Partida Rol por web

La noche ha sido larga, pero también productiva. La incertidumbre acerca de los progresos del resto de la Cofradía ha acompañado vuestros pasos, pero al mismo tiempo la emoción de la caza ha enervado vuestros corazones muertos. No una caza de sangre, no una cacería convencional. Vuestra presa no era un mortal suculento, ni un vampiro despreciable. Teníais un objetivo, uno más importante y menos inmediato.

La presa era una localización para la Parroquia.

Y ahora, cuando a la noche no le queda ya mucho tiempo de oscuridad, te permites una sonrisa satisfecha. Koldolak nunca ha dejado de sonreír, con esa boca de tiburón a juego con sus ojos negros sin sentimiento. El Tzimisce te ha estado aconsejando todo el tiempo, susurrando opciones al oído, pero ha dejado que llevaras la iniciativa en todo momento. A todos los efectos, sientes que el éxito es casi completamente tuyo, y él no parece tener intención de robarte un ápice de protagonismo.

El trabajo no ha terminado, por supuesto, eres consciente de ello. Pero hay mucho hecho ya. Lo más complicado fue encontrar el lugar indicado. Tras una larga conversación con tu Sacerdote, llegasteis a la conclusión de que un hotel sería una buenísima opción. En Santurtzi acudisteis a comprobar el estado de uno bastante interesante, el Hotel Palacio de Oriol. Pero su situación no te convencía demasiado. Mal comunicado y demasiado expuesto. Fue entonces cuando acudisteis a Portugalete, la villa colindante, y a orillas de la ría encontrasteis el Gran Hotel Puente Colgante, a la sombra del Puente Colgante de Bizkaia, un imponente puente transbordador cuya estructura te recuerda a la misma Torre Eiffel.

El plan es sencillo. Se trata de controlar todo el hotel, y reservar una planta entera para la Cofradía. Con el tiempo será necesario mantener bajo control al servicio que pueda acceder a dicha planta, ya sea reeducando sus mentes o convirtiéndolos en vuestros esclavos sanguíneos. De momento has cumplido el primer paso imprescindible: controlar al director gerente del hotel, un tipo elegante y carismático que quedó prendado de tu poder de dominación nada más cruzar su mirada con la tuya. Sin embargo, eres consciente de que su poder estará limitado por los propietarios del hotel, que no verán con buenos ojos el descenso de ingresos que supondrá mantener una planta entera restringida. Deberéis comprar el hotel, algo para lo que necesitarás tirar de los diferentes recursos económicos de la Cofradía.

Pero por hoy has cumplido, y eso deseas hacer saber a tu Ductus. Coges el móvil y marcas su número, esperando apenas un par de tonos antes de escuchar su sensual y dura voz.

Dime Albert ¿Que ocurre? ¿Has hecho lo que te pedí?

Hunter regruñó. Tanta llamada de telefono parecía afectarle negativamente, a pesar de que estaba bastante más familiarizado con la tecnología que sus homologos de la Camarilla.

Y el hecho de que uno de los que llamaba fuese Albret no apaciguaban precisamente al irascible antitribu Gangrel...

"Maldito trasto... Me crispa los nervios... Deacuerdo, cada uno tiene sus armas y ese teléfono es una de las de Steff... Pero...¡¡JODER!!... Salgamos a cazar... Su sangre nos pertenece... Y cada maldito timbrazo me distrae..."

A pesar de todo, Hunter se mantuvo en silencio, alerta ante cualquier amenaza en aquel terreno... aquel territorio ajeno que podía volverse contra ellos es cualquier momento...

El exito me gusta. No solo me gusta, me sienta bien. Como un traje hecho a medida, el tacto de alcanzar la meta propuesta provoca un estimulo tangible similar al dulzor acido de una buena copa de vino. Y por supuesto el exito siempre esta acompañado por una leve excitacion sexual. Un impulso primario que se acentua con la idea de la anticipacion. La anticipacion frente a la victoria segura. Como un cazador apuntando directamente a los labios de su indefensa victima rendida ya a sus encantos.

