Partida Rol por web

Al despertar, lo primero que notas es el amargo sabor de la cerveza pegado a tu paladar y tu lengua. Un poco después, notas el palpitar de la sien, las nauseas y el mareo, seguidas de un agarrotamiento muscular y desorientación. Todas sensaciones conocidas, quizás mas llevaderas que para otros, pero nada agradables.

Cuando abres los ojos puedes ver los barrotes de una celda. A tu alrededor hay mas celdas, pero todas vacías y no hay nadie en la estancia. Un poco mas lejos ves unas escaleras que suben hacia arriba, lo que te hace suponer que estas en un subterráneo. La única luz disponible viene de unas antorchas colgadas en la pared. Te das cuenta de que no tienes tus armas.

Me pasé la mano por mi cara para despejarme mientras miraba con cara somnolienta la estancia. No me gustaba ni una pizca... Este sueño es de los mas sosos que e tenido desde hace mucho, mucho tiempo. Decidido a despertarme me di una bofetada.

-Au...- Dije mientras me acariciaba la mejilla. Estaba despierto... Y en una celda. Mal. Muy mal.

Me levante del suelo y al notar los músculos agarrotados inicié una serie de estiramientos para activar la circulación en las extremidades. Miraba a todos lados mientras lo hacía.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

No responde nadie, aunque oyes movimientos y pisadas cerca de la escalera, pero sin que aparezca nadie. Por tu cabeza vagan algunos recuerdos inconexos de la ultima noche...¿ese hombre te estaba insultando?... ¿o era una mujer?...recuerdas fugazmente una pelea y gritos, pero nada más.

Ahora te das cuenta de que estas prácticamente desnudo, excepto por la ropa interior que cubre tus vergüenzas. En la celda tampoco están y aunque no tienes frío gracias a tu pelaje, tu desnudez te hace sentir algo vulnerable. Un tintineo metálico llama tu atención, aunque hace que te duela un poco más la cabeza. Un humano con armadura baja por la escalera, rápidamente reconoces que se trata de un guardias de la ciudad.

-¿Ya estás despierto, bestia peluda?-dice con voz burlona-Espero que puedas tenerte en pie, te espera un juicio y no pienso arrastrar tu asqueroso cuerpo por los pasillos.

Humanos... Siempre son los humanos. Me llevé las manos a la cabeza en cuanto apareció y fingí tambalearme para agarrarme a los barrotes. Alcé lentamente la cabeza y miré al guardia.

-¿Como dice? ¿Pero que hago yo aqui? ¿Y por que estoy desnudo?- Dije simulando un tono de embriaguez, como si aun estuviera borracho. La verdad es que no recordaba muy claramente los hechos de anoche, de modo que decidí proseguir un poco como hasta ahora.

Sin dudarlo, el hombre inclina la lanza que lleva en su diestra hasta pinchar tu piel-No cuela, ya me han dicho que has dormido como un bebe durante toda la noche, así que deja de fingir si no quieres mas problemas-un par de pinchazos extra aseveran sus palabras-De tus ropas no tengo ni idea, supongo que con la trifulca que montaste ayer acabarían hechas jirones.

Saca la llave, pero antes hace una advertencia-Mantén controladas esas zarpas tuyas, arriba hay un buen puñado de guardias que darán buena cuenta de ti si no te comportas-un clic y la puerta se abre.

Doy un suspiro de resignación y me llevo ambas manos tras la cabeza. Maldita sea, pero ¿Que demonios ocurrió anoche? No guardaba muchos recuerdos de lo sucedido... De modo que pensé que lo mejor sería dejarse llevar y seguir la corriente.

-¿Sabes si hubo algun herido? Apenas recuerdo lo que ocurrió ayer... - Tras unos segundos me miro al cuerpo y luego miro al guardia.- ¿Al menos podrias darme algo con lo que vestirme? Yo no soy ningún esclavo y me gané mi libertad en las arenas, lo que pido es razonable.- Dije mostrandome cooperativo, esperando que fuera uno de los que han oido hablar de mi. 

Te lanza una mirada incrédula, no parece creerse del todo lo que dices-No se los detalles, pero parece que armaste un buen escándalo y ahora tendrás tu merecido, ¡vamos! 

Se hace a un lado y te deja avanzar, colocándose detrás de ti para seguir apuntándote con la lanza. Así comienzas a subir, encontrándote con un estrecho pasillo custodiado por guardias, sin ventanas y con solo dos puertas. Ni uno de los humanos se mueve un ápice cuando pasas a su lado, pero sus miradas expresan el mismo desagrado que el individuo que se encuentra a tus espaldas.

-Espera aquí un momento-dice inesperadamente mientras atraviesa rápidamente la puerta mas cercana. Poco después sale arrastrando una capa gris de gran tamaño que pone en tus manos, refunfuñado en voz baja algo como "y esto ya es ser muy generoso contigo". Con un gesto te indica que sigas tu solo hasta la siguiente puerta.

