Partida Rol por web

Reflexiono un instante.

-Cuando estabais con los sistemas de la nave, estuve dando un vistazo por la nave. Creo que no se me paso nada pero yo seria sistemático, registremos todo de aqui hasta la cabina poniendo cuidado de intentar averiguar cual era el camarote de Ramiro y allí lo desmontamos todo. Con el mismo cuidado que pone la policia Hazat. De todas maneras no soy muy optimista con encontrar nada.

Me la quedo mirando.

-Espero que no me juzgue con dureza, mi dama, por intentar ser mas practico con el asunto de los cuerpos. De donde yo vengo, a los amigos no se les llora, se les venga. Si no lo son, no importa gran cosa si estan muertos. Y si el asunto es de negocios no se pierde la perspectiva. Los asuntos de honor y principios son cosas con las que los privilegiados se entretienen, la hez de la sociedad tiene demasiado trabajo en sobrevivir para perder el tiempo en ello. No es que sea insensible, es que no tengo tiempo para ser sensible.

Y emprendo el camino de vuelta.

-Y ahora, si le parece bien, comencemos la tarea.

Maese Rath, no puedo juzgar fallas que en ocasiones también son mías. Conozco la necesidad y conozco la urgencia. Que no os engañe la sonoridad de mi apellido. Hasta en la nobleza tiene sus lugares bajos. No os voy a mentir, no pasé hambre. No me faltó algo que vestir. Tuve un rincón donde dormir. El Creador maldiga a un Li Halan que no se muestre caritativo con los de su sangre. Una caridad de fachada. En la que te hacen pagar cada instante las migajas que te están dejando.
Mi tono es bruscamente duro pero con la patente certeza de que no esta dirigida a Rath si no a los fantasmas del pasado.
No es equivocáis pensando pragmáticamente. Nadie os lo puede echar en cara.
Le sonrío tímidamente mirándolo de soslayo por entre las hebras de cabello aun húmedo. No me juzguéis a mi por intentar ser una ingenua. Sé lo difícil de comprender que es.
Colocándome a su lado me estiro aligerando la tensión.
Puede que el tal Ramiro sea la clave para entender este misterio pero me gustaría encontrar más información sobre la tripulación y la misión. Ademas del capitán, algún otro miembro del grupo debía ser el encargado de esa prospección que se mencionaba en los diarios. Tanteémoslo todo.
Luego me paso la mano por el cabello para despejarme la cara y para conjurar los nervios.
Quizás William es capaz de sacarnos de aqui en un periquete y toda esta congoja es un recuerdo sobre el que bromear.
Mi rostro es el de alguien que no apostaría por ello pero que reza a que sí sea.

Llevo un tiempo ya siguiendo las instrucciones de Phileas con los sitemas. Me froto los ojos con gesto cansado, mientras observo los diferentes paneles y sistemas. La juventud está revuelta, pero es lo normal. La chispa de la nueva vida que se abre camino es lo que impulsa el Universo. Menos el problema de los soles, claro. ¿Cuánto tendremos cinco, cincuenta, o cinco mil años? Nadie podía dar respuesta a ese dilema, sólo hacer más preguntas.

Palmeo las manos de vuelta al trabajo, mientras alejo de mi cabeza esos pensamientos ligeramente fúnebres. Aún hay mucho que hacer. Mientras los sistemas se chequean, intento observar los datos de fluctuaciones de energía almacenados, por si hubiera algún patron digno de mención.

- Así que querían salir de aquí, el Capitán presionó al supuesto "Ramiro el Piloto", y este se negaba a partir. Llegando al extremo de seguir las voces en su cabeza y purgar la atmósfera de la nave acabando con las vidas de todos. Y por último con la suya. ¿Qué te puede obligar a hacer algo así, mas que el fantasma de la locura? - cuanto más lo pienso, menos me cuadra, la verdad.

