Partida Rol por web

Finalmente habia pasado despues de tanto tiempo sin sangre ahora si o si necesitaba salir a cazar y estaba por atravesar el portal pero la falta de sangre me jugo una mala pasada asi que fui hasta donde se encuentra la Arconte para una vez que me encontrase frente a ella decir: -Aqui me encuentro Arconte,ante su presencia. Debía de salir a cazar pero esto era antes asi que agregue: -No es seguro quedarnos aqui es mejor si nos vamos Arconte Sheriff no solo por esa manada del Sabbat en cualquier momento llegaran los hombres lobos asi que mi consejo es que no nos quedemos aqui. Despues de decir esto me quede callado esperando a que se tomara una decision rapida

-Sube al coche.- le indica sin demora y da un toque en el hombro del sheriff para que se ponga en marcha rápidamente.- Al elíseo.- y se acomoda en el asiento trasero junto a Lara, a quien por ahora no presta mucha atención.- Vas a ver a la Principe de Regina, como querías. No creo que te guste, pero tal vez ella averigüe la verdad sobre ti.

Emilio Rage apenas va a abrir la boca para responderle a la arconte cuando un portal mágico se abre ante sus ojos, expulsando nuevamente al gigante que anteriormente se había escapado usando el mismo hechizo.

Una leve sonrisa combinada entre respeto y satisfacción se le dibujo en el rostro al sheriff ya que a pesar de lo que pudo percibir sobre la arconte en un principio ahora era un auténtico sentimiento de respeto el que le profería.

Asintió con el mentón ante la indicación de la agente una vez que el kiasyd hubiera subido al vehículo para luego encender el coche y arrancar a toda velocidad rumbo a la ciudad de Regina, directo al Victrix Imperiales justo donde se encontraba la cúpula de la Torre asentada en el dominus Regio.

La ciudad se percibe herida a sus afueras debido al humo derivado del enorme incendio en su bosque cercano y algunos edificios que aunque separados arden también deliberadamente, al ingresar a las primeras calles se dan cuenta que Regina se encuentra sitiada por varios grupos de personas que vandalizan, y golpean o roban  a cualquier ciudadano que ose salir de su casa. 

El caos reina en la ciudad mientras que los gritos feroces de grupos enfrentándose y arrojando bombas molotov, piedras o incluso realizando disparos al aire hacen que Emilio Rage comience a conducir de manera ofensiva. Un activista cruza la calle sin el menor cuidado y Emilio aprovecha para centrarlo con el vehículo y arrollarlo sin ningún miramiento, el hombre vuela por los aires y queda desmadejado metros atrás de donde el sheriff frena el coche. Rápidamente desciende y corre hasta donde se encuentra su presa la toma del cuello de su camisa y lo arrastra hasta abrir el cajón maletero del vehículo, lo arroja como si fuera un costal de arena y cierra el maletero.

Sin perder tiempo nuevamente sube al asiento del conductor y arranca a toda velocidad para tomar la desviación hacia un subterráneo y luego retomar otra desviación más para internarse en las entrañas de la ciudad por un estrecho y oscuro camino, unas luces blancas indican la entrada subterránea a lo que parece ser un aparcadero tipo centro comercial.

Un guardia vestido con uniforme de policía bancario les detiene ante la entrada con barra automática. Emilio coloca el vehículo a la altura de la caseta para que se acerque el guardia, cuando este se inclina para ver de quien se trata el Sheriff le muestra sus colmillos en una horrible mueca que hace que el tipo caiga se sentón ante la impresión, al reconocer a Rage sin perder tiempo levanta la barra y permite el ingreso al vehículo el cuál rechina las llantas y serpentea por entre varios vehículos de lujo.

Se detiene en uno de los cajones y enseguida desciende para abrirle la puerta de la arconte para que esta descienda y luego se dirige hacia el asiento del copiloto por el cainita estacado, al cual baja de muy mala manera jalándolo de los cabellos para acabar de aterrizarlo con una brutal patada en la quijada la cuál le hace volar una muela ensangrentada.

-Vaya... creo que estamos a mano.- Da unas palmadas al maletero del coche y añade -Luego vendré por este bocadillo.-  Con un movimiento de cabeza le indica al Kiasyd que baje, luego se dirige a la arconte asintiendo con el mentón y bajando la mirada para indicarle el camino que los llevará a la entrada del Eliseo.

