Partida Rol por web

Guardianes de las Puertas de la Eternidad

Un día cualquiera en el Gremio (Atemporal)

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13/05/2023, 23:13
Narrador

Las calles hierven en actividad, la ciudad se encuentra llena de vida esa soleada mañana. Podríamos dilatar las hora recorriendo sus calles, contemplando los quehaceres de sus aldeanos pero al fin y al cabo, no encontraríamos ningún lugar tan emocionante como el que presidía la plaza del mercado, donde a parte de sandías y azadas, se podían contratar los servicios de valientes aventureros.

- ¡...no hay desafío insuperable ni factura suficientemente grande para nuestros aguerridos, poderosos, resabiados y nobles Aventureros!

Vitoreaba una muchacha de cabellos rosaceos en la entrada del local, animando a los viandantes a que contratasen los servicios de nuestros protagonistas.

En el interior, el ambiente está lleno de risas, conversaciones animadas y el sonido de los mercenarios compartiendo historias de recientes victorias. El lugar está decorado con trofeos, mapas enmarcados y armas colgadas en las paredes, que cuentan las historias de sus hazañas. 

Las mesas de madera maciza están ocupadas por grupos de aventureros que disfrutan de sus comidas, compartiendo anécdotas y planeando sus próximas expediciones. El aire, lleno del delicioso aroma de la comida casera que se sirve en el Gremio, desde estofados humeantes hasta pasteles recién horneados.

En un rincón destacado de la taberna, un escenario se encuentra destinado a los entretenimientos que los bardos dedican a los presentes con su música alegre y canciones sobre heroísmo. Los aplausos y los coros se mezclan con el sonido de las monedas que caen en el sombrero colocado en el suelo frente a ellos.

Detrás del mostrador, el tabernero, un orco amable y robusto, saluda a los aventureros que se adentran a diario en el Gremio con una sonrisa cálida. Siempre una mesa libre cerca de la chimenea, donde el fuego crepita y brinda una agradable sensación de calidez.

Cubriendo buena parte de la pared del fondo, un tablón forrado de pergaminos captura la atención de cualquiera al entrar, mostrando una variedad de misiones disponibles. Desde encontrar mascotas perdidas hasta escoltar caravanas y resolver problemas en el pueblo, hay una variedad de tareas adecuadas para aventureros novatos.

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14/05/2023, 10:37
Lunecia

Ya ha pasado un mes y sigue pareciendo como si hubiera sido ayer aquello. Entre otras cosas me embarqué, conocí al bruto Trece en esa situación bien estúpida y ahora hace unos días me metí en este sitio. Al principio pensé que no iba a encajar, pero no fue muy difícil ganarme la confianza de varios. He notado que la mayoría de los aventureros no usa mucho la cabeza y son distraídos, por eso les he estado echando una mano a algunos, resolviendo sus líos, ayudándolos con misiones y demás, suficiente como para que me deban favores; sazonando además con trucos con cartas o jugando a adivinarles el pensamiento.

He decidido no regresar a casa hasta que el asunto esté resuelto y que me quedaré a vivir en este lugar tan majo. Así que justo ayer conseguí que me colocaran un sofá para descansar, no muy lejos del tablón de anuncios, de modo que pudiera ver a quienes se acercaran a él, ya sea a leer o a buscar algo para hacer. 

Como todas las mañanas desde que estoy aquí, al levantarme le pedí al amable tabernero que me llenara mi taza de porcelana con café con leche para ir desayunando, mientras me siento en el sofá a husmear el panorama. Poco a poco se va llenando y son varios los que se aproximan al tablón a buscar algo en qué ocupar el día. Dando sorbitos al café los oigo discutir y deliberar qué mision llevarse. De tanto en tanto alguno me dirige la mirada y se la devuelvo con una sonrisa.