Comunico por radio de nuevo - Bueno, estoy preparado para dejar la bodega de carga sin atmósfera a vustra señal. Esos cuerpos al menos se conservarán y no serán un peligro biológico para nosotros. Aseguraos de que no hay nada en la zona de carga que debamos recuperar más tarde, por favor. - les doy unos momentos, y tras la confirmación tácita de ambos por radio, purgo la atmósfera de la zona de carga. - Señor Shephield, empezábamos a echarte de menos. Será mejor que te ganes el sueldo amigo, hay aquí una nave que chequear. ¿Algún problema con salir más que deprisa de este lugar, Auriga? - comunico con un tono casual.

Vamos a ver si este pajarito está en buen estado.

Comienza a activar sistemas y pulsar botones. 

Parece que todo está en buen estado, pero está bajo de energía. Si saliéramos ya mismo, tendríamos que hacer una maniobra de repostaje en el planeta gaseoso. Y si no sale bien lo íbamos a tener chungo para salir de la órbita.

Lo ideal sería aprovechar las horas de sol de mañana para cargar las baterías y tener más opciones.

Tampoco tenemos tanta prisa. Por lo que sabemos, el tal Ramiro pudo volverse loco y punto.

Y os recuerdo que parte del contrato pasaba por recuperar el máximo de sistemas de los restos de la otra nave.

Los camarotes son casi todos dobles y tan impersonales, que además del que pertenecía al capitán es imposible asegurar cual era el del resto de miembros.

Saludo al Auriga mientras le cedo el puesto en el sillón de las consolas, para que así pueda hacer su trabajo. Asiento a su sugerencia de dejar cargarse las baterías de la nave. Recojo mi casco dispuesto a salir, pero un recuerdo me hace comunicar por radio - Errr... ¿creéis que alguien podría venir a la cabina? Quizás tú Hermano Aryan, así algunos podríamos ponernos de nuevo los trajes y hacer honor a nuestro contrato como bien ha recordado Phileas. - espero a que Aryan Daichi llegue al puente, tras lo cual me dirijo a la esclusa principal.

- Bueno, ¿quién se apunta a reconocer los restos de la nave? Os veo en la esclusa en diez minutos - procedo a comprobar el equipo de vacío esperando a ver si alguien se anima a la exploración.

Desalentado ante la tarea de encontrar una aguja en un pajar miro a Varma.

-Pensandolo bien, mi dama, vista la dificultad de encontrar cualquier indicio sugiero que acompañemos al Markus a la otra nave e inentemos acabar con nuestros deberes lo antes posible. No me seduce quedarme en esta luna maldita mas de lo estrictamente necesario. Quizas en la otra nave encontremos alguna pista de que es lo que queria Ramiro y si no tenemos en viaje de vuelta para desmantelar, si hiciera falta, la nave para encontrar indicios de lo sucedido.

Miro hacia el pasillo por donde saldra Markus.

-Ademas el anciano esta lo bastante loco como para ir el solo si no le acompañamos. Seria una pena que le pasara algo. Digo bajando la voz y tapando el microfono

La sonrio con aire picaro.

-Markus, espera un poco que te acompañamos, ya dejaremos esto para mas adelante-digo dirigiendome al microfono.

Contemplando a Jared, no puedo refrenar el efecto de mis tribulaciones internas sobre mis gestos.
Lo que me pide es perfectamente aceptable y mi fuero aventurero y explorador me demanda el unirme pero la existencia de mis palabras y la dignidad de cumplirlas me instan a mantenerme en el sitio.
Le sonrío dulcemente con las pinceladas de resignación a no ser entendida que mi cabeza ya espera.
Ir vos, Jared - le apunto con afabilidad - Le prometí a William que le guardaría la espalda y eso haré.
Acompañar a Markus y comentarnos cualquier descubrimiento que hagáis.
Señalo los camarotes y las dependencias que hemos ido sorteando a la carrera en busca de la sala de mandos.
Mientras yo escudriñare el pajar y le echare un ojo a nuestro Auriga.

