Partida Rol por web

El sheriff vuelve a negar con la cabeza esta vez sonriendo de manera burlona ante la extraña imagen que el Kiasyd mostrara después de despojarse la máscara y sus aditamentos. -No me fío de este tipo, insisto que es pérdida de tiempo y estamos...- algo afuera llama la atención de Emilio Rage mirando fijamente a través de uno de los enormes ventanales que dan hacia donde ambos coches se encuentran resguardados por los escoltas asignados a la arconte. 

El sheriff descruza los brazos y hace una señal de silencio mientras desenfunda su arma. -Algo no anda bien...-

De pronto uno de los ventanales estalla en mil pedazos salpicando de afilados cristales a los tres habitantes de aquella casa, rodando sobre sí ingresa una figura masculina enfundada en cuero negro y de piel muy pálida con maquillaje gótico en párpados y labios, afuera se desata una balacera la cuál comienza a derribar a los escoltas guardianes que comienzan a caer como moscas, antes de buscar un lugar seguro una serie de ráfagas destrozan varios muebles y dejan perforados los muros, afuera distinguen a una camioneta de modelo reciente en color negro desde la cuál resplandece el fuego de varias armas las cuáles se dedican a ultimar a la guardia ghoul del sheriff y de la arconte.

Luego de rodar en medio de un montón de cristales fragmentados aquella oscura figura se alza rápidamente para mostrar una exagerada y loca sonrisa mirando hacia donde se encontraba aquel trío de vástagos conversando.

-¡Hola Camarratas!...- el tipo avanza apuntando un bate de béisbol ensangrentado con restos de tejido sanguinolento quizá de alguno de los escoltas que hace unos momentos intentaban resguardar el lugar. 

El disparo de la magnum phyton de Rage resuena terriblemente mientras que el sheriff agazapado esquiva las ráfagas, el tipo del bate sale volando hacia atrás seguramente con un terrible hueco en el pecho cayendo estrepitosamente sobre los lujosos muebles de la sala de estar pero sin soltar el bate.

-¡Vete a la mierda!...- Con la mirada busca a rápidamente a Agatha y justo cuando las miradas se cruzan Emilio Rage es alcanzado por una fuerte ráfaga que lo hace estremecerse en una macabra danza para hacerlo retroceder hasta tumbarlo detrás de un sillón.

De detrás de la sala de estar se levanta tambaleante el intruso con un feo y sangriento agujero a un costado del pecho producto del disparo de Rage, arrastrando el bate alcanza al sheriff quien permanece aturdido por la ráfaga recibida y aquel cainita sin perder tiempo da tremendo golpe con el bate al brazo de Emilio el cuál truena dislocado y tal vez fracturado haciendo que la pistola ruede lejos sin que pueda volver a accionarla.

-Hijo de P...- Otro terrible golpe con aquel mortal objeto silencia al sheriff quien es prácticamente arrojado hacia un costado de aquella estancia con medio rostro desfigurado por el terrible golpe con el bate.

-Esta torre va a caer... va a caer... va a caer... esta torre va a caer... ya..- Da otro golpe en la espalda de Emilio. -ca-yó...- y vuelve a dar otro golpe en la espalda del sheriff quien yace sobre un charco de su propia sangre apenas pudiendo moverse, mientras que aquel sujeto comienza a reír (aunque de su boca escurre sangre producto del disparo anterior) ante los débiles movimientos de arrastre de Emilio Rage.

Otra lluvia de balas vuelve en ráfaga pasando muy cerca de la cabeza de aquel tipo, este se agacha por puro reflejo y mueve la cabeza en tono de negación, de uno de sus bolsillos saca un transmisor de radio y luego se gira levantando el bate tratando de localizar al resto de los vástagos que se encontraban en aquel lugar.

-¡DETENGAN EL FUEGO CON UNA MIERDA!... AVISEN AL DUCTUS QUE NEUTRALICÉ AL SHERIFF, LA CONEJITA ESTÁ POR ENTRAR EN EL SOMBRERO...- El cainita corta la comunicación y vuelve a guardar el radio mientras que moviendo el bate al frente busca al resto de vástagos.

-Será mejor que se rindan si no quieren terminar como esta basura...- señala a lo que queda de Emilio quién yace en el suelo totalmente fuera de combate. -Mi ductus quiere hablar con la arconte, trae un presente que podría interesarle.-

En el momento que su gesto empieza a relajarse por estar recibiendo una actitud colaborativa de Jorge, todo se va al traste y el Sabbat hace lo que mejor sabe hacer...joderlo todo.