De pronto veo pasar una pareja que se queda delante de la cartelera. El muchacho observa lo que hay disponible, pero ella inmediatamente señala uno de los papeles y está a punto de arrancarlo, momento en el que hago un silbido para llamarles la atención. Dejo la taza sobre el platito para tener la mano libre y la señalo.
—No vayas ahí, estimado —le digo al joven, aunque seguro es mayor que yo— o lo pasarás mal. Tu amiga planea traicionarte.

Obtengo la reacción esperada por parte de él, aunque ella ni se inmuta y ladea la cabeza:
—¿Perdón? —objeta, sonriente. Una sonrisa que no incluye los ojos.

—Sí, que no vayas ahí —repito, mirándolo a él y luego a ella—. Te dará de comer a los osos.
Bajo la mano para señalar ahora los pies de la chica.
—Tiene una daga escondida en la bota, así que ni se te ocurra a ti darle la espalda. Esta mujer no lleva guantes y no tiene un solo callo en esas manos delicadas, creo que en su vida ha empuñado un arma. Usa lentes que sólo le sirven cuando mira hacia abajo, o sea, cuando lee. Tampoco lleva protección, probablemente porque la que usa sea de carácter mágico. ¿Es maga? Es una maga chicata con cero coordinación, ¿para qué trae un arma que sería incapaz de blandir? Además, tú estás saliendo a escondidas con la bardo de allí, por eso te gusta venir, mientras que tu amiga aquí te acompaña siempre aunque ella deteste el combate y los viajes peligrosos. Te sigue para todos lados aunque odie los sitios a donde la llevas. O bien te quiere mucho y no le importa o bien está obsesionada contigo de una forma poco sana.
Me llevo la mano a la frente, apoyando en ella las yemas de los dedos.
—Hmm... a ver... ¿Son amigos de la infancia ustedes dos? Sumémosle a todo esto que es la primera de los dos en, decididamente, sacar un papel del tablón, una misión que los lleva a una cueva llena de a saber qué engendros, cuando a ella no le gustan para nada las aventuras.

A ambos les cambia la cara radicalmente y el muchacho no sabe qué hacer. Su amiga saca el arma escondida y la sostiene con ambas manos temblorosas, apuntándolo a él, hasta que viene con presteza el buen orco a detenerla y tranquilizarla.
—¿Por qué hiciste eso? —me pregunta él mientras desarma a la mujer y le ata las manos a la espalda.
—Ee... Y bueno —respondo, encogiendo de hombros— mejor aquí y no a metros bajo tierra en la cueva donde pensaba meterlo, no los íbamos a encontrar nunca más. ¿O te parece buena idea dejar suelta a esa psicópata? Donde lo haga una vez, lo hará mil, si es que no planeaba suicidarse luego. Más vale prevenir.

Cuando las aguas vuelven a estar tranquilas dejo la taza, ya vacía, sobre la mesita y me dedico a dar un paseo por el establecimiento, a ver qué rostros encuentro.

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14/05/2023, 11:43
Trece

Han pasado una semana desde que llegué al gremio con Lunecia. Un par de semanas desde el encuentro con ésta. Y unos meses desde que inicié mi viaje tras la muerte de mi mentor. Al llegar pude reunirme con Montllor, el maestro del gremio. Y tal y como me había advertido mi mentor en su lecho de muerte éste era excéntrico y un tanto alocado, si bien me recibió con los brazos abiertos.

Desde entonces he estado acomodándome en la ciudad, alquilando una habitación en una posada cercana con los pocos ahorros de los que dispongo y quedándome con los lugares de interés. Es cierto que podría haber echado mano de lo que me dejó el maestro Albion, pero pensé que sería mejor intentarlo con el dinero que me gané yo mismo y dejar el cuidado de la casa y los bienes al confiable señor Hudson. Siempre puedo regresar cuando necesite un respiro o decida retirarme, ya que con los bienes que me legó mi mentor podría tener una vida tranquila y sin preocupaciones. Pero tengo que ver mundo y abrirme paso en mi propia vida, tal y como él me pidió que hiciera.

