Partida Rol por web

Me pongo a rebuscar con los demás, algo exhausta por mi reciernte demsayo, por lo que no pude hacer mucho. Cuando dimos por terminada nuestra fallida tarea, me cruzo de brazos y escucho a Eva.

-Yo tengo un móvil-les comuniqué-Quizá podamos llamar al hotel para avisar, puede que Garrow tenga algo que decir sobre el asunto

Saco del bolsillo del pantalón mi móvil, y lo tiendo hacia los demás.

-¿Y bien?

Sacas el móvil, al que al parecer aun le queda bastante batería. Sin embargo, al ver la hora (13:25 h) te das cuenta que no tienes nada de cobertura. Hasta cierto punto, podría ser normal en ese lugar alejado de todo, pero eso demostraba también las publicidades engañosas de los anuncios de televisión de las compañías de teléfonos...

Cuando Lydia comenta lo de su móvil, caigo en que yo también llevo el mío, pero por desgracia no tengo el número del hotel en la memoria.

- Sí, yo también traigo el móvil, pero no tengo el número del hotel. Llama y a ver que te dicen... - miro al cielo- Espero que por aquí haya cobertura.

Las preocupaciones empezaban a acumularse. Maldito el día en el que salí a hacer senderismo.

- Creo que cenamos demasiado.. yo tambien tuve una pesadilla..

Al recordar su sueño, se abrazó más a él, en esa pesadilla salieron a relucir todos sus temores, que aunque intentara olvidarlos.. siempre estaban a flor de piel.

Ya tenían de frente el hotel y miró hacia Garrow.

- La verdad es que es algo.. raro.. y más después de haber escuchado eso al chico. No sé.. creo que deberíamos pasar más tiempo juntos y dejar esos temas a parte.

Se colocó delante de él y le robó un beso.

- Vayamos a comer..

Cogió sus manos y tiró de él hacia el hotel.

Enciendo la pantalla del teléfono, y observo detenidamente la hora. A su lado, un mensaje: sin cobertura.

-Mierda...-murmuro-No tengo cobertura.

Steve frunció el ceño cuando ella le confirmó que había tenido una pesadilla ¿coincidencia? tal vez. El actor abrazó a su esposa, Aisha, cuando ella quiso hacerlo.

Mientras caminaban, observó al señor Garrow en sus quehaceres, la verdad es que así no parecía nadie peligroso, sino afable y...¡Tenia que dejar de pensar como un paranoico!

-Si..creo que tienes razón, fue que cenamos demasiado, no estamos acostumbrados a todo esto...de acuerdo, te prometo que después de comer estaremos todo el dia juntos.

Le dijo sonriendo. Se detuvo cuando ella se colocó ante él y su sonrisa se agrandó, hacía tiempo que no sonreía así. Besó a Aisha y luego la abrazó durante unos segundos.

-Si...será lo mejor...

La tomó por las manos y se dejó guiar hasta el hotel.

-Buenas tardes, señor Garrow.

Garrow os observa cuando Steve le llama y sonríe con afabilidad...Ah, el matrimonio Rush. Parecen felices. Me alegro, sí sí...comenta con una amplia sonrisa, mientras deja de barrer con insistencia el porche. Veo que ustedes han optado por no ir a la excursión al bosque. Es un lugar bonito, sin duda, pero ya tendrán tiempo de verlo. Aun tienen tres días más aquí para disfrutar de unas estupendas vacaciones. Guiña un ojo y se apoya con ambos brazos en la escoba. Y no puedo olvidar que, por supuesto, no hay mejor forma de pasar el tiempo que con la persona a la que se ha entregado el corazón ¿me equivoco?

Steve se detuvo, junto con Aisha, a la cual tenía cogida por la mano, para charlar con el señor Garrow un poco. Quizá se había pasado de paranoico antes.

-No se equivoca usted, señor Garrow. Teníamos ganas de estar a solas un poco.

Steve iba a seguir de largo cuando se detuvo.

-Permítame una pregunta.

Steve se rascó la patilla antes de hablar, pensándoselo.

-Em...en el pueblo no suele haber mucha gente sociable ¿no? Incluso diría que hostil a veces. Supongo que no hay ningún tipo de autoridad imparcial en el pueblo o algo así.

Me agarro de la chaqueta con algo de fuerza, bastante indignado. Aunque en silencio, mi frustración resulta evidente: ¿es que tan mala suerte tenía? Menudo puto infierno: resulta que me alejo del mundo laboral y de la vida real, huyendo a un supuesto paraíso de ensueño e incluso dejando a mi esposa sola en Maine, para al final, acabar así: que unas compañeras, en una atracción inexplicable, tal vez provocada por esas rocas alineadas de forma circular, acabasen viniendo aquí a pesar de la desesperación del guía, quien inexplicablemente ha desaparecido sin dejar ni rastro. Y ahora encima, después de esto, y de encontrar a una compañera inconsciente, nos toca intentar volver de un bosque por el cual hemos sido guiados. Vamos, lo que se llama unas vacaciones de ensueño.

- Oh, ahora me arrepiento de haber rechazado las vacaciones en Hawaii con todos los gastos pagados por esto... - suelto algunas pequeñas maldiciones en chino, que podríamos definir perfectamente como <<reír por no llorar>>, mostrandome, ésta vez, lejos de formalismos y de guardar las apariencias. - Entonces... sólo nos queda volver... y lo primero será salir de este lugar y seguir el camino que teníamos antes. Creo que ninguno de nosotros, después de lo sucedido, tendrá ganas de volver a tomar el cruce precisamente... y tenemos que contactar con la gente del pueblo lo antes posible. Espero que Max esté bien... maldita sea, si es el encargado de guiarnos por aquí, sabrá apañarse.