El elevador parece tardar en subir dando la impresión de que se encuentran en alguna de las altas torres del centro de negocios de la ciudad.

Al abrirse las puertas una amplia y lujosa estancia los recibe, a unos cuantos metros un módulo de recepción con una agradable mujer los recibe con una sonrisa.

Sin decir una palabra la mujer al reconocer a la arconte y al sheriff quien trae arrastrando al paralizado Sabbat sin que este pueda defenderse realiza una llamada y sin inmutarse ante el gigante enmascarado añade. -En un momento los recibirá el senescal Bocafuego.-

No demora mucho en aparecer la nerviosa figura del senescal Rodrígo Bocafuego, el cuál los recibe con una mueca de extrañeza ante la llegada de la arconte, el sheriff y sus dos acompañantes.

Inclina la cabeza en señal de respeto ante Agatha Amary. -Su señoría... que grata sorpresa verle nuevamente.- aunque finge una especie de sonrisa no puede ocultar el nerviosismo que viene arrastrando desde que salió de la antesala al trono de Regina.

-Justo la magna príncipe Imelda ha convocado a una reunión urgente ante los terribles hechos que se han desatado esta noche en Trinidad y El Dorado, incluso ya han avanzado a los límites de Victrix Imperialis, enseguida les anuncio...- El senescal regresa apresurando el paso a la antesala por donde apareció.

Despues de salir del portal dado que no sabia como la disciplina de la Arconte llego hasta un reino distinto del material hizo que saliera de alli,lo que hacia preguntarme si fue la falta de sangre lo que hizo que me viera afectado por el poder de ella,si seguramente se trataba de eso y no otra cosa. Me subi al auto,de nuevo de manera incomoda dado que no podia estirar mi cuerpo de una manera que me fuera mas placida,y mientras me acomodaba para intentar estar mas relajado veia lo que sucedia en la ciudad,realmente era increible lo que veian mis ojos detras de la mascara. Finalmente cuando llegamos a nuestro destino y subimos en el ascensor volvi a sentirme comodo conmigo mismo al llegar al piso designado veo a quien seria o deberia ser el Senescal y la imagen mental que tenia de los Senescales distaba mucho de quien estaba delante mio,asi que los libros a veces si podian ser juzgado por sus portadas y ahora estaba frente un caso asi. Mientras estabamos solos sonrei detras de mi mascara para finalmente decir:

-Arconte Agatha le recuerdo que ahora mismo nos encontramos en el Eliseo,asi que me sentiria mas comodo si me hace el favor de dejar su didciplina apagada,o ¿sera que usted en estos momentos se encuentra por encima de Su Majestad y desobedecera las Reglas de Etiqueta que todo vastago debe de respetar una vez se encuentra en el Eliseo?-Ahora mismo podia hablar de forma mas natural dado que dentro del Eliseo me encontraba protegido por las leyes del mismo y no se permitia violencia alguna dentro de el ni uso de disciplinas y ante la posible objecion de la mascara

-si bien usted me dio ma orden de sacarme la mascara,eso era alla y esto es aca,ahora solo la Principe puede darme ordenes y decidir mi destino.

Sabia que con esto podria hincar a la Arconte en su orgullo pero ella lo estuvo haciendo forzandome a sentir algo anti-natural hacia ella todo este tiempo,ademas que esta noche,les salve las no vidas al Sheriff y a la Arconte,y ambos lo sabian muy bien. Me sentia ahora mismo como si fuera una araña que atrapo en sus telarañas a sus presas y no las soltaria por nada del mundo.

El rostro aún dañado del Sheriff se hace aún más sombrío y con un gesto de rabia ante las palabras del gigante hacen que se acerque de dos pasos soltando al cainita estacado para plantarse frente al Kiasyd.

-Retráctate ante lo que ha vomitado tu asquerosa lengua, maldita escoria Sabbat... si aún te encuentras disfrutando tu no-vida es por la magnanimidad de la alta primogénita ungida por la misma madre Imelda, tú no hiciste nada por siquiera salvar tu miserable presencia.- El sheriff crispa las manos y hace un tremendo esfuerzo por no saltar encima de aquel gigante y partirlo en dos.

La puerta de la antesala se vuelve a abrir asomando al senescal quien con la mirada en el suelo les indica que pueden ingresar a la antesala del trono.