También he estado haciendo algún que otro encargo sencillo, del tipo recolectar ingredientes o expulsar a algún animal salvaje de alguna vivienda, cosas sencillas para ir tomándole el tono a los trabajos del gremio. Y aquí estoy hoy, equipado con mi armadura y mi equipo, entrando en el gremio para contemplar la que está liando Lunecia con sus afiladas observaciones y sus comentarios crudos, provocando que el orco tuviese que intervenir para evitar un altercado.

—Buenos días a todos— digo con un tono calmado y amable que contrasta con mi aspecto de guerrero robusto.

Me acerco hasta donde está Lunecia y los demás y observo la situación un momento. Los dos aventureros parecen tener poca experiencia y reviso el contenido del encargo. Ahora entiendo, estaban a punto de coger un encargo de rango B que les venía grande y Lunecia les habrá dicho que no estaban preparados a su manera.

—Entiendo. Disculpen mi atrevimiento, pero lo que ha intentado explicar mi amiga es que para este encargo no estáis lo suficientemente preparados. Puede que se pague bien, pero no merece la pena si alguno de los dos acaba muriendo, ¿no creen? La vida es algo valiosa e irremplazable como para arriesgarla por unas pocas monedas extra. Deberíais ir poco a poco y dejar estos encargos para cuando hayáis acumulado más experiencia. Por cierto, ¿qué rango tienen ustedes dos, si no les importa decirlo? Porque este encargo es de rango B.

—Eh... yo soy de rango C y mi amiga acaba de salir de nuestro pueblo natal— explica el muchacho, medio tartamudeando.

—Con más razón no deberíais coger ese encargo. Si no os importa os daré una sugerencia: deberíais mirar los encargos de rango C o D más sencillos hasta que hayáis adquirido más rodaje. "Nunca intenten abarcar más de lo que podáis morder o acabaréis sin dientes", decía siempre mi mentor— me giro hacia la chica con una sonrisa amable —Todos hemos sido novatos alguna vez, no se preocupe señorita. Les sugiero que revisen algunos de estos encargos, yo hace 4 días hice uno de recolección que sería perfecto para ella, por si quieren tomarlo.

—S... ¡sí! ¡Muchas gracias por su consejo, señor!

Esbozo una sonrisa al ver que todo se ha calmado definitivamente.

—Esa frase era del viejo Albion, ¿verdad?— me pregunta el orco.

—Así es, señor.

El orco se ríe de forma sonora.

—Has tenido un excelente mentor. Hazme un favor y vigila a tu amiguita elfa antes de que provoque una matanza. No tengo ganas de fregar sangre del piso.

—Eh... disculpe pero solo somos conocidos.

—Bah, ya entiendes lo que quiero decir, muchacho. Y ten cuidado, algunos te tienen envidia por haber tenido como mentor a toda una leyenda como Albion y tú pareces un poco ingenuo y demasiado amable— con esas palabras el orco regresa a su puesto.

—Gracias por la advertencia, señor.

Me giro hacia Lunecia y le dedico una sonrisa amable.

—Buenos días, Lunecia. ¿Qué tal te fue ayer?

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14/05/2023, 20:13
Bennyx (Nyx) Myzzrim

Mirada contra mirada… aceros destellando en el aire… sonidos de metal contra metal en una rápida sucesión. 

- ¡Vamos Nyx! 

Mi oponente aparta la vista un instante, que no dudo en aprovechar. Me agacho, le lanzo un golpe a las piernas haciendo que se caiga de culo, y me pongo de pie con la punta de mi ropera en su cuello. Sonrío.. 

- Parece que me debes el desayuno hoy también, Dante. - Le digo amistoso mientras le tiendo una mano para ayudarle a levantarse. 
- Seguro que no has hecho magia? - Me pregunta desconfiado.
- Para nada, lo prometo. - Dije muy serio, siempre cumplía mis promesas. - Todos aquí lo pueden atestiguar. 

