Partida Rol por web

Furry Sales Office (+18)

Central Park

Cargando editor
13/09/2022, 23:32
Pietro Reaver

Lunes 5, 00:00 de la noche

Definitivamente mi amiga seguía en forma, aunque no mostré que dolía que volviese a golpear exactamente en el mismo punto. 

Ante tu respuesta, Abi se ríe suavemente, sin abrir la boca, mientras sigue trotando al mismo tiempo. Aunque cuando le sacas la lengua te vuelve a zurrar en el brazo. Ella lo hace de broma, pero vuelve a doler.

Si el motivo para seguir en el proyecto soy yo, vete a EastSide -respondió con frialdad cuando comentaba el problema, aunque al notar el ligero rubor en sus mejillas trató de tomar un tono más serio-. Y es posible que te lleves una sorpresa en cuanto a esos... empresaurios -su sonrisa se amplió, denotando que era una broma, no un error, el llamarlos así-. Es muy posible que yo esté. Pero lo más importante: haz el proyecto como más cómoda te sientas. Piensa que lo estás haciendo para ti, únicamente para ti. Disfruta en el proceso. Y si no son capaces de verlo, seguro que sus rivales de EastSide te tiran su dinero a la cara.

Total, quien no está preparado para el futuro está condenado a morir bajo su inexorable avance.

Toma pedazo de frase.

Corriendo, le dio un pequeño empujón hombro con hombro, tratando de animarla.

Cargando editor
14/09/2022, 22:56
Abigail Rogers

Lunes 5, 00:00 de la noche

Abi se te queda mirando ante respuesta mientras sigue corriendo a tu lado, haciendo una curva algo torpe. 

- ¡No coño, no eres tú! Tonto del culo - sorprendentemente ves que se ríe por lo bajini - Nah, creo que me voy a retirar, de verdad. Al menos de hacer ese proyecto para SouthPort. Les diré que probablemente sepan apreciar mi arte en otros negocios y punto pelota. 

Seguís corriendo, un poco más hasta llegar a un puente por el que pasa un riachuelo. Tu amiga se para un poco ahí, a echar el aire asomada a la barandilla - Y qué, gran empresario. ¿Tienes tiempo algún día para pasar a comer o a cenar por nuestra casa? He oído que tienes una agenda muy ocupada siendo el segundo del coronel Lagarto. 

Cargando editor
14/09/2022, 23:08
Pietro Reaver

Lunes 5, 00:00 de la noche

Reía con ella, sólo que él no trataba de ocultarlo. Sus reacciones, tan genuinas, eran parte de lo que daba color a la vida del tigre.

Como quieras, es muy posiblemente que pocas personas en toda la ciudad tengan la sensibilidad necesaria para apreciar, en su plenitud, tu arte.

Luego se detuvieron en un puente y al ver cómo ella se asomaba, se sintió muy tentado a empujarla al riachuelo, pero lo descartó. Se sentía magnánimo, le hubiese dicho si hubiese sido capaz de leer sus pensamientos.

¿Si tengo tiempo para obligar a una amiga a cocinar y a soportarme por unas horas? Sí, yo diría que sí. Diría que siempre tengo tiempo para eso, total... -se encogió de hombros- No es como si necesitase a escamitas junior.

Le sacó la lengua, pero lo que estaba contándole, por algún motivo, se le antojaba importante, así que se apoyó a su lado y suavizó el tono.

Sabes que podéis contar conmigo ¿verdad?

Cargando editor
14/09/2022, 23:24
Abigail Rogers

Lunes 5, 00:00 de la noche

Tu amiga sonríe de medio lado al decirle básicamente, que es una artista como la copa de un pino. 

- Gracias. 

Al escucharte decirle lo de la invitación, se empieza a reír a carcajadas divertidas. Te golpea la espalda con la palma de la mano tan fuerte que te obliga a agacharte. 

- Vamos a cocinar los tres. Y no creas que porque Mary diga lo contrario te vas a librar. ¡Para nada! Un pajarito me ha dicho que haces unos huevos rellenos riquísimos. 

Y, ante tu última frase, ella baja el tono y te sonríe, muy sincera. Te golpea ligeramente con el codo para empujarte, amistosamente. 

- Por supuesto que lo sé, vicepresi. 

Te guiña un ojo. Le da la espalda al riachuelo. Y se sienta en el puente, con la espalda apoyada en la barandilla. 

