Partida Rol por web

- No hagamos esperar al Almirante.

Kohren se acomodo en el transporte, y aguardo en silencio mientras su escolta y la capitana hacían otro tanto.  Apenas el vehículo se puso en movimiento se dirigió al soldado.

- Me ha parecido que hay bastante actividad en la instalación. ¿Cual es el motivo?

El soldado que conduce está un poco entretenido con todo el trajín que hay en aqulla base. Es como una ciudad en si misma. Todo un caos. como todas las ciudades,pero en esta ocasió la ropa no es nada ... variada. Y si no es porque estáis acostumbrados a los militares, uniformes y armas, diríais que es una zona de guerra, pero con población que hace su vida.

Tras unos instantes contesta: - Lo siento comandante, pero ... no entiendo la pregunta. Esto está como siempre. El marine que conduce no porta la armadura con el casco cerrado. Lo sabéis por como sonaba su voz, pero en el espacio de carga, este vehículo blindado portapersonal, no os permite verle realmente. Podrían ir 10 soldados totalmente equipados, incluidos con una sección de armas y todo, pero para vosotros dos, ahora es un espacio amplio que os parece algo exagerado y un poco incómodo. Esperábais un coche o algo más "agradable", pero parece ser una base muy "operativa".

Cruzáis por el final de la pista. El portillo blindado está abierto y el cristal antibalas os permite ver el exterior. No habís pasado lejos de los marines, y están en formación justo delante de los viejos barracones que vístis. Uno de ellos está dando instrucciones al resto.

- Ya veo. - Por su tono no parecía que la respuesta le hubiese convencido demasiado.

La paciencia es una virtud que hay que practicar, se dijo. Una vez estuviesen en presencia del Almirante, le pondrían al corriente de la situación.

Rachna siguió toda la acción desde un cómodo segundo plano... Como si sólo fuera la sombra de Kohren. Le gustaba observar y aprender. No obstante aquellas prisas la preocuparon un poco. Habían llegado pronto pero, lejos de esperar a su momento, el Almirante se apresuraba a encontrarse con ellos.

Cuanto más pensaba en ello, más preguntas le surgían y lo cierto es que era inútil enervarse. Al final se enterarían... De algo claro. El "todo" sólo estaba reservado para los más altos escalafones. Quería pensar que eso era un alivio.

Al ver el vehículo blindado y su amplitud interior se permitió una pequeña puntilla hacia su nuevo superior:[color=#0000BF]No sabía que era usted un pez gordo señor.[/color]- aquello por supuesto era en clara referencia a la envergadura del  vehículo.

En el trayecto, Kohren mostró cierta preocupación por el caos circundante. Rachna no sabía qué pensar al respecto pero la respuesta del soldado la tranquilizó. Decidió que quizá era momento de que Kohren desembuchara algo más: [color=#0000BF]Y dígame Señor... ¿Ha pedido usted este destino o se lo han asignado? ¿Tiene... Alguna idea de cuál es el propósito general de la misión?[/color] -Rachna no esperaba demasiado, pero por preguntar no perdía nada...

Las palabras de Rachna le apartaron del curso de sus pensamientos, y el hombre agradeció la oportunidad de cambiar de tema. Medito su respuesta durante unos momentos antes de contestar. No se podía decir que hubiese solicitado ese destino en concreto, pero sin duda había fijado sus esfuerzos a lo largo de su trayectoria en la flota a capitanear su propia nave.

- Me lo han asignado. En cuanto a nuestra misión puedo darle pocos detalles de momento Capitana. Por lo que se la Génesis es un prototipo, y nosotros nos vamos a encargar de ponerla a prueba.

Supuso que ella esperaba algún detalle más, pero no pudo satisfacerla y en su lugar se decidió a tratar de saber algo más de ella.

- ¿Cómo fue su último destino?

A la galena no se le pasó por alto esos segundos de más que Kohren se tomó para contestar. Parecía un hombre reflexivo, que medía lo que decía. Era de esperar siendo de un oficial de su graduación que iba a encargarse de capitanear una nave entera.

