Partida Rol por web

El Capitán de Fragata Ingeniero ya estaba allí. Le acompañaba uno de los tonsurados, de cierta edad.

Estaban, entre ambos, intentando conectar una pantalla y un teclado a la miríada de cables que colgaban por allí, tanto de paredes sin revestimientos, como del propio techo. Por lo menos la iluminación estaba correcta. Una gran mesa de reuniones brillaba por su ausencia. Los puestos, con los sillones estaban listos ... para recibir la instalación de controles y terminales. Los pies de la ausente mesa, estaban instalados, y por tanto, se pudo deducir lo que allí había.

Era la tónica normal. Algunos lavabos sin instalar fue lo primero que os dio la sensación de que aquello era una obra, no una nave. A partir de ese momento pudísteis daros cuenta que ni paneles, ni revestimientos ... ni casi nada. Estaba ... por montar este puzle de millones de Créditos ... y que además requería ... mucho tiempo e inversión.

Rachna llegó con algo de dificultad. Aquello era un maldito desastre... Iban a tener que estar ahí parados durante algún tiempo y, lo cierto es que ella no iba a ser de demasiada utilidad... salvo para revisar la enfermería. Pero eso se hacía en ¿cuánto tiempo? ¿un día? ¿dos? Al menos iría pasando las revisiones del nuevo personal poco a poco. Eso le daría la oportunidad de conocer a la gente. También podría ponerse al día con sus revistas científico-médicas e incluso llamar a su familia o entrentar... si es que había algún lugar en aquel desastre para desfogarse un poco.

Bueno, no hay mal que por bien no venga... -pensó- Luego nos quejaremos por no tener tiempo o por estar en medio de un tiroteo.

Suspiró y saludó al Ingeniero: [color=#0000BF]Señor... [/color]-dijo de forma marcial cuadrándose un momento para luego lanzar una mirada al tonsurado. Se preguntó si habría mujeres en aquella congregación. Seguramente no claro, eso haría que la mente se distrajera de la fe. No pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa.

   Se podía decir que le encantaba aquella nave. Más que la nave en sí, lo que significaba. Acción. De nuevo se embarcaba a la aventura. Olía a acero y a los componentes de la nave, a ozono y a aceite, y se sentía como en casa cuando sus botas pisaban la superficie lisa de los pasillos de una nave. Pero eso no ayudaba a su, ya de por si normal, impaciencia por embarcarse en aquella misión. Isaac dejó sus cosas en su camarote y se sentó en la cama. No duró más de unos segundos en levantarse y andar por la habitación, queriendo que pasara rápido el tiempo para poder reunirse con sus compañeros y hacer algo útil. Ya pergeñaba como iba a llevar la seguridad de aquel lugar. Lo primero sería hacer una lista del personal, y estudiar sus capacidades para ordenar las guardias y los distintos binomios.

   Pero no aguantó mucho. A los pocos segundos salió de su camarote en dirección a donde quiera que se iba a celebrar la reunión. Y lo que vio hizo que se le cayera el alma a los pies. Allí estaba todo "manga por hombro" como para zarpar de inmediato. Seguramente aún esperarían días en el dique antes de poder zarpar. Pero trató de que no se notara su descontento. 

   Isaac se cuadró saludando a sus dos oficiales. El oficial ingeniero y a la Capitán Shuresh.

   - Capitán Shuresh... - Saludó primero a Rachna. - Señor... - Saludó después al Capitán Ingeniero. - Parece que aún tardaremos en zarpar...

Cuando John llegó la sala estaba bastante concurrida, los murmullos llenaban cada rincón, especulaciones sobre el motivo de la reunión o lo que estaba por llegar.

John se colocó en la cabecera, saludando al almirante como era debido para tomar la palabra
Veo que el sistema de megafonia parece funcionar. Bien señores, soy el capitán de fragata John Tigh y les informo de que me ha sido confiado el mando de esta nave. Seré claro, la situación es grave... se nos ha ordenado poner esta nave en funcionamiento y salir del muelle a la mayor brevedad posible y es precisamente lo que vamos a hacer.

