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La Isla de Rudarthur

Esta pequeña isla se encuentra al sur .... bueno en realidad eso era lo de menos, esta pequeña isla es como un pequeño paraiso, independiente y aislada, mas por el desconocimiento o la indiferencia del resto del mundo para su beneficio es un lugar tranquilo y acogedor para vivir.

La isla es un islote con pequeñas islas a su alrededor que las protege de los avatares de las mareas y tormentas, lo cual le ha permitido desarrollar con bastante tranquilidad y paz. El interior de la isla posee algunos asentamiento maderero, y alguna cantera de donde sacar los materiales del interior de la tierra que necesita la ciudad, el hierro y la caliza son sus principales productos, lo justo y necesario para desarrollar el pequeño pueblo pesquero del sur, Rudarthur.

Es un pequeño pueblo, pero que es el asentamiento mas grande de toda las islas, con un puerto con pequeños barcos y algún comerciante que trae articulos de lujo, y con edificios oficiales de piedra salpicados con algunos de madera bien trabajada. La pobración es reducida unos 500 habitantes desperdigados por el puerto, es castillete y las numerosas granjas que rodean los fertiles terrenos de los alrededores. A pesar de no ser tan pequeña, en primer lugar su población esta muy envejecida y no son muchos los chicos que hay en la ciudad, algo que preocupa, pero que se soluciona con la llegada de criaturas de todo el continentes que llegan en busca de una nueva vida. Esta tendencia de ser un lugar para comenzar de nuevo hace del pueblo de un lugar con una gran mezcla de muchas razas, desde Duros Drignar hasta simpáticos y alegues hanflins. A pesar de la variedad de razas todas son muy pacificas y amigables y en la ciudad no luce ningun atisbo de discriminacion o zonas de diferente clases.

La ciudad es defendida por el castellete de Ojo de Halcon, una pequeña fortificación donde la guardia de la Espuma entrena, viven y realizan sus actividades de vigilancia y control, aunque lo peor que suele actuar son para peleas de borrachos o pequeños hurtos.

Los principales recursos de la ciudad son la pesca y la madera que es de alta calidad, y con ella tiene el poco comercio con el exterior con pocos y celosos comerciantes que mantienen en secreto centro de suministros tan tranquilos y tan poco explotado. El gobernante de las islas es un cosejo de acianos, veteranos y experimentados habitantes de las islas que con su sabiduria ayuda al desarrollo de su pueblo, su lider es llamado Marisal y es elegido entre los mas sabios y habilidosos de las islas, en la actualidad es Harol Brusel, un pescador jubilado que habia vivido su juventu viajando por tierras lejanas.

Como todas las leyendas, comenzó un dia especial con eventos especiales en los que los asistentes, sienten que están ante algún momento especial, pero hasta que no pasa el tiempo no llegan a comprender la suerte que han tenido. Y en el caso de nuestros héroes, tuvo lugar una calidad mañana, en la presentación de Nimra.

Era el comienzo de la época de siembra, cuando los días comenzaban a aumentar y el periodo de pesca comenzaba a ser más fructífero, un día de gran importancia que se le llamaban el día de Nimra, la diosa, madre de todo los dioses, la que llaman el Sol y la Luna, la moneda o la Unica.

El dia era de gran importante ya que era cuando se reunían la mayor parte del pueblo dentro de lo posible, ya que es cuando se honraba a la diosa principal y el templo preparaba los festejos, pero también cada uno de los gremios ofrecía mercancías, productos y ofrendas a la diosa para favorecer sus mejores piezas para que el año fuera aún más productivo que el anterior.

Todo el mundo se reunía en la plaza central del pueblo, decorado con papeles de colores, algunas flores y enormes mesas con algo de comida que habían traído. Frente al templo de Nimra se ve un altar, y una tarima donde se va ofreciendo las ofrendas y el Clerigo del templo las tomaba y ofrecía a la diosa con ritos y otras florituras, y junta a las enormes mesas donde los diferentes gremios dejan sus ofrendas, defendida por la Guardia de la Espuma.