Cuando se relevó que la "Génesis" era un prototipo, Rachna no pudo evitar elevar las cejas un momento en señal de sorpresa. O lo había hecho muy bien como para merecer formar parte de una tripulación profesional que debía poner a prueba una nave o... el proyecto estaba destinado a fracasar y enviaban oficiales "prescindibles". Sin duda era mejor pensar en lo primero pero tras sus últimas experiencias era difícil de precisar.

La última pregunta era peliaguda, asi que optó por una respuesta ingeniosa:

[color=#0000BF]Esa es una pregunta con trampa señor. Usted tiene acceso a mi Hoja de Servicios pero... si quiere una apreciación personal le diré que... fue mucho más interesante que mi primera asignación. Le estoy cogiendo gusto a eso de ¿cómo dicen ustedes? Ah, si, "cabalgar las estrellas"... [/color]-usó el término que solían usar los oficiales de mando o los astronavegantes- [color=#0000BF]Aunque también más... relajada.[/color] -dibujó una leve sonrisa. Comparado con su paso por la Chimera que consistía en "apagar fuegos" día si, día también, desde luego que la Ranger había sido una asignación más tranquila- [color=#0000BF]¿Y usted? ¿Es la primera nave que comanda?[/color] 

Lo cierto es que lo había preguntado por preguntar. Un oficial de su rango bien podría haber sido oficial al mando de naves menores... aunque también existía la posibilidad de que se hubiera pasado media carrera como primer oficial de cruceros pesados....

Una vez más, Sirio se detuvo un instante antes de responder. Era la primera nave que capitaneaba, y era legítimo que su tripulación considerase que le faltaba experiencia para hacerlo. Se sintió tentado de justificarse ante unas dudas que aún no se habían planteado, pero se controló desechando una respuesta más elaborada.

- Sí. Es mi primer mando como Capitán de Navío.

Observo con interés la reacción de la mujer ante esta revelación. Sin embargo no demostró sus dudas, había pasado la mayor parte de su vida como oficial al mando de otros, y había aprendido un par de cuestiones sobre mostrarse resuelto en todo momento. En su experiencia un oficial que muestra sus dudas es un oficial que será cuestionado.

Lejos de encontrarse incómoda por la falta de reacciones a sus ingeniosos comentarios, Rachna encontraba aquella seriedad, profesionalidad y tiempo de reflexión, reconfortante. En el fondo ella era igual con casi todo el mundo. Distante, profesional, pero había decidido ser algo más simpática teniendo en cuenta que aquel individuo sería su "gran jefe" en los próximos años.

Al oir la respuesta, Rachna no pareció inmutarse. En su cabeza todavía estaba aquella "segunda versión catastrofista" sobre un prototipo destinado al fracaso pero la lógica decía que la Armada Imperial solía tomarse las cosas en serio y de forma eficaz. Además, aquel hombre era un oficial condecorado y emanaba seguridad en sí mismo, con lo que todo apuntaba a cierto... optimismo.

[color=#0000BF]No se preocupe Señor. Seguro que lo hará bien. [/color]-dijo con seguridad- [color=#0000BF]No soy de las que tiene una confianza ciega en algo pero... la Armada me ha demostrado que suele poner a las personas correctas en los lugares correctos. [/color]-al menos así había sido en su experiencia.

[color=#0000BF]Además, conmigo no tendrá mucho problema. Soy de las que sigue las órdenes y la disciplina sin rechistar. [/color]-volvió a sonreir levemente. No parecía que Rachna fuera muy dada a sonreir ampliamente. Aquella mueca parecía lo más parecido a su gesto amable. Por otro lado no mentía... claro que nunca ningún oficial al mando se había metido en "su territorio" o de hacerlo, había sido respetando la labor de los miembros de la Enfermería.

