Partida Rol por web

El hospital General de Istar City.

Se acercan, una vez terminados de elegir los objetos que Ludwig les ha facilitado, hasta el hospital. Es una fría noche para los seres humanos pero para ustedes, es simplemente una temperatura más, que no les molesta ni agrada. Un auto negro de la organización se detiene delante de la fachada del enorme edificio blanco. El chofer dice:

-Cualquier cosa recuerden... ante todo deben ocultar quienes son. Además, no olviden que pueden llamar a la central para la averiguación de datos.

Abre la puerta mediante un mecanismo que tiene el coche en su mando del conductor y todos salís a la noche.

Ya han averiguado más sobre las víctimas, Ana Hud tenía leucemia y desapareció después de haberle practicado una sesión nocturna de quimioterapia, Michael Stem estaba esperando un trasplante de corazón y estaba en su cama de hospital durmiendo antes de no saberse nada más de él, en la sección de terapia intensiva y Roger Clarwater estaba siendo atendido por una fractura múltiple y conmoción cerebral, en la parte B del edificio, en la sección de traumatología.

Todos saben cada una de las salas donde está ubicada gracias a un mapa, convenientemente cedido, por la organización.

Pero primero hay que pasar por lugares por donde sólo los médicos tienen acceso, o las enfermeras. O tal vez podrían obtener la ruta de algún ducto de aire. Piensan en qué hacer mientras están delante de la entrada del lugar.

Observo con minuciosidad el edifico ...Parece que tendremos complicaciones para investigar... añado pensativo a mis compañeros Voy a echar un vistazo en los alrededores con el fin de encontrar algo interesante y ya de paso a ver si encuentro algún camino alternativo como esos conductos de ventilación.

Intentad acceder, si queréis, por la puerta normal a ver si tenéis suerte, si averiguáis algo avisadme por el móvil, yo haré lo mismo, nos vemos en un rato, suerte chicos...

Dicho esto me acerco a las calles corindantes en especial a alguna que no sea muy transitada, como un callejón.

Michael miro la entrada minuciosamente, luego miro hacia arriba.

"Bien yo empezare desde alli."

dijo señalando el techo.

Se oculta bien y se transforma en gargola, sus alas se despliegan.

"Mucho mejor!"

se prepara para dar un salto y volar hacia la azotea.

Observo como mis compañeros toman caminos diferentes y miro a Deyanira antes de decidirme cual será el mio propio.

- Yo optaré por entrar por la puerta como la gente normal, eso quizás llame menos la atención.

Después pongo el rostro algo dubitativo.

- ¿Tú que harás?

- Creo que os dejaré a vosotros investigar por las zonas comunes, yo intentaré buscar la forma de entrar a las zonas de profesionales sanitarios.

Dejo allí a Von Zovier, y me dirijo a la puerta de atrás. Donde veo entrar y salir diferentes personas, con uniformes de diferentes colores.

Creo que lo mejor será intentar conseguir uno de esos uniformes.

Te encaminas hacia los flancos del hospital, vas caminando por el flanco derecho observando cualquier indicio de algún ducto de ventilación o equivalente que puedas usar para entrar. No hay casi autos pasando debido a la hora, tienes en el reloj que es la 1:15 de la noche y, afortunadamente no parecen haber muchas emergencias.

No encuentras el ducto de aire pero si una escalerilla que da al segundo piso y parece haber sido bajada accidentalmente. Subes por ella, mirando a todos lados. No ves y no hueles a nadie. Sólo humanos, humanos alrededor con un olor de enfermedad bastante fuerte. Eso es normal debido a la zona en la que te hallas.

Entras por una ventana a una sala de hospital vacía. Hay dos camas sin ningún paciente. Vas a la puerta y miras, es un pasillo largo, con puertas blancas a la derecha y a la izquierda, hay un cartel que dice Oncología.

Una vez que aterrizas en la terraza te vistes nuevamente. No hay nadie así que no te sientes observado. De la terraza bajas al último piso del hospital, o sea el piso superior, por una escalerilla que da a un enorme pasillo que tiene a la derecha la sala de cirugía.