Si fuera solo esto, la celebración seria la misma a la que estabais viendo cada año, cuando comenzaba a mejorar el tiempo, sin embargo esta vez vuestros padres parece que están mas agitados y preocupados de lo normal, os ponen ropas extrañas con estampados religiosos y con florituras, asi como guirnaldas de flores que vuestras madres o vecinas han encadenado para ustedes, y si eso no fuera poco, os han lavado y limpiado de una manera insana, casi como si quisieran arrancaros la piel asi como daros con perfumes o ungüentos de olor de flores, limón, manzana, y otros aromas frutales que no entendéis del todo porque.

Aquello os molesta un poco, pensabais que al igual que los años anteriores, os dejarían libres el dia de vuestro cumpleaños para disfrutar de la celebración pero no pasaba algo pero no sabíais que podría ser …., pero en el rostro de vuestro familiares solo podeis ver orgullo y alegria.

Si bien, cada uno no recuerda bien como ocurrio, pero cuando pensabais que llegabais a la fiesta vuestros familiares os llevaron al templo donde unos clerigos os tomaron y os metieron en un cuarto, donde por primera vez los 5 chicos se conocieron, o eso siempre han contado en el pasado sobre como se conocieron.

Ali se sentía un poco ridícula vestida de blanco y con un lazo en el pelo en forma de mariposa. El blanco impoluto destacaba muchísimo sobre su piel negra, pero precisamente eso la hacía destacar y llamar la atención, y a ella no le gustaba llamar la atención. Pero sus padres habían sido muy tajantes, y tras una enérgica protesta, había tenido que transigir.

En cambio, le habían dejado decidir el perfume, y había optado por un agua de flores que su madre conservaba desde hacía años. Según su madre era olor a "mango", una fruta de su tierra natal, y eso a Ali le había parecido misterioso y exótico. Como el perfume había perdido algo de fuerza lo mezcló con un olor a manzana verde, y la mezcla le encantó. Seguramente nadie lo notaría (era un aroma sutil y no se extendía lejos de Ali, alguien tendría que acercarse para percibirlo), pero eso le daba un poco igual. Su nariz no parecía saturarse de ese olor, así que cada dos por tres se olía a sí misma para volver a percibirlo.

Casi se puso nerviosa cuando la separaron de sus padres y los clérigos la llevaron a una habitación vacía. Allí no había nadie, aunque le dijeron que llegarían otros niños. Buscó un sitio para sentarse y se limitó a esperar. Ali tenía mucha imaginación, y cuando se aburría o tenía que estar en un sitio haciendo algo muy rutinario, se imaginaba historias, así que aburrir, lo que se dice aburrir, no se aburría nunca.

Mientras llegase quien tuviese que llegar, Ali se convirtió en una capitana de un barco mercante.

La pequeña Shitëse deseaba que llegase esa ceremonia, por que quería entregarle una de sus piedras a la diosa, como hacían los adultos. Y luego podría ir a disfrutar de la celebración y de la rica comida. 

Pero ese año fue distinto, para empezar sus padres les dijeron que ellos llevarían su piedra pues yo tenia que hacer otra cosa, sin llegarle a explicar el que, además la limpiaron , hasta el punto de creer haber perdido alguna escama en el proceso y la perfumaron, olía tanto a manzana verde que un par de veces se lamio el brazo a ver si sabia también, pero en lugar de eso sabia a algo horrible, si ella hiciese un perfume se preocuparía del sabor también...

También le pusieron ropa, por norma general ella no solía vestirla, no la necesitaba, pero por lo visto, aquel día especial, también incluía llevar ropa, como las personas grandes, así se lo vendieron sus padres para que no se la quitara.

Se sentía algo extraña con ella puesta, y con el lacito en la cabeza que le habían puesto, pero bueno, sus padres le dijeron que lo tenia que llevar, y ella era una niña buena, así que les haría caso.

Lo que ya no le hizo tanta gracia es que la fueran a dejar en una habitación, eso no formaba parte del plan, ni que no le dejasen llevar su pelota azul para hacerle compañía. Así que cuando fueron a llevarla a la habitación estaba algo revoltosa.

-Mami... me encuentro mal... mejor llévame a casa.

Le dijo a su madre poniendo su voz de malita, mientras se ponía la mano en la barriga y cara de pena.

-Oh, es una pena, hoy iba a ver a nuestro amigo, y nos iba a dar un bote de esas galletas rellenas que tanto te gustan, pero si nos tenemos que volver, supongo que ya otra vez será.

Respondió su madre con picardía.

