Partida Rol por web

Fragmentos de Humanidad

Calles de Silver City

Cargando editor
14/11/2018, 18:34
-Silver-

Otra víctima más. Estaba siendo relativamente fácil robar últimamente, para Amy era tan sencillo como tirar del bolso de una vieja, mangarle a un tío el móvil o la cartera, correr y cruzar una esquina y desaparecer. Excepto aquella vez que mangó a un tío y la lluvia de aquel día casi la delata.

 

Apenas aparecía por casa. Podía sentirse una diosa en la tierra. Entraba a sitios y se llevaba lo que quería, ni las cámaras de seguridad la percibían, y muchas veces en cuanto agarraba algo, esto desaparecía.

 

A veces la cosas fallaban, los poderes tardaban en responder, y cuando fueron a partirle la cabeza con una palanqueta, el escudo funcionó por si solo protegiéndola y mandando la palanqueta del tío de vuelta a su coche.

 

Quizá no debía llamar la atención con todos esos rumores de patrullas de policía y ejército buscando gente “afectada” por algún tipo de alteración.

 

Ahora estaba ojeando su botín en uno de los callejones de la ciudad, un bolso en el que había 100 pavos. Amy ya ni se molestaba en coger la calderilla, iba a por los billetes, que no pesaban ni hacían ruido.

 

En las últimas semanas había escuchado que una nueva banda se estaba haciendo con los suburbios de la ciudad y el tráfico de drogas. Los Dragones Negros, que aunque el nombre parecía muy extraño, parecían bastante activos últimamente; se rumoreaba que el líder de la banda era un tipo conocido como el Dragón Negro; un artista marcial que había encontrado en Silver City la oportunidad de hacer negocio.

 

Ahora tenía un puñado de dólares en la mano, y era casi la hora de cenar.

- Tiradas (2)
Cargando editor
15/11/2018, 23:32
Amy Chang

Habían sido unos días realmente buenos, Amy había aprovechado sus habilidades para “ganarse la vida”, aunque no se había atrevido a “robos mayores” por los rumores que había por la ciudad sobre las fuerzas del orden persiguiendo a gente con habilidades sí que había estado aprovechándose para vivir un poco mas cómodamente. La ciudad tenía un ambiente bastante raro, por un lado se hablaba de la gente con poderes, pero por otro ella no había visto a nadie más, suponía que serian los que como ella estaban cerca de la mina, pero lo que sí que sabía era que tenía que pasar desapercibida.

Sentada en una escalera de un portal cualquiera Amy observa a los que pasan por ahí, se notaba la ciudad aun mas decadente y deprimida, estaba claro que el dar esperanza a una ciudad acabada para después quitársela era lo que menos falta hacia en la ciudad.

El estomago empieza a rugir indicando que tenía hambre, Amy se pone en pie, tenía dinero, suficiente para varios días, así que hoy no robaría cualquier cosa en cualquier tienda, sin embargo, no sabía muy bien dónde ir, así que simplemente empezó a caminar mirando si veía algún lugar donde poder conseguir algo de comer, hasta que sin darse cuenta sus pasos le llevan hasta la tienda de sus padres.

Cargando editor
20/11/2018, 09:24
-Silver-

Los pasos de Amy la llevaron hasta aquel barrio y la tienda de sus padres.

 

Hacía poco que habían puesto 24/7 en la fachada y ya les habían pintado el cartel con spray en la parte inferior, con la firma de algún tal “SMacko” o algo así.

 

Ya había anochecido y las luces seguían encendidas, obviamente tratando de captar clientes en la noche de Silver City, para conseguir compensar por esos clientes que el super les estaba arrebatando últimamente. Las puertas se abrieron automáticamente y le recibió el aroma familiar del negocio…Que solía ser a plástico barato por las armas de juguete de la entrada, diseñadas para que algún padre se las comprase al niño de turno.

 

En caja estaba su madre, dejando a un lado su viejo portátil que usaba para ver series de China que bajaba por internet para matar el rato. Se giró para atender al nuevo cliente y parpadeo sorprendida.

 

-¡Amy! ¡Ya te dábamos por desaparecida! ¿Se puede saber dónde has estado? Nos has tenido muy preocupados todo este tiempo.

 

La señora Chang salió de detrás del mostrador, con toda la intención de abrazar a su hija.

Cargando editor
21/11/2018, 23:29
Amy Chang

Realmente no sabía porque pero sus pasos le habían llevado a la tienda de sus padres, realmente no sabía muy bien porque, pero cuando su madre salió a recibirla se quedo en un primer momento parada, no sabía qué hacer ni cómo actuar, después tras unos segundos empieza a hablar:

Yo… he estado bien… como siempre

Se aparta un poco, no se le escapa el detalle que no se ha activado su poder, por lo que se alegra ya que parece que esta controlándolo más, mira a su madre y dice:

Bueno… ¿Cómo va la cosa?... ese mercado… ¿tanto fastidia?

