Partida Rol por web

Weyard...un mundo hermoso, donde fuerzas sobrenaturales pululan libremente...un muro puramente de luz...

Sin embargo, esa luz esta siendo amenazada por el Imperio que quiere destruirla, usando los terribles poderes que le otorga la Torre de la Luna ampliando sus poderes sobre la alquimia ha ido conquistando toda  la región y su marcha es imparable, pocos son los que se le oponen y muchas tribus han caído sometidas por su poder...nadie parece poder detenerlo....¿nadie? No es cierto...

Un grupo todavía resiste, son pocos pero ofrece una fuerte resistencia, dirigidos por un misterioso hombre conocido como el Alquimista al que nunca se ha visto pero sin embargo sus  consejos han llegado a asentar más de una derrota  al Imperio, pero ahora la situación es más desesperada que nunca, considerado un cáncer para el Impero este ha decidido acabar con todos los traidores y a comenzado a perseguirlos uno a uno con terrorífica eficacia quedando apenas una decena de células activas por todo el mundo ...

Pero la esperanza todavía brilla...la Resistencia a decidido convocar un consejo urgente en una de sus sedes para tratar el tema, debían de  asentar un golpe certero que sirviera para asentar una herida mortal al Imperio, para ello, los mayores sabios alquimistas y cabecillas de la Resistencia ( excepto el Alquimista) se estaban reuniendo  para tratar el asunto en la ciudad de Ayuthai, como miembros de la Resistencia debéis ir, aunque no participareis en la reunión ni estaréis presentes...

Ayuthay se trata de una hermosa ciudad-fortaleza, situada en medio del desierto, se trata de un perfecto oasis donde mana Agua sin cesar gracias a una de las maravillas del Alquimia, la Fuente Mercurio, situada en el centro del Palacio y de ahí se distribuye por toda la ciudad. Os encontráis los cuatro en un pequeño jardín en cuyo centro  hay una fuente  que alimenta el lugar, el ambiente es de tranquilidad absoluta, aunque todos sabéis que esa calma es solo aparente....es la calma que precede a la tempestad y por eso sabéis que la reunión que se esta hablando decidirá el curso de la guerra en un sentido u otro, lo único que no comprendéis es porque estas allí...

Suspiré ruidosamente mientras me levantaba del reborde de la fuente, ansioso por conocer el resultado de la reunión. Llevaba poco tiempo en la resistencia y apenas conocía a un par de personas. Al menos, nunca estaba solo.

- ¡Vamos, Pira! No te quedes atrás.

La pequeña criatura con el aspecto de una jovencida de fuego correteó sobre el banco y saltó hasta mi hombro. Su risilla aguda e infantil consiguió arrancarme una sonrisa a pesar de la tensión que flotaba en el ambiente. Coloqué correctamente el escudo y la espada ancha que colgaban a mi espalda mientras cambiaba mi peso de una pierna a otra. A continuación, miré en derredor en busca de alguien con quien compartir mis inquietudes. No solía pasar tanto tiempo en un mismo sitio y la espera comenzaba a crisparme los nervios.

Acaba de llegar a la ciudad, la puntualidad nunca había sido mi fuerte, entendía el por que habían convocado a los altos cargos pero que hacía un simple soldado como yo aquí no tenía ni la mas remota idea pero el viaje me había dejado bastante cansado. Mire toda la vegetación que me rodeaba mientras recordaba como había acabado metido con la Resistencia hace tan solo unos meses vagaba sin rumbo por el mundo hasta que los conocí y no dude un solo instante en unirme a ellos. Entre mis cavilaciones me acerque a la fuente y al ver el agua solo una cosa paso por mi mente ¿podre beber un poco?

Verdaderamente no sé por qué estoy aquí. Estaba entreteniendo a los ancianos enfermos del convento cantándoles mis canciones cuando de pronto me digeron que debía presentarme en no se donde y me arrastraron hasta este lugar.

Es la primera vez que salgo de ahí, y ya tengo ganas de volver.

Me quedo distanciada de esos tres muchachos, escondida del otro lado del a fuente. Usé un poco de esa agua para lavar mi cara y despejarme. Noto que empiezo a temblar de nervios y tengo que hacer un fuerte esfuerzo por no salir corriendo de allí.

Mi llegada al lugar no es que fuera muy voluntaria, tras mi confinamiento en una jaula como un animal esclavizado me dieron la opción de dejarme libre si me unía a la resistencia. Mi tribu era parte de ella, eso quería decir que yo también lo era, pero mi objetivo en ese instante era recorrer Weyard libremente, pero la otra elección que tenía era seguir siendo un animal encerrado... Sin duda no había elección buena, pero mejor obedecer algunas ordenes libremente que estar encerrado por años.