-Me encuentro mucho mejor mami, no hace falta que nos volvamos, ha sido un milagro, seguro que es por la festividad, la diosa me ha bendecido

Contesto de repente alzando los brazos y dando saltitos.

Avanzo hasta la estancia, donde le dijeron que vendrían otros niños Y al entrar vio a Azlik'sha, Al igual que ella llevaba unas ropas que no parecían agradarle.

-Hola, soy Shitëse, un placer, tu también vienes a la ceremonia, tu vestido es muy bonito y tu pelo y tu lazo también, yo tengo un lazo parecido, pero mi mama me dijo que este me quedaba mejor, que resaltaba mas con mis escamas rosadas, mi mama tiene las escamas azules, asi que no podemos usar los mismos colores, y mi papa rojizas, mis colores si que coinciden pero claro, toda su ropa es de hombre, asi que tampoco puedo usar cosas parecidas, mi mama me dice que cuando sea mayor apreciare mas la ropa, pero a mi la verdad es que no me gusta, solo me incomoda, ¿A ti te incomoda la ropa?, es un rollo, ademas se ensucia y si se rompe mama te riñe y...

Comenzó a hablar animada y muy rápido mientras movía los brazos y la cola energicamente.

El día marcado para ir al poblado había llegado y, lejos de emocionarse por la celebración, Yuan disfrutaba de pasar todo un día con sus padres, ya que rara vez coincidían los tres por largos periodos.

Su padre, para aquella ocasión, había llevado a los primogénitos de su ganado para una ofrenda, mientras que su madre llevó las semillas más maduras. Yuan no sabía qué era diferente aquella vez, pero tuvo que preguntar a su padre por qué pensaba ofrendar los animales más prometedores de su, por otra parte, escaso rebaño. Su padre sólo se limitó a sonreír sin pronunciar palabra, mientras le enfundaba su antiguo chaleco con el que se había casado años antes, que había sido remodelado para encajar en un traje de una pieza para el chico.

Después, su madre le untó con toda clase de potingues causando un extraño olor que a Yuan le mareaba. Mientras viajaban al pueblo, el muchacho se preguntó por qué el de tantas preparaciones si aquello era una celebración como cualquier otra.

Definitivamente me van a vender. - Fue lo primero que paso por su cabeza, pues nada difería de lo que le hacían a las mejores mercancías que sus padres preparaban para ciertos comerciantes adinerados.

- Por favor, no me vendáis. - Fue la única frase que pudo balbucear agobiado por aquella idea. - Trabajaré más, dejaré de holgazanear y, y...

Tras aquellas palabras sus padres se miraron y se rieron como nunca antes les había escuchado, llegando a soltar alguna lágrima en su incontrolable carcajada, para luego asegurarle que no le iban a vender.

Fue entonces cuando entraron al pueblo y mientras que su padre se alejó de Yuan en el carromato en dirección a la plaza central, su madre le tomó de la mano y se dirigieron al templo. 

Ahora entiendo, voy a casarme, menos mal. - Era lo que había asumido Yuan, sabiendo que sus padres habían acudido a un templo a casarse años antes de que él naciera. - Pero, ¿con quién?

Aquella pregunta pareció contestarse al momento que entró a la sala de espera tras despedirse de su madre. Allí, vio a dos niñas desconocidas que hablaban entre ellas, así que se unió a la conversación mostrando una desvergüenza propia de la niñez.

- Hola, me llamo Yuan. - Dijo haciendo una pequeña reverencia a las ya presentes en la sala. ¿Quién va a convertirse en mi esposa?

Igual que en años anteriores estaba entusiasmado, ansioso por correr por ahí entre los festejos de la gente que compartía su buena comida, su música, sus múltiples actividades recreativas para infantes como yo, a pesar de esa rutina anual mi hermano se comportaba de forma diferente, tan pronto me levante me empujo en la bañera limpiándome como si no me hubiera lavado en mi vida, llenándome de jabones y esencias extrañas que me hacían estornudar, incluso despues de salir eso no fue lo único diferente en esa ocasión, me estaba obligando a vestir ropa extraña una túnicas que al tenerla sobre el cuerpo me asfixiaba, estaba acostumbrado en llevar poca ropa, intentaba estirar la ropa en un intento de liberarme aunque mi hermano me detenía casi de inmediato -¿Por que tengo que usar esto?, no lo entiendo- Me quejaba pero tenia que ceder ante la insistencia de mi hermano, solo quería divertirme no usar todo esto.

