpicar de alguno de los otros aspirantes... - Y sonríe. - Ha sido una suerte la verdad. ¿Vosotros estáis todos bien?

Mientras habla, la arquera sale de detrás de la roca y echa un vistazo a su alrededor. Parece que vosotros cinco sois los únicos en condiciones. El resto de aspirantes tiene heridas, algunos de bastante gravedad, que les impiden moverse o ponerse en pie. 

Pero antes de poder inspeccionar los restos de las máquinas y ver si hay algo útil en ellas, escucháis como una nave comienza a descender. Al mirar hacia arriba comprobáis que es en la que van el Director y la mujer rubia.

- Vosotros cinco. - Dice ella bajando a tierra justo cuando la nave aterriza. - Entrar. - Y veis como la compuerta de la nave se abre para dejaros paso. - Felicidades, habéis pasado la prueba. 

Se echa un lado para dejaros sitio para entrar en la nave.

- Ahora subir. Os explicaré todo lo que necesitáis saber de aquí en adelante.

¿Piezas inútiles tiradas por ahí o Jardín de Galbadia? La decisión era más bien sencilla. Olvidándose de la chatarra que cubría el escenario de la batalla, Riha se dirige a la nave como ha indicado la jefa de estudios. Había esperado algún tipo de segunda oleada pero si consideraban que los robots gigantes habían sido suficiente, no iba a llevarles la contraria.

Aramis estaba ahí plantado, con los brazos cruzados, mirando al chico rubio, a la fabulosa y espectacular arquera y... Como no, a su amigo Siward, cuando la profesora indicó que subieran todos a la nave que acababa de aterrizar y había abierto sus compuertas de par en par.

Al principio decidió no moverse por lo que decía la jefa de estudios, ya que el único que podía darle alguna "orden" era Seifer, el director del colegio... No pensaba aceptar obligaciones de otra persona. Pero eso cambió rápido, Riha, la que parecía estar interesada en aquellas máquinas, dio media vuelta y se marchó a la nave, tras ver que todos empezaban a hacer lo mismo, Keaths suspiro, se llevó la mano derecha a la nuca y tras notar que estaba sudando, sonrió y caminó directo a la nave -Bien, veamos Galbadia- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando incluso los dientes.

Una vez arriba de aquella máquina, se acomodó a uno de los lados, sentándose en un asiento mientras esperaba que todos hicieran lo mismo y la jefa de estudios explicara lo necesario.

No se quitaba de la cabeza los muertos, eran débiles, inútiles y sobraban en galbadia, sí... Pero muchos podrían haber sido buenos soldados para la nación, igual no era ideal la muerte de alguno.

Antes de llegar a los cuerpos cerca de la explosión llegó la nave del director. Ya han vuelto los monstruos. Pensaba Siward mientras se acordaba de su primer encuentro con el director y su mano derecha.

Tras recibir las ordenes de la mujer rubia Siward se giró para echar un vistazo a los heridos graves y cadáveres que quedaron tras la pelea. Suspiró y se dirigió hacia la nave. Es una pena, pero bueno, unos sobreviven y otros no, así es la vida. Pensaba mientras subía a la nave. 

Una vez dentro Siward se quedó apoyado en una esquina. Ahí envainó su arco y se quedó callado y observante, esperando las ordenes de la mujer y el director.

El chico rubio, con una sonrisa de satisfacción que le cubría casi de oreja a oreja, subió al vehículo sin demasiados miramientos. Hizo un leve gesto de saludo con la cabeza y se sentó en uno de los asientos que había pegados al lateral.

La arquera, por su parte, también hizo lo propio y entró, pero acompañada de su halcón, el cual se había mantenido en el aire durante todo el combate. También se sentó aunque permanecía con el arco en la mano.

Los otros tres aspirantes podían escoger si permanecer sentados o en pie.

- Como espero que recordéis, mi nombre es Elektra Elneist, jefa de estudios del Jardín de Galbadia. 

Tras decir esto da un par de golpes a la puerta que, suponéis, llega a la cabina. al hacerlo, la compuerta para subir al vehículo se cierra y este comienza a elevarse.

- Oficialmente habéis sido admitidos como estudiantes en el Jardín de Galbadia. felicidades. - Y, cuando dice esto último, podéis ver por un segundo como su rostro se relaja, para, al instante, volver a la mascara de seriedad. - Aunque os gustará saber que se os podrá expulsar de forma permanente en cualquier momento. 

Al decir esto, el chico rubio se remueve en el asient.

- Estas pulseras... - Comienza a decir mientras os va repartiendo una fina pulsera de metal negro a cada uno. - debéis llevarlas siempre puestas. Si os las quitáis, seréis expulsados. A parte de esto, funcionan como un pequeño ordenador.

Y veis como, en la que lleva ella, pulsa en dos puntos de color rojizo y, de forma holográfica, aparece una pantalla de ordenador sobre la pulsera. 

- Ahí podéis encontrar toda la información del Jardín. Desde planos, horarios de tutorías de los profesores, los diferentes departamentos, acceso a las misiones o los G.F.s que tenéis registrados. Os sugiero que invirtáis parte de vuestro tiempo libre a familiarizaros con el sistema... Y hablando de G.F., las pulseras vienen ya registradas con uno. Por desgracia, solo hay tres, por lo que dos de vosotros tendrá que conseguir su primer guardián por sus propios medios... 

Instintivamente pinchas en el apartado de G.F. para ver cuál te ha tocado.

- Para vuestra suerte, no es algo estático, sino que los podéis intercambiar a voluntad si lo deseáis. Todo ello se registrará en la pulsera. Si queréis más información, buscarla en la base de datos o acudir a la división mágica del Jardín.

