Partida Rol por web

Tras esquivar la acometida de la bestia, intento golpear de nuevo para que no pierda el interés en mí. Con un poco de suerte eso bastará para que los demás acaben con ella.

Odyr volvió a acercarse a la bestia procurando dejarla entre él y otro de sus compañeros. Con un grito de rabia golpeó con sus puños cerrados la dura piel del enorme animal. Pero su fuerza parecía insuficiente para hacer daño a aquella criatura

No conseguían derrotar a la criatura, era muy triste. Sólo esperaba que Tesla consiguiese ayudarles, aunque se sentía deprimida. Si no conseguían acabar con esa criatura, ¿qué sería de ellos en el futuro?

Aún así, lo volvió a intentar. Cargó su ballesta y disparó, aunque se frustró más cuando vio cómo el virote no le arrancaba ni los pelos al animal.

A Gala se le resbaló una de sus espadas, pero por suerte con la otra logró encajar un ligero corte. Ella fue la única capaz de hacer algo, porque el resto por mucho que se esforzaban no eran capaces de traspasar la dura piel del paquidermo. De hecho en cuanto Odyr se levantó del suelo, el jabalí aprovechó que había bajado la guardia para clavarle una dura y potente cornada en pleno esternón.

Y entonces, Tesla descargó un rayo de electricidad que a pesar de que lo esquivó, chamuscó una pequeña parte de su piel.

Esta vez el jabalí cambió de objetivo, y la cornada fue a parar a Bedric que tuvo mucho menos suerte que Arthas y esta vez le atravesó un hombro. Una cornada del mismo tipo, y el muchacho no viviría para contarlo.

Al ver la herida a Odyr y Bedric, miro a la bestia con desprecio.

-¿Es que no va a morir nunca?-Pienso con frustración mientras descargo un nuevo golpe.

Respiró hondo e intentó relajarse. El ataque a Bedric estuvo a punto de hacer que la maestra volviera a salir corriendo a curar a su alumno, pero se mantuvo en el sitio. Era necesario acabar de una vez por todas con esa criatura, que ya estaba causando demasiados daños.

-Mierda- soltó cuando una de las espadas resbalaba y caia al suelo. No tenía tiempo de cogerla, ya lo haria al finalizar la batalla.

Habia dos personas heridas y era necesario acabar ya con el animal, por lo que se lanzó de nuevo a por el jabalí, esta vez atacando con una sola espada.

Odyr sintió como el dolor laceraba su cuerpo. Dispuesto a no morir sin luchar trató de golpear la dura piel del monstruo

Gracias a la presencia de Tesla y un buen cúmulo de actos afortunados, por fin el grupo de aventureros pudo acabar con aquella bestia. Les había causado más de un susto y sobre todo muchas heridas de apariencia bastante grave. Pero al final habían salido airosos y podrían continuar ayudando a Gala a buscar a su guardián. No les quedaba nada, aunque quizá necesitasen reponerse antes de que fuera demasiado tarde y sucumbieran a un nuevo ataque.

Finalmente la bestia cae, por lo que respiro aliviado.

-Lo hemos conseguido.-Digo sonriendo.-Ahora creo que lo mejor será sanar nuestras heridas... ¿Alguno necesitáis ayuda con eso? Tengo media docena de conjuros curativos que puedo usar.

Dicho esto, espero a ver las reacciones del resto.

Odyr se llevó la mano al costado. Una fea herida no dejaba de sangrar y le dolía horrores.

Quizás puedas hacer algo por esta de aquí, me clavó los colmillos de lleno.

Me inclino para inspeccionar la herida. No me gusta la pinta que tiene, pero al menos vivirá y parece que no ha producido lesiones graves que lo incapaciten.

-Faltaría más.-Respondo con una sonrisa.-Esa herida tiene mala pinta... Pero Puede que con esto baste. 

Entono una plegaria en susurros y coloco mi mano sobre la herida, que empieza a cerrarse.

Al instante Odyr se encontró mucho mejor. Si bien la herida seguía abierta por lo menos había dejado de sangrar. Con un par de vendajes podría aguantar un poco más.

Gracias, así está mucho mejor.

Al ver que la herida aún está algo abierta, intento aplicarle un vendaje para que no se reabra.

-Está.-Digo tras hacerlo.-Recuerdame que esta noche te ponga uno con más calma. Creo que de momento ese aguantará.

Deberíamos apartarnos del camino y descansar sentenció la profesora, limpiándose el sudor de la frente y comprobando que todos sus alumnos estaban, al menos, con vida. Pero esta vez intentemos buscar una zona que no esté cerca del bosque. No quiero volver a toparme con... esa estaba claro que esa no iba a ser su última palabra, pero no quería ser malhablada.

-Uf- suspiró Gala al fin tranquila. Envainó la espada que no habia tirado al suelo y fue a recoger la otra - Por fin ha caido- dijo mientras la guardaba.

Sopesó las posibilidades que tenian, a estas alturas no sabia qué era peor, si una bestia salvaje o la bruja.

-Estoy de acuerdo con vosotros, deberiamos intentar encontrar un sitio más seguro para descansar- Aunque sin duda parecia complicado.

-Chicos, ya que la comida ha venido tan gustosa... igual deberíamos desayunar.-Digo sonriendo y viendo el jabalí caído.-¿Y si asamos unas cuantas tajadas?

Tesla abandonó al grupo que había decidido descansar lejos del camino. Del jabalí sacaron raciones de comida suficientes para alimentarse aquel día. Después prendieron una buena fogata y se dispusieron a descansar.

Y cuando estaban a punto de conciliar el sueño, un aguacero terrible brotó de las nubes que Tesla había dejado al marcharse. La lluvia dificultaba la visibilidad, apenas se podía ver unos metros hacia delante, y había caído tan deprisa que no les había dado tiempo a cobijarse, estaban completamente empapados, y el fuego totalmente extinguido. Apenas veían más de un par de metros delante de ellos, así que resultaba imposible buscar un lugar donde protegerse. Solo quedaba confiar en que nadie apareciese para atacarles, pues entonces serían un blanco demasiado fácil, y más cuando aún no les había dado tiempo a recuperarse de las heridas causadas por el jabalí.

El nómada también está herido, pero no quiere forzar a Arthas a gastar más conjuros. Mientras disponga de pociones, cree que es mejor utilizar ese recurso. Así que saca dos de su mochila y se las toma, acercándose después a Arthas.
-¿Puedes vendarme hombro?- Pese a la poción, la herida sigue abierta y sangrando levemente.

La tormenta nos coge desprevenidos y sólo podemos rezar porque no nos ataquen. Ese clima empieza a ser un poco raro... ¿Sera cosa de magia?

-Por supuesto te vendare ahora mismo.- Digo acercándole y empezando a ponerle un vendaje con calma.