Partida Rol por web

Cuando Jack le lanza las esposas a Juárez, este no atinó a cogerlas y acabaron en el suelo. Mientras el policía apuntaba a los presos, se agachó a recogerlas y a los segundos se reincorporó

-Gracias Jack. -Dijó Juárez sin apartar su mirada de Picahielos

-¿Quieres saber la razón por la cual prefiero que estemos todos encerrados?-Le dijó furioso Juárez a Picahielos mientras se acerca con las esposas al preso.El tiempo que llevo con vosotros me ha hecho pensar que quizás sería mejor para todos que volviésemos a la cárcel. Si habéis tratado a esta gente como lo habéis hecho, no quiero saber que haréis fuera de esta casa. Sois mala gente, como me habéis demostrado hora tras hora en el tiempo que llevamos juntos.

Jack no dejaba de apuntar a Morton y a Updike con su arma, lista para disparar en cualquier momento.

- Esto es sencillo, vamos todos fuera, ahora mismo. - Dijo serio. - El primero que se mueva más de la cuenta le meto un tiro en la espalda y tendrá que ir a la carcel en silla de ruedas y con un pañal, ¿está claro? -

Era la primera vez que Jack se mostraba tan firme.

El dolor de la espalda estaba allí, pero ahora era algo lejano.

Y diciendo eso, el oficial comenzó a avanzar por detrás de los presos, para sacarlos de esa casa.

Esto es inaudito. No tengo oportunidad de reaccionar. Sólo me queda levantarme, manos en alto y obedecer. Ni siquiera Morton ha resultado ser un hueso tan duro de roer.

-Juárez –digo lentamente, lleno de odio-, si piensas que esto te va a rebajar la condena… Por muy poco tiempo que estés, te alcanzará la ruina, te lo juro. Ataca al poli y te perdonaré la vida.  

Justo en cuanto acabó de decir la última palabra, una figura siniestra y encogida reapareció bajo el marco de la puerta. La mandíbula desencajada y el rostro crispado dejaban apenas ver unos ojos penetrantes, cruzados por vetas de vesania y determinación.

En su mano derecha, una pistola, casi una antigüalla. Rodeando su cuerpo, cables y cartuchos, explosivos y diodos. Un denso olor a pólvora, a plástico, a muerte.

-¡NO! ¡Nadie va a marcharse de aquí! Sólo mi mujer. Ella, cariño, sal de la casa y llévate a la otra mujer. Esto acaba aquí y ahora. Sé que creen hacer lo correcto, pero si alguno de ustedes fantasea con desarmarme les aseguro que volaremos todos por los aires. No puedo permitir que pase otra vez, no voy a permitir que suceda otra vez -gotas de sudor recorrían su frente, la pistola apuntando ora al suelo ora a su propio pecho, como un peso abominable que costara sangre y años levantar.

-Vendrían. Si se supiera, vendrían. Vendrían a por mis juguetes, como aquella vez, cuando las botas y el trueno. Vendrían y se llevarían a Ella, destrozarían mi obra buscando muerte. El hombre siempre busca muerte. No sabe que su único deseo es la destrucción. Pues bien, yo le daré destrucción. Pero a mí modo.

El rostro de Uder se mostrába petreo. Asió fuerte la pistola frente a su pecho, presta para ser disparada ante la menor amenaza.

-Las hijas de Eva saldrán, pues no están tocadas aún por el pecado. Los demás, nos quedaremos aquí y oiremos una historia.

Jack abrió los ojos como platos.

No se esperaba esto... con todo ya terminado, no se lo esperaba.

Algo cambió en la mente del policia, algo tan simple como su ansia de sobrevivir.

Giró rápidamente hacia la mujer del hombre, la cual estaba a su lado y colocándose detrás de ella, cubriéndose con su cuerpo, apoyó el cañón de su pistola sobre su cabeza.

Miró de reojo a los demás, ya no sabía muy bien que hacer...

- Los demás, salid de la casa. - Dijo, para después, mirar al hombre bomba. - Y usted, si da un paso más, le vuelo la cabeza a su esposa. -

A este se le ha ido la olla. Más que a mí, quiero decir xD

¿No tenía una cosa o así que le obligaba a no hacer daño a ningún inocente?

Esto ya le superaba, ahora el viejo amenazaba con volarlos a todos, era peor que la carcel sin duda, por muchos años que estuviera por fugarse y agredir a un agente.

-¡A tomar por culo!- Gritó y salió corriendo como un loco hacía cualquier salida disponible, ya fuera la puerta o una ventana. Lo único que impedía que el viejo volara todo por los aires era que su creación más perfecta, Ella, estaba aun dentro. Así que tenía solo unos pocos segundos para salir con vida.