Estaba un poco molesta por lo sucedido con aquel mercado ya que realmente no le gustaba nada la situación de su familia y todo era por culpa de ese mercado.

Cargando editor
22/11/2018, 18:14
-Silver-

La escena en aquel comercio 24/7 era algo desoladora, entre otras cosas, porque parecía que Nathan había llegado en un momento tenso. La dependienta, una mujer asiática de aspecto maduro estaba de pie delante de una chica más joven con la que guardaba cierto parecido, y tenía los brazos abiertos esperando recibir un abrazo, aunque termino por tirarse de la chaquetilla que llevaba echada sobre los hombros para disimular lo ridículo de no ser correspondida en el gesto.

 

-Algo, sí.- Respondió a Amy en un tono ligeramente frio, antes de volver su mirada a Nathan y sonreírle.

 

-Bienvenido, ¿con que le puedo ayudar…?-Luego, desvió la vista a Amy.- Aaah…Amy ¿te importaría ayudar a nuestro cliente mientras aviso a tu padre para que venga?-Dijo acercándose al mostrador y cogiendo unas llaves.

 

El comercio era amplio, lleno de estantes repletos de cosas, pero destacaba la bienvenida de olor a plástico barato de la entrada, gracias a una alfombra de plástico para el barro en la entrada y a la colección de armas de juguete en la entrada al comercio, destinada a captar la atención de los niños para que se llevasen un juguete de usar y tirar. Tenía varias secciones, ropa, calzado, probadores, utensilios de hogar, limpieza, etc, además de un pequeño surtido de snacks junto a la caja. Y estaba abierto a estas horas, que era también una buena forma de atraer clientela.

Cargando editor
22/11/2018, 18:15
Voz en la oscuridad

-¿Alguna vez te has follado alguna chinita?, deberíamos probar. ¿No crees?, tengo entendido que tienen la almejita todo apretadita…

 

La voz se hizo notar brevemente cuando las dependientas intercambiaban palabras, aunque la voz que antes era imperiosa ahora parecía más bien amilanada.

Cargando editor
22/11/2018, 21:45
Amy Chang

Amy observa al cliente mientras responde a su madre con un poco de mala gana:

Qué le vamos a hacer… a cambio dame algo de cenar que en casa no había nada decente

Dice para mirar al tipo, parecía bastante serio y estaba bien vestido, lo cierto es que tenía que ser alguno de esos pocos y afortunados tipos que tenían un buen trabajo en la ciudad y que por algún motivo había ido a parar a esa establecimiento de 24 horas y que seguramente seria bastante interesante observar un poco.

Bueno… ¿en qué quiere que le ayude?

Comenta sin demasiadas ganas

Cargando editor
25/11/2018, 12:27
Nathan Faust

El tipo parecía distraído, con la cabeza sumida en un mar de pensamientos. Entró en el establecimiento, dedicó una larga mirada a su alrededor para ubicarse y avanzó hacia las hileras de estanterías intentando no mirar a a nadie. Estaba claramente disgustado, como si acabaran de darle una mala noticia. Y aunque iba elegantemente vestido con un traje que parecía fabricado a medida, llevaba una descuidada barba de varios días. Antes de que la joven se dirigiera a él, pegó un respingo y miró a su alrededor, aterrorizado. No fue hasta que la dependienta le insistió que pareció reparar en ella.

¿Eh? ¡Ah! Esto... Sí... ─se pasó el dorso de la mano por la frente retirándose una película de sudor. ─Necesito lejía, detergente, cosas para fregar el suelo, ya sabes. No te preocupes, tú sólo dime dónde... ─gesticuló hacia las estanterías ─y ya las cojo yo. No os quiero molestar.

Cargando editor
30/11/2018, 10:52
-Silver-

La dependienta más mayor asintió a Amy tras dejar escapar un suspiro, y se giró para ir a una puerta situada en una de las esquinas más cercanas a la caja, abriendo la puerta con una llave entró en esta.

 

Nathan pudo ver desde su posición que las cosas de limpieza quedaban en la segunda fila de estantes, desde aquel lugar no veía del todo bien los productos, pero los tonos amarillos, azulones y demás destacaban y decían a todas luces “pasillo de limpieza”. Si es que las fregonas y escobas no lo decían de por sí ya.