Mirando al Sheriff desde mi gran altura y con la mascara aun puesta sonreia por lo que solte una pequeña sonrisa y dije de forma ironica:

-Ara,Ara parece que toque una fibra sensible de nuestro pequeño Sheriff,ademas no sabia que ella necesitara ser defendida con violencia ante simples palabras-aun sonriendo cuando vi que las puertas se abrian y que el Senescal estaba observando para clavar mas la daga invisible en el corazon muerto del Sheriff-Sheriff ¿acaso en serio usted proviene de ese magnifico clan que en el pasado fundo la ciudad de Cartago,no deberia ser fiel repredentante que demuestra esa inteligencia del pasado? No creo que eso quedo alla,esa vieja gloria que los Brujah se aprecian quedo en eso en una vieja gloria.

Molestaba asi al Sheriff frente a la atenta mirada del Senescal y mientras esperaba que entremos todos juntos le dije al Sheriff en voz baja:

-En cuanto a ser Sabbat,¿donde estan sus pruebas querido?,ahh y otra cosa mas mientras usted tomaba una buena siesta en el piso en esa casa y nuestra querida Arconte se quedo paralizada del terror si no hubiera sido por mi oportuna intervencion los que ahora estarian clavados con estacas de madera serian ustedes dos y el resultado no hubiera sido alentador..asi que Sheriff reconsidere su posicion respecto a mi porque tanto usted como ma Arconte no solo me deben sus culos sino tambien sus putas no-vidas.

Remarcaba esto para que le cayera como baldazos de agua fria a ambos la dura y pira realidad de quien quisieron matar hace no mucho tiempo atras fue su salvador a ultimo momento cosa que les permitio escapar y llegar hasta aqui.

Ahora la pregunta seria ¿contaria todo lo que ocurrio tal cual pasaron las cosas o alteraria los hechos para que ambos conservasen sus puestos dentro de la torre?

Al saber que no se permite violencia fisica dentro del Eliseo me encontraba en mi salsa dandole paliza argumentativa al Sheriff que en este escenario demostraba no estar a la altura de la pelea valga la redundancia

-¿Cuántos más preceptos de la Torre de Marfil se considera usted apropiado para recordarme, señor Lara?- responde Amary, cortante como el filo de un bisturí e igualmente frío. La situación se estaba acelerando y poniendo de lo más peligrosa y a este remedo de turista no se le ocurría otra cosa que continuas con su cuestionamiento.

Se cruza de brazos y deja que Rage vierta sobre el Kyasid toda su bilis pero ella ni se digna a mirarle.

-Es suficiente Rage. Nos están esperando. Recoge eso, por favor. Y tu, quédate donde pueda verte.- le ordena a Jorge mientras ella encabeza la marcha hasta la sala del trono.

Haciendo caso omiso del visible enojo del Sheriff enfrente de aquel alto personaje, el senescal les extiende la mano para que ingresen a una elegante sala de estar donde al fondo se encuentra una puerta doble muy similar al anterior recinto del trono pera esta con un toque más practico y minimalista que el anterior Eliseo.

-Pasen por favor...- Bocafuego cierra la puerta tras el ingreso de aquel ecléctico grupo. y luego  se dirige hacia la puerta doble y antes de abrirla permite que sea la arconte la que se coloque al frente de aquel grupo de vástagos, incluyendo al lastre que representa Travis.

Las puertas se abren de un solo movimiento dejando ver que la sala del trono es una amplia estancia con muy pocos muebles de estilo minimalista, con cinco sillas en colocadas en medio de aquel espacio de blancas paredes y tenues luces estratégicamente colocadas para dar una suave ambientación, un gran ventanal al lado derecho les permite ver en todo su esplendor a la ciudad de Regina, coronada en su horizonte por un alargado incendio y varias columnas de humo esparciéndose hacia el firmamento en diversos puntos de aquella ciudad que claramente estaba en guerra.

Cuatro sillas colocadas de forma encontrada y un sillón individual forrado en cuero color tinto un poco más alto y colocado al centro de aquel lugar indicaba claramente que ese sería el mueble que representaba al trono de Regina.

