Partida Rol por web

Brielle se alarmó durante unos instantes, pero rápidamente comprendió la situación. Tuvo que poner toda su voluntad para no mirar descaradamente hacía dónde le había indicado Brandir, pero sabía que eso podría delatarles. La mujer siguió sus pasos, como si nada hubiera pasado, luego asintió levemente ante las palabras del montaraz.

Apretó fuertemente su lanza, pues estaba nerviosa y tensa.

Brandir asinitió ligeramente con la cabeza al recibir la señal de Brielle, y justo cuando llegaron al frente de la colina por el camino, sin parar de caminar Brandir dijo.- Ahora.- fué sólo un susurro mientras empezaba a correr hacía el flanco que se había asignado, fuera quien fuera no podía salir de aquí tenían que atraparlo, y corriendo el Hombre de los Bosques desenvaino la daga.

Brielle de repente se puso a correr hacía las colinas, pero en otra dirección que Brandir, que también había iniciado su carrera. Corría con determinación y con la lanza agarrada con las dos manos, y la mirada fija hacía la espesura. Sin duda había sido premeditado, pues ambos empezaron a correr a la vez en esa dirección.

Miro desconcertado como la humana sale corriendo hacia la espesura.

- Que ... pasa ahora. - le digo a Mutfast.

- No lo sé Gorak... - digo algo nervioso - ...puede que hayan visto algo...

Tanteo mi cinturón en busca del pomo de mi espada corta y me tranquiliza notar que está ahí aunque realmente espero no utilizarla. Miro a mi alrededor nervioso en busca de algo que pudiera llamar la atención de nuestros compañeros de viaje.

Empiezo a aligerar los pasos siguiendo a la humana mientras me fijo hacia donde se dirige mientras con mi mano izquierda tanteo en busca de mi yelmo el cual me pongo cuando lo encuentro. Con la Mano derecha agarro el Martillo.

- Vamos maese Mutfast. Será mejor que no la perdamos de vista.

Sigo al enano en nuestra carrera detrás de los dos hombres de los bosques. Hago un gesto al hombre del sur para que vea que ha pasado algo, con su corcel no tendrá problemas en alcanzarnos. Al ver que se coloca el yelmo y agarra el martillo decido sacar mi honda y buscar una piedra redondeada para poder disparar con ella. Es mejor estar preparados aunque espero que no sea nada de nada.

De pronto Brandir y Brielle echan a correr hacia una serie de colinas bajas que se yerguen a la izquierda del camino. La mujer empuña su lanza mientras que el montaraz desenvaina su daga. El enano y el hobbit corren también hacia allí mientras que Ahrimán apreta un poco más el paso de su corcel. Los dos humanos suben la colina uno a cada lado y desaparecen tras un grupo de arbustos y árboles bajos. Segundos más tarde vuelven a salir acompañados de otro hombre.

El desconocido es un joven robusto de ojos y pelo negro, con algunos problemas de higiene. Brielle lo empuja a punta de lanza de vuelta al camino donde el hobbit y el enano no tardan en llegar. El hombre del sur aparece un poco después tirando de las riendas de su corcel.

Habían conseguido su objetivo, alguien les estaba siguiendo y tras unos rápidos movimientos le había atrapado, por que alguien intentaba seguirnos si aun casi nadie sabiamos que ni existiamos, extrañado por todo aquello, Brandir bajó la colina con dos grandes saltos para ver la cara a la presa justo cuando llegaban los demás, Brielle a base de pinchazos lo había traído hasta el camino.

Brandir se puso ante él, a una distancia prudencial, y empezó a hablar lentamente, el hombre parecía que no se había lavado mucho en los últimos lustros, era joven y fuerte, así que había que tomar precauciones.- se puede saber por que nos estas siguiendo? .- Brandir intentaba ser amable, aunque le había molestado mucho que lo siguieran.

Mutfast y yo llegamos hasta nuestros compañeros de viaje. Traen a un hombre a punta de lanza. Acabamos de llegar cuando escuchamos a Brandir decir: ¿se puede saber por que nos estas siguiendo?