- Recuerdo perfectamente la primera vez que vine a Central Park. Fue hace unos pocos años, cuando nos establecimos aquí. De vez en cuando salía a relajarme. Y alguien que yo me sé - te dice, mirándote acusadora pero con una sonrisa - me comentó que Central Park era idóneo para las sesiones de relax - extiende una pierna, abrazándose la otra - Tenía razón - mira hacia arriba. No te extrañaba que todos le tiraran los tejos en la universidad. Era tan salvajemente guapa. 

Cargando editor
20/09/2022, 22:55
Pietro Reaver

Lunes 5, 00:00 de la noche

No sé si te has ganado mis huevos.

Dijo con una cada vez más amplia sonrisa. De ser otra sé que se hubiese malinterpretado y hubiese generado una situación incómoda, pero en aquel caso sencillamente se ampliaba una complicidad con su amiga.

Acto seguido ella se ponía más seria y cerró los ojos a su lado, sencillamente tratando de captar mejor su voz y su olor, quedándose con cada palabra y, sobre todo, escuchando los latidos y las emociones que habían detrás de cada detalle. Tenía tantas cosas que decir, tantas estudiadas y adecuadas, pero no. Lo que dijo... no era, ni mucho menos, lo más adecuado.

¿Sabes, lobita? Quizá, en otra realidad, en otro mundo, estas sesiones en Central Park tendrían otro final -sacudió la cabeza-. En realidad me hace feliz poder compartir este rincón contigo.

Concluyó, seguía con los ojos cerrados, sencillamente sintiendo su propio cuerpo y el correr del agua.

Cargando editor
21/09/2022, 19:19
Abigail Rogers

Lunes 5, 00:00 de la noche

Al escucharte hablar, baja la mirada. Ahora es de indiferencia. Pero su boca está torcida. Sí, posiblemente, en un universo paralelo, ella no sería lesbiana. Sí, quizás se habría enrollado contigo. Pero más allá no sabrías distinguir. Es entonces cuando sientes como su brazo pasa por encima de tus hombros y como el otro puño pasa ligeramente por tu mejilla.

Probablemente. Aunque te habría costado más de una ostia. No soy una mujer fácil, ¿sabes? - te responde, sonriendo socarronamente. Tras unos segundos, la mano que tiene apoyada en tu hombro palmea con fuerza y sientes como se levanta, ofreciéndote esa misma mano como asidero.

¿Seguimos? No quiero que se me haga muy tarde. Mary se preocupará. Y aún necesito una respuesta tuya, tigre.

 

Cargando editor
17/10/2022, 04:11
Sanza Filhërst

Día 4 de septiembre 

A las 4 de la tarde en punto estaría entrando a una cafetería en la 5ta Avenida, un lugar tranquilo con una ambientación acogedora. Como @Luna_Roja me ha dicho que le gusta estar cómoda y relajada no quería buscarle un lugar tan grande para evitar la aglomeración de personas, ni tan al aire libre para que el viento no la despeine o si llueve la lluvia no arruine nuestra salida... además, la lluvia acompañada de un café, bocadillos y compañía siempre caen bien, al menos en mi opinión.

- nnm... Entraría a la cafetería con un jersei negro, unos jeans azules y una chaqueta para lluvia que me decidí poner por si acababa lloviendo luego de ver el pronóstico del clima en mi teléfono.

- (No hay casi nadie y solo hay parejas así que no ha llegado) Decidiría sentarme en una mesa para dos cerca de la ventana para ver el cielo mientras esperaba. Si tardaba tomaría un pequeño americano para asentar el estómago y un par de galletas mientras espero.

- Horario americano supongo... Diría mientras doy un pequeño sorbo a mi café negro luego de quitarme mi chaqueta y colgarla detrás de mi asiento.

                   

Notas de juego

Disculpa, tuve un día muy ocupado y aparte sin luz.

Disculpa que sea corto el texto, es que es tarde y estaba buscando las imágenes, no quería que pasara el domingo sin responderte.

Cargando editor
19/10/2022, 18:59
Elisabeth (Liz) Fulgens

Día 4 de Septiembre

Eran las 4:30... Llegaba tarde, no tardisimo. No solo me desperté tarde, sino que además cuando trataba de elegir con que vestirme me encontré con varios problemas en mi camino... Aunque bueno, eso era mejor que no lo supiera nadie, al menos por ahora.

Llevaba una sudadera fina para evitar el posible frío que azotara y una fada a cuadros que combinaba. La sudadera parecía una talla más grande a la mía pues escondía mis patas perfectamente y quedaba bastante holgada llegando casi a la mitad de la falda. Además un bolso mochila colgaba un buen tanto a mi espalda, parecía más un peluche en forma de bolso, pues era como si tuviera pelaje y tenía una cara de panda rojo, igual que yo.

