Partida Rol por web

Cada uno con su taza de café o te en la mano, sentados donde podéis o de pie, escucháis a Edvin hablaros, enmarcado por la chimenea en la que los rescondos aún dan algo de calor, aunque la casa, bien aislada, aún conserva el calor acumulado del fuego nocturno.

Para cualquier observador casual esta sería una casa cualquiera, pero después de haber dormido aquí y observado todo con los ojos de la precaución que da ser un extranjero en tierra hostil, los ingleses habéis descubierto signos que delatan que estáis en un nido de resistentes. En alguna parte, escondido, habéis visto grabado con navaja el símbolo "H7", de los afines a Heinrich VII, el rey noruego exiliado en Londres. Tampoco habéis dejado de observar en un descuido de uno de vuestros anfitriones que llevan en alguna parte de su cuerpo, atado o colgando, un clip. Os han explicado que es un símbolo de la resistencia noruega que aún no parece haber sido detectado por los nazis, por lo que suele ser seguro confiar en quien os muestre uno. Al menos, de momento.

-Estamos a la espera de que Londres nos responda vía la BBC a las doce del mediodía, en tres horas. Mientras, tenía pensado bajar a Rjukan para escuchar posibles rumores sobre lo de anoche y ver si la seguridad se ha reforzado de alguna manera. Creo que no deberían acompañarme más de dos o tres personas, para no llamar la atención. Si alguno de ustedes quiere venir- dice dirigiéndose a Gladstone, quien tiene ahora el mando del grupo de ingleses -tengo ropa para disfrazarle.. pero a menos que sepa un perfecto noruego, habrá de permanecer callado. El resto quizá podría acercarse en esquí hacia Vemork, para hacer una primera observación desde lejos del terreno, a ver qué pueden decirnos. Thrud podría hacerles de guía. ¿Qué opináis todos?- termina, demostrando que el funcionamiento del grupo de resistentes tiende a ser bastante democrático.

Liam se despertó agotado por la acción vivida el día anterior, le dolían todos y cada uno de los musculos del cuerpo y la cabeza le zumbaba como si la helice de un avión estuviera dando vueltas dentro suya.

Tomó algo de café y con mala gana se sentó en un rincón, volvió a vaciar algo de su petaca en la taza y esperó las ordenes.

Parecía que aquel viejo era bastante democratico, pero él no quería opinar, era un militar, aceptaría sus ordenes. Miró al cabo a la espera de instrucciones.

-A no ser que alguno de mis hombres sepa hablar correctamente noruego, ninguno de nosotros os podrá acompañar. No podemos arriesgarnos a nada.

El semblante del cabo estaba pálido, con ojeras cual si fueran las cicatrices de las mil batallas libradas la noche previa en su interior. Sus movimientos dejaban entrever lo que pasaba por dentro de su ser, el dolor de perder a un superior al que llegó a admirar. De verse de pronto alzado como líder de una compañía de muertos. De proteger vidas cuando lo que desearía es robarlas.

Damn, damn, damn,...boches de mierda, me las vais a pagar. Todas juntas y con crueldad.

Thomas sacó el cuchillo de la vaina que llevaba en el cinturón y apretó la llema de un dedo contra la punta hasta que el reflejo rojo de la sangre comenzó a teñir la hoja.

Thrud mira como Gladstone se autoflagela. Tras haber pasado tantas horas en silencio haciendo guardia fuera, ha podido ver todos sus movimientos y el cómo su gesto iba degenerando, de a picos de tensión, hacia el que está manteniendo en aquel momento. Ella, por su parte, muestra en el rostro las trazas del herido que aún no recupera ni la fuerza ni la sangre que ha perdido, pero que se mantiene erguida como el árbol que muere de pie. La misma resistencia que aplica, aunque los demás no lo puedan ver, con las muertes que lleva sobre sus espaldas.

- Me parece bien - dice, mirando a Edvin - Puedo conducir a cuantos quieran, no creo que haya peligro alguno. Y de haberlo, en realidad son muchos más los beneficios.

Hunt no había dormido demasiado bien. A pesar de ser un hombre de pocas palabras y que no demostraba abiertamente sus sentimientos, la pérdida de su oficial le había afectado como a todos. Los noruegos pedían voluntarios para ir al pueblo y Hunt prefería más el sigilo y la infiltración al combate directo.

-Señor, me ofrezco voluntario para ir al pueblo -le dijo a Gladstone-. Se mantener la boca cerrada y, si surgen problemas, podría ser de ayuda.

-Entonces el cabo Hunt les acompañará. El resto, iremos juntos.

Se llevó el dedo a la boca y lamió la gota de sangre que lo perlaba. Con la palma de la mano limpió rápidamente el cuchillo y lo devolvió a su vaina.

Fiske se habia levantado pronto y ya llevaba un rato deambulando por la casa cuando al fin se reunieron para hablar. Con su semblante un tanto sombrio y su gesto serio escucho con tranquilidad las palabras de Olsen, decidiendo intervenir al finalizar los comentarios de los soldados ingleses.

- Me gustaria bajar a Rjukan; algo de contacto con la gente no me vendria nada mal.