Sonrió a Garrow y miró a su marido cómplice, la verdad es que parecía que esto les estuviera uniendo ya, al menos les obligaba a pasar más tiempo juntos.

- Sí.. quizás vayamos otro día a verlo.

Se acerca más a su marido y le hace que la rodee con su brazo por encima de los hombros y se apoya en él mientras espera a que responda a su marido antes de preguntar otra cosa.

Garrow sonríe, meditabundo. Compréndanos usted, Señor Rush. No estamos acostumbrado a tener muchas relaciones con el exterior, salvo el camión de los víveres, que viene una vez al mes desde Portmond. Abre ligeramente los ojos, y su mirada ahora es interrogativa, aunque mantiene la sonrisa en el rostro. ¿Les ha molestado alguien? Inquiere con tono suave. Aprieta firmemente con ambas manos la escoba, apoyado el peso de su cuerpo sobre ella.

El brazo de Steve es guiado por Aisha, que no opone ningún tipo de resistencia, sino todo lo contrario, pone de su parte. Pega más a su esposa a él a la par que frotaba su hombro con su mano, como si tratara de darle calor.

Miró a Aisha un segundo, como preguntándole si decirle la verdad o no Garrow sobre aquellos hombres.

-Entiendo...¿Eso quiere decir que no hay policía?

Inquirió.

- No.. no.. no nos ha molestado nadie, pero si hemos conocido a un chico muy simpático..

Sonrie y mira a su marido, prefiere decirselo, y asi no quedarse con la duda, pero dependiendo como reaccionara, decirle una cosa u otra.

- Hemos conocido a Andi, nos ha invitado a ir a comer un día a su casa..

Garrow responde a la pregunta de Steve con una breve risa. Sí, por supuesto que tenemos cuerpo del Orden. Se llama Neil, es un sheriff. Él vela por la seguridad de este pequeño pueblo...comenta con un ademán de mano. Su mirada se abre mirando por encima de vosotros, pero entonces escucha la pregunta de Aisha, y sus ojos os miran con suspicacia durante un instante; con suspicacia y algo más, aunque ha sido rápido, difícil de resolver con claridad. Sin embargo, sus gestos son extraños, pues aprieta con fuerza la escoba y sus nudillos se rebelan blancos durante breves instantes. Todo parece volver a la normalidad.Ah sí, el joven Andi...me da mucha pena, sus padres le maltratabn de pequeño, y murieron en un desgraciado accidente, así que de vez en cuando me encargo de... hace una pausa...cuidarle. Enarca las cejas y os sonríe de nuevo, con aire distraído.

Cuando Song dice que después de lo sucedido, nadie querrá tomar ya el cruce, me siento totalmente ofendida. Le miro con gesto serio y añado:

- Como si hubiese sido nuestra culpa, la próxima vez páranos o algo, no te quedes mirando. Vámonos.

Me giro bruscamente y comiezo a andar.

- Lo siento, señora Moore. No estoy acostumbrado a hacer pruebas de atletismo. - comento en última instancia, separándome ligeramente del grupo y poniendome tras ellos, mirando a los alrededores y atrás. Realmente, no me siento demasiado culpable por mi actuación: yo me puse delante de Eva Moore e intenté argumentarle con bastante precisión el por qué no debía coger por ahí, pero... ¿quién demonios se esperaría que esa mujer corriese como un maldito antílope? ¿Qué tenía que hacer? ¿Meterle una paliza acaso? Creo que pocos individuos se esperarían la velocidad con la que reaccionó la cirujana. - Pero mejor olvidar eso. - comento para enfriar un poco el ambiente. Tampoco tenía muchas ganas de meterme en una discusión.

Comenzáis a avanzar por el camino de vuelta. Esta vez se pasa más rápido, posiblemente porque vuestra velocidad y preocuàción son mayores. No sabiaís que era de Max, ni tampoco Lydia parecía acordarse de nada, salvo desmayarse; y luego estaban esas piedras que ejercían algún tipo de atracción, molestia. Lo que había empezado como una feliz excursión había finalizado de forma bastante lamentable. Vuestros pasos son rápidos, y el ritmo es aun mayor. Cuando volvéis a salir al pueblo, sudáis ligeramente debido a la humedad y al notable calor, que llega casi a los 28 grados, que hace a la luz del Sol.

La plaza de la estatua se encuentra vacía. No se respira ninguna presencia por allí, y todo se encuentra tal y como lo dejastéis al llegar. El suelo lleno de pequeñas piedras, el polvo que inunda parte de las paredes de las casas, y la misteriosa estatua de ese humanoide vestido completamente con una túnica, y tallada en algún tipo de material negro, o pintado encima de dicho color.

Ya es casi la hora de comer. ¿Qué hacéis?

Llegamos, medio sudando, a la plaza del pueblo. No parecía que hubiese nadie por allí, aunque eso era ya algo habitual.

- Venga, vamos al hotel a ver si saben algo. Tiene que ser casi la hora de comer, así que supongo que los Rush estarán por aquí también. A lo mejor ellos han visto a Max...

Llegamos después de una gran caminata hasta la plaza con aquella misteriosa estatua.

-Será lo mejor-les digo tanto a Eva como a Yi-Jie-Además, tengo un hambre que creo que podría comerme un caballo aquí mismo.