Partida Rol por web

Os despertáis poco a poco gracias a la cálida caricia de un sol que asoma entre las montañas, al principio levemente y luego con mayor fuerza. La hoguera se apagó hace tiempo, pero aún desprende un pequeño humillo mezclado con algo del olor de la carne asada de anoche. Os notáis un poco húmedos por el rocío de la mañana, pero no resulta molesto sino mas bien refrescante.

Es extraño, todos sois unos solitarios y esta es la primera vez en mucho tiempo que despertáis acompañados. Poco a poco vais recordando todo lo que ha pasado, sucesos que sabéis reales pero que ahora parecen algo lejanos, como si costase asimilar que vuestras vidas se hayan convertido en parte de algo más importante, en parte de un designio de Gaia. ¿Que vas a hacer ahora?

Los primero rayos de luz del alba incidieron sobre el rostro de Mikhail, despertándolo. Miró a su alrededor. Tenía el pelaje del rostro y de la cola húmedos, pero no le molestaba. Se pasó las manos por el rostro y arrugó su nariz para sentarse un poco y se sentó... Colocándose la capa de Balasch sobre los hombros para mirar a sus compañeros. Estaba un poco ido, desorientado por lo vivido, como si no tratara de asimilarlo. Pasados unos minutos, se levantó, posó la capa sobre Miuki y se alejó de sus compañeros. Iba dirección al bosque, en busca de algunas bayas o algo para desayunar. Claro que no iba a ser un ciervo, pero al menos, si encontraban algo, se saciarian un poco.

Me desperezo poco a poco y miro a mi alrededor... Es raro, pero por primera vez en mucho tiempo, no había dormido solo. Veo que Mikhail no está con el grupo, pero tampoco me preocupo mucho de momento, imagino que se habrá ido cerca y volverá, y mi capa ya la recuperaré de la chica. Tras incorporarme un poco, rezó a Gaia y me levanto para dar unas vueltas por el sitio y empezar a practicar algo de artes marciales tras recoger un poco los restos de la hoguera.

No es buena idea dejarlo todo ahí mientras nos persiguen... podrían encontrar nuestra pista...   Y yo de momento he salido bien, pero no creo que estos 2 pudieran hacer algo contra asesinos - me digo a mí mismo.

Una gota de rocío cae en mi nariz cuando me despierto. Algo cálido me abriga, es agradable y suave, observo alrededor de mí y veo a Balasch. Ha debido dejarme la capa él... ¿Por qué me trata tan bien? ¿Por qué lo hace si no soy una de ellos? Siempre que me han ayudado ha sido para sacar provecho. Me estiro sutilmente debajo de la capa y sin hacer ruido y con cuidado de no recibir ningún golpe me aproximo a Balasch para devolverle su capa. -Gracias... señor- susurré tímidamente mientras estiraba el brazo sin mirar al furry a los ojos. 

Ahora que lo pienso, el zagal tan agradable, Mikhail, no está aquí. -¿Donde estará?- digo de forma casi inaudible, tal como solía hacer cuando estudiaba aquellos largos días en soledad. -Señor... voy a conseguir algo de comer para el camino.- digo con poco menos de vergüenza que antes. No es que estuviera muy hambrienta después de lo de anoche, pero quiero hacer algo. Además, así de paso puedo encontrarme con algún estimulante como o con el muchacho.

Miro a Miuki mientras me devuelve la capa y compruebo que todavía no se fía demasiado de mi presencia. Con un suspiro, sigo a mi aire y comento secamente.

Me parece que el enano ha salido a buscar algo o a dar una vuelta. No os alejéis mucho, tampoco nos conviene eso.

En serio... ¿señor? Tengo 19 joder, que no soy un crío pero tampoco soy un cadáver que te encuentres de hace siglos... Me hace gracia que todavía no se fíe de mí a pesar de que la salve de andar envenenada hasta morir, pero seguro que sería mil veces más gracioso si supiera que ha dormido al lado de un furrie con un pasado con el mio...  

Por cierto... no hace falta tanta ceremonia ni cortesía, se supone que somos compañeros. Así que nada de "Señor" por lo menos, que no soy un anciano ni tampoco un noble con personas a mi servicio - añado cortante y mirando a otro lado - en fin... que os vaya bien con la búsqueda o lo que sea, andaré aquí.