Cargando editor
30/11/2018, 16:51
Nathan Faust

¿Allí, no? ─señaló al montón de productos de colores artificiales, alzó las cejas y le dedicó una sonrisa cansada ─Tú no te preocupes, no tardo.

El treintañero se dirigió hacia los estantes con paso rápido. Caminaba rígido, visiblemente tenso, y con los puños apretados, murmurando para sí.

Cargando editor
30/11/2018, 16:53
Nathan Faust

No soy nadie. Sólo un cliente anónimo. Pasa de mí, china de los cojones. Nathan se estaba agobiando a cada momento que pasaba sin limpiar todo aquel estropicio en que se había convertido la habitación del Motel, y con ella, su vida. Sólo quería comprar los productos más fuertes que pudiera conseguir, limpiar a fondo y luego volver a limpiar. No dejaría ni una mísera gota de sangre. Ni resto de comida. Ni... Ni... No estoy loco. No oigo voces. Noestoyloconoestoyloconoestoyloco.

Además, era un luchador. Un perdedor se habría entregado a la Policía hecho un mar de lágrimas. Pero su madre no había criado a un llorica. Algún día tengo que llamarla a la residencia.

Cargando editor
06/12/2018, 14:49
-Silver-

Por ahora, no le había seguido ninguna china, lo cual estaba bien. Los estantes estaban llenos de productos de limpieza, y chismes que Nathan nunca jamás había usado, pero se podía hacer una idea de lo que tenía que comprar y lo cargó en un carrito grande.

 

¿Lejía?, la lejía destruía pruebas.

Amoniaco perfumado…no…eso no.

¿Ácido para limpiar baldosas?, ¡sí!

Instrumental para rascar…¡Sí!

¿Aspirador? ¡Sí!

Un cubo… ¡Mejor cuatro!

Piensa como Walter White.

¡Un cubo que no sea de plástico…también! ¡Mejor dos!

Desatascador… ¡Deme uno!

 

Finalmente el carro terminó lleno de un montón de trastos de limpieza, botellas, garrafas, fregonas, bayetas, y mil cosas más.

- Tiradas (1)
Cargando editor
06/12/2018, 14:56
-Silver-

Finalmente tras un rato salieron ambos padres de Amy de aquel cuarto, el padre tenia aun cara de adormilado pero sonrió al ver a su hija, cosa que duró brevemente, seguramente su propia mujer le había contado que la niña tampoco estaba para abrazos. Le dejó un plato humeante de arroz con pollo en la caja y echó un vistazo a las estanterías al darse cuenta de que había un cliente, poniéndose de puntillas para mirar, pero no dijo nada, esperaba algun tipo de reacción por parte de su hija. La señora Chang en cambio se dirigió a la caja para ocupar su puesto y organizar las monedas y billetes que había allí. Finalmente fue el padre qien rompió el silencio.

 

-Estábamos a punto de llamar a la policía, pero supusimos que estabas de escapada como alguna otra vez…¿Estas bien?

Cargando editor
06/12/2018, 15:48
Amy Chang

Como el tipo no quería ayuda ella simplemente se quedo donde estaba, a fin de cuentas solo había ido allí de casualidad. Cuando vio a su padre se queda unos instantes mirándole mientras tomaba el plato de comida. Tenía hambre, no lo iba a negar y aunque solo era arroz con pollo le sabía bien:

Si… estoy bien… no he estado escapada, me dejaba caer de vez en cuando por casa… ese sitio donde se supone que dormimos…

Decía en uno tono algo tosco, le molestaba mucho que se quedaran ahí, entonces mira y dice:

¿Y mi hermana? ¿Dónde está?

Notas de juego

Perdon, pensaba que habia respondido y se me habia pasado por completo

Cargando editor
06/12/2018, 20:55
Nathan Faust

Afortunadamente había sacado dinero en efectivo porque no quería que el pago de la tarjeta quedara registrado. Estás pensando como un puto asesino profesional. La idea le dio arcadas pero en su estómago ya no había nada que expulsar. Se seguía sintiendo sucio y pegajoso, pese a que se había frotado con tanta fuerza que se había dejado la piel enrojecida. ¿Se quitaría alguna vez esa sensación?

Con el carro de la compra a rebosar se dirigió hacia la caja intentando fingir ser un ciudadano normal y corriente que paga impuestos y no asesina a nadie mientras graba su nombre en su piel aún caliente.

Cargando editor
06/12/2018, 20:59
Nathan Faust

Después de algunos minutos, el tipo trajeado había llenado un carro de la compra con un montón de trastos de limpieza: botellas, garrafas, fregonas, cubos, desatascador, bayeta... Alternaba la mirada entre todo aquel muestrario y la chica a quien le habían endilgado para atenderle, para luego mostrar una sonrisa cansada. Parecía que no había dormido hacía días.

