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Historia de la Tribu

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21/08/2012, 20:15
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Uno de los problemas de la Tribu es que, al contrario que el resto de la Nación, es “demasiado humana” también en estos aspectos. En lugar de recopilar su historia mediante canciones y poemas, transmitiéndola por vía oral entre los Galliards de la tribu, les gusta recopilarla por escrito. Desgraciadamente, eso hace que muchos de los testimonios más antiguos, aquellos que podrían situar los orígenes de la tribu, se hayan perdido. Algunas teorías datan los comienzos de una tribu unificada alrededor del 3.000 a.C., mientras otras la datan alrededor del 10.000 a.C., aunque la mayoría de ellas coinciden en situarla en Oriente Medio.

Otro de los asuntos importantes a tener en cuenta acerca de la tribu es que no ha sido siempre la misma, ni ha conservado el mismo nombre. La tribu es tan cambiante como la propia sociedad humana, los Campos se crean y desaparecen con inusitada velocidad y, de cuando en cuando, un Campo crece tanto y se hace con tanta influencia que termina por apoderarse de la representación de la tribu al completo.

Las leyendas de la época dejan constancia de que la tribu no participó en el Impergium, como es lógico por otra parte. Al contrario, ayudó a los humanos a sobrevivir haciendo que entregaran a los criminales a otras tribus como gesto de conciliación. También buscó con desesperación el apareamiento con los humanos, ya que durante el genocidio estaba prohibido matar a la Parentela. Eso explica el motivo por el que la tribu nunca llegó a tener una “patria” propia, unido su destino al de la humanidad en su conjunto.

Sin embargo, la Guerra de la Rabia fue diferente. La expansión demográfica y geográfica de la tribu la llevó a los territorios ocupados por otras Razas Cambiantes que otras tribus. Ese fue el comienzo de las hostilidades que surgieron de la falta de entendimiento entre los Garou y los otros Fera, que desembocaría en la guerra genocida. Los Moradores consideran que fueron ellos quienes comenzaron la Guerra, y les llena de vergüenza.

Los orígenes de la tribu, como hemos dicho, se sitúan para la mayoría en algún lugar de Oriente Medio. Se han encontrado tallas en forma de cucaracha en restos nufienses, una civilización que habitó el territorio conocido hoy día como Israel/Palestina, así como Jordania y el Líbano. De esta época no hay sino incógnitas, pues la tribu ni tan siquiera ha podido contactar con ancestros de esta era para poder extraer información acerca de su cultura y costumbres.

Después llegó la que se conoce como época bíblica. Las muchas luchas entre los hombres habían debilitado la fe de la tribu en la humanidad, pero apareció un escrito que se la devolvió. Se le conoce como el Libro de Job, decimoctavo libro de la Biblia pero el primero en ser escrito. Fue en esta época cuando la tribu aprendió a convivir con la religión humana. La religión que surgiera tras la Biblia era monoteísta y más estricta que las religiones anteriores, y la adoración a Gaia quedaba expuesta. La tribu aprendió a ocultar su propia religión en los ritos propios del judaísmo.

Se sabe que había miembros de la tribu en Roma desde el 60 a.C., lo que podría guardar relación con la conquista de Jerusalén por parte de Pompeyo en el 63 a.C. El Imperio Romano estaba lleno de sorpresas y nuevas ideas que cautivaron a la tribu. Sin embargo, sus ciudades estaban atestadas de agentes el Wyrm, que influenciaban en el senado y empleaban magia de sangre sobre los humanos. Las legiones romanas, especialmente obteniendo puestos de liderazgo como oficiales y alejándose de las batallas que hubieran desvelado la naturaleza de una bestia berserker, dieron a la tribu la oportunidad de hacer algo al respecto. La magia de sangre se debilitaba lejos de sus patronos vampíricos, y permitía a los Garou rastrear a sus sirvientes y destruirlos. Además, vivir fuera de la ciudad era más seguro. Desgraciadamente, esta es la época en que la tribu entabló sus primeras relaciones con otras tribus, y no en condiciones cordiales precisamente. La mayoría de ellas formaban parte de los pueblos conquistados, e identificaron a la tribu que llegaba con los conquistadores como enemigos. El rencor aún se conserva hoy en día.