Al llegar al lugar las flores me recordaron a Izumo, la roca de la Madre Tierra gozaba de decenas de flores y siempre ver un campo así me recuerda a mi hermana. Menos mal que me devolvieron mis cosas, si no hubiera matado a alguien. Al ver la fuente comprobé la calabaza donde guardaba el agua y decidí rellenarla un poco. No sabía si esa fuente que parecía más que otra cosa sagrada tendría algún efecto, pero si solo era agua mejor estár aprovisionado.

No me sentía comodo con tantas caras mirandome, pero supongo que a pesar de la capa que me cubría gran parte del cuerpo incluyendo mis garras y mi espada, no bastaba para hacerme pasar desapercibido. Como no veía a nadie decir nada simplemente me dispuse en un lugar del campo de flores sentado mirando lo que a mi alrededor había. Lo más significativo era una cria de apariencia extraña para lo que parecía ser, un felino hombre bestia, lo cual me daba cierta sensación de tranquilidad no ser el único "animal" por ahí, y un chico con una especie de... niña de fuego. Nada más resaltable, en el lugar habría de decir, salvo que la variedad de gente que allí habíamos era extraña.

Mientras esperaba simplemente me dediqué a acariciar la hierba del jadin y tocar las flores. Si bien mi padre me había enseñado bien, era una de las formas más directas de estar en contacto con la roca de la Madre Tierra.

Al observar puedes ver que sois 4 en total, cinco contando con Pira, dos parecen hombres bestias mientras que tú y la otra chica sois humanos aparentemente, así  que sois un grupo algo "peculiar"...

---Me aburro  ¿por que nos han traido aqui?- pregunta en voz alta la pequeña criatura con proporciones  y voz claramente femeninas mientras avanza revoloteando asta casi quedarse cara a cara con cada uno de los presentes sobre todo a los Hombre-bestia.

La situación mejoraba por momentos. Dos hombres-bestia hicieron su aparición aunque uno de ellos no parecía estar demasiado contento con su propia llegada. Tal vez el viaje no fuera demasiado de su agrado. Estaba claro que echaba de menos su tierra natal. Pocos salvo los nativos de estas tierras no añorarían lugares más frescos y verdes.

Sin embargo, lo que más llamaba mi atención era la pobre chica casi escondida junto a la fuente. Parecía totalmente fuera de lugar entre los aguerridos hombres de la resistencia. Apenas podía levantar la vista de las aguas con tal de evitar el contacto visual.

Pira ya estaba comenzando a aburrirse y comenzó a "importunar" a todo el mundo a su alrededor en busca de algún entretenimiento. Debía admitir que estaba casi tan nervisoso y aburrido como ella.

- Los que mandan están decidiendo en curso de la próxima batalla. O eso creo.Tenemos aún que esperear un poco. - hice un gesto con la barbilla hacia la chica. - Parece que alguien necesita algo de compañía, ¿no crees? - dije en un susurro apenas audible a mi pequeña acompañante.

El pequeño ser de apenas un palmo se acercó flotando por el borde de la fuente. Por mi parte, di unos pasos hacia ella pero sin acercarme demasiado. Aquello podría hacer que se sintiera intimidada y fuera aún peor. Me armé de mi mejor sonrisa y dejé a un lado las preocupaciones procedentes de la reunión que se acontecía a poca distancia. 

- Se agradece el fresco tras la pesada travesía por el desierto, ¿verdad? -  le guiñe un ojo con gesto complice - Me llamo Erik y ella es Pira. ¿Cómo te llamas?

Sin perder la sonrisa por un instante le tiendo la mano en gesto de saludo.

Ah, se me acerca el djinn a conversar. Lo miro venir con una sonrisa tímida. -_Ho...ola..- Balbuceo apenas.

Extiendo una mano para acariciarle la cabeza pero en seguida doy un respingo al oír la voz de su dueño. Me quedo rígida con los brazos pegados al cuerpo y los labios apretados, bajando la mirada para evitar verlo a los ojos.
Titubeo unos segundos. Está demasiado cerca... N..no quiero...

...

Casi lagrimeando salgo corriendo en dirección opuesta y me escondo tras un arbusto. Desde allí lejos asomo la cabeza para verlos mientras cosas horribles se me vienen a la mente. Me encuentro sola frente a estos tres hombres, quien sabe las atrocidades que podrían hacerme... por qué tiene que ser así? Según me han dicho los hombres son unos monstruos pervertidos, y solo intentarán comerme, o cosas peores...

Agacho de nuevo la cabeza y me quedo acurrucada en mi escondite.

Al ver al djinn me sorprendo un poco al parecer es de Marte y acompaña a un chico de la Resistencia mientras pienso eso una niña huir del chico como si se tratara de un monstruo ignorando ese hecho me acerco al dueño del Djinn. Salude con la mano y mostré mi típica sonrisa que en ocasiones causaba el efecto contrarío al esperado, a lo mejor por el hecho de que era un hombre bestia de mas de 2 metros mostrando los colmillos mientras sonreía.