Tras esto hace un pequeño silencio en el que mira el reloj.

- Todo eso puede esperar, lo que supongo que queréis saber es la forma de convertirse en Seed... Bien. Todos actualmente poseéis un Rango de 0.1, que os aparece en vuestra pantallas. Para poder acceder al examen debéis tener, como mínimo, rango 5.0. Sencillo, ¿no? La forma de subir de rango es variada. Podéis realizar las diferentes misiones que tendréis disponibles o ayudar en alguno de los departamentos del Jardín. Según subáis de rango tendréis acceso a más misiones de mayor dificultad. Una vez tengáis el rango necesario deberéis presentar vuestra solicitud formal para el examen. Si suspendéis, se os restará 5.0 puntos al rango. Eso no quiere decir que se os expulse, simplemente que tendréis que volver a obtener rango. Cosa que, por cierto, si en una semana no se sube de rango al menos una vez, se os expulsará.

Tras esto os mira.

- ¿Alguna pregunta hasta aquí?

Keaths siguió sentado en aquella nave voladora, porque a pesar de intentar ocultarlo, las heridas ocasionadas por las arañas le dolían y bastante "Joder..." pensó al intentar ponerse en pie, pero se lo replanteó y se quedó ahí..

Finalmente habían llegado a la charla sobre las reglas del Jardín de Galbadia, Elektra empezó comentando como funcionaban las reglas del Jardín "5.0 puntos... Puedo conseguirlo en poco tiempo" Pensaba mientras ésta hablaba, continuó con las pulseras, algo que agradó al joven Keaths, se notaba que la tecnología iba a estar en ese jardín.

Aramis se adelantó a los demás y cogió una de las pulseras, colocándosela en la muñeca y abriéndola, fue directo al apartado de GF cuando, con seriedad miró a su bicho, no dijo palabra alguna y cambió la pantalla al mapa del jardín, lo estudió por encima y, cuando la jefa de estudios acabó dijo -Bien, yo antes que a las habitaciones iré a la enfermería, ¿se puede?- Comentó a su jefa de estudios cuando indicó si había alguna pregunta.

Cuando todos estaban en la nave la mujer rubia empezó a hablar. Los cinco estaban admitidos. Aun así Elektra no permitió que los recién aprobados se relajaran. Rápidamente unas pulseras fueron repartidas, Siward cogió la suya y se sentó en asiento mas cercano para examinar el objeto con mas calma.

Tras escuchar la explicación de Elektra, el joven Graves vio que en su pulsera había un G.F.: Brunilda. Siward suspiró aliviado. Me pregunto cuantos mas G.F.s hay en el mundo para ser cazados. Siward dejó de observar su pulsera para seguir escuchando el resto de la explicación de Elektra.

Convertirse en Seed... Ya no parece algo impossible. Pensaba mientras esperaba con ansias poder empezar a ganar puntos.

Riha se sentó con los demás.

Admitidos, aquello era como música celestial. No había resultado tan difícil, sin contar lo de la gente medio muerta que se había quedado allí pero en el fondo se lo habían buscado desarrollando estilos de combate que les obligaran a ponerse a tiro. Estaba segura de que a ninguno de los arqueros les había supuesto tampoco un verdadero esfuerzo. También se alegraba de que Aramis no hubiera muerto. No por él en sí mismo, más bien por su padre. Y, hablando de padres, esperaba poder darle la buena noticia al suyo cuanto antes.

Se colocó la pulsera cuando le llegó el turno, atendiendo a las explicaciones de Elektra. Si había algo mejor que ser admitido en el Jardín de Galbadia era sin duda ser admitido en el Jardín de Galbadia con un ordenador en la muñeca. No era tan bueno como ser admitido en el Jardín de Galbadia con su propio robot de destrucción… pero estaba bastante bien. Seguramente tendría muchas funciones interesantes o incluso podría desarrollar alguna otra. Por el bien de todos esperaba que fueran suficientemente resistentes.

Apartado de GFs… vacío. No todo podía salir perfecto.

Ahora convertirse en Seed era el nuevo objetivo. Seguro que un GF podía ayudar en las misiones pero también podía intentar aumentar su rango ayudando en cualquier departamento. Sin duda tenía que dedicar algo de tiempo a valorar las posibilidades y calcular cómo debía invertir su tiempo.

-¿Dónde debemos acudir si nuestra pulsera sufriera algún daño?

FAMFRIT:

Nivel 1.

Elemento: Hielo.

Localización: Jardín de Galbadia

Enlaces: FUE, RST, ESP,  DEF ELEx2

Habilidades: TA fisica +2, TA mágica +2, Defensa frío +50%

BRUNILDA:

Nivel 1

Elemento: Fuego.

Localización: Jardín de Galbadia.

Enlaces: VIT, FRZ, DEF ELEx2

Habilidades: Daño +20%, Vit +20%, Defensa fuego 50%

La mujer mira a Aramis.

- Cuando lleguemos podéis ir a donde queráis. En vuestras pulseras veréis la habitación que tenéis asignada. 

Tras esto, mira a Riha.

- Si la pulsera sufre daños podéis ir a la zona del Garaje. Allí está el departamento de armamento... Eso me recuerda que podéis pasar por allí, al entrar en el Jardín todos tenéis una actualización de armamento. 

De nuevo se detiene.

- ¿Alguna pregunta más? Aprovechar que ya estamos casi llegando...

Garaje, actualización de armamiento... Sonaba exactamente a paraíso.

Sin más que añadir se puso a investigar sobre el tipo de misiones que había disponibles.