Me mudo a un piso nuevo y está... bueno, eso parece la guerra ─dijo, rascándose la cabeza ─Soy muy maniático con la limpieza. Mañana le voy a cantar las cuarenta al casero. Sí... mañana. Bueno, usted dirá. ¿Qué le debo?

Cargando editor
11/12/2018, 13:37
-Silver-

La señora Chang era quien atendía la caja, y miró a Nathan con expresión entre preocupada y un rostro cansado, dejó de nuevo el dinero que estaba contando de la caja y se acercó para cobrar al hombre. Finalmente, tuvo que salir de detrás de la caja para pasar por el registrador de la caja algunas de las cosas que el hombre llevaba en el carro, como aquellos cubos o el paquete de bayetas grande, que no lo cogía la caja registradora con facilidad.

 

Mientras tanto el señor Chang se frotaba un ojo, aun adormilado, y miraba a Amy escuchando sus palabras.

 

-Bien bien… ¿estáis limpiando la casa vosotras?, cuando acabe la temporada de…bueno, de…-Perdió el hilo de lo que decía al ver todo lo que había comprado Nathan, aunque devolvió la mirada a Amy.- Está con su tía, que tiene esta semana libre y se hace cargo de que vaya a clase y…¿Necesitas ayuda cariño?

 

La señora Chang negó con la cabeza y volvió esta hacia Nathan.- Ochenta y tres con ochenta en total.

Cargando editor
11/12/2018, 19:27
Nathan Faust

El tipo no pudo ocultar su sorpresa por el elevado precio de la compra. Estaba claro que el supermercado se sacaba un enorme beneficio abriendo hasta horas intempestivas, cuando el resto de comercios ya hacía tiempo que había echado el cierre. Oferta y demanda, básicamente. Nathan dejó escapar un largo suspiro mientras echaba mano al bolsillo interior de su chaqueta y sacaba un pequeño fajo de billetes de 20 y de 10─ Veintetreintacincuentasesentasetentao...chenta...

Guardó el resto en el bolsillo nuevamente y rebuscó en el bolsillo del pantalón. Las monedas sueltas tintineaban.

Hm... ─contó lo que tenía a mano y asintió conforme. Dejó los ochenta dólares sobre la mesa y añadió cuatro redondas monedas de dolar, del modelo dorado de Sacagawea que tanto odiaban los neoyorquinos, sobre los billetes. Empezó a coger las bolsas y esbozó una débil sonrisa. ─Quédese el cambio, por las molestias de salir de la caja. Que pasen una buena noche.

Cargando editor
11/12/2018, 23:34
Amy Chang

Amy no podía dejar de mirar la compra del hombre, mientras pasaba por la caja comenta:

Vaya que va a limpiar y a estas horas… cualquiera diría que va a limpiar un cadáver o algo como las películas

Después gira su atención a sus padres, mientras terminaba la cena dice:

Si… la casa está bien… si de todas formas no vais a venir puedo hacer lo que me dé la gana con ella…

Termina la cena mientras se pone de pie para decir:

Bueno me largo de aquí…

Amy se había fijado en el tipo que parecía tener bastante dinero, se acerca y dice:

Hey tío, si quieres te puedo ayudar a llevar las cosas… con tal de largarme de aquí

Cargando editor
12/12/2018, 16:09
Nathan Faust

Una de las bolsas se escurrió de las manos cuando la joven asiática se dirigió a él, desparramando su contenido por el suelo. Mascullando para sí, dejó el resto a un lado y empezó a rellenar la bolsa. Era evidente que no tenía un buen día.

¡No! No... hombre, esas cosas no pasan en la vida real ─dijo, sin mirarla. Parecía especialmente interesado en recuperar una botella de lejía de un color amarillo chillón. Cuando tuvo todo en su sitio de nuevo ─Es sólo eso... ¿cómo se llama...? Tengo uno de esos problemas con la limpieza, y dormir sabiendo que hay polvo... Sólo tienes que ver mi traje, ¿has visto? Inmaculado.

Y era verdad, parecía recién planchado y pasado por la tintorería. Contrastaba con su aspecto pálido y cansado.

Eh... no pasa nada, tengo el coche ahí al lado ─dijo, retrocediendo un paso en cuanto Amy se aproximó a él. ─Además... no es hora de que una chica joven ande por ahí con un desconocido, ¿no?─ miró hacia donde estaba la pareja mayor ─Hay que tener cuidado con los tiempos que corren. Bueno, muchas gracias por todo, ¿eh? A tener buena noche... y esas cosas.