John miraba a todos los oficiales mientras hablaba, mirandoles directamente a los ojos esperando lo mejor de cada uno.

El acceso a la nave tanto de personal como de carga será minuciosamente revisado a fin de garantizar la seguridad, por otra parte todos sus hombres y ustedes mismos deberán presentarse por enfermería a fin de establecer el perceptivo reconocimiento médico y de seguridad. Pongan a sus hombres a trabajar, la prioridad es abandonar el muelle por lo que motores, integridad del casco y navegación son nuestras máximas prioridades... nos encargaremos del resto de temas después. Espero el informe de cada una de sus secciones con los plazos de finalización... Es todo caballeros.

El cabo primero estaba allí, de pie, tras regresar de su cabina, mirándolo todo con cierta perplejidad interna que se reservaba mucho de demostrar. Esto era extraño, y cada vez era más extraño. De acuerdo: había contratistas que entregaban las naves en un estado más que discutible, pero todo lo relacionado a esta misión estaba siendo, desde el minuto 0, más raro todavía de lo que cabía presagiar.

¡Y él había servido en el servicio de Exploración, por todos los diablos!

Curiosamente su aspecto era apacible y asintió al escuchar las palabras del oficial al mando. Podía gustarle más o menos la jerarquía, pero sería un necio si negara que venía bien en momentos de crisis.

Las órdenes del oficial al mando fueron claras.

Había que dejar la nave lista lo antes posible... no quería estar en el pellejo de los técnicos o los ingenieros, aquello iba a suponer una dedicación exhaustiva. Tampoco a los de Seguridad les iba a hacer demasiada gracia tener que controlar todas las idas y venidas de material.

Y por supuesto, en aquellas circunstancias siempre ocurrían multitud de accidentes, sobretodo cuando había prisas, asi que debía tener la Enfermería preparada lo antes posible. Tenía curiosidad por ver cuál serían sus ayudantes y la equipación de la que iban a disponer.

Rachna asintió a las órdenes del capitán. Se quedó un momento más en el lugar viendo si había más comentarios por parte de alguno de sus compañeros, pero lo cierto es que todo el mundo parecía dispuesto a salir corriendo para continuar con su tarea. Ella no sería menos.

Todos empezáis a dispersaros por la nave para empezar a trabajar.

Algunos, ni si quiera saben donde ir, y a los únicos que parece que saben donde van son los pobre monjes-curritos.

TE dirijes a la enfermería. Tienes suerte. Eres de los que más cerca tienes su "chiringuito".

Nada más abrir el acceso la desolación te inunda el corazón. Era un desastre. Los armarios no estaban montados. Las estaciones de hibernación solo tenían la cureña, y nada del resto. La mesa de trabajo brillaba ... por su ausencia. Al igual que el quirófano en si.

Te hizo gracia. Estaba instalado el brazo extensible para las luces. Tenía sus bombillitas y todo; pero no encendían.

Si hubiera impactado un torpedo allí, tendría algo de mejor estado. Pero no mucho mejor. Había más material médico en el "equipaje gatuno" que en aquella desolación de enfermería.

Ya me dirás que haces o donde vas.

Ya me dirás que haces o donde vas.

Ya me dirás que haces o donde vas.

No es que estuviera demasiado clara la cosa, no. Tras unos instantes de duda, el cabo primero fue hacia enfermería.

Empiezas desde aquí.

Has entrado allí varias veces ya para descargar personal y material, pero eras una mera estafeta. Un transportista. Ahora tenías órdenes de que eras destinado a aquella nave.

Nada más abordarla, descubres que todo está manga por hombro. Aquello no era una nave, era ... una obra a medio terminar. (Ojala pasara del 50% del trabajo ya terminado). El aire está viciado, huele a metal de corte, hay gente trabajando por todas partes. Unos monjes que parecen franciscanos y no te dirigen si quiera un saludo. Van a la suya, mientras diligentemente, como hormiguitas, trabajan.

Tu escasas pertenencias están en la propia pinaza, y la verdad, excepto un poco de dinero, un arma láser, y tu uniforme (mudas y demás) no tienes mucho más. Y tu medallita. Por la que llegaste a oficial.