Al encontrar algunos arbustos, Mikhail prueba las frambuesas que en ellos crecían. - Hmmmn... Están algo ácidas... Pero saben bien... - Dijo para sí mismo, sin pretender que nadie lo oyera. Se despoja de su camisa para usarla como bolsa y comienza a llenarla de bayas.

- Espero que a esos dos les gusten los frutos del bosque... -

¿Compañera?, siempre he estado al servicio de alguien, nunca he sido compañera de nadie y siempre me he dirigido con "cortesía" o miedo hacia las personas.

-Señor, señor...- me repito a mi misma en el bosque.- Hasta a mi padre le llamaba así y ha sido la persona más cercana a mí. Bueno, déjate de bobadas, ahora a lo que toca.- Descubro rápidamente una fresera, es buena época para estos frutos, por lo que me llevo una a la boca y compruebo que están como me gustan, un poco ácidas. Recojo unas pocas más, hasta que veo menta y rápidamente voy a cortar unas hojas, cierro los ojos, huelo los brotes y cuando abro los ojos veo a Mikhail. Me quedo un segundo paralizada con la menta en la nariz e intento esconderme rápidamente detrás de un arbusto. ¿Qué hago?, ¿por qué está así?, ¿me habrá visto?.

Cuando creyó haber recogido suficientes, un ruido de un arbusto moviéndose llamó su atención, por lo que miró hacia el lugar de donde provino el sonido, pudo ver el pelo y las orejas de Miuki. Soltó una risita y dijo en voz alta. - ¡Bueno días, princesa! - Olfateó un poco el ambiente y pudo oler las trazas a menta que la chica había cortado. - Si vas a limpiarte el trasero con eso... Te lo dejará muy fresco... - Dijo entre risas, pues al verla escondida entre los arbustos... creyó que la naturaleza había llamado a su puerta. - Personalmente prefiero plantas de hojas grandes... Y a ser posible que no sean de mentas jish jish - Seguía riendo, pero claro, sin ir a espiar ni nada por el estilo.

- Bueno... ¿Qué haces por aquí? - Levantó su camisa como si fuera una bolsa para las frambuesas. - ¿Quieres que te espere y volvemos juntos? -

El color de mi cara debería de ser tan intenso como las ganas de que me tragara la tierra-No son... son para mascar. Venía para... recoger algo para comer.- dije entrecortadamente mientras me levantaba tímidamente. Muevo los ojos de un lado a otro intentando evitar mirar a Mikhail. Mi contacto con las personas siempre ha sido escaso y estar con un chico tan descarado es una situación bastante extraña. -¿Puedes dejar de reírte... y ponerte la camisa?- pido suavemente.-Puedo llevar yo las fresas.- Espero que se ponga la camisa, es bastante raro para mí ver a un chico así.

Salgo de los arbustos -Vamos ya al campamento, que Balasch debe de estar esperándonos- sigo sin mirar directamente a Mikhail

Miró a la chica, con la típica sonrisa picaresca que lo describía y se acerca a ella. - No dejaría que una chica linda cargase mi parte... No sería... caballeroso de mi parte. - Rie con suavidad, y de hecho, recoge la parte de Miuki.

- Es verdad... Balasch... - Pone un gesto pensativo durante unos instantes. - Seguro que ese perro viejo ya estará malpensando de qué habremos hecho taaaanto tiempo lejos del campamento. - Se notaba que hablaba en bromas. Era obvio que aquello de "perro viejo" no lo decía en serio.

- Y bueno, milady... - Le extendió la mano para que la cogiera si quería. - Si le resulta incómodo verme sin camisa... Siempre te puedes quitar la tuya, así estaríamos igual hahaha - Tras esto, comenzó a caminar de vuelta al campamento.

Poso mi mano sobre la de Mikhail -Gracias... ¿puede llamarme sólo Miuki?- pregunto mirando al suelo -No soy ninguna princesa-. Seguimos caminando hacia el campamento, y una duda me asalta ¿cómo se haría semejante herida?. Tímidamente doy pequeños vistazos a la cicatriz intentando examinarla sin que se dé cuenta. Debe de haber tenido una vida dura, ¿cómo puede estar todo el día tan alegre?.