Cargamos en bolsas varias estatuillas de madera talladas a manos, mi hermano esperaba usarlas de ofrenda, eran bastante bonitas seguro podría vender mas de una por un buen precio seguramente si se lo pedía me dejara ayudarlo la próxima ocasión mientras era arrastrado intente liberarme pero su mano en mi muñeca me sujetaba con firmeza -Suéltame, por favor prometo no correr, pero suélame es incomodó- Hice una mueca un tanto molesto pero rápidamente sonreí aliviado mi hermano no parecía estar molesto conmigo, pero seguía siendo muy extraño camine hasta que llegamos al templo donde mi hermano y yo nos separamos, mientras era arrastrado por los clérigos al principio intente poner resistencia pero despues simplemente acepte caminando al interior -¿Es que no hay ropa mas cómoda?.

Llegue justo a tiempo para ver a los otros infantes presentes, sonreía saludando en un intento de ser amigable con los desconocidos -Hola, soy Irezumi, es un placer conocerlo, ¿Alguien sabe que hacemos aquí?- En ese momento escuche un comentario que llamo mi atención -¿Esposa?,¿Matrimonio?,¿Vamos a casarnos?, pero no quiero ser tu esposa soy muy joven- Arrugue los labios no quería aceptar esto, no quería un matrimonio aun no, pataleaba un poco quejándome, casi sollozando -Hermano, ayúdame no me quiero casar .

Shitëse saludo con jovialidad a los que llegaron nuevos.

-Hola soy Shitëse, me gustan los dulces y jugar a las tiendas, también hacer cositas de manualidades para venderlas, y los animales, y cuidar a mi mascota y... 

La chica continuo hablando casi por encima de Yuan, hasta que este comento lo de casarse.

-Ca...ca...ca...casarme

Las escamas de la semidragon se volvieron aun mas coloradas.

-No,no,no,no

Decía negando con la cabeza nerviosa y con la cola muy tiesa.

-No puedo casarme, papa y mama me hubieran dicho que venia a casarme, o igual no, por que saben que no quiero casarme, yo quiero ser una gran mercader, si me caso no podre serlo, aunque papa es un gran mercader y esta casado, pero no, yo no quiero casarme, yo quiero viajar vendiendo objetos, y haciendo feliz a la gente, aunque si mi esposo esta dispuesto a viajar... no seria un problema.

Volvió a negar con la cabeza mientras continuaba con su incesante berborréa.

-No, yo no soy con quien te vas a casar, será la chica esta o Irezumi, pero yo no, desde luego.

Vadha llevaba emperifollado desde primera hora de la mañana. A él le parecía indigno de un futuro guerrero, pero la sonrisa de sus padres le hacía apechugar con todo con silencioso estoicismo. Al fin y al cabo, se marcharían en pocos minutos y le dejarían con su tía y sus amigos. La Guardia de la Espuma siempre está muy atareada en el día de Nimra y aquella no era una excepción. Había tenido que despedirse de ellos una vez que terminaron con los preparativos.

Su tía terminó de arreglar alguno de los adornos que se le habían descolocado cuando intentaba ir a jugar. Después de una regañina, volvía a estar listo para la ceremonia. Pese a la insistencia de la misma, Vadha consiguió ocultar su espada de juguete favorita entre las túnicas. Un guerrero siempre debe estar listo para el peligro, pensaba.

Sin embargo, se encontraba nervioso. Había visto aquella misma ceremonia en años anteriores, pero aquella vez se sentía más elegante de lo normal y notaba algo raro en el ambiente. Tal vez fueses las miradas de orgullo de sus familiares o los recargados perfumes.

Cuando le encerraron junto a otros cuatro muchachos de la isla a los que no conocía, comprendió que aquella ceremonia no era como las demás.

A algunos los conocía de vista, pero no conocía sus nombres ni había podido hablar con ellos. ¿Por qué les habrían encerrado todos juntos?

Vadha echó un último vistazo al clérigo que le había acompañado hasta la habitación mientras cerraba la puerta. No parecía hostil. Los muchachos y muchachas con los que estaba encerrados parecían estar hablando de matrimonios.

—¿A-alguien sabe qué hacemos aquí? —preguntó, intentando disimular torpemente su timidez.