- Me pregunto si Santa Teresa de Avila sentia esa misma excitacion en su extasis? Seguro que se pellizcaba los pezones con la mano diestra mientras introducia indice y corazon de su siniestra en su humedo coño... la muy picarona... -

Y por supuesto la perspectiva del exito y de la tan placentera anticipacion me hacen cabilar en desvarios de lo mas bizarro.

- Y siempre con contenido sexual... hmmmm... seguro que nuestra buena ductus puede ayudarme a descargar esos... 'pensamientos' -

Mi clasica sonrisa cinica cobra ya un matiz demasiado agudo cuando los ojos siempre alertas de Koldolak me urgen a que platique hacia el telefono que ha permanecido en mi oido descolgado, con el resto de mis hermanos al otro lado, durante todo este rato de deambular de pensamientos absurdos.

- Me encanta hacer esperar -

Pienso finalmente antes de comenzar a hablar.

- Ah! - digo como sorprendido por la presencia de mis interlocutores al otro lado de la linea

- Hola, - continuo en tono jovial - que si he hecho lo que me pediste, mi ductus? Por supuesto. Hemos encontrado y asegurado un lugar que estoy convencido sera de vuestro agrado. A menos claro, que gusteis seguir durmiendo en humedos almacenes como si fuesemos vagabundos. - Hago una pausa

- Pero si por contra lo que gustais es un lugar a nuestra altura, en el que descansar comodamente en habitaciones individuales, con grandes camas - resalto esta ultima palabra con una imagen  de la ductus en mi cabeza, procedente del anterior hilo de mis pensamientos... - duchas, y todos los lujos que se nos antojen, entonces desplacemonos cuanto antes al Gran Hotel Puente Colgante de Portugalete. - Una nueva pausa para ya concluir

- No solo dispondremos de toda la ultima planta del lugar para nuestro uso y disfrute privado sino que, ademas, podremos comenzar a expandir nuestra influencia por un nuevo barrio aun no reclamado. -

El silencio al otro lado me incomoda, me miro las uñas, voy a necesitar una manicura, tal vez las pinte con unos de esos colores tan de moda que lleva el ganado. Tal vez algo metalizado , quedara bien con mi pistola favorita o mi navaja.

Albert no tientes a la suerte o puede que no te guste el castigo que te imponga, aunque a mi y a alguien mas si que le gustaria.  Sonrio casi excitada por lo que tengo en mente con cuchillos y sogas.

me gusta tener un cuarto para mi sola, agradeceria un baño decente. Ocupate que nuestras cosas lleguen al hotel.
Lo que me lleva a ¿como lo has conseguido?
Sigo caminando, no voy a parar por una maldita llamada de telefono. Decidido tengo que ponerme un esmalte nuevo

¿No nos molestaran cuando se  alce el sol? no me apetece nada ser un monton de cenizas en una cama con sabanas de raso, tal vez negras o tal vez rojas donde duerma con la menor ropa posible 

Creo que eso ha sido muy grafico, demasiado grafico y puede darle ideas poco gratificantes.  Me paro y me giro poniendo mi mano sobre el hombre de Hunter, solo la punta de los dedos, acariciando desde el cuello hasta el brazo.

¿Algo mas que contarme?

Sin mas dilacion en esta ocasion, respondo a las preguntas de la ductus con una imagen suya implantada en mi mente tras la descripcion de sus costumbres para dormir.