Cuando llegué a la cafetería, llegué agitada y casi sin respiración, preocupada de haber dejado a cierta persona sola, o peor que se hubiera ido.

Me acerqué entonces a la barra para preguntar - P-perdón... Esto un... - Pero me quedé a medio camino... Poco sabiamos de como eramos salvo por lo que nos habiamos dicho, pero así podían ser muchas personas. Aún así, preferí no molestar a la cámarera intentando describirle a alguien que ni conocía físicamente. - Nada, nada. Perdón, me he confundido - Un pequeño error decir eso, pero inmediatamente fui a ver a todas las personas que había allí.

-Muchas parejitas... ug... Ni que fuera esto una cafetería del amor... Espera... ¿No lo será verdad? Y-yo aún no quiero tener pareja, quiero estar segura de todo, y lo primero es el trabajo... Tengo que solidificarme en eso. Además mi padre jamás querría que me ligara a un chico, jajajajaja... Ahí voy ganando papa. - Fue entonces que vi una mesa a solas con un lobo que coincidía en altura - Bueno... hora de comprobar... - Me acerqué a el lentamente y con cierto nerviosismo le toqué el hombro.

-Esto... Perdona. ¿Eres Mr Hugs? - Todo había que reconocerlo... No es que cuadrara mucho el nombre de usuario con lo que aparentaba.

Notas de juego

Disculpa mi tardanza, estoy ultimamente hasta el cuello de cosas.

Cargando editor
21/10/2022, 04:15
Sanza Filhërst

Después de los 5 minutos simplemente habría decidido no mirar el reloj, tal vez se haya atrasado o le pudo haber pasado algo, incluso si se hubiese retractado de la idea no le habría molestado la verdad... esas cosas pasan por lo que sabe. Sin embargo, a pesar de esto su mirada pasaba ligeramente por la puerta cada vez que alguien pasaba y como estos pedían algo antes de irse o se sentaban con compañía rápidamente los descartaba y suspiraba.

Fuu... Mientras miraba por la ventana de vez en cuando

Un rato después habría escuchado la campanilla de la puerta tintinear y al mirar había visto la espalda de una chica con una sudadera algo grande para ella y detrás de una mochila con la forma de un panda rojo de hecho algo adorable. Volvería mi miraba a la ventana hasta que unos segundos después siento un toque en el hombro, así como una voz que delata mi nombre de usuario en SingleInt lo cual volteo para ver que es la chique que entró hace unos segundos por lo que me pongo de pie.

- Entonces tu eres Luna Roja. Diría para mirarte a los ojos desde arriba unos segundos y luego con uno de mis dedos muy suavemente darte un toquecito en una de tus mullidas orejas soltando una pequeña sonrisa

Notas de juego

 

 

 

Cargando editor
22/10/2022, 21:03
Elisabeth (Liz) Fulgens

Verlo como se ponía de pie, me hacía mirarle con algo de inquietud, pues tuve que alzar, no solo mi mirada sino también la cara. Huelga decir que la diferencia de altura intimidaba de primeras, tanto así que mis orejas se pusieron gachas y mi cola se detuvo subitamente. Casi parecía un depredador a punto de cazar. No obstante, aquella sensación que daba solo el verlo, se rompió cuando sonrió y me tocó la oreja de aquella forma, la cual se estiró hacia arriba, al preguntarme si era yo de preguntando por mi pseudonimo.

Alcé las patas a mi hocico haciendo señas de que callara. - S-si... bueno... Am... Me llamo Elisabeth, pero puedes llamarme Liz. Mejor que el otro nombre - Fue entonces que bajé la voz para justificar mi nerviosismo - Al menos en público.... - De hecho miré alrededor por si alguien se había enterado. Siendo escritora de historias, tanto eroticas como normales, y dibujante de lo mismo, cualquiera podría reconocer mi pseudonimo y tener compañía sin quererlo.

-Oh, cierto, perdón por hacerte esperar tanto - junté mis manos y cerré los ojos sintiéndome muy arrepentida - Ayer fui a comprar y... bueno, mi armario está hecho un desastre. Tuve que buscar algo bonito y cómodo que ponerme entre tanto desorden - Y me quedé muy dormida... Pero eso mejor que no lo sepa. - Aunque... me alegro que me esperaras. No pensé que hubieras aguantado tanto.

Cargando editor
07/11/2022, 22:32
Sanza Filhërst

Al ver como sus orejas se ponían gachas lo habría entendido, no era la primera vez que miraba esa expresión desde arriba (Aunque he de decir que en ella se ve bastante adorable), sin embargo, al notar como se alzan otra vez no podría evitar volverlas a tocar con suavidad ya que al ser tan mullidas y cálidas la verdad es que cuesta no querer hacerlo.

