Partida Rol por web

Llego a la playa sonriente. Enseguida me quito la camiseta disfrutando del calorcito del sol sobre mis cuerpo de forjador.

-Ohhhh que gusto... Y si no te gusta el bañádor, siempre puedes quitartelo Eneas, no creo que Jaqueline se queje mucho.- Voy hasta un grupo de tiendas y cojo una sombrilla sin mas. La clavo en la tierra.- ¡Reclamo esta playa en nombre de Johan, rey del mundo!

Jackie arqueó una ceja al ver a su amigo en bañador. Sonrió. Había hecho bien en insistirle.

-Vaya, vaya... Ahora sí que no entiendo tu manía de taparte-le guiñó un ojo y dejó las cosas en la arena.

Extendió su toalla en la arena.

Y comenzó a quitarse la ropa, quedándose en bikini.

-Me encanta la playa-dijo mirando el mar y las olas. No veía la hora de zambullirse en ella. 

Se rió por la declaración de Johan y levantó el puño en señal de apoyo. 

Se colocó las gafas, se recostó en su toalla y echó la cabeza para atrás, disfrutando del sol que calentaba su piel y de la brisa tan agradable.

-P-pero... ¡Jackie por dios tápate!- Digo con los ojos como pelotas de tenis y mucho mucho más rojo que nunca... -D-d-dioses... que vergüenza...-Digo tumbándome boca abajo en la arena para no verla... o evitar mirarla demasiado y que se diera cuenta más bien.

Jackie se rió mucho ante el comentario de Eneas.

-¡Pero si me he bañado en el lago contigo muchas veces, idiota!-se tumbó boca arriba.-Además, estamos en la playa...la gente no se tapa. Como veas a alguna haciendo top-less...te mueres.

Sigue riéndose y coloca las manos detras de la cabeza.

-S-sí, pero no delante de tanta gente ¿Qué es eso del topetless?- Pregunto sin entender las palabras de Jackie girando la cabeza y evitando que mi mirada se fuera más abajo de su cara.

Ahí no... ahí sí... pero ahí no... Ahí mejor...

Le doy un capon a Eneas. 

-Donde fueras haz lo que vieras, Eneas.- Le señalo a la multitud de bañistas-. Ves alguien tapado? ¡Esto es copacavana por amor de Hefesto! Aqui se celebran desfiles de modelos en trajes de baño. MODELOS EN TRAJES DE BAÑO...

Levanto las manos en señal de derrota y me tumbo en mi toalla con medio cuerpo afuera de la sombrilla.

-Ay Jaqueline... ¿que haremos con este chico?

Miro donde señala Johan y me pongo a tartamudear -P-pero s-si están... todas estan en bikini...- Digo con un chillido de miedo y vergüenza.

Jooo, quien me mandaba venir aquí ¿Y qué será ese topeletas?

Jaquie se ríe a carcajadas.

-Algún día tendrás que espabilar, seguro que entre la playa y los clubs, espabilas algo-se incorporó y se puso a mirar el agua, no pudo aguantarse más:-Yo voy a bañarme, ¿alguien se apunta, señoritas?

De entre la multitud se destaca una mujer por encima del resto. Con una figura de escandalo y unos pasos elegantes se gira y sonrie al vernos. Las cabezas se giran a pares al pasar, hasta que de un salto abraza a Eneas contra su (grande y torneado) pecho.

-¡Mi chiquitín inocenton! ¡Pero que mono estas en bañador!- Luego sonríe a Jaqueline (Una sonrisa de estrella de cine).- Bien echo querida, vas por muy buen camino.

-¡MAMÁ!- Grito asustado y después la sonrisa que le dirige a Jackie...

Va a ser que no mamá... si no ya me lo hubiera dicho

Pienso suspirando.

-¿Qué haces aquí?- Pregunto apesadumbrado.

De alguna manera recuerdo como se cerraba la boca. Afrodita... Demasiado... Que... Procesar.... RESETEANDO.

-V...voy al agua... nos vemos Melenas... digooooo Eneas!!! -Me levanto y me pongo al lado de Jaqueline- ¿Que querrá?

-Mamá... ¿qué quieres?- Pregunto fijándome en que no nos mire nadie -Es que no estoy muy acostumbrado a verte, supongo que lo entenderás...

Sólo la he visto dos o tres veces... esto de tener una madre diosa no es para familias unidas fraternalmente.

-Que tierno-Le aprieta mas fuerte- Ay mi niño te comía enterito...

Luego ríe al ver la reacción de Johan.

-Su padre hizo lo mismo nada mas verme la noche de bodas, al menos este no está deformado- Luego se fija en la cicatriz-. No mucho al menos. Y no necesito ninguna excusa para venir a ver a mi hijo, no crees, además yo estaba aquí antes que tu, pequeño. Un par de milenios de echo.

Sonríe al recibir el halago de la diosa. No todos los días venía un dios a ver a su hijo y te felicitaba por su trabajo.

-Pues...a saber que quiere, seguramente...verle o algo. Estará aburrida en el Olimpo-se encoje de hombros. 

Mete los pies en el agua y un escalofrío recorre su cuerpo. Estaba algo fría, pero era debido al calor que hacía fuera, si se quedaba dentro unos segundos, enseguida se atemperaba. 

Entonces, corrió mar adentro y se zambulló de cabeza en el agua. Buceó un par de brazadas y sacó la cabeza del agua.

-¡El agua está increíble, Firefist!-confirmó la chica flotando. 

Me meto sin complejos en el agua aunque no muy adentro.

Ahhhhhhh- Sonrio-. Vaya, mar abierto y sigue habiendo ninfas. Y llamame Johan. Firefist... ya en otra ocasión.

-¿Bueno bueno, hay que hacer que Cupido vaya lanzando un par de flechas no crees?- Afrodita acaricia la cabeza de Eneas con ternura.- Quería hablar contigo niño. Os espera un viaje de los difíciles, Hades no da misiones por altruismo. Y en cuanto a Prometeo... es mas artero que nadie. Mas os vale andar con ojo. Siempre pide algo a cambio.

Afrodita se levanta y con un guiño a Eneas se adentra en el mar hasta que solo deja espuma.

-De acuerdo, Johan.-le sonríe y da un par de brazadas para acercarse.-¿En qué ocasión debería llamarte Firefist?-pregunta con curiosidad.-Por cierto, muy buena la de la ninfa...pero me sigues debiendo una cena en un restaurante francés.

Se ríe y hace un gesto a Eneas que está en la toalla para que venga. 

-¡El agua está genial, Eneas!-le grita.

-¿Que te parece... cuando yo vaya de traje, y tu estes lo suficientemente ebria? -Rio ante la idea- Asi que señorita Jaqueline Sullivan... SUFRE!

Me lanzo encima tuya para hacerte una ahogadilla.

-¡Corre Eneas, aprovecha!

-¿!Pero qu...?!-consigue decir antes de que Johan la hunda en el agua.

Patalea y golpea con las manos al aire, sin darle a nada. Sale y toma una bocanada de aire. 

-Uh...Este es tu fin, herrero...-dice amenazante. 

Toma impulso y rodea con las piernas las de él, haciendo que pierda el equilibrio; y hunde su cabeza justo como lo ha hecho él hace unos segundos.