- Por el momento eso es todo. La ultima planta del hotel esta totalmente asegurada para nuestro uso y disfrute - resalto la ultima palabra - El director gerente esta bajo mi control, y el resto de empleados podran estarlo o ser nuestros ghouls. Esto nos proporcionara una relativa fuente de ingresos gracias al ejercicio del resto de plantas del lugar. -

Me siento un momento mientras termino de contar la ultima parte del plan

- No obstante, en un futuro, aun quedara el asunto de los dueños del hotel. En ese sentido, para que no sospechen, descubran, o toquen demasiado las pelotas, Koldolak y yo creemos que lo mas prudente sera comrparles el hotel cuando llegue el momento. -

Tras esto, mi voz vuelve a tornarse melodiosa y picaresca

- Ahora, quieres que nos juntemos todos? Podria llevaros al hotel para estrenar esas sabanas de raso... para descansar o lo que gusteis claro... -

Aja replico al otro lado sin separarme de donde me encuentro, noto el olor de la sangre de su caza, me abre el apetito. Me relamo los colmillos que comienzan a sobresalir un poco.

Me inclino un poco, no tiene nada de malo que de un pequeño bocado, es tan delicioso y apetecible ese cuello, pero me detengo para contestar.

Bien echo, la verdad es que has echo un muy buen trabajo. Puede que luego te diga algo mas en privado.

Dinero, dinero, dinero, todo gira alrededor del dinero, tal vez podria hacer algo para conseguirlo.

Cuando llegue el momento lo veremos y puede que no haga falta comprarselo. Pero solo si jugamos bien las cartas que tengamos.

Me rio casi juguetona.
La verdad es que la oferta es tentadora, pero iba a salir a cazar un poco con Hunter. Es que tengo un poco de hambre, habia pensado en probar la comida tipica de la zona, dicen que las tapas son impresionantes.
Aunque claro si... dejo la frase en el aire, me parece que ese Lasombra no sabe que le puede pasar como siga adelante, no me ato con nadie. Con la unica persona que lo haria ya esta muerta y bajo tierra, dejando solo recuerdos.

¿Ha pasado algo raro mientras Koldolak y tu haciais las pesquisas? ¿os ha seguido alguien? bien Steff ahora llevale a otro punto, luego volveras con el placer y la tortura.

Dejando de lado ya insinuaciones libidinosas, voy concluyendo la conversacion telefonica.

- Gracias Ductus - contesto escuetamente a las felicitaciones.

Ante la nueva pregunta, miro a Koldolak mientras contesto.

- No recuerdo que nadie nos siguiera - analizo los gestos del sacerdote por si tiene algo que añadir. - A decir verdad, todo a salido a pedir de boca y sin problema alguno. -

Y por ultimo

- Quieres que hagamos alguna cosa mas? -

- Una lastima que no vayamos a reunirnos de momento - pienso - Tengo curiosidad por conocer los progresos del resto de mis hermanos... -

Koldolak gira su cabeza hacia un costado al escuchar la conversación, como un cachorro curioso. Su sonrisa se amplía cuando el Lasombra trata de asegurar que nadie les haya seguido, como si la mera idea le divirtiera. ¿La de que les sigan, o la de que Albret trate de estar seguro de ello? Sin embargo, aún sin perder la sonrisa, el Tzimisce endereza su cabeza en el último instante.

La manada ha estado disgregada demasiado tiempo ¿sí? Debe unirse de nuevo...

Bien, interesante. replico y sonrio por la pequeña maldad  que voy a hacer.

Sigue vigilando, no quiero que os ocurra nada malo en lo que llegamos. ¿donde estais?

Seguro que Hunter y yo encontramos algo por el camino para poder comer y sino siempre puedo comer algo de los empleados del hotel.

No quiero terminar esta conversacion, asi que tendremos que seguirla mas tarde.
Que lleven las cosas al hotel si no lo has echo ya, cosa que me decepcionaria mucho, no me gusta preocuparme de las mudanzas.

Llamare a Luigi para que se reuna con nosotros, mañana tenemos que hacer una visita a unas serpientes.

- Que soy ahora, un puto botones? -

Pienso con una mueca de desaprobacion en el rostro, pero contesto con mu habitual tono jovial

- Estamos en el Gran Hotel Puente Colgante, Calle de Doña Maria Diaz de Haro 2, en Portugalete. Pillaros un taxi para venir hasta aqui, sera lo mas facil. -

Miro de nuevo a Koldolak mientras concluyo.