Ella y Donna permanecían juntas, dispuestas a salir de la casa en cuanto el viejo lo ordenó, pero deteniéndose nuevamente ante el cambio radical del funcionario. Donna estaba notablemente nerviosa, sin embargo Ella parecía mantener la calma en todo momento. Se giró hacia la primera y aprentándo su mano entre las de ella murmuró:

- Será mejor que salgas tú también, haz lo que te dicen.

Donna tras echar un último vistazo a todos, finalmente se gira y sale tras David fuera de la casa.

Juárez se queda paralizado sin saber qué hacer.

Pero... ¿y esto?

No sabía cómo reaccionar, pero una cosa tenia clara, no pensaba marcharse de allí y dejarlos solos.

Que le ha hecho Jack para que no pueda marcharse...

Aún estaba admirándome por cómo me había temblado la voz al proferir la amenaza contra Juárez, y ya de nuevo los acontecimientos se han precipitado de una manera impredecible.

Indeciso, me he apartado para dejar salir a Picahielos y la otra mujer: el anuncio de una narración que aporte luz al enigma Krazmersky me retiene, pero no es sólo esto, no puedo engañarme, es también la suerte que pueda correr Ella ahora … Aprieto los puños, me arrimo unos pasos. Spundie no podrá controlarnos a todos, no con aquel viejo explosivo ahí plantado; si pudiera noquearlo y salvar a su mujer estoy seguro de que me perdonaría, me dejaría marchar o quizás… No soy torpe con las herramientas, por qué no convertirme en su aprendiz.

Yo mismo me encargo de responder al gigante renegado:

-No quiere que nadie se chive sobre lo que ha visto aquí. Y puede que a nosotros nadie nos haga caso, que pensasen que nos hacemos los locos para obtener la condicional, pero el poli… El poli tiene amigos, amigos influyentes que querrían meter las narices en sus trabajos.

Jack se sorprendió.

- ¿Era eso? Es decir, simplemente quiere que no digamos nada de esto... - Se carcajeó. - ¡Pero si nos íbamos a ir de aquí sin más, por Dios! -

Y en ese momento, Jack no lo pensó más.

Movió un poco el arma que apuntaba a la cabeza de la mujer y disparó contra el viejo loco en el medio de los ojos.

El estruendo del disparo de Jack irrumpió en medio de aquella caótica situacion. El viejo Uder se desplomó al suelo, dejando caer su vieja pistola.

Tic, tac, tic, tac

La extraña maraña, que rodeaba con cables, diodos y cartuchos el viejo y ahora inerte cuerpo de Uder, comenzó a hacer hacer ese inquietante ruido...

Tic, tac, tic, tac

Ella se avalanzó sobre el cuerpo de su marido, arrodillándose a su lado comenzando a llorar.

- Uder!! ¿Por qué? - la mujer se volvió hacia Jack - ¿POR QUE?. Por primera vez en toda la noche, el rostro de la mujer cambió de expresión. Su mirada reflejaba una mezca de furia y dolor empañada en lágrimas. - ¿Por qué lo has hecho?

Tic, tac, tic, tac

-¡Salid todos de aquí! - Dijo Jack mientras corrió hacia una de las ventanas y salió de la casa como alma que lleva el diablo. - ¡Salid todos! ¡Alejaos! -

Ahora el policía ya no buscaba mantener a los presos juntos.

Simplemente, intentaba sacarlos de esa casa, la cual estaba a punto de volar en mil pedazos.

Daba igual que habían hecho.

Tenía que sacarlos de allí a todos.

-Tenemos que sacarla de aquí. Tenemos que salir de la casa cuanto antes.

Juárez se acercó a Ella y la cogió del brazo a la vez que la intentó llevar hacia la puerta lo más rápido posible y con todas sus fuerzas.

A pesar de la resistencia que mostraba la mujer, Juárez no tuvo mucho problema en engancharla y arrastrarla con él fuera de la casa.

¿Qué demonios pasa con este poli? ¿Y me remordía haberle atizado en los riñones? Tendría que haberle abierto la cabeza… Qué final le ha dado el pobre viejo. Sus sesos se escurren hacia el pavimento, Morton sigue inconsciente, y Juárez ya está sacando a la mujer. Sin pensarlo demasiado, atrapo la muñeca del hombretón y lo voy arrastrando hacia la salida, sin dejar de repetir en mi fuero interno: “Ninguna buena acción queda sin castigo”.