- ¿Qué nos estaban siguiendo? ¿Quién? ¿Por qué? - pienso mientras me acerco al hombre. Realmente le hace falta una ducha.

- Responde. ¿Quién eres? ¿Por qué nos sigues? ¿Quién te manda? - digo mirando fijamente al hombre.

-Me llamo Haddil -dice el joven intentando alejarse de la lanza de Brielle- ¿Os habéis vuelto locos? Yo no estaba siguiendo a nadie...

.- no me gusta la violencia... pero no mientas, que si no a mi amigo enano si que le gusta... asi que no mientas! te he visto acechando detras de la colina y llevas un buen rato haciendolo, habla! .- la voz del hombre de los bosques era pausada y sin perder la calma.-

Me acerco pausadamente al grupo, mientras veo que interrogan al muchacho. Al llegar a su altura desenvaino mi cimitarra y apunto con ella al joven, manteniendo una buena distancia entre él y mi arma:

Habla mentecato, o tu cabeza acabará soportando el viento de este lugar, ensartada en la lanza que transporta mi caballo.

No es momento de perder el tiempo con zarandajas. Nos queda mucho que hacer.

Observo a cierta distancia el "interrogatorio", realmente no me gusta la violencia. En La Comarca raramente nos peleamos y nuestras rivalidades se zanjan con un buen barril de cerveza y puede que algún pulso. No somos gente violenta ni amante de la guerra. Por ello me mantengo un poco alejado y reviso la zona ya que puede que este hombre sólo pasara por aquí cerca pero...¿y si había más? Según cuentan es una zona de bandidos, y es posible que acechen el camino y nosotros íbamos por el.

En esto me giro y le digo al resto:

- Preguntadle si caminaba sólo...  

Al ver la cimitarra apuntándole, Haddil traga saliva y palidece.

-Está bien, está bien. Es verdad, os estaba siguiendo ¡Pertenezco al gremio de ladrones, ellos ya están enterados de vuestro plan! -añade desafiante-. Mi gremio tomará venganza si me haceis daño, os lo aseguro. Soy de vital importancia para ellos, soy el hijo del su líder, Conûl Uld -dice sacando pecho.

- ¿Que tomará venganza? ¿Como saben de nuestro plan? ¿Quién les ha informado? - digo agarrándole de la solapa y bajandole hasta mi altura. Se me está acabando la paciencia jovencito. Más vale que te des prisa en contestar y que la información sea relevante.

-Les...les avisé yo anoche... -dice el joven intimidado por las formas del enano-. Saben que vais y os estarán esperando... no tendréis... nin...ninguna oportunidad.

Extraño giro de los acontecimientos. Casi no hemos empezado nuestra aventura y ya está todo el mundo informado.

Lo mejor será llevarlo con nosotros. Si es cierto que nos están esperando podremos buscar alguna entrada secreta a la ciudad. Seguro que Haddil estará encantado de echarnos una mano, a no ser que quiera perderlas. Podríamos infiltrarnos imitando sus atuendos.

Lo cierto es que el enano y el hobbit iban a tener problemas para llevar a cabo el plan. Su altura seguramente sería un problema para pasar desapercibidos...

Sus compañeros no entendían mucho de modales en estos casos y no dudaban en zarandear al perseguidor, pero parecía que habían conseguido sacarle algunas palabras, verdad o no, lo que contaba el muchacho era una buena información, además como bien había dicho el haradrim nos sería de gran utilidad.

.- de lengua muy viva eres tu... pero poco precavido si pensabas que ibas a seguirnos sin que fueras descubierto, pero vas a servirnos de ayuda sino quieres acabar como comida para los buitres.- luego Brandir miró a sus compañeros.- dificil es pasar desapercibidos... probablemente nos esten esperando antes de lo que pensamos, ahora más que nunca no podremos andar por el camino .- el hombre de los bosques se colocó la capa sobre la cabeza .- será mejor que lo atemos y vayamos bordeando el camino, tened los ojos bien abiertos... al llegar a la ciudad este misero nos ayudará.

- Atadle, amordazadle, tapadle con una manta y echadlo sobre el caballo. Así no nos ralentizará ni nos delatará.