La arconte, más por suerte que por pericia en situaciones de conflicto abierto, logra esquivar los cristales afilados como cuchillas de un salto y en un mismo movimiento queda incorporada y vuelca la mesa donde se hallaban sentados para parapetarse tras ella y evitar la lluvia de balas. 

Su mente baraja mil posibilidades, ignorando totalmente los sonidos de crujir de huesos y chapoteo de sangre que brotaban del apalizado Emilio. 

Maldito inútil...que rápido ha caido...¿y ahora...?

Cuando se detiene la lluvia de balas, Agatha frunce el ceño unos instantes. No sabía cuantos había ahí, no podía planificar una ofensiva, desde luego, pero tampoco una huida. Resopla y echa una mirada al Kyasid, sin saber qué haría este, en verdad aún no podía estar segura del lugar que ocupaba en este juego pero tal vez lo averiguaría pronto.

Agatha empieza a levantarse de detrás de la mesa, pero no lleva las manos en alto, eso habría sido humillante. Se podía ver que no portaba armas.

-¿Y manda a su perro para morder primero y preguntar después? Mal empieza la negociación. Podría simplemente haberlo pedido amablemente...tal vez su orgullo no lo permitió.- avanza sin miedo hacia el tipo del bate, con la barbilla bien alta y el porte regio que solo la sangre confería. - ¿Cuál es el presente?

Al tipo se le ilumina el rostro en desagradable sonrisa ensangrentada al ver salir a la arconte desde donde se ocultaba. Luego señala hacia afuera de la casa con el bate.

Afuera otras cuatro figuras se acercan, uno de ellos trae algo entre manos que no logran distinguir. De pronto un sonido de carne y hueso atravesado hace que los ojos de aquel intruso se desorbiten mientras que del frente de su pecho sobresale abriéndose paso salvajemente un puntiagudo trozo de madera, parte de una destrozada pata de silla.

Detrás del estacado se asoma el desfigurado y ensangrentado rostro de Emilio Rage sonriendo mientras vuelve a hundir la madera y retorcerla en el pecho de su oponente, después de paralizar a aquel vástago se mueve lo más rápido que su magullado y destrozado cuerpo le permite hasta tomar la pistola con la mano y brazo que le queda sin daño.

Con un patada en la pantorrilla derriba al cainita estacado y lo arrastra hasta uno de los muros a un costado de la puerta de entrada, luego el sheriff se deja caer de espaldas amartillando la pistola y apuntando a la cabeza de aquel vástago paralizado.

-El vínculi...- escupe sangre y una muela para proseguir dirigiéndose a Agatha Amary. -H-Haz lo que mejor sabes hacer... estos hijos de puta... se vínculan, no permitirían que... que su estúpidas tradiciones fueran destrozadas perdiendo a uno de sus hermanos...- le da una fuerte patada en el rostro inmóvil de su prisionero sin dejar de apuntarle a la cabeza. -Estamos en tus manos... oh respetable primogénita y arconte del círculo interior...- Emilio hace una breve pantomima de reverencia con la pistola en son de sarcasmo mientras espera a que el Kiasyd no resulte ser un señuelo traidor y ahora sí se acerquen más a la muerte definitiva.

Mis orejas estilo elfo detectan movimiento pero definitivamente no lo suficientemente rápido para advertirles que se agacharan en cuanto empezaron a llover las balas y los vidrios salieron volando en todas direcciones ni lerdo ni perezoso moví mi gran cuerpo a la vez que tomaba mi máscara y como si fuera que me aplicaran una toma de judo rodé en el suelo alejándome de los disparos. Luego de eso no pude saber bien lo que estaba pasando pero al terminar de escuchar que la balacera se detuvo me volví a erguir ahora si de nuevo con la máscara puesta para ver al Sheriff molido a golpes y escupiendo una muela ensangrentada y escuchar hablarle a la arconte.

Esto no parecía real pero eso mismo era, mire al Sheriff nuevamente cuando mencionó lo del vinculo lo que no parecía una mala opción pero siendo realista eso sólo tomaría unos cuantos minutos, tiempo precioso que no teníamos, a pesar de todo sonreí dentro de mi mascara.

-Tengo una idea mejor, si me permite... (Dirigiéndose a la arconte)  es un plan arriesgado.- Luego le sugerí a la arconte. 

-Use sobre ese bastardo las disciplinas de dominación y presencia combinadas y podría ordenarle que a su vez les ordene a los otros sujetos vengan hacia aquí por su propia voluntad, me encargare de prepararles una non muy grata sorpresa, esto demostrara mi buena voluntad con respecto a la torre y mis intenciones de vivir pacíficamente en la ciudad, ellos ya se están moviendo hacia aquí y no tendré mucho tiempo para colocar las trampas, así que... ¿Me da la oportunidad de mostrar aquí y ahora que seré un vástago responsable y no represento una amenaza para la torre?.