Ali se encontró con una niña que le hablaba con un torrente de palabras que apenas era capaz de seguir. Su timidez se impuso y esperó a que terminase de hablar, pero para entonces entraron otros niños y empezaron a hablar de casarse. Ali sonrió para sí, fuese lo que fuese que tocaba ese día, desde luego no sería casarse. Pero tampoco tenía ganas de dar su opinión sobre eso.

El último en entrar fue un niño que, como los demás, tampoco tenía ni idea de por qué los habían arreglado tanto y luego encerrado.

Lo único que tenían en común era que todos parecían ser de la misma edad, así que quizás en esa pueblo todos los niños, al llegar a una edad, pasasen por lo mismo. Sabía, porque su padre se lo había contado, que en el pueblo de su madre eso pasaba pero solo con chicos y cuando llegaban a unos 13 o 14 años. Quizás aquí en las islas la cosa fuese diferente.

En todo caso, la parte positiva es que no los arreglarían tanto para enviarlos a pelear, seguramente sería alguna ceremonia para enseñarlos, para que los viesen en público delante de mucha gente, y por eso tenían que estar tan guapos.

La idea empezó a ponerla nerviosa, a las niñas tímidas no les gustaba ser observadas. Por un momento estuvo a punto de dejarse llevar por las emociones y ponerse a llorar, pero eso era algo que su madre no aprobaría. Ella era fuerte, como una roca, y quería que su hija lo fuese también. Así que se contuvo.

Después comenzó a observar el cuarto alrededor, era una especie de sala de estar, no vio ni comida ni bebida, y no había camas ni nada por el estilo. Sin embargo, en un rincón había una vieja y bonita mecedora.

Como los demás seguían hablando, simplemente se acercó y se sentó en ella y comenzó a mecerse. Nunca se había sentado en una mecedora y le gustó la sensación, así que se centró en ella y encontrando algo que captase su atención, se calmó.

Un chico nuevo apareció, y como venia siendo habitual, el foco de atención de Shitëse paso a la nueva incorporación.

-Hola, mi nombre es Shitëse y me gustan los dulces y jugar a las tiendas y las manualidades....

Y allí iba de nuevo, con toda aquella cascada de frases que decía como si de un discurso se tratase cada vez que se presentaba a alguien.

Y aunque no lo pareciese, pudo escuchar la pregunta de Vadha debajo de aquel torrente de palabras.

-Oh, ni idea, el chico del pelo blanco...mmmm.... ¿Yuan?... dice que nos vamos a casar con el, pero yo no quiero casarme con el, y creo que la chica del pelo bonito tampoco, y por como se ha puesto Irezumi, diría que tampoco. No te lo tomes a mal Yuan, pero creo que a no ser que el chico que acaba de llegar quiera, no vas a casarte con nadie, no creo que nos obliguen ¿O quizás si? Mis papas no creo que me obliguen a casarme... yo me porto bien y les hago caso, y me como todo lo del plato, y saco a pasear a Schildkröte, bueno, el me pasea a mi, pero le acompaño... soy una niña buena y no deberían de obligarme.

Al ver como la niña usaba la mecedora, su atención cambio a el viejo mueble.

-Oooohhhh...parece divertido...

Dijo moviendo la cola feliz, aunque se paro de golpe.

-No... esta jugando la niña de escamas marrones... mamá dice que hay que respetar lo que estén haciendo los otros... a mi no me gustaría que me molestasen si estoy jugando yo

Se regaño a si misma mientras bajaba de nuevo la cola y miraba de nuevo a los otros chicos, tratando de no prestar atención a la ahora divertidísima mecedora.

-Si...si queréis podemos jugar a algo mientras esperamos.

La pequeña no podía de dejar de mirar de reojo la mecedora.

Las mejillas canela de Vhadha empezaron a teñirse de verde. En la habitación hacía calor y empezaba a sentirse algo agobiado por no ver la luz del sol, especialmente con tantos niños y niñas hablando.

—A-ah, encantado Shitëse, yo me llamo Vadha. Supongo que me gusta jugar y las espadas. Bueno, las de juguete, mi mamá dice que todavía soy muy pequeño para las de verdad.

Fue a llevarse la mano a la túnica, pero pensó que tal vez no fuese tan buena idea sacar armas, por mucho que fuese de mentira. No quería provocar aún más caos.

