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Inicios en la Tribu

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27/08/2012, 19:57
Director

PRIMER CAMBIO

Para los Moradores del Cristal, el Primer Cambio suele ser algo diferente al resto de tribus. Algunos homínidos de otras tribus pueden comprenderlo, pero entre los Moradores es casi una regla fija que lo sufrirán en medio de un montón de gente, la mayor parte de los cuales es conocido, aunque solo sea de vista y nombre. Y está entre esa gente cuando se dispara. Ve a esa gente, ve sus caras, y cuando todo pasa sabe perfectamente a quién ha matado.

Y una vez que todo ha pasado, cuando se da cuenta de lo que ha ocurrido, aparecen ellos, los monstruos, le cogen y le echan una manta por encima, metiéndole en el asiento trasero de un coche mientras le exigen silencio. El vehículo lleva al recién cambiado hasta un túmulo urbano, donde se le ducha y adecenta, y un consejero le explica lo que sucede.

Mientras tanto, toda la gente alrededor está pegado al teléfono, y el joven se da cuenta de que todos hablan de él. Cubrir un asesinato (posiblemente en masa) es complicado, requiere sobornos, amenazas, chantaje y cualquier otra maniobra a la que se pueda recurrir. Normalmente hace falta un chivo expiatorio (mejor si es alguien que sirva al Wyrm, eso mata dos pájaros de un tiro).

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27/08/2012, 20:07
Director

RITO DE INICIACIÓN

Las primeras 48 horas que pasa el lobezno en el túmulo son su verdadero Rito de Iniciación. No lo sabe. claro, pero está siendo monitorizado en todo momento.

Si está a la altura de las circunstancias, el Clan intentará que el lobezno se involucre en las últimas fases del proceso que se ha iniciado con su llegada. Puede ser desde editar su propio registro policial hasta hacer algunas llamadas para buscar nueva casa o un tutor. Lo importante es enseñarle a tratar con las situaciones de alta tensión.

Los lobeznos que prueban su valía durante esas 48 horas reciben un adiestramiento especial, se les muestra la Umbra y son adiestrados en su Auspicio. A esto se le llama "el atajo", y quienes lo reciben apenas si tienen que superar un Rito de Iniciación formal. Tan solo se les pide una prueba de competencia básica, pues ya han demostrado su valía anteriormente. El rito en sí es una mera formalidad.

La mayoría, sin embargo, no toma el atajo. Las primeras 48 horas son traumáticas, y es posible que no estuviera en condiciones de demostrar su valía. Entonces solo reciben una enseñanza mínima, y se les hace enfrentar un Rito de Iniciación "de verdad", preferiblemente en grupo, basado en las necesidades del túmulo en ese momento. A cada Rito se le asigna una valoración de dificultad, de uno a diez. A todo Rito que supere el nivel 6 se le asigna un supervisor (o más) que no interfiere salvo para sacar las castañas del fuego a los lobeznos (si se ven superados, aunque su intervención supone el fracaso de los participantes).

Como referencia, siempre que haya un hombre lobo (o criatura de similares capacidades destructivas) entre los oponentes del grupo se considera como mínimo un rito de dificultad 7. El 8 requiere que haya tantos hombres lobo como la mitad de los lobeznos. El 9 supone tantos enemigos como lobeznos. El nivel 10 es cuando los lobeznos se ven superados dos a uno por hombres lobo (o similares), y el Anciano que disponga un Rito de Iniciación así se encontrará pronto con un montón de desafíos.

La mayoría de los Ritos, no obstante, se quedan en torno al nivel 6, y están diseñados para poner a prueba la habilidad de los lobeznos para trabajar en equipo, su autocontrol, fuerza de voluntad, coraje y capacidad para actuar sin hacer ruido.

Entre los Moradores jóvenes, el nivel del Rito de Iniciación se está convirtiendo en un símbolo de estatus. Los que han superado Ritos de Iniciación de niveles mayores se creen con derecho a meterse con los que han superado niveles menores. Es algo curioso, ya que los Moradores realmente buenos son aquellos que empezaron con "el atajo", y solo precisan hacer Ritos de nivel 1.

Una vez superada la prueba, se celebra el rito delante de todo el Clan, combinando elementos de la misa católica, graduación de instituto y del ritual de armar a un caballero. Los lobeznos se arrodillan ante el celebrante, se les da una túnica ceremonial y se les recita los deberes de su Auspicio. Se les pide que reciten la Letanía y se les hace la marca de Gaia en el pecho, con el glifo de su Auspicio encima, el de la tribu encima de éste, y por último el del tótem del túmulo (tradicionalmente con pintura roja, aunque algunos clanes emplean tatuajes o incluso rotuladores). Se vierte agua pura sobre su cabeza (la embotellada sirve perfectamente) y se invoca al tótem del túmulo para que reconozca a los lobeznos como Garou, tras lo que el propio Clan les reconoce también.