Espero a escuchar al resto de sus "compañeros" y ver que grupos se conformaban finalmente.

la noche ha sido muy corta y al mismo tiempo muy larga. aun tengo los pies helados y mi cabeza esta un poco embotada. nada que un cafe caliente no pueda solucionar.

escucho atentamente las palabras del señor olsen y veo como todos van escogiendo donde quieren ir. lo ideal seria que yo tambien bajara al pueblo, ya que soy de aqui, pero al mismo tiempo no nos interesa que nos vean juntos. por otro lado, si voy a vermok puedo hechar una mano para entender mejor que es lo que pasa en el proceso de trabajo de la central. dificil eleccion.

despues de estar un momento pensativo digo en voz alta y un poco ronca aun

- creo que sera mejor que vaya a vermon. si hay algun cambio significativo en la produccion de la central podre verlo desde fuera.

despues de esto me preparo para otro dia en la nieve. desayuno lo que encuentro por alli y cogo el equipo que use la noche anterior.

El trino de un pajarillo y el sol mañanero que se cuela por la ventana hacen que me vaya despertando poco a poco. Thrud ha debido de levantarse ya, pues no noto su presencia....

Dios! Se me ha debido de hacer tardisimo!!!! Los desayunos! La guardia!! Mis pobres combatientes!!!

Rapidamente me levanto como un resorte, me lavo la cara, me visto, y bajo las escaleras. Con un efusivo "Buenos dias" saludo a todos y observo, para mi alivio, que no hace mucho que se han levantado, y de hecho aun queda algún perezoso en su nido...

Preparo cafes y tes, y escucho las palabras de mi padre y las de cada soldado. Finalmente digo...

- Yo iré al pueblo, acompañaré a mi padre y de paso iré al mercado. No nos vendría mal reponer algunas cosas de la alacena.

La mañana es clara y brillante, sin una nube en el horizonte. Vestidos con ropas que os hagan pasar lo mejor posible por habitantes de la zona o quizá, en el caso de Hunt, por un turista Sueco o Finlandés o, más probablemente, Francés, Alemán o Austriaco.

Rjukan es un pueblo de tamaño mediano, capital de comarca y el más importante centro turístico del área de Telemark, que da nombre incluso a una forma de esquiar. Sus calles son agradables y despejadas de nieve por sus industriosos habitantes y la vida parece seguir un buen ritmo pese a la ocupación, que no os pasa desapercibida. Aparte de la ocasional pareja de policía local, de tanto en tanto veis una patrulla de nazis paseándose para controlar a la población con su sola presencia.

-Empecemos por el hotel.- dice Edvin. -Su dueño es miembro y financiador de la resistencia. Él nos dirá qué novedades hay, si las ha escuchado. Salvo que se os ocurra otra cosa.-

Fiske pasea con aire distraido pero intenta no dejar escapar a nadie que pase cerca de ellos y, mucho menos, aquellas parejas de policias o soldados que puedan entorpecer sus movimientos o puedan darles alguna sorpresa. Tras las palabras de Olsen asiente tranquilo:

- Es buena idea...

Voy caminando, intentando disimular mi nervios y temor, risueña, como es habitual en mi, y saludando de vez en cuando al algun conocido. Sigo a mi padre... nos dirigimos hacia el hotel, recordandole...

- Padre, recuerda que luego debemos pasar por el almacen. Tenemos que hacer algo de compra! jeje

Lars se ajusta la chaqueta, que se le cae un poco, mira a Edvin y simplemente asiente a su proposicion, estaba tenso y eso no era bueno. Cierra los ojos e intenta relajarse, aspira profundamente y exhala el aire, mas decidido espera que terminen de tomar una decision.

El hotel es un edificio sencillo, funcional, incluso hay quien diría que parece estrecho estando entre otros dos altos edificios. Sin embargo mucha gente entra y sale de él y está claro que es un sitio popular.

Cuando entráis en la recepción, una sala más amplia hacia la derecha que hacia la izquierda, donde está el acceso al comedor, sois saludados por el espeso olor de las maderas que cubren las paredes. Es un lugar viejo, pero próspero.

Edvin os hace un gesto, señalando los sillones de la entrada. -Mejor que vaya yo solo. Es un hombre asustadizo. Prestad atención.-

-Espero que nadie intente hablar con nosotros -señala Hunt mientras empieza a pasear despreocupadamente por el vestíbulo sin perder detalle de lo que pase.

Al par de minutos de marchar Edvin hacia arriba, cierta conmoción parece venir del comedor. Las puertas se abren de golpe y veis cómo un hombre es sacado a rastras de allí por dos soldados alemanes a toda prisa. El pobre desgraciado está mudo y pálido y le tiemblan las piernas de tal manera que no es capaz de sostenerse en pie.

El personal del hotel, los turistas y algunos ciudadanos observan asombrados y con un tinte de miedo en la mirada, sin moverse.

Los noruegos del grupo reconocéis al hombre al que se llevan; no es miembro de la resistencia, aunque desde que murió su mujer, no a causa de la llegada de los alemanes pero sí durante la ocupación, se emborracha a menudo y puede haber dicho alguna palabra de más. El del hotel era el único bar del pueblo donde le dejaban entrar desde entonces.

Fiske se aparta a un lado y mantiene la mirada fija en el pobre hombre cuyo destino ha sido marcado a fuego. Sin demasiada pena en sus ojos intenta seguir al grupo con la mirada aunque no con demasiado interes.

Al ver tan espantosa escena mi rostro se torna de angustia y sobre todo frustracion. No poder hacer nada contra esos salvajes para ayudar a mi compatriota me destroza por dentro...

Si todo sale bien, estos malnacidos pagaran haber causado tantas muertes en mi pais!

Pienso con rabia...

Pero... ¿Que podia hacer yo?

Me limité simplemente a mirar, mientras esos dos nazis se llevaban al pobre y ebrio hombre...