- Oh, lo siento no pensé en eso. No podría evitar hacer un pequeño gesto de sorpresa al caer en cuenta, la verdad es que si, es complicado que te reconozcan por tu seudónimo una vez haces lo que ella hace... aunque también significa que ella es famosa.

- Elizabeth... Puede que solo haya repetido su nombre, pero se había notado en el suave movimiento de mi cola detrás de mí que me gustaba como sonaba. - No te preocupes. Diría cuando juntas tus manos y cierras tus ojos acomodándote una silla frente a la mía. - Discúlpame a  por haber empezado antes de que llegaras. Creo que valió la pena no haberme ido. Diría con una pequeña sonrisa.

- No es mi costumbre comprar cosas, sin embargo, entiendo el no encontrar que ponerse. Dice alguien que usualmente los sábados organiza lo de la semana para evitar volver a los tiempos de pasar 30 minutos decidiendo si algo era adecuado o no.

- Mi nombre es Sanza, más que encantado de conocerte Elizabeth.

Cargando editor
10/11/2022, 03:29
Snæbjörn Þórólfsson

Miércoles, 7 de septiembre

Es la hora dorada. En este mágico momento, un cálido manto anaranjado cae sobre Central Park, que se extiende como un mar verde cercado por altísimos rascacielos, arrojando sombras acogedoras que parecen incitar a la complicidad de las personas que pasean distraídamente por los sinuosos caminos del parque. Es la hora de cierre de muchos negocios y el fin de turno para muchos trabajadores, por lo que no es de extrañar que la Puerta Vanderbilt esté muy concurrida en estos momentos de la tarde.

Pero mis ojos apenas se entretienen en la marea de gente que pasa a mi alrededor, entrando y saliendo del parque que queda a mis espaldas. En realidad, solo están atentos a la llegada de una persona en particular.

Calvin.

No esperaba que anteayer me invitase a dormir en su piso. Una persona más cautelosa habría esperado más tiempo antes de proponer algo así, pero su franqueza me desarmó. Por supuesto, acepté; ¿cómo podía negarme, después de lo bien que había ido todo desde que nos conocimos aquella misma mañana? Por supuesto también, no dormimos demasiado esa noche. Todo se sentía tan fácil, tan natural, que daría hasta miedo. Dicen que hay ciertas cosas o personas irrepetibles, que ocurren o se conocen una vez en la vida. Y el tiempo dirá si me equivoco, pero por ahora tengo la impresión de que me he topado con una de ellas.

Así que aquí estoy, esperando a tener mi segunda cita con mi compañero de trabajo después de que tuviésemos nuestra tercera cita en la primera. Es de locos… No puedo evitar pensar que estamos empezando la casa por el tejado; una voz en mi mente me dice que se supone que, a mi edad, debería actuar con más madurez. Pero, ¿por qué debería refrenarme si nos hace sentir tan bien a los dos? Desde luego, no seré yo quien me aproveche de él, lo engañe o le haga daño. No conscientemente, al menos. Y por lo que a él respecta, en el poco tiempo que hace que lo conozco, he tenido ocasión de formarme la idea de que estoy a salvo.

Pero bueno. El tiempo dirá. De momento, vamos a ver cómo va la tarde. Estoy deseando verlo y que su sonrisa me diga que todo irá bien.

Cargando editor
10/11/2022, 13:22
Calvin Morse

Llego al parque tras cambiarme de ropa tras el trabajo. Llevaba una camiseta de un color azul oscuro y unos vaqueros cómodos. Miro el reloj del teléfono aliviado de ver que no había tardado mucho. Habían pasado un par de días desde que conocí a Snæbjörn y acabamos pasando la noche juntos en mi piso. Era la primera vez que iba tan rápido con alguien, pero aún así una parte de mi estaba realmente contenta con que las cosas acabaran así.

Habíamos acordado quedar en Central Park tras el trabajo. Un paseo tranquilo, admirando la naturaleza y disfrutando de la compañía del otro. La última vez que estuve en el parque fue hace unas semanas cuando pasé la tarde con mi hermana y los gemelos. Así que la experiencia iba a ser obviamente diferente. 

Me preguntaba si Snæbjörn ya estaría allí, mi corazón latía al pensar en el oso polar. Quería volver a ver su tierna sonrisa, oír su alegre y grave risa, mirar sus hermosos ojos azules. Esperaba que la cita en el parque fuese tan bien como nuestro primer encuentro la mañana del lunes. 