A un costado del enorme ventanal deslizando un dedo por el vidrio se encontraba la silueta de una esbelta mujer cuyas formas bien definidas se entallaban en un sobrio vestido de diseñador color negro, el cabello totalmente lacio resbalaba hasta media espalda definiendo el escote que descubría una piel de tono pálido almendrado.

Al escuchar el sonido de los tacones de la arconte Agatha Amary, Imelda Díaz Cien Fuegos se gira sobre su propio eje levantando el mentón y en tono serio se dirige hacia el sillón tinto, de manera elegante toma asiento y cruza la pierna mientras le dirige una gélida mirada a la agente del círculo interior mientras que con un leve movimiento de su mano le indica que tome su lugar como primogénita en la silla colocada a su derecha antes de que le dirija una sola palabra.

-El resto de mis hijos ya han sido convocados, no deben tardar en acompañarnos.- Una inquisitiva mirada se clava en el sheriff y su estacado acompañante obligándolo a este a postrarse en una sola rodilla en señal de sumo respeto. La príncipe arquea una ceja ante la presencia de aquel gigante Kiasyd para luego sin quitarle la vista ni voltear a ver a la arconte preguntar por aquella por demás extraña audiencia.

-Te escucho atentamente mi muy estimada y regia primogénita, Agatha Amary de la estirpe de Mithras...-

Mientras la Principe se dirige a su trono inmediatamente y a diferencia del Sheriff no fue necesario que me indicara con una sola mirada indignante sobre la etiqueta correspondiente asi que a continuacion inque de forma natural mi rodilla izquierda toco el suelo y la derecha estaba en alto,ademas de ello como si fuera un caballero del siglo XIX puse mi brazo derecho con mi puño cerrado sobre mi corazon muerto y mi otro brazo detras de la espalda como la Principe aun no me dio la orden de quitarme la mascara aun la conservaba conmigo sobre mi rostro. No esperaba ser el primero en hablar ante la presencia de la Principe asi que al escuchar que queria que la Arconte comenzara hablando sojuzgue que tome la desicion correcta al permanecer callado delante de ella y manteniendo una postura de silente. Mi juicio estaba por comenzar y ahora era momento de presentar una actuacion de defensa que haria que el mismo Shakespeare se levantaria de la tumba par felicitarme.

La arconte se separa del resto de sus acompañantes y acude al lugar en el que la Príncipe la reclama, ocupando su lugar como depositaria del lugar de la primogénita ventrue.

-Excelentísima principe Imelda.-empieza con todo el decoro que requiere el momento Agatha.-Me presento ante su excelsa presencia llena de desasosiego y decepción para con la situación. A pesar de hacer mi mejor esfuerzo, no he podido aplacar la ira de los hombres perro, ni distraerles ni tratar de tender una trampa para sus aviesas fauces. La alfa es un ser lleno de rencor y no ve que está condenando a su especie mientras se deja manipular por intereses que su menor intelecto no entiende.- comenta con aire despectivo. Ella jamás admitiría, ni sería razonable en su sangre, que el fallo podría estar en sus propias acciones, estaba muy convencida de que no era así, pero aunque lo pensara, la humildad es un rasgo de debilidad en los Sangre Azul, propio de los seres inferiores. Un sangre azul siempre da lo mejor de si mismo y si algo falla...bueno sin duda es culpa de la estulticia de alguien. O de un boicot.

-La manada de Los Cuervos del Infierno nos atacó de improviso y nos revelaron que ellos habían orquestado la desconfianza de los lupinos. Probablemente habían manipulado incluso a los mortales que trabajan a nuestro servicio para que atacasen a los hombres perro y forzar la ruptura de los pactos, hecho que terminó con la no vida de vuestro bienamado hijo y excelso Príncipe anterior a vuestro magno gobierno. Gracias y sólo gracias al desempeño de nuestro noble sheriff que pudimos escapar.- le dirige entonces un asentimiento con la cabeza a Emilio Rage.