Después que se separan de mi, y no me observan pero yo a ellos si, ejecuto el gesto cuádruple de la bendición de Amaltea con los cinco dedos extendidos como rayos de luz hacia las tinieblas apuntados en la direccion de mis compañeros y pronuncio la plegaria que ruego a Lo mas Grande les conceda.
Protegedlos cuando su vida penda del hilo de la salvación, Oh Padre, Madre, Espíritu de la Llama, Espíritu de la Vida.
Sea cual sea la atención del Creador a su sierva noto la Mascara de las Lagrimas ardiendo en mi rostro y aunque no me reconforte de refilon como manda la morbosa costumbre la miro crecer como lineas de sangre rojas, azules y verdes desde la comisuras de mis ojos hacia las mejillas como las alas de un arbol que quiere volar extendiendo sus ramas.

Tengo el traje a punto y cuando están cercanos a concluir los diez minutos, observo que llega Jared con la escafandra del traje de vacío en la mano.

- ¿Y qué hay de Varma, Jared Rath?, ¿no nos acompañará en esta exploración? - una vez Jared me explica las intenciones de la mujer, uso la radio de nuevo.

- Varma, aquí Markus. Hay gente de sobra para vigilar al Auriga, y tus ojos agudos y buen sentido común pueden ser lo que este viejo y este joven necesiten para volver de una pieza a la nave. ¿No vendrás? Me gustaría que así fuera, pero es tu decisión, claro está... - dejo transcurrir unos segundos esperando una respuesta, mientras le hago un mudo encogimiento de hombros a Jared.

Yo permaneceré con el Auriga. El Pancreator se ocupará también de protegernos de lo que mis habilidades no lo hagan.

No necesito niñera. Sois vosotros los santurrones los que creéis en dioses, espíritus y cosas así. Un tarado no soporta el aislamiento lejos de su casa (quizás echaba de menos a su mamá o a su amante) y ya buscáis explicaciones irracionales para una radiación que aun no sabemos qué es.

Se dirige al comunicador.

Phileas, van a ir dos o tres de aquí a inspeccionar los restos de la otra nave. Igual alguno más de la lanzadera puede acompañarles y así irán más rápido. Yo seguiré con las pruebas, pero necesito que me des las instrucciones para precalentar los motores.

Oigo el trasiego de voces por el intercomunicador, mientras intento disimular la macula con la caída apelmazada de unos mechones de cabello, húmedos y sucios. Observando, a través del reflejo del cristal de casco, que es inútil acabo por colocármelo de nuevo, aunque no estoy muy segura de que voy a hacer. Si mantener el espíritu de lo que prometí o la letra de mis palabras.
Es una indecisión que me tiene atrapada por unos instantes en una bruma de pensamiento que difumina todo lo demás.
Si William sufre un episodio como el de el tal Ramiro, creo que podría ayudarlo con los conocimientos de la Mano del Creador que me enseñaron los monjes, pero...¿De verdad podría o es un espejismo de orgullo el que me guía?
No tenemos ninguna pista de que le afecto mas que la que dan los relatos del pasado y las lineas de difuntos arropados en el almacén. ¿Y si la respuesta esta donde Markus y Jared van a buscar?
William rechaza mi guarda como buen tipo descreído que es, de esa agradable manera que me recuerda que el Universo a menudo pone en jaque el reconocer el toque divino.
Me apoyo en el mamparo revisando mis cosas en sus sitios. La espada de Padre a la espalda huérfana de honra y mucho mas de gloria. Mi fiel Coz y la multitud de artículos de supervivencia y utilidad que tome al salir del Peredur y al final termino manoseando la granada que tome prestada de Drake.
Adminiculos para la acción para cumplir una promesa: Poner en vuelo la Competidor para acudir a un rescate. Reconducida a una promesa entrelazada que enunciaba el salvar a todos en la empresa.
Miro por el corredor a Shephield atareado en su burbuja de concentración y deleite y me pregunto como puedo ayudarlo ahí y si vencerme a la paranoia es tan contraproducente como sutilmente apunta el maese Rath.
Si hay algo aquí, algo que la piel erizada de mi nuca apostaría que si y que esta acechando, un guardián y un caballero tiene que neutralizarlo antes de que dañe, no esperar que venga y sea demasiado tarde.
Me pregunto si sera el miedo lo que me urgía a esconderme en mi palabra o estoy sufriendo el fruto de la inexperiencia de escoger cuando y como doy mis promesas.
Coloco el artefacto explosivo en su lugar protegido y termino de reinstaurar las funciones del traje.
Afortunadamente su sistema de autoconservación a regenerado parte de la carga y esta con mas autonomía de la que disponía cuando lo desconecte aunque ni de lejos a tope.
Con paso normal me encamino hacia Markus y Jared.
Uno elige sus peleas. Eso es vanidoso. Lo que hace uno es intentar estar donde debe.
Cuando llego donde ellos ya tengo la Coz preparada con su extensión de bayoneta.
Una Dama acude a donde se la necesita - comento con decisión - Vayamos con algo de tiento con el aire y los trajes. Yo cubro la retaguardia.
Nerviosamente mis querencia es a no mirarles a la cara vergonzosa de que aun no se haya empezado a desvanecer la marca y ellos puedan verla.