El pasillo está vacío excepto por una anciana, en silla de ruedas que parece haber sido dejada o quizá alguien vendrá a buscarla en un rato. Ella está leyendo un pequeño libro y no te ve desde esa distancia. Te fijas mejor y tiene unas gafas bastante grandes, quizá no te vería ni aunque pases por el lado pero, de todas formas precisas pasar si quieres seguir adelante.

Es la una y cuarto en tu reloj.

Entras a la sala principal del hospital mientras tus compañeros se dispersan por sus respectivas direcciones. De todas formas puedes conectarte con ellos usando el móvil así que no te sientes solo. Al entrar hay una joven recepcionista y enfermera de tez morena llenando unas planillas.

La joven nota inmediatamente tu presencia, tú ya sabes que causas esos efectos en las mujeres lo quieras o no, y te dice con una sonrisa boba.

-¿Sí, en que puedo...?

-¿Ayudarle?- le dices completando su frase.

La recepcionista simplemente está encandilada.

Suavemente le aparto un mechón de pelo que le cae sobre la mejilla tapandole un ojo, y se lo coloco detrás de la oreja rozandole un poco la misma en el gesto.

Mi sonrisa crece mientras la respondo.

- Podrias cederme el placer de pasar toda mi vida contemplando la belleza que desprendes de cada poro de tú piel o al menos una noche a su lado.

Después de esperar si mi frase tiene algún tipo de efecto, continuo.

- Aunque esta noche no es posible, me lo reservaré con gusto. Soy de investigaciones he venido a comprobar el lugar de la desaparición de los niños está noche.

Mi mirada se vuelve más profunda a la vez que hablo, como si quisiera entrar dentro de sus ojos y gobernar su mente.

La chica queda boquiabierta y te dice, sin cambiar la expresión de su cara, con una sonrisa amplia, tonta e inocente.

-Sí tiene que ir a esta sala de traumatología, acá en la parte B y vaya a la sección de terapia intensiva, en la parte A y...- la chica sigue mirándote, parece que la tercera sala no le llega a la cabeza.

La otra mujer, la enfermera morena, más morruda y con cara de pocos amigos dice:

-Seguramente tiene una credencial para esto, ¿es policía? Voltea y le dice a la recepcionista.

-¡Cierra la boca que te va a entrar una mosca y vuelve a tu trabajo! Mire- de nuevo te habla a tí- el hospital ha tenido demasiado ayer, hoy sólo queremos paz, sin credencial no puede pasar a esas secciones, son sólo para médicos o enfermeras u oficiales de la policía con la correspondiente acreditación.

Me encanta sentir a la joven entre mis redes, manejando su deseo y sus hormonas, fluyendo de un lado para otro, nerviosas, ansiosas, insistentes.

La sonrio, está haciendo un gran trabajo, quizás algún día tenga que darle esa noche que hace nada la estaba prometiendo, quizás esa noche también prometa...

La voz de la mujer mayor me hace salir de la hipnosis del juego, devolviendome a la realidad.

Parece que no todo va a ser tan facil...

Cita:

Bueno en el fondo no es más que un ser humano mas, facil de controlar.

Utilizando mis capacidades para marear la mente humana y conseguir llevarla a mi terrenos, mareo un poco la de ambas. Tocandoles levemente la percepción, buscando que lo que vean a continuación sea lo que yo quiero que vean.

Rebusco en el bolsillo de mi pantalón, sacando una cartera de funda negra que muestro a ambas chicas como si fuera mi placa. Mientras, intento con mi poder que realmente vean esa placa.

Ana Hud tenía leucemia y desapareció después de haberle practicado una sesión nocturna de quimioterapia... Lo más posible es que se encontrara en esta planta en el momento de la desaparición debo encontrar la sala dónde se practica la quimio a los pacientes

Muy suavemente abro la puerta de Oncología con el fin de buscar en la zona la sala de quimioterapia. Compruebo si hay alguien que sea personal del hospital en las cercanías debo intentar que nadie me vea...

Muestras la billetera a la enfermera, ella mira con atención. Los minutos parecen alargarse mientras la mujer observa con detenimiento el objeto. Luego te lo devuelve con la misma cara.

-Lo siento oficial, puede pasar. Una nunca sabe.

Entras en el hospital y te diriges a la sección de Traumatología. Hay pocos médicos pasando por los corredores y los que se encuentran no pierden tiempo contigo. Cuando entras en traumatología, hay otra enfermera delante de una sala cerrada. Le pides permiso para pasar y ella hace un gesto con la mano.