-Pero no todo el esfuerzo fue en vano, mi altísima excelencia. Cuando me disponía a abandonar el territorio de los hombres perro, me crucé con ese vástago- le señala con un dedo, no sin cierto aire acusador- Que decía que deseaba reunirse con vos y con la alpha de los lupinos. Por supuesto eso estaba fuera de lugar, la negociación había terminado y no iba a ser recibido. Sospecho que este vástago, que dice llamarse Jorge Lara, perteneciente al clan Kyasid, forma parte de la nueva manada de apoyo que ha llegado a este territorio como parte de los movimientos de la espada de Caín.-expone directa y con convicción- En cuanto tuvo la oportunidad huyó del conflicto con la manada de los Cuervos, y aunque éstos no parecieron reconocerle, eso no es signo de inocencia. Sólo usando mi gran poder pude traerle a mi presencia de nuevo para que seáis vos en vuestra amplia sabiduría quien juzgue sus intenciones y se pronuncie sobre su destino. Actualmente este vástago se haya sometido por mi presencia más aún no tuve ocasión de llevar acabo un sondeo exhaustivo de las verdades que esconde.- aclara removiéndose en su lugar. 

-Y por último, he reservado la buena noticia para el final. Gracias a la rapidez y el tesón de Rage, hemos capturado a un miembro de la manada de los cuervos.- señala al vástago estacado- Podría ser una fuente de información perfecta o un cebo para hacer caer a nuestros enemigos en una trampa. Lo dejo esto también a vuestro criterio y ruego que lo toméis como un valioso presente, oh excelsa señora de Regina. Que se haga tu voluntad.- termina con una inclinación de cabeza desde su posición en la butaca de primogénita.

Aun con las acusaciones que la Arconte dirigía contra mi, esperaría mi turno para hablar una vez que la Principe lo indicase de esa manera para defenderme.

Después de todo esto era un juicio y la parte acusadora debía de presentar evidencias infalibles.

Imelda Díaz Cienfuegos devuelve el saludo con el mentón ante la amplia explicación de la arconte y primogénita Agatha Amary.

Por un momento dirige una mirada complacida al sheriff Emilio Rage quien yace inmóvil con la mirada clavada en el suelo esperando a que sea solicitada su intervención ante los buenos comentarios que la arconte ha hecho a su favor, no se digna mirar al cainita estacado, dejándolo para el final.

Luego pasa la vista por el extravagante y alto enmascarado el cuál ha sido mencionado de otra manera muy diferente, tornando serio su rostro se dirige hacia el Kiasyd en tono altivo y también de curiosidad, extiende una mano con la palma hacia arriba haciendo una seña para que se incorpore aquel gigante.

-Puedes levantarte, muestra tu rostro ante el umbral de Regina, que ningún vástago libre debería ocultar su cara ante la cúpula de este dominus.-  Se recarga en el sillón descansando la espalda y se lleva las manos al regazo.

-Preséntate como nuestro código milenario lo exige y rinde las cuentas que tengas que rendir... ¿Porqué han tenido que traerte en contra de tu voluntad?... ¿Porqué y cómo pretendías reunir a dos facciones opuestas?... ¿Porqué se te acusa de pertenecer al Sabbat?- Una sarcástica sonrisa aparece en los labios de Imelda esperando la respuesta del Kiasyd.