- Os esperamos en el bar del hotel. Hare que el gerente arregle el asunto de nuestras pertenencias* -

Termino escuetamente

Tomo nota, luego hablaremos cuando vaya en privado. Procura que no sufra ningun daño ninguna de mis pertenencias, las tengo mucho aprecio.
Sonrio mientras me muerdo el labio y me hago un poco de sangre, la limpio con la punta de la lengua.

Os veo luego, cuida de nuestro sacerdote. Casi estoy tentada por lanzarle un beso, como un par de enamorados esperando el cuelga tu, pero no soy asi.

Cuelgo y  marco el de Luigi, es hora de que hablemos con calma mientras buscamos un taxi.

Hunter, cielo, tenemos poco tiempo para cazar y tenemos que ir al hotel donde viviremos ahora.

La Bestia se agito dentro del cazador, al notar el contacto de los dedos de Steff sobre su hombro. Hunter notó como el Ansia martilleaba sus sienes y erizaba cada uno de sus cabellos, mientras la furia incendiaba su sangre...

"Maldita seas, mujer... Cacemos, bañemonos en sangre, alimentemonos..."

Sin embargo, el tenue eco de la voz de Albret al otro lado del teléfono consiguió enfriar el animo del antitribu Gangrel... hasta convertirlo en una helada extensión de sentimientos furibundos.

"Fantástico... Un hotel... Una jaula dorada, de acero y cristal, sin más tierra que la de las jardineras de la Recepción o la de los maceteros de los pasillos con sus plantas de plástico..."

Ni siquiera la mención a un nuevo territorio de caza o un nuevo campo de batalla tranquiliza a Hunter, que no puede evitar mascullar en voz más alta de lo necesario...

"Fantástico, Albret..."

MIro a Hunter y niego

¿Algun problema? replico mirandole y acaricio su mejilla.

Por que yo no lo veo, aun nos queda una caceria, hace mucho que no tengo una y estoy absolutamente famelica. Me apetece tanto poder comer algo que siga vivo un rato.

¿me ayudas a conseguirlo antes de ir a aburrirme entre cuatro paredes?
Un suave aleteo de mis pestañas, eso siempre me ha valido en mi vida mortal y ahora en la inmortal tambien.

Cuando la llamada se corta, y tu única compañia es el silencio y la presencia siempre inquietante de Koldolak, miras a tu alrededor.

Os encontráis en una pequeña plaza justo en frente del hotel, con múltiples bancos en torno a un quiosco de música y bajo las ramas de tupidos árboles que cubren la zona con sus hojas.

Pero no es el paisaje lo que te interesa. Al otro extremo de la plaza ves una figura caminando. Es raro, porque hubieras jurado que no había nadie allí hace un momento, mientras hablabas con Steff. La figura está envuelta en un gran abrigo oscuro, aparentemente viejo, y cubre su rostro con un gorro de lana que, unido al cuello alto del abrigo, logra ocultar su rostro a tus ojos.

Y el desconocido parece alejarse apresuradamente...

Cuelgo el telefono y me quedo mirando la brillante pantalla por un segundo exhibiendo media sonrisa. Alzo la cabeza al tiempo que introduco el movil en el bolsillo interno de mi americana y es justo entonces cuando lo veo.

- Pero que coño? -

Digo a media voz al tiempo que me pongo en marcha.

- Koldolak - me dirijo airado hacia nuestro sacerdote - creo que nos estan espiando - le digo señalando con un movimiento de cabeza a la figura que se aleja - rodeale por esa calle y cortale la salida, yo le seguire por detras - termino mientras indico al sacerdote una calle paralela por la que avanzar mientras yo acelero el paso hacia el extraño.

Comienzo a caminar a medio trote.

Al cabo de unos 20 metros acelero un poco mas y, confiando que el Tzimisce ya este en camino hacia la intercepcion de este individuo, hablo en voz alta.

- Eh! Tu! Espera un momento! - Le grito