—Mis padres se casaron siendo jóvenes, pero no eran TAN jóvenes —contestó nervioso, pues ni se había planteado siquiera la idea de siquiera besar a alguien.

Cuando escuchó la silla mecedora, Vadha empezó a prestar atención a los detalles de la habitación. Era sencilla, al estilo clásico de la arquitectura de la isla: mezclando madera de bambú y adobe. En cierto modo le recordaba a la sala de estar de su casa, pero sin adornos de ningún tipo. El templo de Nimra era de piedra, pero por algún motivo aquel lugar era bastante más hogareño y menos majestuoso.

—¿Jugar? Podemos jugar a algo, pero mejor no romper nada… Bueno, si es que hay algo que se pueda romper.

LLevais un rato charlando y seguis charlando, pero os vais fijando poco a poco del cuarto y sus detalles.

Si es cierto que es un cuarto muy sencillo, pero en realidad el cuarto es mucho mas de lo que parece, por un lado la luz entra a traves de un ventanal que esta a cierta altura, a trravesdel cual se puede ver el jardin interior del Templo, no es un sitio demasiado visitado. Las ventanas, parecen cerradas, pero lo estaran?, 

Por otro lado la mecedora que esta dirigida para mirar a traves de la ventana, y algunos asientos extras, asi como un par de mesas que estan pegadas a la pared. Sobre ellas hay algunos platos y en uno de ellos podeis ver algunos bollos de pan recien hechos, el aroma es suave asi que no os llamo la atencion al entrar, posiblemente son de leche, suave y cremoso.

El suelo parece sencillo, aunque podeis ver una enorme imagen que lo decora, es una especie de circulo cortado con una luna

Es un mosaico antiguo, los colores estan apagados posiblemente debido al tiempo y al uso, posee incluso zonas mas desgastadas que otras.

Y en el techo, hay filigranas que mezclan imagenes de soles y lunas junto con formas geometricas.

La habitacion parecia sencilla, pero tiene mas detalles delos que os fijasteis en un primer momento, y claro, ese ventanal, de ventanas grandes. 

Ali se levantó cuando vio que otros miraban la mecedora con envidia. En el pueblo de su madre había pocas cosas que fuesen de alguien, la mayoría eran comunes, y la costumbre era compartirlas. El que la necesitaba la tomaba, o la pedía, y cuando acababa la devolvía. La mecedora no era suya, y tras un rato disfrutando de la sensación simplemente se levantó para que cualquier otro pudiese usarla.

Había pasado ya más de una hora desde que estaban allí y nadie había venido a buscarlos. Ali había desayunado mucho (su madre siempre insistía en desayunar mucho, al fin y al cabo ella hacía un trabajo durísimo, y casi todo por las mañanas. Por la tarde no moldeaba ni templaba, solo decoraba y pulía o afilaba, así que su madre desayunaba muchísimo para aguantar el ritmo, y Ali también había tomado esa costumbre. Así que aunque vio los bollos cuando los otros los descubrieron, no les hizo caso.

Aún no se había ni presentado, no había visto la necesidad. No esperaba estar tanto tiempo con los otros niños, estaba segura que los habían metido allí mietras preparaban su aparición en alguna ceremonia de presentación, pero las ceremonias en el pueblo solían ser cortas, y era raro que tardasen tanto. Quizás se había equivocado, quizás eran sus padres los que estaban siendo juzgados por alguna razón y los habían encerrado para que no protestasen por lo que fuese que estaba sucediendo. O quizás se avecinaban problemas y los habían encerrado por su seguridad.

Fuese lo que fuese, algo no iba como tenía que ir, porque ninguna de aquellas razones daba para que estuviesen taaaanto tiempo encerrados.

Ali, para tener 7 años, y ser tan tímida, era también resuelta cuando decidía algo. Y en ese momento decidió que ya estaba harta de esperar. Se sacó el lazo del pelo, se sacó los guantes elásticos blancos que le llegaban al antebrazo, y se metió aquella ropa absurda y superflua en un bolsillo.

- Mi nombre es Ali, y ya me he cansado de esperar. Me voy.

Se acercó a los ventanales y miró el mecanismo de cierre. Era sencillo y se abrían hacia afuera, como casi siempre. Los abrió de par en par y miró abajo. Estaban en un primer piso, pero en el templo las ventanas tenían tejadillos para que los sacerdotes pudiesen asomarse por ellas sin que les cayesen las goteras del tejado en la cabeza y debajo de esa ventana había otra, con su tejadillo correspondiente. Estaba segura de poder descolgarse hasta allí, y una vez allí saltar al patio interior.