Adentro hay unas máquinas para estudiar los huesos supones, también hay otra puerta que da a la sección de placas y desde allí hay un cuarto donde están los pacientes con heridas de huesos. Te acercas alli, la mayoría está durmiendo excepto una niña de unos ocho años.

-¿Me vas a llevar a mí hoy?- te pregunta.

Aunque la mujer parece reticente a dejarme pasar, al final el poder que imbullo al exterior provoca el efecto deseado, puedo pasar.

Camino hacia el interior con la via libre ahora, girandome una última vez y mirando a la recepcionista dedicandole una última sonrisa.

Bueno... parece que al final el mejor camino siempre es por en medio...

Llego a la zona en la que los niños desaparecen, pido permiso a la mujer que guarda la puerta y me da acceso al interior, así que entro intentando fijarme en cada detalle, en cualquier cosa que pueda llamar mi atención y que hayan podido olvidarse los secuestradores.

La voz de una niña me saca de mi busqueda intensiva.

Cita:

Su voz me conmocionaría, si quedará mucha humanidad en mi. Aún así mi corazón inerte siente pena por ella. Estando allí, de noche y sola.

Me acerco hasta ella, tomando una silla que queda cerca de su cama y sentandome a su lado. La tomo la mano entre las mias, están frias pero no tanto como para hacerla que se sobresalte.

- ¿A donde quieres que te lleve?¿Con los demás chicos que se han llevado?

Entras en la sala de Oncología, hay solamente dos enfermeras, una sentada en un pequeño escritorio y la otra comprobando el funcionamiento de unos aparatos. La del escritorio te hace una seña de que te acerques y así lo haces.

-¿Perdone, puedo ayudarle?¿Tiene alguna persona recibiendo tratamiento?

La mujer te mira atentamente, no parece desconfiada o algo, simplemente te quiere dar una mano. La otra muchacha se acerca y le dice a la primera.

-Sally, voy a descansar un rato.

Algo sorprendido por la presencia del personal médico espero a que se vaya la otra chica para hablar

Sí... blabuceo ligeramente ...tengo a un amigo y no soy capaz de encontrarlo, creo que me han dicho que estaba recibiendo la quimioterapia, si es tan amable ¿podría comprobarlo? exclamo con tono afable y bonachón que contrasta notablemente con mi apariencia ruda y salvaje.

Con suerte me mostrará el camino hacia el lugar...

La niña asiente con la cabeza ante tu pregunta.

-Sí, quiero ir con ellos. Porque no vamos a sufrir más y porque los extraño. El hombre de negro nos dijo que nos iba a curar.

La pequeña sonríe tímidamente, luego continúa:

-Nos dijo que no le digamos a la gente de uniforme porque entonces no nos iba a curar.

Luego con una sonrisa mucho más amplia, agrega:

-Yo quiero curarme.

La niña me conmueve en cierto modo, pero por dentro el odio se acumula en pequeñas cantidades que van haciendo una pelota más grande.

Aprovecharse de la inociencia de un niño...

Sopeso por un momento las palabras de la niña, mientras pienso en como andarán mis compañeros en sus andaduras para infiltrarse en el hospital.

- Ya se que quieres curarte, se ve que serás una chica grande y fuerte. El problema es que esos hombres de los que hablan se llevaron a mi hijo. Y ahora no se donde está, y le echo mucho de menos... ¿Echas tú de menos a tus padres?

Te dejan pasar a oncología. Entras y miras todo con atención. Tomas una bocanada profunda de aire, luego te preparas para volver a tomar el aire, esta vez desde la nariz. Tratarás de captar cualquier olor distinto al de la enfermedad, o al de los médicos y enfermeras. Todo indicio extraño puede ser de ayuda y nadie tiene mejor nariz en el grupo que tú.

Inspiras y lo notas de inmediato: un hedor rancio, oscuro, un olor que no es... humano. Sigues oliendo hasta llegar a un rincón del enorme cuarto.

Te agachas y miras debajo de una especie de escritorio metálico, hay un trozo de tela negra, raída. Hueles la misma y descubres que es la fuente del hedor. Ocultas la tela en tu bolsillo y buscas algún otro signo o cosa extraña.

No hallas nada más.