Partida Rol por web

No puedo desaprovechar mi ventajosa posición. Aprieto mi brazo izquierdo a la vez que presiono su cabeza con mi brazo derecho y así corto el riego de sangre a su cerebro. De esta manera noqueo rápidamente al chico sin producirle ningún daño.

Una vez hecho esto me centro en esa silueta de debajo del puente.

¿Y tú quién eres y qué quieres de mí? He noqueado a tu aliado, así que no te preocupes por él. Ahora recuperaré lo que es mío y me marcharé. Si te cruzas en mi camino acabarás como él... o peor... Recojo mi dinero y le observo esperando una respuesta.

Aprietas y ciertamente es una buena llave, crees haber desmayado al joven y repentinamente hay dos cosas en paralelo que llaman tu atención y sientes que tu vida esta en peligro...

Por el rabillo del ojo logras ver un destello plateado que surca tu espacio personal, y ves en la mano sana de quien pensabas desmayado un puñal que se acerca a tu costado derecho, pero por la precaria posición no logra alcanzarte sino que da contra el suelo.

Al mismo tiempo ves que quien salia de atras de la columna es una chica con un vestido bastante desgarbado, por su cara entiendes y su mirada sicótica entiendes que la lentitud de sus movimientos no es por miedo, sino mas bien la lentitud de un cazador que acecha a su presa y un asesino que disfruta el momento antes de matar, en cada una de sus manos logras ver un puñal, algo oxidados pero esta armada.

Todo tu cuerpo reacciona y se te eriza la piel, ya sea de miedo o por la adrenalina pero tienes claro que el peligro es inminente así que debes reaccionar rápido, estas contra 2 oponentes armados y por ahora tu solo cuentas con tus manos.

La mayor frustración que he sufrido en toda mi vida invade mi cuerpo. Y a esto le acompaña un reprimido grito efectuado con todo el odio que pueda contener mi alma. ¡AAAHHH! Claramente no es un grito de guerra... sino más bien una señal de mi derrota.

Con unos ojos imbuidos en ira observo por última vez al chico. Disfruta tus tres intentos, has conseguido una sentencia de muerte. La próxima vez que te vea estaré preparado para asesinarte, sin piedad alguna.

Volteo mi cuerpo y empiezo a esprintar como no lo he hecho nunca, prefiero rogar a Hike que jugarme la vida sin armas...

Corres casi desesperadamente sin rumbo claro por el desconocimiento de la ciudad con el ultimo objetivo de escapar, das un par de cruces por algunas calles, volteas de tanto en tanto esperando no te sigan y en efecto no es así...

Repentinamente en uno de los cruces una figura vestida de negro se te cruza, te frena en seco, toma por el pecho y levanta tus pies del suelo y pone un puñal oxidado en tu cara, no amenazante al contrario lo que esta en contacto con tu cara es el mango mientras el/ella sostiene la hoja del mismo.

De verdad estas preparado para asesinar sin piedad?

En el momento en el que recibo el ataque sorpresa cierro los ojos por acto reflejo por unos segundos. Estoy muerto... Al escuchar la pregunta trago saliva y abro los ojos. Sí... Quizá... No lo sé... Mi orgullo y mi ira suelen apoderarse de mí... Miro a esta persona con remordimiento y frustración, pero no muevo ni un músculo. Si quisiera matarme ya lo habría hecho ¿no? O eso me gusta pensar...

Buen instinto para responder aunque dudas mucho de ti mismo... deja caer el puñal y con el a ti... recupera tus intentos, hazlo con inteligencia, primero ella luego el... te estaré viendo, si logras entrar nos veremos nuevamente... a todas estas no has logrado ver el rostro de este individuo pues bajo la capucha negra había una mascara que solo dejaba ver los ojos...

Quedo de pie paralizado por un momento, procesando todo lo que acaba de pasar. Miro el puñal en el suelo, lo empuño y lo observo con mayor intensidad. Así que... realmente debo hacerlo... Asesinar... Contengo una arcada y recupero mi rencor, pero esta vez no es descontrolado, el miedo contrasta el odio...

Vuelvo al lugar del que acabo de huir. Intentaré no ser visto y realizar un ataque sorpresa, así que al acercarme a ese lugar iré con sumo cuidado revisando cada esquina y tratando de ser sigiloso. Allá voy.

Estas a un cruce de donde dejaste a aquel par de personas, si te quieres asomar debes andar con sigilo... Adicionalmente en este punto te das cuenta de que el mareo desapareció totalmente.

Observo al frente buscando con la mirada al chico y a su acompañante.

Los ves, exactamente donde los dejaste, el de espalda a ti y ella agachada como poniéndole un cabestrillo en el hombro dislocado.

Ahí están... Me acerco de manera veloz silenciosamente. Al llegar a una distancia peligrosa me muevo más despacio hasta que me paro a unos 5 metros entre ellos y yo.

Uf... Suspiro en mi mente, pues ni se me ocurriría hacer un solo decibelio de ruido fuera de esta... Recuerdo las palabras de la misteriosa persona que me entregó el arma que empuño ahora mismo. Con inteligencia ¿eh? Saco una de mis monedas de plata y la lanzo al lado contrario en el que me encuentro, detrás de ellos. Espero al sonido del "clink" de la moneda al aterrizar en el suelo, y lo uso de distracción para ocultar el sonido de mis pasos. Me aproximo a toda velocidad a la espalda de la chica y embisto con mi puñal hacia ella.

Cargas contra la chica y clavas tu puñal en su espalda, lanzando un grito de dolor cae de rodillas, para de inmediato girarse y tratar de darte un golpe, a pesar de hacerse mas daño. Logra rozarte y hacerte un corte superficial en la mano.

Por primera ves, entiendes realmente lo peligroso que es este nuevo mundo, y estos son humanos como tu, no un monstruo sacado quien sabe de donde...

Al clavar mi puñal en su espalda tiembla todo mi cuerpo, aprieto los dientes y en mis ojos se refleja puro terror... Mi mente se queda en blanco por un segundo hasta que recibo el corte en mi mano, entonces el pánico me hace reaccionar y querer terminar esta sangrienta escena cuanto antes...

Dirijo una vez más mi daga contra la chica herida para tratar de rematarla.

Con aquella segunda arremetida, la mujer pones los ojos como en claro, un hilo de sangre corre por sus labios mientras cae al suelo en peso muerto...

Mientras tanto el se levanta, toma el puñal que estaba en le suelo y aun viendo el cuerpo sin vida de su chica arremete contra ti, logrando hacerte una cortada en el brazo.

Ver el cuerpo de la joven caer sin vida me propina un potente choque mental... El terror a morir aliándose con el dolor me hacen querer desmayarme, pero la adrenalina me ayuda a mantenerme consciente y seguir luchando por mi vida.

Me abalanzo sobre el chico con mi cuchillo.

El chico grita nuevamente de dolor, no solo tiene un hombro dislocado sino que acabas de propinarle una buena cortada en el mismo hombro, hace acopio de toda su fuerza de voluntad y con los llenos de temor e ira te ataca y logra hacer un corte en tu pecho.