Agárrense, ordena con voz de preocupado y de improviso el conductor. Tras unos instantes de derrapar y de hacer movimientos bruscos el Trasporte Blindado de Personal pasa un resalto y empieza a bajar en un pronunciado ángulo. Os asustasteis en principio, ya que todo fue muy repentino, pero ya que no dio orden alguna ni dijo, ni chilló ni nada de nada, y luego, la velocidad era moderada, sobre todo durante el descenso, os tranquilizasteis. El tanquichuelo paró y una voz diferente os comentó, mientras se abría la puerta. - Capitán de Naví Khoren y Capitán Shuresh. Síganme. Era otro marine, y este con armadura de combate, como la que visteis al desembarcar del trasbordador, y arma de plasma. Os acompaña hasta un ascensor en el cual, entráis los tres. Allí pone una llave y presiona unos botones. El ascensor, hace justo lo contrario. Desciende.

El estómago se os pone en las orejas, o por lo menos eso os hace sentir vuestro cuerpo, y cuando os dais cuenta sucede justo lo contrario. Cualquiera lo compararía con atracciones de cualquier tipo de parque, peo intentáis que la compostura y el estómago no os traicione. Cuando frena del todo, dais gracias a lo Más Sagrado, por no haber decorado la espalda de marine con vuestro desayuno.

Al abrirse las puertas del ascensor una bocanada de aire fresco os ayuda a estar mejor y el soldado os hace un gesto para seguirle. Avanza con determinación por un pasillo que a ciertos intervalos tiene una puerta con etiquetas.

JEFE DE PLANEAMIENTO

JEFE DE ADQUISICIONES

JEFE DE PERSONAL

Hay otras en la que no os termináis fijando, pero todo son o JEFE DE ALGO ó OFICINA DE ...En la que estáis es más sencilla aún. Sólo pone:

JEFE

Además todos son letras plateadas, y este son legras doradas. Los cartelitos son azules y las paredes blancas, iluminadas con tubos de luz, y algún que otro foco ocasional. El suelo, gomoso, tiene un tono verdoso, con chispitas de colores minúsculas. Vuestro calzado, unos zapatos negros con suela de goma, hace un ruido característico a cada paso. Las pesadas botas del marine suenan como un golpe con cada taconazo.

El cabo os ha abierto la puerta y espera que entréis.

A medida que se van sucediendo los hechos, Rachna empieza a darse cuenta de que quizá aquel proyecto o programa o prototipo es verdaderamente importante. La seguridad es un punto a favor, pero cuando el ascensor tira de ellos hacia abajo y se detiene de golpe revolviendo su estómago no tiene más dudas. Aquello era importante.

[color=#0000BF]O los ingenieros se han olvidado de poner buenos frenos o... [/color]-la galena no acabó la frase, puesto que se dió cuenta del porqué. Que el descenso fuera tan vertiginoso suponía desorientar al visitante ¿A qué profundidad estaban? Era difícil de saber.

La oficial aprovechó aquella bocanada de aire para recomponerse algo más de la experiencia. Examinó con curiosidad los diversos despachos y, cuando llegaron a la puerta del "Jefe", simplemente lanzó una mirada significativa a Kohren que indicaba que él debía pasar... como mandaba el protocolo.

Sirio asintió ante las palabras de Rachna. No quería reforzar la idea de que le preocupaba esta asignación, aunque así fuese. Sin embargo le dedico un asentimiento con una breve sonrisa de cortesía cuando le aseguro que se le daba bien seguir órdenes.

- Entonces nos llevaremos bien.

Las palabras salieron de sus labios con firmeza. Demasiada en realidad, pero al Capitán Kohren no se le daba bien el humor. Decidió añadir a su comentario un guiño para remarcar que había tratado de hacer una broma. Por suerte el viaje se aceleró poco después, y antes de que se diesen cuenta estaban en un ascensor que parecía descender en “caída libre”.

Era evidente que Rachna tenía un buen sentido del humor, interesante en un oficial médico, y un contra punto a la falta de humor del propio Sirio. A estas alturas, el comandante de la Génesis ya había decidido que le caía bien la Oficial Shuresh. Ahora tendría que tratar de caerle bien a ella.

