Partida Rol por web

Al ver que la grieta es demasiado pequeña para mirar por ella, voy directamente al paso dos de lo que tenía en mente. Espero que esto funcione... Con la mano izquierda agarrando con fuerza mi muñeca derecha, sujeto la empuñadura de la daga con esta última y usando todo mi cuerpo para aplicar poder al impacto, golpeo de manera contundente la pared agrietada con el mango repetidas veces.

Das un primer golpe y suena seco y contundente sientes como el arma vibra en tus manos, das el segundo golpe pero algo paso que terminas golpeando con el puño te dolió un poco pero sin quitarte movilidad, agarras nuevamente el arma la empuñas y das un golpe con una fuerza tal que logras quebrar parte de la pared, no suficiente meterte pero si para ver al interior...

La pared tiene unos 20cm de ancho y aun escuchas el eco de los golpes resonando por el tunes oscuro y pequeño que hay detrás, en este túnel cabrias acostado pero ni por error caminando.

Ademas con ese último golpe, notas como se siente y finalmente quiebra un poco la empuñadura del arma, lo que hace que de ahora en adelante sea un poco mas difícil de sostener en combate.

Esos dos primeros golpes me arrebatan gran parte de mi optimismo, pero el tercero, a diferencia de los otros, me llena de una fugaz alegría, la cual se esfuma al ver mi empuñadura destrozada. Maldita sea... Muestro la cabeza por la brecha creada para solo ver oscuridad.

Está claro que el muro es quebradizo. Tengo que seguir intentando derribarlo. Sigo tratando de derribarlo a base de golpes, incluso si esto supone sacrificar mi arma. Esta vez golpeo con la hoja en las grietas a modo de pico. Una vez la cuchilla esté estropeada doy un golpe final con la empuñadura.

Haciendo mucho ruido y con bastante esfuerzo, logras hacer un agujero lo bastante grande como para que puedas pasar tu apretado, el arma resiste a duras menas, sientes que en cualquier momento o con el mas mínimo toque se te desmoronara en las manos.

Una serie de jadeos acompañan la felicidad que me invade, y no es hasta pasados varios segundos que recobro fuerzas para expresar mi satisfacción disimulada por el cansancio. Ah... Por fin... ¡Lo he conseguido...!

Por desgracia la daga ha quedado inservible tras esto... aún así la seguiré llevando. Pienso mientras me cuelo por el limitado hueco del muro. Atravesado este, avanzo tumbado por el oscuro túnel expectante de cualquier peligro.

Comienzas a avanzar por el pequeño túnel, se va haciendo mas ancho o mas estrecho intermitentemente según avanzas, en algún punto sientes que asciende un poco y en otros momentos desciende en pendientes muy ligeras, en algún momento llegas a un punto donde el camino se divide en 2, un camino siguiendo recto por donde se nota que comienza una pendiente descendiente  y otra opción cruzando 90º a la derecha...

Hm... Una bifurcación... Observo las dos opciones de las que dispongo. El camino descendiente quizá sea un punto de no retorno, así que iré por la derecha. Giro esos 90º para avanzar hacia el cruce derecho con cuidado.

Avanzas por ese camino y luego de avanzar lo que estimas son unos 10 metros comienzas a escuchar unos crujidos un tanto extraños...

Agudizo el oído tratando de identificar qué provoca ese ruido, pero es imposible saberlo con certeza. ¿Crujidos de huesos quizá? No me sorprendería después de ver esa pared de cráneos... Esto no pinta nada bien... Por un momento mi cuerpo comienza a retroceder para alejarse de aquí, pero no, decido acercarme a investigar. Progreso de forma silenciosa, y por lo tanto muy lentamente, por lo que pueda ser.

Mientras vas avanzando el crujido se transforma en un ligero temblor... lo que crujía era el suelo...

Para cuando quiero darme cuenta de lo que está pasando, ya es demasiado tarde. El extraño crujido era algo insospechado, en ningún momento pensé que fuese a ser posible. Genial... Pienso al no haber imaginado algo tan obvio.

El temblor que me alerta de mi situación comienza a resquebrajar el suelo, y no puedo ir hacia atrás o delante, no hay tiempo. Por mi cabeza pasa el pensamiento de agarrarme a un saliente, pero elijo incorrectamente y me aferro a un frágil relieve. En lugar de intentarlo de nuevo, me enfoco en no romperme las piernas al caer, así que olvido la opción de sujetarme y me pongo en una buena posición para aterrizar.

Levanto la mirada del suelo y observo mis alrededores. ¿Y ahora dónde estoy...?

Al caer observas a tu alrededor claramente, frente a ti un monigote de madera, junto a ese otro hecho de paja o trapos, una buena cantidad de armas cortas y medias, pero de madera en un reposa armas, una mesa con algunos artilugios y cuerdas, la paredes de madera con algún adorno y varias puertas...

Finalmente sientes una mirada bastante pesada atrás tuyo y antes de que puedas reaccionar estas de cara contra el suelo, totalmente inmovilizado de brazos y piernas, con una rodilla clavada en la base de la espalda y con un frío punzón presionando contra la base del cráneo...

Y a quien tenemos aquí!!... dice una voz femenina mientras gira tu cabeza (sin despegar el punzón) para que pueda ver su rostro... el tono femenino tranmiste sensaciones es entre intimidantes y divertidas.

Al ver quién me ha inmovilizado, se me levanta una pequeña sonrisa. Haber llegado hasta ella significa que lo he logrado ¿verdad?

No sé si debería estar confiado en esta situación, pero me siento seguro. Encantado de volver a verte... Bárbara.

Sientes como se retira el punzón de tu cuello pero nada mas... sigues igual de inmovil...

Me han dicho muchas pero nunca un placer en esta posición... debes tener gustos bastante peculiares... a ver... que crees que haces aquí??

Haha... No me refería a eso... Me alegro de verte, ¿verte no significa que lo he conseguido? o... ¿aún quedan más pruebas...? Suspiro ignorando esto último.

Al oír su pregunta mi rostro adquiere una expresión dubitativa y sospechosa. Está jugando conmigo otra vez... ¿No lo sabes ya? Estoy aquí, sufriendo todo esto, para unirme al gremio de ladrones.