Pero antes, se le ocurrió que igual la puerta no estaba cerrada con llave y solo estaban encerrados porque no habían intentado salir, así que se fue a la entrada, tomó la manilla, y la hizo girar con fuerza.

Miraba algunas veces a Yuan, ¿Por que tenia que casarme con el?, aun era muy joven ni siquiera lo conocía, cuando nuestras mirabas se cruzaban volteaba a ver mis pies algo asustado y nervioso quería escaparme de esta situación, ¿Juagar? Escuche las palabras con mucho entusiasmo era la distracción que necesitaba -Jugar, me gusta jugar, suelo pintar mucho en mi casa- Buscando en la habitación tan vacía algo para jugar pude ver una parte del jardín interior -Podemos jugar en el jardín, nos dejaron comida quizás nos dejaron aquí para que no molestemos a los adultos- La ventana fue abierta por Ali, tropecé un par de veces cayendo al suelo peor al ponerme de pie mire por la ventana entusiasmado a pesar que el exterior era apenas iluminado por algunas luces yo estaba emocionado -Hay muchas flores bonitas, afuera es bonito, vamos, quiero jugar afuera por favor- Señalaba por la ventana dando unos salticos muy animado.

Creo que esta oscuro, tengo buena vista en la oscuridad, ¿Ustedes también?, podemos jugar a las escondidas, pero mi hermano dice que es peligroso estar en la oscuridad, quizás debemos quedarnos- Me puse a pensar dando un salto escalando como podía por la ventana hasta tener una parte de mi cuerpo sobre el marco de la ventana -Hay luces pero no veo a nadie, ¿Si nos escapamos de aquí a donde vamos?- Mientras pensaba comencé a sollozar disculpándome -¿Y si ya no tenemos hogar?, mi hermano quizás este enojado, Hermano no me dejes solo, me casare si quieres, limpiare mi habitación, me bañare mas seguido.

La estancia de los niños en aquel lugar de cautiverio no suscitó nada y, viendo que todos se negaban a casarse con Yuan, el pequeño se decepcionó un poco, sintiéndose rechazado por los demás, para inmediatamente alegrarse de que no tuviera que casarse.

Algunos niños hablaban de jugar, pero Yuan se había convencido tanto de que se iba a convertir en adulto con su matrimonio que en su mente ya había dejado atrás al niño que solía ser, o al menos eso es lo que le hubiera gustado, pues sin poder aparentarlo, seguía siendo un niño y se moría de ganas de jugar con sus compañeros en aquella situación tan particular.

Antes de que pudiera emitir una palabra, su estómago sonó y su olfato le condujo hacia los platos que había en aquella mesa, así que ni corto ni perezoso, se subió a una silla y empezó a comer todo lo que podía, aprovechando la generosidad de su anfitrión.

- Yo voy a jugar a ver si puedo comer más panecillos que el minuto anterior. - Decía hacia ninguna parte. - Es algo a lo que puedo jugar sólo, pero siempre está bien jugar con alguien más.

Mientras tanto, otros niños trasteaban con los ventanales y con la puerta mientras al parecer jugaban a su propio juego, pero Yuan decidió que era más importante su estómago que deambular por la sala, autoconvenciéndose de que su estómago no debiera hacer ruidos cuando quien fuera el que había hecho que los metieran allí apareciera.

Shitëse escucho al resto. No le hacia demasiada gracia escaparse, pero por otro lado, le apetecía jugar con los niños, y era cierto que prefería estar afuera que allí dentro encerrada.

Cuando Ali se presento Shitëse volvió a hacerlo.

-Encantada Ali, yo soy Shitëse, me gustan...

Comenzó a repetir de nuevo cual grabadora, hasta que vio, o mejor dicho olio los panecillos y cogió uno con cada mano, devorándolos.

-Esto esta muy rico, cojamos un poco de fuerzas y juguemos a escaparnos, podemos ser aventureros que salen en busca de un tesoro, como en las historias que cuentan los juglares en la plaza.

—¡Yo no estorbo! —le increpó ofendido al muchacho de la bandana roja—. Mis padres son miembros de la Guardia de la Espuma y están protegiendo la ceremonia. No podría estorbarles aunque quisiera porque no puedo acercarme a ellos cuando trabajan. Mamá dice que es peligroso.