Asiento agradecido y me pongo la capa por encima.

-Gracias.- Sin más cruzo hacia la puerta con el porte erguido y actitud indiferente, mientras que por dentro estaba nervioso y asustado. Jodeeeeer... ¿¡Pero que cojones a pasado aqui!?

La sala en la que acabas de entrar no difiere mucho del pasillo, salvo en su tamaño y su forma cuadrada. Delante de ti puedes ver un estrado donde se disponen cinco personas con túnica y una única silla solitaria como todo el mobiliario de la habitación. Sin ventanas, hay una penumbra constante que realmente no molesta, pero le da un toque siniestro al lugar.

-Siéntate-señala el hombre de enmedio con autoridad-Se te juzga por causar grandes destrozos en una propiedad privada, intimidación, agresión a varios hombres e intento de violación. ¿Eres Lycaion, de 20 años, gladiador liberto y originario de Hetroen?

Avanzo hasta la silla y me siento donde me indican.

-Soy Lycaion.- Dije tras aclararme la garganta. No sabia que mas decir hasta que se me ocurrió una idea.- Y si se me permite decirlo, yo no hice ninguna de esas acciones. De haberlas echo tendría los nudillos magullados y en carne viva y sin embargo. Digo alzando ambas manos para que las miren.- Estan en perfecto estado... Un poco olorosas pero bien.

Nada más negar las acusaciones, un revuelo de indignación se extiende entre los hombres del consejo hasta que finalmente callan. Una mujer de aspecto severo es la siguiente en hablar:

-Tenemos testigos que afirman que ayer por la noche fuiste a beber a la taberna El Pato Desplumado y que tras ingerir gran cantidad de bebida te insinuaste a una de las camareras. Ella se negó a mantener relaciones carnales contigo y tú-aprieta los labios- intentaste tomarla por la fuerza. Varios hombres trataron de detenerte y comenzó una trifulca hasta que nuestros soldados te detuvieron.

-Esas son tus culpas, furry-interviene un hombre bajito y de aspecto desaliñado- ¿Hay algo que quieras decir en tu defensa?

Dejo caer la mandibula ante las acusaciones.

-¡Es completamente falso! Si, es cierto, fuí a beber, pero no pude realizar tal insinuación a la camarera... Ni con 30 litros de alcohol en vena abría echo algo semejante -Digo en un susurro mientras bajo la cabeza.- Las mujeres no se me dan bien... Y desde luego si hubiera estado en una pelea no habría dejado testigos, como ya demostré en las arenas.

-¡Ya basta de mentiras!-te corta otro de los hombres dando un puñetazo en la mesa-¡Has acabado con mi paciencia maldito engendro, tenemos pruebas por todas partes y gente que te vio anoche, así que déjate de cuentos! Si eso es todo lo que vas a decir, permanece callado mientras examinamos tu sentencia -resopla y se echa hacia atrás en su silla, visiblemente rojo. Los demás asienten, sin asomo de compasión hacia ti.

Solo deliberan durante poco mas de un minuto, pero en tu mente parece casi eterno. Los humanos no se diferencian precisamente por dar juicios justos a los de tu raza y sabes perfectamente que la muerte y las mutilaciones a los rebeldes estan a la orden del día. Sumido en esos pensamientos, los hombres se levantan y te miran con desprecio antes de anunciar:

-Por los destrozos y los heridos deberás pagar 500 monedas en el plazo de un mes. Por intento de violación se te condena a castración de manera inmediata.

Me levanto lentamente de mi puesto con la mirada fija en el juez pero sin mostrar ningun tipo de emoción.

-Pagaré encantado por los destrozos, una vez se haya demostrado que e sido yo. Pero de lo segundo me niego.- Dije simplemente. Ante lo cual mi lengua empezó a trabarse al darme cuenta de mi estado y de que era el centro de las miradas de todos.- ¿Donde se a visto que un jurado justo y honrado no permita al acusado defenderse? ¿No sería acaso una muestra de su magnanimidad... de su poder, el permitir a un ser inferior como yo el aportar su punto de vista?

Esperaba aplacar a los humanos alabándoles. Sin lugar a dudas era tan rápidos en descargar su cólera como en calmarla a base de los más descarados elogios y peloteos.

-Sin duda algo como la castración, proceso desagradable e irreversible es algo que no está bien visto, además...  ¿Quien querría mancharse las manos con semejante proceso? Es algo...-Tragué saliva azorado.- Estoy seguro de que los parroquianos del bar podrían aclarar la situación. Su señoría sea comprensible, es completamente imposible que un ser como yo, ose siquiera en pensar en hablar con una camarera, mucho menos en acosarla o intentar forzarla a algo...- Me encojo de hombros entristecido.- Compruebelo... No e tenido una pareja en toda mi vida señoría. Ni antes ni durante las arenas y mucho menos después.