- … o plástico en el suelo. – respondió en un nuevo y desafortunado intento de recurrir al humor.

El Almirante era un tipo que parecía joven, pero las marcas de los laterales de sus ojos, denotan que no es ningún chiquillo. Además viste un mono como si fuera un explorador, pero con los galones pertinentes de su posición. Su despacho está iluminado por flexos. Uno en la mesa de escritorio. Otro, pequeñito, en una mesa auxiliar, con unos sofás y sillones, que parece más para tomar un café que para reuniones y otros dos, de los extensibles, y con grandes lentes de aumento, en una mesa de delineante. Sin fijaros mucho, cerca de donde está en pie, ante la mesa de dibujante, hay una mesa de mapas, con cartas de navegación estelar, pero no se ve en ellas gran cosa, ya que la oscuridad no lo permite, al estar su par de flexos, gemelos a los que está el almirante usando, permanecen apagados.

Entráis con más sigilo que ímpetu, por el ambiente lúgubre que proporciona la falta de luz.

El almirante se gira levemente y os ordena de forma amable. - Vengan ambos aquí y miren. Da un pequeño paso atrás, apartándose para dejar espacio más que suficiente, y enciende la iluminación particular de la mesa de mapas. Saca un par de láminas, con el consiguiente sonido, y las pone sobre esta mientras os acercáis. - Miren, miren, no sean tímidos. Os azuza, haciendo un gesto hacia las lentes con luz que un momento antes usaba él.

- … o plástico en el suelo.

Rachna enarcó una ceja ante el comentario de Kohren. O era un tipo realmente inteligente y le intentaba transmitir algún tipo de mensaje que no llegaba a entender bien, o era una broma privada o... simplemente no era de los que tenía humor pero lo intentaba. La oficial médico decidió no darle importancia. Por lo menos hasta conocerle mejor.

Nada más entrar en el despacho del Almirante, Rachna se cuadró de forma perfecta y estuvo a punto de saludar de la forma protocolaria... claro que el oficial superior pareció saludarles como si aquello fuera una reunión de camaradas. Lo cierto es que se esperaba a alguien mucho más mayor.

Dejando que Kohren llevara la iniciativa, la joven oficial dejó que aflorara parte de su inmensa curiosidad mirando aquellos diagramas y mapas en una posición algo retrasada con respecto a su superior ¿Qué querría enseñarles Kawsewitz?

La ausencia de respuesta de la Capitana dejo claro a Sirio lo que sin duda era evidente para cualquiera. No era un hombre gracioso.

Con un paso marcadamente marcial siguió al marine hasta la estancia del Almirante, un lugar oscuro que más bien parecía una cueva disfrazada de oficina. Sus ojos tardaron unos instantes en adaptarse, momento en el que pudo aprovechar la escasa claridad para ver a un hombre que no podía ser mucho mayor que el mismo.

El propio Kohren se había enfrentado al rechazo de algunos oficiales que veían en su juventud falta de experiencia, y se cuidó muy mucho de hacer lo mismo con el almirante.

Aprovecho el hueco que le cedían, para revisar los planos con atención. 

En los planos podíais ver un crucero colonial. Más de 1000 toneladas con alta capacidad, pero no todo el mundo entendía todos los planos. Lo que si os hacía mella en la curiosidad era ... la falta o escasez de combustible. Las naves de guerra solían tener entre un 30% y 40, si no más, de su masa, y en parte de su volumen, como combustible. Esta nave tenía ... escasas ... ¿10 toneladas?

Sirio observo los planos lamentando no haber invertido mas tiempo en el campo de la ingeniería espacial. No podía estar demasiado seguro de lo que veía, pero recordó que “solo los valientes alcanzan la gloria” y decidió lanzar la única pregunta que le vino a la cabeza.

- Disculpe mi falta de conocimientos de ingeniería, pero parece que esta nave cuenta con una autonomía muy reducida.  - hizo una breve pausa antes de añadir - ¿Está diseñada para labores defensivas?