La Edad Media fue una época oscura, de escaso desarrollo intelectual. La tribu se ocultó en las filas de la Iglesia, empleando su vieja costumbre de solapar la fe humana con la fe en Gaia. Numerosos hombres lobo se introdujeron en monasterios, abadías, iglesias, catedrales... y decoraron las imágenes de María con detalles naturales decorando sus ropas, y ocultaron poesía ritual y connotaciones militares en los Salmos. La tribu mantuvo túmulos no-urbanos en monasterios aislados. En esta época, se conocía a la tribu como Protectores del Hombre.

Pero el medioevo culminó, dejando paso al Renacimiento. Emergió una vasta y poderosa revolución artística, científica y cultural, y los pensadores de la tribu en Italia se cansaron de la Iglesia. Pasaron a ser buscadores de conocimiento, divulgadores y editores, a controlar el sistema económico italiano, a apropiarse de toda idea e invención que creaban los humanos. La tribu emigró en masa a Florencia. Surgió el Campo de los Tetrasomianos, a partir de las doctrinas científicas y filosóficas de las Humanidades, y el Campo cobró tanta fuerza que se hizo con el control de la tribu.

El descubrimiento del Nuevo Mundo no llamó la atención de la tribu hasta 1671, cuando diversos planes de embarcarse hacia las Américas hicieron levantarse las orejas de algunos miembros de la tribu que se movían en la esfera de los negocios. Los Garou más jóvenes comenzaron a emigrar al Nuevo Mundo, frustrados por la falta de oportunidades que les concedían sus mayores Tetrasomianos e inspirados por el discurso de la Ilustración, apoyando a los colonos durante la Guerra de Independencia Americana.

En 1829, una veintena de Garous de la tribu se reunió en Philadelfia para ver la prueba original del tren Old Ironsides, una locomotora de cinco toneladas, siguiendo un sueño profético. Allí se les apareció el que sería nuevo espíritu totémico de la tribu, Stourbride Lion, a quien unieron sus destinos a medida que el ferrocarril se fue extendiendo por el país. Exceptuando a los Uktena y Wendigo, por primera vez la tribu luchaba codo con codo al lado de las demás tribus, en lugar de contra ellas. Pasaron a llamarse Jinetes de Hierro.

Europa, mientras tanto, continuaba su camino hacia la Revolución Industrial, demostrando que el Wyrm era perfectamente capaz de emplear las herramientas de los humanos como arma. En 1780 aparecieron en Londres las primeras fábricas, y su humo y desperdicios tóxicos se convirtieron en el hogar de las Perdiciones. Comenzó la Guerra del Apocalipsis moderna, y los pocos Tetrasomianos que quedaban sucumbieron en la épica batalla contra un poderoso espíritu del Wyrm, Estaño, al que derrotaron al precio de sus vidas. Del vacío de liderazgo consiguiente, los Jinetes de Hierro se convirtieron en el rostro de la tribu.

La tribu no pasó a denominarse Moradores del Cristal hasta que logró entrar en comunión estable y directa con las ciudades. Esto se produjo cuando la tribu encontró a los primeros espíritus totémicos Padre o Madre Ciudad. El primero en descubrirse fue el Padre Ciudad de Londres, pero poco después aparecieron Padres y Madres Ciudad en Nueva York, Filadelfia, Atlanta, Boston, Chicago... Los Jinetes de Hierro se encontraban distanciados, sin un propósito específico por haberse culminado la construcción del ferrocarril del Pacífico Norte, así que la parte más urbanita de la tribu no tardó en suplantar a este campo como predominante. Habían nacido los actuales Moradores del Cristal.

Notas de juego

Fuente: Resumen del Libro de Tribu Moradores del Cristal