Vadha trató de tranquilizarse un poco y tomó uno de los vasos que había en la mesa para servirse agua. Con eso, luz solar y minerales tenía más que suficiente.

Cuando la niña que acababa de presentarse como Ali intentaba marcharse, la miró con curiosidad, expectante.

Parecía que nuestro pequeño grupo de heroes sentian que llevaban demasiado tiempo alli encerrados, lo cual podria ser o 10 minutos o 4 horas, quien sabe, alli no habia anda que indicara el tiempo, salvo el sol y el jardin estaba entre las paredes del templo y no sabrian saber si habia cambiado mucho o poco.

Eso si, cada uno penso diferentes maneras de abordar esa espera, unos observaron que tenian algo de hambre y antes de morir de Inanición, consumir esos jugosos y suaves bollitos de Leche con el agua que lo acompañaban era la ideaa mas logica y adecuada, total, si estaban alli seria para comer, no?. Junto a los panecillos detras de ellos sin que os dierais cuenta hay algo mas, mermelada un botecito pequeño y otro de miel, parece casera del monasterio, disponibles para untar con una pequeña cuchara de madera de una excelente manufactura.

Por otro lada otros parecian mas interesados en huir, primero intentan abrir la puerta la cual esta bien cerrada, una recia y oscura madera de nogal, ni un batallon de la espuma seria capaz de tirarla facilmente, pero .... y la ventana ... estaria cerrada .... Suavemente tocan la manecilla de la ventana, de un metal oscurecido por el tiempo, pero con un tacto suave y agradable, frio a pesar de que el sol entra por la ventana, y con suavidad comienza a girar, chirriando levemente al final, cuando con una suave brisa se abre y deja entrar el sonido del bullicio de la gente de la plaza central ... no sabesis donde estais dentro del templo, no soleis ir mas alla de la zona de rezos, pero no debeis estar lejos de la plaza centra. En cuanto a esa brisa, trae aromas esperados como el olor de las tartas de grosellas, o de carne asada, levemente, pero si no es asi lo imaginais recordando lo que soleis ver cada año, pero el aroma mas intenso es el de flores. Olor a narcisos, rosas y petunias, aromas de flores que se mezclan y enmudecen el aroma que os habian colocado vuestros familiares en la mañana.

Si observais, la ventana tiene un pequeño alfeizar, lo cual no os permite ver con claridad el jardín que esta algo mas bajo, o mejor dicho su suelo, lo que si veis son arboles, plantas con cierto porte y arbustos que crecen de forma ordenada, incluso algunos parecen recortados, y en el centro de ella, aunque no podeis ver la parte inferior si que veis el pico superior de una fuente, con un chorro que asciende ligeramente, para despues volver a caer. Es la primera vez que veis ese jardin, no os suena nada, pero, sera una posible forma de salir, o una trampa de donde no poder escapar.

La semidragon miro la puerta.

-Jmmm, estos malvados.... nos han encerrado para que no podamos encontrar el tesoro....

Comento metiendose ya en el personaje, Shitese se asomo en ese momento a la ventana y señalo la fuente, bueno, mejor dicho su chorro.

-Alli, alli es donde tenemos que ir, seguro que es una fuente magica, por eso esta custodiada en el jardin bonito.

Dijo dando un par de saltitos mezcla de alegria y nerviosismo.

-Y...y...y los arbustos esos.... seguro que se mueven para confundirnos y no dejarnos llegar... son arbustos malvados....tendremos que sortearlos para poder llegar a bañarnos a la fuente magica.

La pequeña semidragón de vez en cuando paraba entre frase y frase, para dejar volar su imaginación.

-Y....Y....y.... tenemos que llevar suministros... si... para el viaje.

Comento mientras cogian un par de bollos mas y los metía por dentro de su ropa.

—Si la ventana no se abre, quizá haya una salida oculta —propuso Vadha siguiendo el juego —. Mis padres dicen que Nimra es la diosa del sol y la luna y aquí hay muchos dibujos*.

El muchacho empezó a examinar el mosaico del techo y las diferentes decoraciones. No podía evitar preocuparse por el hecho de estar encerrades, pero en el fondo le emocionaba la perspectiva de que fuese una prueba para demostrar sus habilidades.