Finalmente paso a través de la entrada del parque en la que acordamos quedarnos. Ya había bastante gente dentro, pero por suerte para mi, era muy fácil reconocer al guapo vigilante de seguridad de la empresa. Mis pasos se aceleran a medida que me acerco a él. -Hola Snæbjörn, espero que no hayas esperado mucho-le saludo con una tierna sonrisa. Un a vez estoy cerca de él, mi mano se posa en su hombro con algo de timidez, no sabía si besarlo o no. -Estás muy guapo-le digo con un ligero rubor.

Cargando editor
11/11/2022, 01:31
Snæbjörn Þórólfsson

Enseguida mis ojos distinguen a Calvin entre la multitud. Aprovecho el tiempo que tarda en llegar a mi altura para admirar una vez más su sorprendente belleza; realmente destaca, y no puedo por menos de preguntarme si todo el mundo lo encontrará tan hermoso como yo. Ayer y hoy solo hemos podido vernos muy brevemente durante el trabajo; realmente he estado muy ocupado aprendiendo las particularidades específicas sobre la seguridad del edificio. Caigo en la cuenta de que esta es la primera vez que veo a Calvin llevando algo que no sea su pulcro traje, y me sorprende un poco comprobar su estilo relajado e informal. ¿Lo habrá hecho para ajustarse un poco a mi propia manera de vestir? En todo caso, está guapísimo, y así se lo hago saber con una sonrisa embobada. Cuando va llegando hasta mí, le silbo, como se hace cuando uno ve a alguien irresistiblemente atractivo.

Hola, gatito —lo saludo, sonriendo—. Bueno, he llegado hace unos diez minutos. Tampoco tanto, pero me ha dado tiempo de ver un puesto de helados que hay un poco más allá. —Giro la cabeza hacia atrás durante un segundo, señalando por encima del hombro con el pulgar—. No sé si tú, pero yo me muero por un helado.

Calvin se acerca a mí, apoyando su mano sobre mi hombro con suavidad. Duda. Me dice que estoy muy guapo. Mi sonrisa se tuerce hacia un lado, cobrando un matiz pícaro, y cierro la distancia que nos separa, uniendo mis labios a los suyos en un cálido beso de bienvenida. Aprovecho para rodearlo con mis brazos y apretarlo un poco contra mí, sin demasiada fuerza; solo lo bastante para recordarle lo que siento.

eres guapo, nene. Y creo que lo sabes… —ronroneo en un tono peligrosamente bajo, enganchando mis dedos a los bolsillos de su pantalón vaquero, acercándolo a mí con un leve gruñido. Por desgracia, estamos en la calle, rodeados de gente. Habrá que esperar—. ¿Vamos?

Tras atravesar la Puerta Vanderbilt, echamos a andar en dirección a la Fuente del Jardín del Conservatorio, donde antes he visto el puesto de los helados. Una vez allí ya decidiremos hacia donde ir; este parque es inmenso. Ya lo he visitado en numerosas ocasiones, y aun así soy consciente de que todavía me queda mucho por descubrir en él. Mientras caminamos, intento pensar en algo que decir, pero no se me ocurre nada por el momento. Curiosamente, eso no me pone nervioso. Me siento tan bien simplemente caminando en paralelo a Calvin, viendo lo mismo que él ve, que no me importaría pasar el resto de la tarde en silencio.

Hace mucho tiempo que no salgo con nadie. Ya ni recuerdo cómo se hacía… —digo de repente, mirando al frente. Se siente como una confesión—. Evidentemente he tenido mis… rollos, pero nada demasiado serio, desde que llegué a Nueva York. Nada que me requiriese… hablar. Contar cosas. Ya sabes. —Vuelvo la cara para mirar a Calvin, midiendo sus reacciones, y le dedico una pequeña sonrisa—. Antes estuve casado. Casi veinte años. Pero en fin, me separé, y luego vine aquí.

De repente tengo la necesidad de fumar. Busco la cajetilla de cigarrillos en mi bolsillo, sacando uno para encenderlo en un gesto tan fluido que casi parece automático, y lo llevo a mis labios para dar una profunda calada. Diría que mi corazón late un poco más rápido de lo normal.

¿Alguna pregunta? —inquiero, y no puedo evitar reír por lo bajo cuando me doy cuenta de lo interrogativa que resulta la forma en que lo he dicho.