-Hola, ¿este Djinn te acompaña? Había leído mucho sobre ellos pero nunca los había visto parece mas... no se como decirlo... ¿vivos? de lo que relataban los libros. Si no es mucha intromisión ¿donde lo encontraste?

Estaba tranquilo esperando a oir alguna respuesta de parte de los superiores, hasta la figura rojiza empezó a hablar. - Curioso muy curioso - Cerré los ojos mientras seguía acariciando la hierba y las flores, pero para mi sorpresa cuando los abrí, ese bicho estaba delante mia.

Lo observé mientras me observaba, que dulce redundancia reciproca. Cuando parecía mirarme a los ojos le hablé dejando los colmillos al final mostrando algo de mi por si no estaba satisfecho - ¿Ves algo que te interese, bicho? - dejé claro en el tono, mi molestia al ver que revoloteaba a mi alrededor hasta que se fue con ese tio para presentarse a la chica.

Me daban igual los presentes, y no entendía el interes de esa "cosa" hacia mi, o hacia los demás, pero dejaron caer sus nombres al hablar con la niña. Un bicho llamado Pyra y su dueño Erik. Si lo que decía Erik antes de que tendriamos que esperar a que nos dieran el siguiente paso, podriamos envejecer esperando. Miré al otro chico bestia preguntandome de donde procedía, era muy distinto a los de mi tribu, y desde luego nuestras diferencias eran notables...

De nuevo miré al bicho... tenía curiosidad saber de que estaba hecho, los Djinn siempre han sido un misterio pero ¿serían carne como los seres vivos? Parecía que a la niña le agradaba el bicho, pero no le agradaba tanto Erik. No pude evitar reir al ver a la niña huir de Erik, tanto es así que cuando la veo esconderse la intento "calmar" a mi manera - Tranquila niña, de aquí el único capaz de morderte sería yo, pero tienes suerte, no me gusta la carne de humano. _{A menos que lleve tiempo sin comer, pero por suerte para tí vengo comido.} - Terminé diciendo con la boca pequeña entre dientes mientras sonreia. - Anda, sal de ahí, a la madre tierra no le gusta que le pisen sus hijas - dije haciendo referencia a las flores y hierbas que alrededor del arbusto, donde la niña se escondía, estaba a merced de los pasos de los demás, aunque también lo dije porque a las niñas inocentes les suele convencer lo referido a la naturaleza. Aunque a lo mejor me equivocaba.

Por otro lado lo que decía el otro hombre bestia sobre el bicho me daba curiosidad. En mis viajes no había visto ninguno, hasta ahora, y encima el primero que veo es compañero de ese Erik. Aunque igual, es de Marte, a mi me gustaría ver alguno de Venus... supongo que es por estar tanto tiempo afín a la naturaleza.

Oigo a otro de ellos incitándome a que salga. Habla de morderme... carne de humano... no quiero que me muerdan! -...- Me llevo las manos a la cabeza y niego de lado a lado, cerrando fuerte los ojos y temblando notablemente.

Estoy demasiado asustada como para preocuparme por las flores, si salgo de aquí intentarán comerme seguro.

Parecía que el primer acercamiento a la chica no había salido demasiado bien. Sería más complicado de lo que parecía. No obstante, la situación atrajo la atención de nuestros otros dos acompañantes. El que se encontraba sentado entre las plantas tenía un aspecto mucho más fiero, casi como una bestia enjaulada que espera salir para vengarse de sus captores. El brillo de peligro en su mirada no me gustaba ni un ápice.

El "hombre-gato" se me acercó con gesto amable y una sonrisa que para su desgracia podría catalogarse de aterradora. A pesar de ello, su lenguaje corporal le daba un toque amigable. No reparé en su descomunal tamaño hasta que lo tuve realmente cerca. Claramente, hombre-gato se quedaba bastante corto.

Desde luego tenía razón, la energía y alegría que transmitía Pira eran la clara definición de la vitalidad. Sin embargo, era difícil explicar su procedencia sin entrar en enredadas historias.

- No la encontré, a lo sumo ella me encontró a mí. En cierto modo, somos casi hermanos. - miré a mi compañera con un deje nostálgico.

Me senté en el poyete de la fuente. Aunque anteriormente traté de dejar distancia sufiente para no incomodar a la chica, no había sido suficiente. Por consiguiente busqué una distacia mayor pero lo suficientemente cercana como para poder hablarle sin gritar. No entendía qué hacía una joven inocente y frágil en mitad de lo que pronto sería una guerra. Parecía totalmente fuera de lugar. Sentía la necesidad de aliviar su pesar.