Al ver la el dorso de la mano de la Príncipe me levanto y dejo ver mi gran altura en todo su esplendor antes de quitarme finalmente la mascara y solo cuando ella me autoriza a hablar sabía que de comenzar con una frase irónica sería un muy mal comienzo para mi ante mi nuevo juicio, él cual debería de sobrevivirlo como sea así que comencé diciendo: -Buenas noches Su Majestad, me siento honrado al estar ante vuestra magnánima presencia y se que su justicia es impoluta,me llamo Jorge Lara, pertenezco al clan Kyasid,descendiente de Marcos,y entre los mios soy un antiguo de 9 generación-Ante esta presentación hice una reverencia para demostrar mi respeto hacia ella y luego mire a la Arconte un segundo para sonreír dado que ahora contaría todo-Desconozco la misión que tenía la Arconte pero no fue ella quien me encontró primero llegando a un territorio que no es de dominio de la Torre de Marfil,ni siquiera pertenece dicho territorio al Sabbat sino que pertenece a los hombres lobos,llegue esta noche a esta ciudad escapando del infierno de Buenos Aires en Argentina donde el Sabbat se hizo con el poder de la ciudad,me acuerdo que me encontraba en una fiesta del Eliseo de allá cuando fuimos atacados por manadas de Sabbat y escapamos de allí, todos escapamos como pudimos escapar y mientras lo hacía pensé que me encontraba en los bosques de Palermo al principio pero al ver que había unos hombres lobos me escondí, mas tarde cuando pensaba en la manera de escapar del bosque fue que pude ver como el Sheriff entregaba a un fugitivo supongo yo a los hombres lobos, los cuales terminaron partiendo al medio al vástago para después comer sus entrañas, como no sabía que quien estaba frente a los hombres lobos era de la Camarilla o el Sabbat y encontrarme en un ambiente hostil comencé a moverme lentamente para escapar de allí aún en mi error de pensar que eran los Bosques de Palermo en Buenos Aires Argentina,en eso que me estaba escapando del lugar, fui detenido por un grupo de Kunoichis que me llevaron ante el Sheriff y este haciendo gala de su poderío y gallardía me exigía cuentas a mi por usar mi mascara y no querer revelar mi rostro, ¿es que esta mal que respete las leyes que hace siglos impuso la Torre para todos los vástagos de no romper la mascarada?, al negarme a hacerlo amenazo con destruirme ahí mismo, no fue gracias a la fortuna que sobreviví a esa situación sino de recordarle al Sheriff las leyes de la Camarilla lo que salvo mi no-vida en esa primera ocasión, después me exigió que me presentara ante el lo cual hice a medias, dado que como los reportes de mi clan lo dice en los escritos, generalmente los Sheriff suelen no ser muy pacientes para destruirnos solamente por existir, es por eso que pedí hablar con una autoridad mayor que el Sheriff además de recordarle que no podía destruirme en el lugar al no pertenecer a la Camarilla por tanto no viole ninguna ley-Hice una pequeña pausa entre mi relato dado que al tener una memoria fotográfica lo recordaba todo al detalle sin perder el hilo-ahí fue cuando uno de los hombres lobos apareció y comenzó a hablar con el Sheriff que debíamos de irnos del lugar, las tensiones aumentaban, las kunoichis se encontraban listas para atacar, el hombre lobo nos miraba amenazantes y en cualquier momento hubiese ocurrido lo peor porque el Sheriff no tuvo mejor idea que seguir molestando al hombre lobo en cuestión, fue gracias a mi presencia en el lugar que las cosas no llegaron a mayores dado que el se sintió interesado en mi por lo que quería que decidiera si volvía con el Sheriff y los suyos a la ciudad o si iba con el y los otros hombres lobos a vaya saber uno donde, tiempo mas tarde finalmente la Arconte llego al lugar para decir que nos debíamos de retirar, el hombre lobo parece que le llego un mensaje de su alfa que decía que ya no éramos bienvenidos en el lugar y que solo nos quedaban unos minutos mas de tiempo antes que el acuerdo en ese territorio acabase. En principio ya había respondido la primera parte del planteo que me había preguntado la Príncipe, así que ahora debía responder a las siguientes preguntas que ella hizo y agregue: -En cuanto a sus dos siguientes preguntas Su Majestad, puedo responder ambas preguntas pero las mismas respuestas contradicen cuanto dijo la Arconte desde el momento que tuve mi encuentro con ella, además sigo sintiendo que su poder me sigue afectando aún estando en presencia de Su Majestad, siento que ella aún esta intentando controlarme y que me auto-incrimine diciendo que pertenezco al Sabbat, pero ¿podría ser esa una verdadera confesión?,¿podría Su Magnificencia estar segura que mis recuerdos desde que me encontré con ella y de ahí en adelante no ser una mera manipulación de mis recuerdos que convenga al relato que dio a usted la Arconte?. Para demostrar mi punto, tengo dos testigos-Señalando tanto al Senescal como al Sabbat tirando en el piso estacado-¿Puede oh Majestad ordenar a vuestra Arconte que deje de usar sus poderes sobre mi persona?. Como la Príncipe podía ver yo tengo la buena voluntad de responder a todas las preguntas que ella me plantea y al mismo tiempo aprovechaba para dejar en una mala situación política a la Arconte dado que ella no había parado de usar sus poderes sobre mí, ¿Qué pruebas tenia de que ella misma no había parado de usarlos?, él hecho de que admitiera haberlos usado sobre mi persona pero no dijo que terminara de usarlos, dé esas pequeñas lagunas que un discurso deja es lo que en Argentina se conoce como ¨el que calla otorga¨ por lo que únicamente debía de hacer que la Príncipe tuviera una mínima duda acerca de la Arconte.