Partida Rol por web

Otro de los soldados recobra el conocimiento y al darse cuenta de que está atado se revuelve en su posición sin éxito para finalmente darse por vencido.

Nosotros somo soldados no asesinos, luchamos por Lucis y en nombre del rey Noctis. - responde el primer soldado mientras el tercer soldado se sienta lentamente.

Es cierto SeeD, nosotros no somos simples espadas de alquiler y no sabemos nada sobre ningún elfo muerto. - apostilla el tercer soldado. - Ahora bien, si quieres matarnos, pues adelante, para nosotros no hay honor más grande que morir en nombre del rey, pero recuerda esto, esa sangre que quieres limpiar no está en nuestras manos.

No puedo evitar mirar de forma un poco extraña, con un ligero toque de celos, a Kiel cuando Euphemia se agarra de el aunque no entendía el porque. Luego de eso ambos se disponían a irse juntos a vete tu a saber que, poco me importaba y no me molestaría en detenerlos. Mi peor pensamiento se estaba haciendo realidad nos estábamos dispersando.

Y para colmo llego Eladamri como su le fuera a explotar una vena del cerebro por el cabreo que tenía, me interpuse entre el y los Glaives y le puse una mano en el pecho para detenerlo y la otra en la mano que sostenía la espada.

-¡Lorian! Mantén la cabeza fría y piensa un poco... En esta zona hay varias facciones diferentes no tienes ninguna prueba de que ellos sean quienes buscas. Antes de lanzarte contra el primero que veas y empezar a amenazar piensa un poco en las posibles opciones y actúa como lo que se supone que eres un profesional entrenado para el combate, si ver unos cadáveres hace que seas incapaz de pensar racionalmente deberías dejar esto ahora mismo.

La dureza de mis palabras se comparaba con la de mi rostro, trataba de darle una lección como si fuera un profesor, ese tipo que al principio te parecen muy duros y estrictos pero acabas congiendoles cariño. Retire mis manos y me puse a pensar.

-Nuestro transporte derribado... alguien que buscaba enfrentar a los Seeds con los Glaives... elfos muertos... y por último los lideres de ambos grupos desaparecidos. Esta claro que algo extraño esta pasando aquí.

Me gire hacía los Glaives y los mire en silencio, lentamente desenfunde mi espada, di un paso hacía ellos, levante el arma y la deje caer sobre ellos... o casi. Corte las cuerdas que los ataban liberándolos.

-Me caéis como el puto culo si por mi fuera os colgaría del árbol mas cercano y me largaría pero ambos tenemos una misión que cumplir y podemos ayudarnos. No seremos aliados pero tampoco enemigos simplemente no nos molestaremos mientras ambos hacemos lo que debemos. Además evidentemente alguien nos quiere a ambos muertos así que vamos a poner las cosas difíciles -levante la mano hacía quien parecía con mas pinta de líder esperando que la estrechara- Buscaremos a nuestro respectivos líderes porque cabe la posibilidad de que ambos estén en manos de nuestro enemigo común y ahí nos separaremos ¿trato?

¿Quieres pruebas? Aquí tienes tu jodida prueba. - le espeto a Renall, para luego arrojar a sus pies dos dagas ensangrentadas con el escudo de Lucis en ellas.

Fueron soldados de Lucis, eran una familia de viajeros a la hija la violaron antes de matarla, su falda está totalmente desgarrada. ¿Quieres ver los cuerpos? - pregunto con mi rabia en aumento.

Dos de los tres soldados reaccionan con indignación y miran a Eladamri de forma despectiva.

Deja de decir idioteces elfo, no somos criminales ni asesinos, somos soldados al servicio de la corona de Lucis, no mercenarios ni delincuentes. - reclamó el primer soldado mientras intento lanzarse sobre Eladamri, al tiempo que Renall lo liberó de sus ataduras.

Ningún soldado de Lucis haría algo así, deja de levantarnos calumnias o te partiré el cuello. - gritó el otro soldado con rabia, mientras el mago miraba las dagas y esbozaba una ligera sonrisa.

Miro a todos con un gesto algo compungido porque muchos hablan de torturar, dejar para morir y cosas por el estilo, ¿acaso estamos en guerra para llegar a semejante crueldad? Y aún estando en guerra era algo mirado con desprecio por la mayoría de países e instituciones, ¿qué cuernos pasa?

La escena cambia con la llegada de Eladamri cuyas afirmaciones me hacen palidecer un poco, aunque solo aprieto los puños con fuerza en un primer instante.

- ¿¡Renall!? -pregunto con un tono claro de "¿qué puñetas haces?" cuando libera al primer soldado, que instantáneamente se lanza contra Eladamri cuando tira la daga, antes de que tenga tiempo de liberar a ninguno más.

- ¡Parad ya todos! -bramo con la paciencia ya colgada, sacando el espadón y colocándolo cerca del cuello del mago sonrisitas- No creo que hayáis sido vosotros, pero este tipejo sabe algo. Cualquiera de nuestro grupo, revisad si este lleva una funda de daga vacía, donde os indiquen los soldados de Lucis. Y en cualquier caso, más te vale que hables claro y rápido de lo que sabes, porque si una sola de tus respuestas me suena deshonesta, te quemaré vivo en honor al Fénix. -concluyo con completa seriedad en el gesto y rostro, si conoce algo de dicha religión, no dudaría ni un poco de la veracidad de mis palabras.

En cualquier caso, mientras habla y no, comienzo a drenar su magia para que no intente nada raro.

