Partida Rol por web

Mientras hacen el cambiode guardia, escuchan un fuerte ruido que viene de la calle, como si algo relativamente pesado hubiera caido al suelo cerca a la puerta.

Me muerdo el labio ligeramente y desvío la mirada desde él hacia el lugar contrario a dónde está la caja.

- Encima no me piques, Eladamri. -le digo con claro fastidio- Si yo la abro, tú estarías omitiendo tu deber, y ya te vi con bastantes problemas a la llegada al Jardín como para que te meta en esos líos. -le digo, rascándome ligeramente con nerviosismo y considerables dudas morales.

Su pregunta, no obstante, es algo ante lo que no puedo evitar mirarlo entornando los ojos.

- ¿Tú qué crees?¿Le darías tú un arma así a alguien? Las misiones de los SeeD pueden ser controvertidas, pero desde luego en la época de mi madre solucionaban crisis, no ayudaban a crearlas. -le digo con seriedad- Sumado a eso, nos estamos jugando el cuello por razones que ni comprendo, porque no sé a ti, pero a mí me están faltando dos equipos de SeeD profesionales aquí. Tengo que hablar con Sasha sobre esto y sobre el Doppelganger, tengo que hablar con Euphemia sobre lo del ataque... -suspiro, cansada, y echo la cabeza hacia atrás apoyándola en la "pared"- Que estrés, madre mía.

Y de repente, recordando algo, vuelvo a separar la cabeza y cojo mi móvil, mirando ahora que hay cobertura a ver cuántas llamadas y mensajes tengo de mi madre (que seguro serían unos cuantos dada la costumbre de avisar si me iba a quedar sin conexión por un tiempo prolongado, aunque ayer por la mañana, antes de salir del Jardín, le había dicho que íbamos de misión), y comienzo a escribir un mensaje de texto, en el que le explico que derribaron uno de nuestros transportes pero estoy ilesa (y Darius y Euphemia también, que están aquí conmigo) y dónde estamos.

Me iba acercando a la calle cuando un fuerte ruido proveniente de un lugar no muy lejano se escucha, de inmediato miro a los demás extrañado y tras asegurar que ninguno de ellos fue el causante mirando antes al camión cambio mi dirección para ir hacía ese ruido, eso si con una mano en el mango de la espada y la otra lista para lanzar algún hechizo. ¿Quien sabe? A lo mejor había sido causado por el asesino mas torpe de la historia... Vale, eso no tiene mucho sentido pero en ese momento no le di muchas vueltas la verdad.

- Voy a comprobar que ha sido eso.

- Aunque no fuiste muy ameno conversador guapo! Te acompañaré de nuevo a revisar afuera por si a caso! . Dijo con cierto desgano Isabeau

Pensó que sería igual a cuando estaba en el gimnasio del jardín y se coló para escuchar y ver lo que le hacían al elfo, sin embargo se equivocó y al bajar del segundo piso, su pie se dobló y se fue al suelo, golpeándose lo suficientemente fuerte como para resistir el error que había cometido, agradeciendo sin embargo que estaba sola. Con la cabeza pegada al suelo y aún algo atontada, abrió sus ojos y se puso de pie de un golpe, el hombro inmediatamente dolió, y se quejó iniciándose hacia delante.

Mientras hacía eso, se dio cuenta que había hecho el siguiente ruido como para haber alarmado a los chicos que hacían guardia. Los colores se le subieron al rostro y su magia se descadenó, escarchando el suelo, aunque eso había pasado antes, cuando sintió miedo por la caída.

Se puso de pie e intentó escabullirse antes de que alguien viniese.

El cambio de Guardia se acerco esperaba que fuera algo sencillo, aunque me tocaría hacer la guardia con Ruby,  y lo que debía ser algo básicamente rutinario tomo un matiz diferente, el sonido de algo pesado cayendo lo que provoco que una sonrisa se dibujará en mi rostro.

-Preparada Smith, creo que la fiesta ha cambiado de rumbo a uno no bueno- dije tratando de suponer lo que hayaría Renall y la chica halcón.

-No bajemos la guardia- le informe mientras preparaba algún sortilegio de ataque.