Levanto en pulgar hacia los dos en señal de acuerdo y me pongo el traje.

Me siento algo nervioso por entrar en lo que es el pecio de una nave destruida, por esta, hace años. Solo podemos encontrar mas muertos alli y en un estado menos placentero.

Aunque hay un sentimiento atavico que tambien me recorre, un sentimiento que se debio transmitir a mi cuerpo con el ingreso en los carroñeros, el gusto por la exploracion y el saqueo.

Estoy seguro que mis mayores estarian orgullosos de mi.

O cualquier caudillo Vuldrok claro...

Salís los tres por la escotilla de la nave después de la descompresión. Delante vuestro véis la lanzadera, unida a esta nave por la cuerda que habéis estado utilizando como guía. 

Al otro lado de la lanzadera se perfilan los restos de la otra nave, a la que no habéis prestado atención hasta ahora.

Cuando llegáis a la lanzadera, os espera el caballero Branden, con su traje de vacío y material para tender otra conexión con los restos al otro lado.

El ingeniero me ha explicado someramente qué debemos buscar entre los restos. Esperemos que sea rápido - comenta lacónicamente.

Mientras vamos al encuentro de la lanzadera por medio de la cuerda tendida, me vuelvo hacia Varma y le sonrío.

- Me alegro que decidieras acompañarnos Varma. Aunque parece que tenemos otro esforzado buscador preparado, mejor todavía - señalo hacia la lanzadera, donde se hace por fin reconocible la figura de Branden Jeremiah, el cual nos recibe.

Asiento a las palabras del Caballero, mientras comienzo a preparar el material para tender un puente guía seguro entre la lanzadera y los restos.

- Muy bien Branden, ¿pues que te parece si vamos conectando la lanzadera con los restos, y nos pones al día de eso que te han explicado que debemos encontrar? - el Caballero parece algo apagado, por lo que creo que hablar un rato le vendrá bien.

Creo que es mi deber, Markus, el encontrar y neutralizar a lo que causo estas catástrofes para impedir que nos agreda a nosotros - le contesto a Justinian con un eco anti-heroico distorsionando mis palabras dentro del casco - No tengo ni idea de como hacerlo pero si de la diferencia entre un guardián y un matón.
Me encojo de hombros como si no pudiera explicarlo mejor, que básicamente es la verdad.
Saludo con respeto al Caballero del Emperador y le cedo el hueco en la fila de los tres.
Pongo mi par de manos a las ordenes de Markus enfundando la automática. Movimientos vergonzosos que tratan de evitar el contacto visual. El ardor en el rostro es tenue pero permanece. Quizás se mantenga hasta que se avenga la voluntad reclamada al Creador.
Suspirando trato que mi bochorno se convierta en una distracción que pueda ser fatal.

Avanzáis hacia los restos del pecio derribado. La nave no está demasiado maltrecha, a pesar de que está amorrada, con la parte trasera elevada de manera antinatural.

Parece que los disparos se produjeron cuando estaba aterrizando. Tiene las patas traseras desplegadas y el impacto principal fue en la proa. Supongo que la descompresión mató a la tripulación y esparció los cadáveres.

Phileas quiere que miremos sobretodo la electrónica, aunque de la cabina poco sacaremos.