La reunión había acabado, las ordenes estaban dadas ahora solo era cuestión de tiempo y de lidiar con los imprevistos. Lo primero era hacerse una idea de la situación actual en la que la nave se encontraba para poder tomar las oportunas decisiones.

John se quedo en el centro de mando revisando algunos datos en las consolas mientras esperaba los informes de los diferentes trabajos.

   - Sargento... parece que tenemos un buen marrón entre manos.  - Suspiró Isaac dirigiéndose a Bram y caminando con él. - ¿Se dirige a la enfermería? Empezaremos por hacer una lista del personal. Por todos los demonios... ¿es que no hay nadie que haya hecho ya una lista de embarque? También haremos una lista del personal que está trabajando en la nave pero no va a embarcar, para compararlas. No quiero polizones ni sorpresas. Una vez tengamos esa lista, y nos hallamos cerciorado de que todos pasan por enfermería... Nos ocuparemos de la seguridad.

   Mientras caminaba hacia la enfermería, Isaac buscaba alguna persona que le pudiera proporcionar algún tipo de libreta y algo para apuntar, o cualquier cosa sobre la que apuntar y confeccionar la lista de la tripulación. Se le ocurrió preguntar a alquien si existía algún tipo de registro. Alguien tenía que haber previsto un registro de carga o personal o de ambos. Si pudiera acceder a ese registro, ayudaría mucho en su cometido. Si no tuviera acceso o no existiera un registro parecido, tendría que trabajar a la antigua usanza y apuntar uno a uno a quien acudiera a la enfermería. Papel y grafito.

Contempló el revuelo de gente de arriba a abajo, trabajando, cuadrillas de soldadores encaramados a andamios entre un mar de chispas, maquinaria descargando materiales de vehículos de carga... y aquel era su nuevo destino. Otro más. Desde que sucedió aquello Brion habia ido de aquí para allá en puestos sin mucha responsabilidad y aquel parecía uno más. Cogió sus bultos y anduvo por el hangar. El protocolo decía que debía presentarse ante el capitán. Sí. El protocolo. Pensó en otro despacho más. Uno de esos típicos del Imperio con un capitán o un teniente detrás de un escritorio y sujetando una carpeta con el nombre de Brion Larson escrito y diciendole "Bien chico, veo que hay una mancha aquí..." Quizás sería mejor buscar un sitio donde tomarse un buen trago. Sí. Eso estaría bien...

Sánchez y Jackson no tardaron demasiado en alcanzar la enfermería... bueno, si a eso se lo podía llamar una enfemería claro. Si una nave enemiga hubiera disparado su artillería sobre aquella zona casi estaría mejor.

Los armarios no estaban montados, las estaciones de hibernación solo tenían la cureña, y nada del resto. Sin mesa de trabajo o quirófano. Sin rastro de material médico o personal.

Rachna estaba en medio de todo aquel desastre plantada frente al brazo extensible del quirófano que era una de las pocas cosas que si estaba. Parecía una especie de chiste absurdo. Su pose, con los brazos en jarra y cara de circunstancia lo decía todo.

Al notar la presencia de los dos marines giró sobre sus talones y miró a ambos con la ironía reflejada en su rostro:[color=#0000BF]Bueno caballeros, como pueden observar, la enfermería se encuentra en estos momentos fuera de servicio... por decir algo. [/color]-extendió los brazos-[color=#0000BF]Como el resto de la nave esté en el mismo estado, me temo que queda aún mucho por hacer. Me temo que hasta que no empiecen a llegar más piezas y material, no voy a tener mucho que hacer... lo cual puede enloquecerme un poco, asi que si hace falta un par de manos más para cualquier otra tarea, soy más que voluntaria.[/color] -Rachna sonrió levemente. Podría meterse en su camarote a leer artículos de revistas técnicas, pero llevaba los últimos días entre viaje y viaje haciendo eso. Ya estaba al día de casi todo y no le parecía justo quedarse así mientras a su alrededor había un completo desastre.