Los SeeD siempre han sido mercenarios y siempre lo serán el jardín de Liz es una fortaleza voladora con la capacidad de hacer pedazos un país.

Si se trata de lo que yo deseo, pues la verdad ni yo mismo lo sé, ahora mismo estoy entre la luz y la sombra, si estoy aquí es porque quiero mejorar mis habilidades de combate, ya luego me iré, tal cual hizo tu madre en su oportunidad. - respondo con serenidad.

Aura:

Squall, tu padre y yo vamos de camino a Midgard, tenemos información sobre una serie de disturbios raros en la ciudad, así que hemos decidido investigar.

Besos

Mamá

- Que le vamos a hacer. - se encogió de hombros, sin darle más importancia. Esperaba algo de bronca, o movimiento. Pero no hubo suerte. Así que esperó a que se subieran al camión, y tras asegurar el motor pisándole a fondo n par de veces para revolucionar el motor, inició la marcha por las calles de la ciudad, siguiendo las indicaciones de la teniente.

En el primer semáforo, trasteó un poco la guantera, en busca de algo que escucharm ientras conducía. Vigilando el semáforo, sacó un disco y lo pusos obre el volante, echándole un vistazo rápido.

- Ponte eufórico mix. - murmuró para él, mientras le daba la vuelta para mirarlo un par de veces y se encogió de hombros. En el segundo semáforo, lo sacó y lo puso en el reproductor.

Cuando comenzó a escuchar la canción, frunció el ceño y comprobó la portada. - Se ha saltado la primera canción. - murmuró para él, negando con la cabeza. Quien escribió el disco debió poner el orden mal. Vaya personaje. Sin hacer mas caso, siguió conduciendo.

A ratos mas tranquilo, a ratos mas enfadado. No fueron pocas veces la que hizo sonar el claxón, las que sacó el puño por la ventanilla, las que le ladró a alguien y las que tuvo que dar algún frenazo para no llevarse a nadie por delante. Miró a la teniente, encogiendose de hombros sin saber que demonios estaba pasando, por que todo el mundo estaba de tan buen humor, ni que pasaba.

Todo fue bien hasta que alguien intentó subirse al camión. En aquel momento, fue evidente que el Ronso estaba rechinando hasta los colmillos, y pegó un frenazo con la única intención de subirse personalmente lanza en mano a bajar a cualquier imbécil subido en su camión, pero la teniente se adelantó.

- Muy agradecido. - le dijo a la teniente, asintiendo con la cabeza. - ¿Sabe porqué están así? - preguntó, señalando a la gente con la mano derecha, mientras sujetaba el volante con la izquierda.

-¿Qué cojones...?

A decir verdad, tras comprobar que Euphemia ya se había subido, me quedé junto a la radio, mirando de cuando en cuando por la ventana con gesto aburrido. Joder, no había nacido yo para esperar sin hacer nada.

Así que, cuando escuché aquel sonido, y Kiel llamó mi atención, salté prácticamente como un resorte, poniéndome en pie de inmediato y acercándome hacia la puerta, con intención de salir a ver qué había sido eso.

-Qué suerte tenemos... Si al final se va a animar la cosa y todo... Vamos, lampiño. A ver qué se cuece ahí afuera... - le dije, con una media sonrisa y un guiño divertido, mientras llevaba mis manos a mis cartucheras, agarrando un arma con cada mano, mientras acababa por salir a la calle, buscando identificar de dónde provenía aquel fuerte ruido.

Los cuatro logran distinguir una silueta femenina que intenta esconderse entre las sombras, sin mucho éxito.

Te han visto y lo sabes, no tienes certeza de que han notado, sólo que han descubierto tu posición, les llevas ventaja, puedes intentar escapar, pero ¿Qué consecuencias traerá eso?

Cuando se dio cuenta que se habían dado cuenta, chasqueó la lengua, había sido una tonta y los colores se le subieron al rostro, lo cual era mucho decir, considerando que ahora que su cabello blanco había vuelto, su piel se volvía más pálida de lo que ya de por sí era. Así que se apoyó en la pared y se cruzó de brazos, sintiendo una puntada de dolor en el hombro, pero era mejor fingir que nada había pasado y negarlo hasta la muerte.