Si la respuesta era afirmativa asentiría, y comenzaría a trazar los glifos de protección modificados desde la última vez por si lograran descifrarlos los glifos serían completamente distintos y a menos que se tuviera conocimiento en runas no podrían esquivarlos, si había algo que caracterizaba a los cabezas de pala y manadas en general del Sabbath es que muchos no eran grandes estrategas y si algo había escuchado bien fue que la Ductus fue quien planifico el ataque, este era un ataque relámpago pero que había salido mal, ahora aprendería por las malas las consecuencias de cuando una estrategia sale mal. Para trazar las runas usaría mi biromen de tinta invisible para dibujar los glifos y mientras lo hacia calcularía la distancia donde tanto la Arconte y el Sheriff no corrieran peligro de los efectos de los mismos pasadizos mágicos, una vez que hecho yo también retrocedería para esconderme también dado que seguro la misma Ductus no vendría en persona a dirigir este ataque en esta noche.

-No harás nada de eso, Lara. Te quedarás muy quieto y no harás nada que pueda poner en riesgo la situación, ¿ha quedado meridianamente claro?- pregunta tomando de nuevo el control de la situación con su férrea autoridad.- No estamos solos...

Dicho esto, hace un gesto de asentimiento con la cabeza hacia Emilio, al final iba a resultar mucho más útil de lo esperado y Agatha, gallarda y altiva, da dos pasos más hacia las criaturas que tenía delante, se lleva las manos a su americana y la estira para alisar las arrugas.

-Mostraos, ahora. ¿Queríais negociar? Bien, dad la cara entonces.- exige en dirección a los que se ocultaban en las sombras.- Sin trucos o sentiréis la pérdida de vuestro hermano. Ahora yo pongo las reglas...

Ante la respuesta de la Arconte me alzo de hombros en el lugar y con mi mascara puesta hago como si suspirara,despues de eso,presto atencion a lo que vaya a acontecer a continuacion.

Pero era casi seguro que la situacion terminaria mal,por si las dudas reviso sobre mi ropa los glifos que le habia puesto hace unos dias aunque no fuera la ropa de hace unas horas.

A continuacion saco mi biromen de tinta invisible y modifico los glifos en mi ropa y en mi mascara,asi tambien en los guantes que protegen mis manos.

Me cubro con mi largo cabello las orejas en punta.

Fuera de eso no hice nada mas,la orden de la Arconte fue que no me moviera de mi lugar donde estaba actualmente y eso cumplia al pie de la letra,pero la letra chica es que mientras permaneciera dentro del lugar sin moverme de mi posicion podria hacer movimientos en el mismo.

Ya terminado los glifos modificados en mi ropa y mis guantes,tambien lo hice con mi mascara e incluso en el piso donde me encontraba.

Y lo hacia de tal manera que pareciera como si me estuviera limpiando la ropa,mis zapatos etc

 Estas son las acciones que hace Jorge, es lo que observa Agatha Amary de reojo. 

Ante la respuesta de la Arconte me alzo de hombros en el lugar y con mi mascara puesta hago como si suspirara,despues de eso,presto atencion a lo que vaya a acontecer a continuacion.

Pero era casi seguro que la situacion terminaria mal,por si las dudas reviso sobre mi ropa los glifos que le habia puesto hace unos dias aunque no fuera la ropa de hace unas horas.

A continuacion saco mi biromen de tinta invisible y modifico los glifos en mi ropa y en mi mascara, asi tambien en los guantes que protegen mis manos.

Me cubro con mi largo cabello las orejas en punta.

Fuera de eso no hice nada mas,la orden de la Arconte fue que no me moviera de mi lugar donde estaba actualmente y eso cumplia al pie de la letra, pero la letra chica es que mientras permaneciera dentro del lugar sin moverme de mi posicion podria hacer movimientos en el mismo.

Ya terminado los glifos modificados en mi ropa y mis guantes, tambien lo hice con mi mascara e incluso en el piso donde me encontraba.

Y lo hacia de tal manera que pareciera como si me estuviera limpiando la ropa,mis zapatos etc.

De detrás de la camioneta negra se acercan cuatro figuras cargando rifles de asalto, a paso lento pasan por encima de los cadáveres de los escoltas ghouls derribados y se plantan a unos cuantos metros de la entrada principal de aquella casa, desde donde la arconte Agatha Amary los confronta.

El que parece el líder de aquella manada Sabbat da un paso al frente pudiendo distinguirse mejor del resto que permanece impasible a la espera de cualquier indicación de su jefe.