Cargando editor
11/11/2022, 14:01
Calvin Morse

Sonrío con el saludo y apodo cariñoso que Snæbjörn me había puesto. Era algo muy tierno por su parte y me gustaba mucho. Le escucho y asiento. -Un puesto de helados suena genial-digo asintiendo con la cabeza. Puede que sea el puesto de helados que vi con mis sobrinos la última vez que estuve en el parque. Con suerte no tendríamos que esperar mucho, aunque la espera con Snæbjörn sería placentera.

Snæbjörn responde besándome y yo le devuelvo el beso con gusto. Mis brazos envuelven su cuerpo durante el agradable beso, disfruto de la cercanía con el oso polar. Mis mejillas se vuelven rojas por su cumplido y la manera tan provocadora y seductora de decirlo. -Y tú eres realmente encantador-logro responder con una pequeña sonrisa algo traviesa. Asiento y empezamos a caminar juntos por el parque. 

Caminamos juntos por el parque, disfruto estando cerca del oso polar, incluso cuando no decimos nada. Posiblemente no tardaríamos mucho en llegar al puesto de helados. Le escucho hablar y le sonrío, mis dedos sostienen su mano y la acaricían con ternura. -Tranquilo, yo hace mucho tiempo que no salgo con nadie tampoco. Iremos acordándonos poco a poco-le respondo. Le escucho hablar de sus últimas relaciones y me sorprende oír que estuvo casado y veinte años. -Espero que al menos la separación fuese en los mejores términos posibles-le digo algo apenado, decido no preguntar más sobre el tema, por si Snæbjörn no quería hablar más. Pero agradecía la sinceridad que me había mostrado. No muchos me habrían contado una información así.

-Mi relación más larga fue de cuando todavía vivía en Colorado. Estuvimos juntos unos tres años...yo quería dar el próximo paso y él no-digo mientras hablo con Snæbjörn. 

Observo como se enciende un cigarrillo y le sonrío. Entonces me pregunta si tengo algo que preguntarle. -Bueno, ya que tengo la oportunidad-digo con una risa. -¿A que te dedicabas antes de venir a Nueva York?-le pregunto con interés queriendo conocerle más.

Cargando editor
12/11/2022, 00:58
Snæbjörn Þórólfsson

El modo en que Calvin responde a mi beso y a mi coqueteo acaba de relajarme, convenciéndome de que no tengo nada de qué preocuparme, de que todo va bien. Quizá sea esa sensación de tranquilidad y facilidad la que hace que, por algún motivo, decida que es buena idea hablarle a mi… a Calvin de mi divorcio. Ha salido sin pensar. Durante un momento, sencillamente, quería que lo supiera. Pero prácticamente al instante empiezo a preguntarme si acaso no habré metido la pata. El siguiente comentario de Calvin, esperando que nuestra ruptura fuese amigable, aunque hecho con buena intención, hace que me sienta peor. Un dolor sordo asciende desde mi estómago hacia mi garganta y mi pecho, y quiere instalarse detrás de mis ojos, donde empiezo a notar el escozor de las lágrimas que quieren salir. Está a punto de escapárseme un sollozo cuando pienso en todo aquello, pero gracias a Dios consigo mantenerlo bajo control. No quisiera matar el ambiente y cargarme la cita tan pronto. En cualquier caso, esto me ha hecho darme cuenta de que todavía estoy lejos de superar lo que pasó. Pero, ¿cómo podría nadie superar algo así? Me arrancaron una parte de mí. A los dos nos la arrancaron. Nada en el mundo podrá sanar nunca un dolor tan espantoso.

Tragando saliva, consigo colocar una sonrisa nostálgica en la cara, no sin un gran esfuerzo. Algo es algo.

Ehhh… Pues no exactamente —digo en voz baja. Durante un momento me pasa por la cabeza la idea de decírselo. Dios, cómo quisiera decírselo. Pero no puedo evitar pensar que es demasiado, y más para lo pronto que es—. Dejémoslo ahí.

Mi tono ha sido lo bastante despreocupado como para disfrazar mis sentimientos de manera efectiva. Pero, ¿de qué tengo miedo? ¿De que Calvin se dé cuenta demasiado pronto de que no soy su fantasía perfecta? ¿De que tengo problemas? ¿De que estoy roto, a pesar de haber estado pegando cuidadosamente los trozos durante estos tres últimos años?

Asiento, escuchando a Calvin mientras me habla de su relación de tres años. Tuerzo la boca al oír el motivo de la ruptura.

Gilipollas. Él se lo perdió. —Niego con la cabeza, para después sonreír—. Pero no te voy a engañar: mejor para mí. Así que le doy las gracias. —Luego me muerdo el labio, un poco nervioso—. Lo siento, no quería ser insensible. ¿Cómo estás ahora?