Mire las dagas en el suelo, que clase de incompetente dejaría su arma en una batalla, estaba claro que no eso estaba puesto ahí para culpar a los Glaives. Entonces el soldado al que había liberado se lanza a por Eladamri como me había despistado con las dagas y no me esperaba esa agresividad logra pasar delante mía sin que pueda reaccionar pero no tardo en lanzar una magia cerca suya, en concreto un Fire a quemarropa, no le impactaría directamente pero el efecto secundario del hechizo haría que como mínimo no pudiera seguir corriendo y como mucho le tumbaría.

-Como le toques un solo pelo a mi compañero tu y todos los tuyos acabáis hechos cenizas -toda esa actitud de poli bueno, de líder del equipo que solo quiere lo mejor se esfumo en un instante ahora era el Renall que todos conocían frío, distante, seco y sin un ápice de duda al hablar- Me da igual la información que tengáis quienes seáis o cualquier mierda si atacáis a mi equipo cuando yo os doy la mano podéis daros por muerto. No pienso daros ni una sola oportunidad mas.

La mano de la que lancé el hechizo aún rezumaba un poco de fuego, me había contenido y por tanto una parte del hechizo se había quedado sin lanzar pero al poco tiempo se esfumo con la misma facilidad con la que había aparecido.

-Ha quedado claro, tu te vienes conmigo -dije señalando al soldado que se había envalentonado al soltarle- Vamos a ver si sois o no inocentes. Mientras haced lo que dice Aura, aunque ya tengo una cierta sospecha. Adelante Eladamri vamos a resolver este problema como hay que hacerlo.

El soldado golpeado por Renall cae violentamente al suelo y lo mir con rabia, pero opta por agachar su cabeza aceptando su situación.

Conforme Aura va drenando al mago, este empieza a preocuparse. 

Deja de robar mi magia zorra, eso lastima, me vas a dejar seco y eso no es bueno. - dice con evidente nerviosismo.

Kain llegó a mirar con enorme molestia a Renall, cuándo escogió liberar a un primer soldado, pero gracias a la reacción de aquel tipo no necesito más que esa mirada.

Luego llegaron las palabras y por fin sus compañeros se pusieron serios, a la aquarian le parecía mentira que necesitaran tantas pistas, apoyó sus dos pistolas en los tobillos del mago con calma, en esta ocasión no para disparar (por el momento) si no para hablar con cierto aire intimidatorio.

- parece que por fin están oliendo la sangre que mancha vuestras manos, no creo que me pidan que me controle para que salgáis sanos - una sonrisa algo macabra dibujada en su rostro antes de hablar al resto - quien le falten las dagas solo es cómplice de este mago, estoy deseando iniciar la decoración del escenario, no me importan algunos soldados utilizados, seguro que los hay auténticos incluso varios, mezclados con quienes están haciendo el montaje para que culpen a Lucís y su escudo. Porque creedme si os digo que si no hay información no se irá sin tortura ninguno.

De los presentes, al menos un par de infiltrados, que claramente buscaban crear una nueva guerra.

- ¿Te molesta? -pregunto con desinterés, tras lo que le apunto con la mano lanzando de nuevo otros tantos impulsos mágicos contra él hasta drenarlo por completo o llenar mis reservas*, lo que primero suceda, y diciéndole si no a Kain (que es quien tengo más cerca) que drene el resto de sus energías.

Lanzo una mirada de reojo a Kain, pero ya nada se adivina en mi gesto serio.

- Te queda poco tiempo para evitar arder, y menos aún para seguir entero. Si con esto ya estás gritando zorra, no querrás imaginar lo que grites cuando termine contigo. -le digo con gesto impasible.

Mientras Kain se dedica a "interrogarlo", comienzo a revisar a qué soldado le falta la daga.

Elfos asesinados, una niña violada y muerta, el semblante de Euphemia se colocó demasiado serio y ahora su mirada acechaba a los soldados, y revelaba que habían cosas que molestaban profundamente a la dhampiro, cosas que no perdonaría o no dejaría pasar, como esas, pero las pruebas del elfo y otras cosas la hicieron pensar sobre como todo estaba perfectamente concertado para simular algo, tal como se lo comentó a Kiel. Euphemia se soltó de Kiel y en un rápido movimiento con la guadaña apretada y clavó su ama en la pierna del mago que habían soltado, la sangre comenzaria a emanar, revelando que se estaba desangrando.

— la hoja está sobre tu vena femoral, no te desangrarás mientras yo tenga el arma puesta, pero si la retiro, tendrás solo unos minutos antes de morirte, la elfa puede sanarte y sobrevivirías pero no se acercará hasta que hables, te has reído y pareces algo nervioso, así que habla... habla todo... o muere, me da lo mismo lo que decidas... ya lo estoy disfrutando, pero a mis compañeros les importa que hables y salvarte... — su voz, su forma de actuar, era otra, era más sombría, más oscura, no era la chica que estaba del brazo de Kiel y que no reveló en sus movimiento aquella acción — tic toc... tic toc... esto corre para tus amigos... si alguno quiere salvarte la vida, que lo haga hablando, quiero matarte... soy una Dracstone... y de seguro conoces a mi abuelo — a veces eso funcionaba, a veces conocían a su abuelo y literalmente se cagaban de miedo, y quizás también la conocían a ella y lo que hacia antes a nombre de su abuelo...

El mago emite un pequeño quejido, pero ignora abiertamente a Euphemia y mira con rabia y temor a la elfa.

Algo no cuadraba del todo en esto.

             Isabeau rodea alrededor del ultimo lugar donde encontró el rastro después de haber encontrado la mochila de Sasha para tratar de hallar la o a sus adversarios y si no encuentra nada mas cerca regresa con los demás para platicar les.

Encuentras evidencia de lucha, múltiples manchas de sangre, la corteza de los árboles desgarrada en diversos puntos, una espada rota.

En definitiva, la pelea fue brutal, luego encuentras un tercer grupo de huellas.

Y un trozo del uniforme de Sasha, luego el rastro desaparece.