-Mi nombre es Jericco y soy el ductus de los Cuervos del Infierno.- Hace una reverencia burlona para luego continuar hablando.

-Como pudieron comprobar no están jugando con imbéciles novatos recién abrazados, la espada está afilada y va a cortar mas cabezas en este territorio.- Con un movimiento de mentón le indica a uno de sus secuaces que arroje algo que trae dentro de una bolsa escurriendo en sangre, al arrojarla cerca de la entrada de aquella casa pueden observar que es la cabeza de Renzo Mictli, la cuál aún conserva sus rasgos humanos.

De pronto una enorme estela de humo surca a lo lejos y un resplandor dibuja una línea de fuego en el horizonte del bosque.

-Los dados fueron arrojados, este territorio ya nos pertenece.- Jericco dibuja una media sonrisa mientras agrega.

-Nos encargamos de dejar rastros muy claros de que la Camarilla rompió la tregua con los Lupinos y se adelantaron cobardemente a las tradiciones de guerra, la jauría no tardará en devastar la ciudad completa y arrasará con todo a su paso, y el Sabbat se alzará triunfante sobre sus cenizas...- Jericco se cruza de brazos y se acaricia el labio inferior con el dedo índice mientras añade. -Tú no perteneces a este dominus, Arconte, entréganos a nuestro hermano y te dejaremos largarte sana y salva para que regreses con tu amo al viejo mundo y sigas lamiéndole las cadenas que te aprisionan desde su ridícula corte.

La arconte pone los brazos en jarras y su sonrisa muestra sus dientes perfectos y blancos, no muestra los colmillos, su expresión es cálida y amable como siempre lo había sido, en superficie.

-Un placer Jericco. Soy Agatha Amary, de la estirpe de Mithras, aunque seguro que no es necesario que me presente.- musita con calma y un aire conciliador, haciendo oídos sordos a la socarronería chulesca del sabbat, probablemente un brujah. - ¿Tus hermanos no se presentan? Entonces entiendo que si nada tienen que decir, tampoco es necesario que estén presentes en esta conversación. Retíralos para que ésta conversación sea en igualdad de fuerzas.- hace un claro hincapié en una de sus palabras al tiempo que su mirada estaba clavada en la cara de Jericco. poco importaba que escondiera sus ojos tras unas gafas, un burdo intento de protegerse que otros había intentado antes que él. Nunca con éxito.

Emilio Rage quién permanece atento a las negociaciones de la arconte con el ductus de aquella manada sabbat sonríe socarronamente lo mejor que puede ante su rostro desfigurado, mueve la cabeza en tono de negación y musita.

-Mis sombras se acercan, nos cubrirán el escape... no falles esta vez arconte o acabaremos estacados y seguramente decapitados o encadenados para recibir el amanecer, yo lo haría con esos hijos de perra, de hecho quisiera empezar con este...- El sheriff sigue apuntando a la cabeza de aquel cainita estacado quién seguramente escucha todo lo que está sucediendo en el momento a su alrededor.

El ductus da un paso atrás ante la orden de la arconte pero enseguida se detiene y se lleva dos dedos a la sien, sacude la cabeza para recomponerse y está vez se quita las gafas para luego dirigir su rostro hacia Agatha con una demoniaca mueca enseñando  los colmillos en un terrible gesto iracundo mientras que su sombra crece tres veces más de lo normal agitando a sus secuaces parados detrás de él.

Su lengua pareciera afilarse queriéndose separar en la punta como si la de una serpiente se tratara escuchándose un terrible siseo demostrando su enojo ante el intento de dominación de la arconte.

-¡NO TIENTES A LA SUERTE ARCONTE!...- Vocifera el ductus. -¡OTRO ESTÚPIDO INTENTO DE NEGOCIAR MEDIANTE TU SUCIAS ARGUCIAS Y JURO POR LA SANGRE DE CAÍN QUE EMPALARÉ TU CABEZA Y SERÁ EL PRIMER ESTANDARTE EN LA FRONTERA NORTE DE REGINA...-

Después de eso Jericco sacude la cabeza y recompone la postura para volverse a colocar las gafas de sol y como por arte de magia una amable sonrisa aparece en su rostro.

-Así que quieres conocer a mis hermanos... muy bien.- con un ademán de su mentón le indica a su manada que entren a la fuerza por su hermano caído.

-Traigan a Travis...-

Sin chistar ante la orden de su ductus los tres Sabbat restantes empuñan los rifles y avanzan hacia la puerta principal de aquella casa donde se encuentra la desafiante arconte, mientras que Jericco se cruza de brazos con una media sonrisa en el rostro.