A mi oferta de que me haga alguna pregunta, él la lanza inmediatamente: quiere saber a qué me dedicaba cuando aún vivía en Islandia.

Era policía. Inspector, en Akureyri. Akureyri es la segunda ciudad más grande de Islandia, la capital del norte del país. —Dejo escapar un largo suspiro—. No lo echo de menos, la verdad. Uno podría pensar que en un país como Islandia nunca pasa nada grave, pero te aseguro que… Bueno. Sí que pasa. Así que nada, mejor ser vigilante de seguridad para unos grandes almacenes. Menos sobresaltos. —Eso es quedarse muy corto—. ¿Y tú? ¿Siempre quisiste ser contable? Tienes pinta de ser de esos que tienen las cosas muy claras desde el principio. Envidio a las personas así. Las cosas acostumbran a irles mejor…

Cargando editor
12/11/2022, 12:51
Calvin Morse

Puedo ver como la expresión de Snæbjörn cambia cuando habla sobre su matrimonio. Era obvio que todavía le incomodaba hablar del asunto. No lo culpo. Estar tanto tiempo con alguien y luego separarse era muy duro, sobre todo si las cosas acababan mal. Y a juzgar por la respuesta del oso polar, no acabó bien. Me sentía mal por él, lo mejor era cambiar de asunto para no incomodarlo más. Estaba claro que no quería hablar más del tema y no le iba a presionar. Si algún día quería contarme más, lo escucharía y le ofrecería mi apoyo.

Envuelvo mi brazo con el suyo y asiento cuando dice que cambiemos de tema. Cuando se sienta listo para hablar más lo escucharé. Sin presiones. Ahora lo importante era vivir en el presente.

Me río un poco cuando insulta a mi ex. -Eso fue lo mismo que dijo mi hermana-comenté con una risa. -Y ahora yo estoy contigo-le digo con una sonrisa. -Si, ahora estoy mejor, muchas gracias-le respondo a su pregunta. Reconozco que al principio me fastidió mucho, sobre todo por como acabamos las cosas. Pero eso estaba en el pasado, ahora lo importante es el ahora con Snæbjörn.

Le escucho y asiento. -Me lo imagino. Ser policía parece ser un trabajo muy duro...y por desgracia van a pasar cosas graves por todas partes...-digo asintiendo con la cabeza. -Pero por suerte hemos podido conocernos-le comento acariciando su mano.

-Bueno...digamos que lo decidí cuando estaba en mis últimos años de instituto...cuando era más joven no tenía las cosas muy claras-respondo con una pequeña sonrisa. -En esa época estaba más preocupado con cual sería mi próxima familia de acogida y cuánto duraría con ellos-cuento con un pequeño suspiro. 

Cargando editor
13/11/2022, 00:03
Snæbjörn Þórólfsson

Por suerte, Calvin se toma bastante bien mi comentario acerca de su ex. Lo siguiente que dice me dibuja una sonrisa cálida. «Ahora yo estoy contigo». ¿Lo está? Conmigo… Me tomo un momento para sopesar el significado de las palabras. ¿Realmente estamos juntos? Es algo que llevaba tanto tiempo eludiéndome que la idea resbala por mi mente sin encontrar asideros. Intento no pensar demasiado en ello. Menos posibilidades de que la cosa acabe con corazones rotos.

Luego pasamos a hablar de mí, de mi antigua profesión. No me trae buenos recuerdos, especialmente sabiendo cómo acabó todo. Pero, de alguna manera, mi compañero consigue apartar mi mente de esas cuestiones con su amabilidad y su afecto.

De verdad estás empeñado en demostrarme lo especial que eres, ¿no? —le digo, levantando su mano para darle un suave beso en los nudillos.

Después pasa a hablarme de su trayectoria académica y personal. Al parecer, cuando era muy joven, tuvo bastantes problemas para escoger su camino. Pero es lo siguiente que dice lo que me hace quedármelo mirando, con los ojos muy abiertos, y no por los motivos que él pudiera sospechar. Adoptado. Me quedo unos instantes mudo, simplemente mirándolo, sin saber qué decir mientras una sensación extraña se acumula en mi estómago.

Ahora o nunca.

Andri… mi exmarido, y yo, adoptamos un niño cuando nos casamos —empiezo a hablar, casi susurrando, sintiéndome helado por dentro—. Tenía cinco años cuando nos lo dieron. Se llamaba Rúnar. —Dejo unos segundos para que el uso del tiempo pasado cale, permitiendo que Calvin se haga una idea de lo que sucedió antes de que yo lo diga explícitamente—. Venía de una casa complicada. Fue difícil, pero también lo más maravilloso que nos había pasado a los dos. Hicimos de él un buen chico. Quiso ser policía, como yo. —Mi voz se quiebra, y bajo el rostro, negando con la cabeza mientras aprieto los dientes, la mandíbula temblorosa—. Nos lo mataron. Acababa de entrar en el departamento. Tenía veintidós años.