- ¿Sabes? Nadie va a comerte y Pira está cansada de estar siempre odeada de chicos. Necesita una amiga.

Desenganché el escudo de la espalda y lo coloqué en el lado más alejado del borde de la fuente. A continuación, repetí el proceso con la pesada hoja que portaba. Cogí un pequeño guijarro del suelo; comencé a juguetear con él entre mis manos, incapaz de mantenerme sin hacer nada y le dedique u gesto de complicidad a la Djinn.

Tras mirar la reacción de la niña... o más bien del arbusto ahora no pude evitar seguir riendo, mientras negaba con la cabeza, aunque ahora a menos. ¿A quién se le ocurrió la magnífica idea de traer a una niña aquí? Seguro que ni sabe el significado real de por qué está aquí.

Oí sin embargo la pequeña historia sobre Pira y Erik, ella le encontró a el, osea que ¿el va donde va ella? Es raro, y muy curioso, no obstante no podia quitar mi atención del arbusto tembloroso aún con una sonrisa divertida. Realmente no me gustaba asustar o torturar niños de esa forma, pero el simple hecho de ver lo tímida que era me hacía gracia, en parte me recordaba a mi hermana, aunque ella era mucho más abierta.

No pude evitar dar un suspiro detrás de tanta diversión y oir a Erik decir que nadie le mordería mientras jugaba con un guijarro. - Mala elección de palabras, chico. No prometas algo que no puedes controlar. Promete algo que realmente puedas cumplir - De mi tierra me había llevado mi conducta y para mostrar algo de amistad ante aquellos presentes me dirigí de nuevo al arbusto tras la promesa de Erik - Niña, ¿y si te prometo que si alguien trata de intentar morderte, o cuando sientas miedo o peligro si quieres, antes de que digas mi nombre ya lo he apartado de ti? ¿Así estarías más cómoda? ¿Saldrías de tu escondite y nos dirías tu nombre? La tribu de la que procedo cumple siempre sus palabras y actos, así que puedes confiar en mi palabra. - Mi objetivo no era socializar, pero si quería que se calmase, algo debía sacrificar. Al fin y al cabo un susto tan grande por mi parte ya había sido suficiente

Primera petición extraña que voy a hacerte (remarco primera porque seguramente no será la última XD).

Miedo me Das XDD

Tanto Pira como yo tenemos Forja con al menos un 20. Además ambos somos inmunes al fuego (yo solo si estoy con ella). Con todo esto, me preguntaba si podríamos coger un poco de arena, ya que estamos en el desierto, y crear una pequeña fruslería de cristal. Pira puede crear unas cuantas intensidades de calor para derretir la arena y hacer cristal. Como somos inmunes al fuego, podemos moldearlo con las manos para hacer algo sencillo.

Es posible, la proxima vez por favor indicame por que es inmune al fuego, hace siglos que no uso una Sheele en mis partidas así que estoy super oxidado XDDD

Valdría cualquier cosita para regalarselo a Niah. Si no se puede, no pasa nada. Era solo para hacer algo bonito y rolero. Tal vez, también, para demostrar que Venus no es solo destrucción, sino que puede ser creación y belleza.

Será Marte; ya hice tú tirada de forja y ha saladico catastrofica XDD. Menos mal que Pira supera la suya y hace una "decente".

Puedes narrar como lo haces y demas y como se lo entregas

Me sorprendió un poco esa respuesta.

-Con que esta pequeña te encontró, vaya desearía que me pasara lo mismo -me agache un poco para acariciar con un dedo a Pira- Bueno, de nada por la información supongo.

Me aleje un poco de Erik y entonces me percate de la presencia de otro hombre bestia rápidamente corrí junto a el bastante alegre y sin darme cuenta meneando la cola como si fuera un perro.

-Eh, otro hombre bestia como yo es un gusto saber que hay alguien mas como yo por aquí. Mi nombre es Zeral, encantado.

Le tendí la mano de forma amistosa.

Tras la última propuesta del bestia asomo la cabeza de nuevo, lentamente y solo dejando ver mis ojos.

-...

Y el de rojo también, quiere que sea amiga de su djinn..? ... -_..Niah..- Digo mi nombre en un susurro apenas audible, no me sale la voz y sigo temblando.
Pero no entiendo.. por qué no me han atacado todavía? Están disfrutando de mi miedo o esperando un mejor momento? No, el djinn se veía amigable, no creo que les deje. ...Y si ese hombre tiene esclavizado a su djinn? Ay no...
En silencio me quedo mirando a la criatura y haciéndole ojitos, esperando que de alguna manera me diga si es seguro o no salir, aunque no me siento muy segura aquí tampoco con esos tres bravucones enormes ahi fuera.

Bueno, narra que la haces y demas y que se la entregas para poder avanzar un poco XDD