Partida Rol por web

En una de las mesas había tres tipos de dudosa calaña tirando dados y apostando al popular juego “doble seis”, las monedas se iban acumulando en el bote en el centro de la mesa y el que ganaba se las llevaba. Junto a la mesa y pendiente de las apuestas la rubia observaba mientras daba caladas a una pipa, disfrutando de algo de tabaco afrutado. Hacía ya tiempo que no participaba del juego de los dados, según palabras textuales “estaba ya harta de que la acusaran de hacer trampas”.

-¿Alguien ha oído algo de desapariciones de chicas de vida alegre que no fueran de la familia?-Preguntó casualmente tras una acalorada ronda donde casualmente todos habían sacado doble seis y al final se probó que solo uno de ellos decía la verdad. Cassandra sonreía ante la sencillez del juego, que tenía lugar en mitad de la “sala” principal del lugar

Los tipos se miraron entre ellos, uno se adelantó a contestar, aunque con poco que decir en realidad.

-"No he oído nada, pero yo sólo frecuento a las putas del gremio." - buscó el apoyo de los otros, que asintieron sin muchas ganas. Lo cierto es que estaba mal visto que quienes buscaban servicios sexuales lo hicieran fuera de las cofrades. Era una cuestión de respeto y unidad, por lo que podía decir Cassandra, no mentía.

Otro, sin embargo, sí tenía una información que podía no ser nada, o ser algo. Al menos era un dato.

-"Yo no suelo usar esos servicios, no se ofenda, madame" - hizo un gesto de disculpa con la cabeza - "pero sí ando mucho por los muelles porque allí es dónde suelo cazar pardillos" - la jerga le identificaba como miembro de la división de Yance, un cortabolsas o un vacíabolsillos - "Y es cierto que la última semana había visto por allí a un chavalilla de mi barrio, la hija del que vende restos de pescado frente al puente de la puerta sur. No estoy seguro, pero la gente decía que esa chica había empezado a tomar drogas... Y no hay mucho más que una joven pueda estar haciendo en el puerto con poca ropa. Tal vez haya decidido que es demasiado duro o quizás su padre se haya enterado y... a saber lo que la pueda haber hecho." - se encogió de hombros, dando a entender que no sabía si eso servía, ni qué podría haber hecho el padre y que tampoco le importaba demasiado ninguna de las dos cosas. O la chica, para el caso.

Con unos golpes a su pipa, dio otra calada más, escuchando con interés a los cofrades que se habían aventurado a hablar sobre las desapariciones. Suspiró.

-Mis chicas lo están pasando mal también…Hacen clientes que hubiéramos echado a patadas de La Gata Salvaje en tiempos mejores. Quizá pregunte al padre de esa chica, o quizá sea mejor que no lo haga yo si no un cualquiera…Cualquier información se agradece…Por ahora no han desaparecido ninguna de nuestras chicas, pero prefiero prevenir que eso pase.

La mayoría de la gente que rondaba por allí se encogió de hombros o asintió con la cabeza, pero con poca convicción. No había beneficio en husmear en asuntos de fuera del Gremio, y era gente que vivía bastante al día.

El que había hablado dijo que hablaría con el hombre, si le veía y surgía la ocasión, nada muy elaborado y, aunque Cassandra no creía que mintiera tampoco le pareció que fuera a hacer por encontrarse.

Tampoco aquella gente solía ser la más empática con las chicas de su cofradía.

Mando fue el único que prometió mantenerla informada, asegurándole que tenía a varias chicas atentas y a las Comadres de rango vigilando a sus asignadas.

Comiendo una manzana, apoyado en una de las vigas de madera que soportaban el peso de la edificación, Haaron le dio un ultimo bocado y tiró lo poco que dejó a un lado. Se acercó hasta el cofrade ladrón y a la mujer, cuyo nombre conocía pero aún no había tenido el gusto ni la oportunidad de hablar con ella. Ciertamente desconocía si era combatiente experta ni cuales eran sus habilidades, pero movido por un extraño sentimiento de cortesía o servilismo, se metió en la conversación - si necesita escolta, puedo acompañarla - le dijo a Cassandra. Realmente no tenía mucho que hacer los días siguientes, y quizás, salir a hacer algo interesante que pudiera mejorar la vida de alguno de los ciudadanos, le seducía. 

-¿Hmmm?.-Cassandra le dedicó una mirada de arriba abajo a Haaron, no lo recordaba como un cliente habitual y eso era raro, porque le gustaba controlar a los clientes que tenían sus chicas, al menos, hasta el cierre de su burdel.-Bueno más que una escolta necesitaría una cara mas anónima que la mía para hacer las preguntas, indagar…Y demás. Vale que los dhorn sean imbéciles y no sepan aun quien fue la madame de la Gata Salvaje, pero los de aquí todavía tenemos memoria…que empalasen a nuestros reyes en picas no significa que no recordemos…-Sacudió la cabeza, dejarse llevar por la bilis momentáneamente no era lo suyo.- Por supuesto puedo acompañaros más discreta, si…y si averiguamos algo quizá protejamos mejor a las chicas de nuestro gremio, o salvemos a unas pocas más para la causa.

Haaron asintió en varias ocasiones conforme ella iba hablando, mostrándose de acuerdo en lo que iba diciendo, compartiendo su odio hacia los bastardos de Dhorn, aunque cuando compartieron ese acceso de bilis y odio, en los ojos de Haaron brilló una luz un tanto diferente, algo que denotaba que su cruzada era personal.

estoy de acuerdo con usted, mejor vaya más cubierta y yo daré la cara, aunque no demasiado - y le guiñó el ojo , no con un sentido se coqueteo, sino más bien cómplice, por aquello de que él mismo también tendría que mantener un perfil bajo .

Voy un poco mal de tiempo para postear y así seguirá un tiempo, actualmente estoy actualizando lunes/martes y miercoles/jueves como habeis podido ver en muchas ocasiones, y meterme otra escena mas solo complica las cosas ^^u, tendrá que esperar la cosa, si lo veis bien