Salís de nuevo al pasillo junto a la mujer de la casa y su perro. Vosotros diréis por dónde queréis empezar...
No puedo evitar hacerle unas carantoñas a aquel perro tan simpático.
-¿Cómo se llamaba? –le pregunto a su dueña, deteniéndome frente a la puerta más inmediata para que Morton proceda a abrirla.
La puerta donde reza: Baño, ¿te parece, Morton?
Se colocó a un lado de la puerta y con un gesto de la cabeza instó a la mujer a abrir la puerta.
En ese momento estaba serio, con su semblante habitual, casi agresivo.
Dirigió la mirada a Updike, examinándole de arriba a abajo una vez más para agachar la cabeza asintiendo.
Bueno, ya cansé de esperar siempre por rogue, así que le he enviado un mp explicándoselo, y yo me encargaré de Ella como PNJ. Ahora os actualizo :(
Ella abre la puerta del baño, dando la luz y haciéndose a un lado para dejaros paso. El cuarto de baño no es demasiado grande, pero contiene lo necesario: inodoro, bañera, aseo, unos pequeños estantes sobre el lavabo y un armario rectangular sobre estos estantes. El armario es el clásico armario de baño, con una una puerta de espejo y varios estantes dentro.
Se ve todo bastante anticuado, pero aún así limpio y ordenado, como el resto de la casa. Lo más curioso del baño, es una pequeña figura que hay sobre uno de los estantes sobre el lavabo. Es un hombre gordo, vestido de barbero, y que sostiene una navaja de afeitar. El hombre la limpia y la afila, ladeando la cabeza de vez en cuando para examinarla y volver a repetir la misma acción.
Poniendo los ojos en blanco ante el retraimiento de la mujer y venciendo las ganas de darle una bofetada, me he adelantado para inspeccionar la pieza y lanzado un silbido de asombro antes de señalar:
-Esa figurita, la del barbero, ¿va a pilas? Y no es demasiado peligrosa tenerla ahí, ¿eh? ¿No tiene miedo de que su hija la vaya a tocar, curiosa, o de que se le caiga encima? ¿Cree que ese descuido es de ser una buena madre? Si es su madre, claro, porque pasar por su abuela… A lo mejor ese Uder tiene más vigor del que aparenta, ¿eh, Morton? Venga, continuemos. Abra esa puerta de enfrente, señora.
¿Vamos a por el primer dormitorio en desuso, Morton?
No tan rápido, caballero. Cuando dices "inspeccionar" a qué te refieres exactamente? Solo le echas un ojo desde tu posición o un poco más cerca? La llegas coges a coger para mirarla con más detenimiento?
Por favor, con cualquier cosa que "examinéis" concretad un poco, en esta partida todo esto es importante :)
Morton se encogió de hombros mientras observaba con atención el nuevo juguete.
La muñeca ya le había resultado extraña y este nuevo invento no hizo más que sorprenderle un poco más. Se disponía a acercarse un poco más al barbero cuando Updike capto su atención.
Asintió como por conveniencia, sin saber a que asentía. Pronto Updike estaba señalando otra puerta y Morton siguió al grupo con presteza.
El perro lanza un par de ladridos a Updike por el modo en hablarle a Ella. Después tan solo le gruñe mientras vigila sus pasos cuando se encamina al dormitorio de enfrente.
Ella mueve la cabeza de un lado a otro a modo de resignación. Sin ni siquiera responder a Updike se dirige al cuarto de enfrente abriéndolo también.
Este dormitorio está vacío, tan solo tiene un par de somieres de metal apoyados contra la pared. Es algo más pequeño que el dormitorio principal. Parece no haber sido usado desde hace mucho tiempo. No hay ni camas, ni mesitas, ni armarios.
-Eh, amiguito, no te enfades conmigo. Creía que tenías mejor sentido del humor –he calmado al perrito, antes de apartar a la mujer para echar un vistazo sin compromisos al nuevo espacio. –Nada por aquí, nada por allá. ¿Seguimos con esa puerta contigua?
¿Vamos a por el siguiente dormitorio en desuso?
Morton empezaba a impacientarse.
—Abra esta puerta también —le dijo a Ella.
—Yo echaré un vistazo por aquí, empieza a aburrirme esto.
Hablo de la puerta del trastero
Ella abre ambas puertas, comenzando por la indicada por Updike, y a continuación la de Morton.
La puerta que ha señalado Morton tiene un par de cerrojos y está reforzada con placas de hierro por la parte inferior. Ella abre ambos cerrojos y se hace a un lado para dejar pasar a Morton.
Bien os posteo por separado a cada uno. No separaré la escena, así que poned los mensajes solo para director porfa :)
Este dormitorio también está vacío, como el anterior. Al igual que aquel solo tiene un par de somieres de metal. Es algo más grande que el otro cuarto.
La puerta de esta habitación es extremadamente gruesa, en comparación con las demás.
Es un oscuro y espeluznante desván lleno de muebles antiguos, un viejo bahúl, cajas con ropa, un gran armario junto a una de las paredes, cuadros algo estropeados por la humedad apoyados contra distintos muebles... en fin... antiguos recuerdos encerrados en un cuarto que dirías que no se ha abierto en años, por el fuerte olor a cerrado y humedad que allí hay.
La inspección no puede ser muy concienzuda si la otra puerta, más que misteriosa -y eso que sólo la he captado fugazmente-, ha reclamado toda mi atención; ni siquiera me despego del umbral de este dormitorio para realizarla.
-Habitaciones de invitados tienen –dicto, y me retiro, muerto de curiosidad por la habitación que ocupa a Morton. Bromeo aún:-¿Y ahí, señora, qué es lo que mantienen encerrado?
El dormitorio no me resulta interesante.
Voy a ir a mirar en donde la puerta con candados.
La puerta de esta habitación es extremadamente gruesa, en comparación con las demás.
Es un oscuro y espeluznante desván lleno de muebles antiguos, un viejo bahúl, cajas con ropa, un gran armario junto a una de las paredes, cuadros algo estropeados por la humedad apoyados contra distintos muebles... en fin... antiguos recuerdos encerrados en un cuarto que dirías que no se ha abierto en años, por el fuerte olor a cerrado y humedad que allí hay.
Updike: Habitaciones de invitados tienen ¿Y ahí, señora, qué es lo que mantienen encerrado?
Updike tras ver el cuarto también medio vacío como el anterior, va tras Ella y Morton a ver el cuarto donde ellos están.
Ya no hay problema de destinatarios, pues estáis los 3 otra vez.
Cuando Ella y Updike se acercaron Morton estaba entrando lentamente a la habitación. Un fuerte olor a humedad, a lugar cerrado, dominaba la estancia. Objetos aquí y allá hacían ver el claro objeto de este sitio: un almacén.
Morton esperaba que alguna invención de Uder alegrara la estancia pero esta vez, a simple vista, no era así.
Se encogió de hombros cuando los otros dos se asomaron al quicio de la puerta.
—Baratijas —acertó a decir.
-¿Baratijas? –repito. –Entonces, señora, ¿a qué viene cerrar este cuarto a cal y canto?
Siento el impulso de entrar, pero una idea (“¿Qué pasa si la señora se hace la brava y tiene suerte y nos deja aquí encerrados como ratas?”), me disuade.
-Ciertamente, cada vez siento más curiosidad por su familia. Continuemos, veamos esa puerta que queda, la del fondo.