Pasado un tiempo, justo antes de llegar al campamento, miro la cicatriz una vez más y uno de mis pensamientos decide escaparse por mis labios -¿Cómo se hiz...?- corto mis palabras bruscamente al darme cuenta de que estoy pensando en voz alta. -Perdón, no quería...-

La aguda vista del chico nutria se percató de que la joven daba vistazos a su cicatriz, pero no diría nada... aún. - Bueno... Yo te llamaré Miuki cuando tu comiences a tutearme... ¿Te parece justo? - Pregunta con una sonrisa. Tal vez fuera su impresión, pero le parecía que la chica era mucho menos tímida que la noche anterior.

Entonces escuchó a la chica, aquellos pensamientos que se escapó de sus labios. La mano que sostenía la de Miuki, guió la mano ajena hacia su cicatriz, para que la tocara. - ¿Mi cicatriz? - Preguntó, pues cuando la miró, la pilló mirándola. - No te preocupes... No tengo problemas con contarlo. - Dijo, y se paró para no llegar aún al campamento. - A ver... ¿Cómo empiezo?... Ah, si. Digamos que mi antiguo amo no me alimentaba como era debido... Y un día, cuando tenía unos... 12 años... Me pilló robando. - Recordó aquella parte de su historia casi con comedia, pues gracias a eso... Ahora mismo, era pseudo libre. - Y bueno, creyó que la manera más acertada de escarmentarme era apuntarme a las arenas, hacer que me enfrentara a un tipo que era como dos veces yo de alto. - Rió bajito y se rascó un poco la nuca. - Vaya! Me cogió como si fuera un muñeco de trapo y me pinchó como si quisiera desollarme... ¿Te imaginas? A lo mejor podrías llevar hoy un abrigo de Mikhail si lo hubiese hecho de verdad hahaha - Rió. Parecía que aquello no había hecho mella en el joven... Pero fingía bastante bien. - Después de eso, prefirió no mantener a un furry que no podía trabajar por la herida y me soltó. Esa es la historia de mi vida hehe - La volvió a tomar de la mano, para encaminarse de nuevo al campamento.

Asiento con la cabeza para aceptar la propuesta de Mikhail, intentaré tutearle. Mientras explica la historia de su cicatriz mi mirada se va llenando de tristeza. Y cuando intenta continuar la marcha me quedo quieta y le pego un tirón para que se pare. -¿Cómo puedes reírte al recordar un momento así?, ¿a caso no te llena de ira o pena cuando lo piensas?- Pregunto mirándole a los ojos. -Mi vida no ha sido tan dura como la tuya, pero aún así recordar penas de un pasado tan reciente hace que algo en mi sienta dolor.- Según voy hablando voy apretando la mano de Mikhail. Cuando termino de decir la última palabra aparto mi vidriosa mirada y me seco con la manga de la zurda.

¿Qué estoy haciendo?, ¿por qué estoy hablando así con una persona que acabo de conocer?. Ni si quiera a mi padre le hable de este modo.

Mik siente el tirón y se da la vuelta para mirar a la chica. Ladea la cabeza mientras habla, con un cierto tinte de asombro. Según sabía, Miuki se había criado con humanos y se le hacía algo raro que se preocupara tanto por él... Pero desde luego no se quejaría. Al verle los ojos, vidriosos, le acaricia la mejilla con cierto mimo y hace que lo mire.

- Dime una cosa... ¿Me iba a servir para algo? - La miraba con los ojos bien abiertos, mirando los ajenos. - Me refiero... ¿Iba a cambiar en algo que me deprima cada vez que me quito la camisa? ¿O se me quitaría la cicatriz odiando a un hombre al que no puedo enfrentarme? - Le explica a la joven. - En lugar de eso, creo que es mejor verlo como anécdota que contar para distraer a una caravana y que me dejen dormir bajo techo. Es mejor vivir lo que me queda de vida sin que me cieguen de vez en cuando sentimientos obscuros, recordando algo que no puedo cambiar. -

Tras eso, le muestra una enorme sonrisa, como solía hacer. - ¿Y recuerdas lo que te dije ayer? ¿Lo de "nada de caras tristes"? - Le suelta la mano un segundo para llevarla a la mejilla de la chica y les sube ambas para dibujarle una sonrisa. - ¿Ves? Te dije que estabas mas guapa con una sonrisa. - Rie con suavidad y se espera un poco para que Miuki se relajara antes de continuar. - Bueno, cuando quieras, vamos. Ese perro viejo seguro que se cree que lo hemos abandonado o algo así hehehe. -

Había estado esperando un rato largo mientras recogía los restos del "campamento" montado del día anterior y algunas más, pero al ver que no venían tras un tiempecito de espera, decidí salir a buscarlos. Curiosa es la situación cuando veo que he tenido suerte y no andaban lejos, es más, se escuchan algunas cosillas agradables y todo.