Dejo escapar un suspiro entrecortado, apretando la mano de Calvin. Joder. Espero no espantarlo.

Lo-lo siento. Es que… —No termino la frase. ¿Habrá sido buena idea hablarle de esto tan pronto?

Cargando editor
13/11/2022, 13:06
Calvin Morse

Se notaba que Snæbjörn no estaba cómodo hablando de su antigua profesión, no lo culpaba, ser policía era un trabajo muy duro. Debía de haber pasado por experiencias muy duras como agente de la ley, así que espero que con su nuevo trabajo las cosas le vayan bien y pueda estar más tranquilo. 

Me río con timidez con su cumplido y viendo como besa mi mano con una ternura que me derretía. -Tú si que eres especial-le digo con una sonrisa. Era cierto, no podía creer mi suerte de conocer a alguien tan hermoso y dulce como Snæbjörn. Hacía tiempo que no me sentía así con nadie.

No me gustaba mucho hablar de mi tiempo antes de ser adoptado por los Morse. No porque me avergonzara, cuando le contaba a la gente que era adoptado, su actitud cambiaba y reaccionaban como si hubiese tenido una vida desgraciada y sentían lástima por mi. Reconozco que no fue la mejor de las experiencias ir a diferentes familias de acogida por un tiempo, pero acabé siendo feliz con los Morse y mis nuevos hermanos. Encontré una familia.

Pude ver la sorpresa en el rostro de Snæbjörn por mi revelación. ¿Reaccionaría igual que los otros? Lo dudaba, pero antes de que pudiese decirle algo, el oso polar habla sobre su hijo adoptivo. Le escucho en silencio, sintiéndome mal por él. Yo nunca había sufrido algo tan horrible como le había pasado al oso polar...pero me hizo pensar en mis sobrinos, si algo horrible les pasara...

El oso polar se disculpa, pero niego la cabeza y le doy un abrazo. -Siento mucho lo que os pasó. Sé que cualquier cosa que diga no aliviará tu dolor...pero quiero que sepas que estaré contigo dándote mi apoyo-le digo con sinceridad mientras mantengo el abrazo. Le había costado contármelo, si quería llorar, no le iba a juzgar ni a decir nada al respecto, estaba en su derecho. 

Cargando editor
14/11/2022, 01:14
Snæbjörn Þórólfsson

En el momento en que Calvin me abraza, siento como si me deshiciese por dentro. Aún no lo sabe todo, no se lo he contado todo, pero sé que habrá tiempo, y un gran peso que me atenazaba parece haberse levantado, aunque solo sea por un momento. Cierro los ojos, sintiéndolos húmedos, y estrecho a Calvin contra mí con fuerza. Y aunque solo sea por un momento, una barrera parece romperse, o más bien es como si nunca hubiese existido.

Ég elska þig —susurro, acariciando sus cabellos con mis labios al decirlo. Y a pesar de que dudo mucho que Calvin sepa islandés, estoy convencido de que puede entender la intención de mis palabras, el calor tan íntimo que desbordan. Durante un instante pienso que quizá haya perdido la cabeza, que esto es absurdo; al instante siguiente pienso que no podría importarme menos. Apartándome un poco de Calvin, lo miro con una pequeña sonrisa de ojos brillantes, y tomo su mano con delicadeza—. Vamos. Nuestros helados nos esperan.

Momentos más tarde, los dos volvemos a caminar en silencio, como hace apenas unos minutos, como si nada hubiese pasado, como si nada hubiese sido dicho entre los dos. De vez en cuando sorbo suavemente por la nariz, o froto mis ojos con el pulgar de la mano con la que sujeto el cigarrillo antes de darle una calada ausente. Me siento como si estuviese flotando, sin prestar especial atención a nada de lo que me rodea, como si hubiese una especie de… colchón entre el mundo exterior y yo. Es una sensación extraña, que podría asegurar que no he sentido nunca. Me siento… seguro.

¿Te gustaría hablarme de tus padres? —pregunto de repente, con la voz inusualmente ronca—. ¿Fueron… son… buenos contigo?

Por fin avisto el puesto de helados entre la gente; apoyo gentilmente la mano en la espalda de Calvin, guiándolo con suavidad en dirección allí.