Eso es cierto, enano. Casi lloro y todo pensando que no iba a verte nunca y me libraría de limpiarte los pañales de la emoción - contesto a Mikhail - la verdad es que ha sido un rato largo, me ha dado tiempo a recoger las cosas. Pensaba que os habíais perdido o algo así, pero ya veo que simplemente sois lentos.

Miro alrededor con cierto desdén esperando algo más, aunque, a pesar de fijarme, sólo veo que han conseguido unas pocas fresillas y bayas de desayuno. Tardé yo menos en conseguir nuestra cena ayer casi, empezamos bien como funcionen así de rápido con todo.

En fin, si estáis listos, propongo que nos movamos ya a la ciudad más cercana. Y si no lo estáis, pues toca joderse - anuncio en un todo serio y con una sonrisillla irónica y burlona - va a ser todo muuuuuy divertido.

-Perdone se... Balasch- le titubeo cuando nos lo encontramos. En seguida me voy al campamento para recoger las pocas pertenencias que tengo. Cuando termino digo con un leve ánimo -Ya estoy preparada. ¿A qué ciudad se refiere? ¿Nurgón?.- Estoy bastante desubicada desde hace varios kilómetros y no me extrañaría haber andado en círculos, todos los árboles se me parecen demasiado. 

Según pasa el tiempo mi rostro va cambiando a uno más vivo y alegre, las palabras de Mikhail calaron un poco y las chanzas entre los dos son graciosas. Además la idea de viajar en compañía me reconforta, sobretodo teniendo un guía que sabe por donde ir o al menos que lo aparenta. Antes de comenzar la travesía me coloco un brote de menta en la boca, de tal manera que se asoman un par de hojas. Ya podemos comenzar el viaje de verdad.

Sí, si no me equivoco, sería Nurgón. Aunque... siendo sinceros... mi orientación no es lo mejor de mis fuertes - comento secamente - pero aunque nos perdieramos, ya acabaríamos encontrando el sitio

Miro que los 2 tengan todo preparado y hago un gesto a Mikhail para que se apresure.

En fin, lo suyo será ponerse en marcha ya. Así que nada, con paciencia y perseverancia, acabaremos llegando

Bueno, esto no pinta mal... espero que el viaje no se haga muy largo... ni que se pongan a preguntar a todo trapo. Aunque será mejor eso a que se pongan otra vez con cosillas y lleguen a besuqueos y pastelosidades así... Habrá que ver... Gaia, dame paciencia

Se sorprendió un poco cuando vio a Balasch tan cerca y tan de repente, y no pudo evitar soltar una carcajada. - Vaya, no sabía que me echarías tanto de menos haha. - Comenzó a comer las frambuesas de su camisa. - Venga, comed, que me quiero poner la ropa... - Decía, mientras los miraba. - Y bueno Balasch... No es que sea lento... Es que me tomo mi tiempo en algunas cosas. Como tu seas de los que quieren ir siempre rápido, para todo, algunas mozas se quedarán un poco desilusionadas hehehe - Rió de nuevo.

- Bueno, yo por mi ya estoy... Podemos partir cuando queráis... - Sonríe, y no puede evitar fijarse en que Miuki parece un poco más alegre y animada. - Vaya... Eso me gusta más, lindura. - Mira luego al lobo nuevamente. - ¿Y hacia donde quedaba Nurgón exactamente?

Oigo el comentario de Mikhail, pero hago como que no presto mínima atención. Me parece que, después de todo, un renacuajo no tiene que recibir comentarios de cómo me las apaño con las mozas a solas... o de cómo podría acabar la nutrieja gimiendo como una perra. 

Pues si no me equivoco, diría que está siguiendo este sendero - comento secamente mientras cojo unas pocas bayas - os dejo el resto a vosotros. Aunque no lo parezca después de mi atracón con la cena, puedo vivir comiendo bastante poco.

Sigo andando un poco más, liderando algo al grupo

Y ya advertí que mi orientación a veces se oxida. Si nos perdemos, no me echéis las culpas luego.