Dante era otro mercenario del gremio, un espadachín como yo, aunque en su caso no usaba magia, por lo que me había restringido un poco con intención de mejorar mi destreza marcial, y de paso, ganarme el desayuno. Nos llevábamos bien, sobre todo porque  usábamos un estilo de lucha parecido. Aunque el mio era mas… arcano. 

Nos agarramos del brazo como buenos amigos y volvimos a la posada del gremio a reclamar mi premio. 

- ¡Kelydon! Vaya canción podrías haberte sacado de nuestro duelo. - Dije saludando a mi bardo favorito del gremio. 

Me senté en una mesa con Dante y sus amigos para compartir el desayuno e historias de algunas gestas. Tal vez era hora de embarcarse en alguna nueva. Necesitaba entrenar y ser el mejor. Y no había mejor entrenamiento que la experiencia real.

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14/05/2023, 23:56
Grey

Durante los últimos dos meses, aquel gremio se había convertido en un refugio decente para esconderme de los ignorantes que me perseguían buscando algún tipo de ridícula "Venganza", las instalaciones estaban equipadas de una manera algo decente, había habitaciones para descansar en las cercanías así como un intento de taberna, la comida no era la mejor pero al menos llenaba el estomago, que ahora era justo lo que necesitaba algo de alimento, abriría la puerta con fuerza de par en par entrando como si fuera el dueño del lugar, necesitaba alimento quizás un nuevo encargo para tener algunas ganancias debía recolectar nuevas ofrendas para mi señor.

Que gratificante día es este, ¿No les parece?, el cielo esta oscuro, hay una gran cantidad de nubes- Los murmullos, las miradas de preocupación de algunos cuando vieron que cruzaba esa puerta, eso me hacia entender que si había conseguido llamar la atención de los presentes

¿Pero que tenemos aquí?, es una conversación muy interesante la que están teniendo- Sonreía al ver como algunos de rango algo bajo casi toman un encargo de rango B tenia una sonrisa rebosando en mi rostro, esta continuo a pesar de que aquellos dos se negaron a seguir por ese camino -Una decisión prudente, pero algún día tendrán que salir de sus nidos, cuando se arriesguen podrían conseguir una gratificante recompensa o una muerte extremadamente horrible, que curiosa existencia, me pregunto como terminaran- Decía con un tono un tanto burlón caminando hacia la barra viendo a nuestro agradable tabernero Orco.

Oh grandulón, ¿Serias tan amable de servirme algo nutritivo con una gran cantidad de carne?, ya sabes como me gusta- Aunque este no respondería a mis palabras sin pensárselo dos veces comenzaría a preparar mi platillo, solía ser así realmente solo hablábamos cuando yo esperaba por una respuesta, al menos la compañía era interesante -Trece veo que estas acompañado, yo también necesito compañía, ¿No estas interesado?- Afirme con claras insinuaciones mientras tomaba asiento frente a la barra apoyando el brazo sobre esta mientras me quedaba con la mirada hacia la victima de mis insumisiones mirando atentamente a los lados esperando a ver las reacciones que esto pudiera causar.

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15/05/2023, 03:36
Belladona Keflin

 Ese día el clima parecía bastante agradable, aunque no había un sol sobre la ciudad, los climas nublados tenían su encanto y frescor que ayudaba a uno a sentirse mas a gusto.

 Había comenzado mi día ayudando en el sitio donde me estaba quedando, una panadería cercana al gremio. La gentil pareja de enanos que me acogió al llegar a la ciudad habían sido como unos segundos padres y para mi me era mas que natural pagar su gentileza realizando algún que otro trabajo para ellos o al menos así fue al principio. Atender el mostrador, traer clientes a la tienda y hasta ayudar con preparar la mercancía para la venta eran algunas de las tareas que la fauna realizaba con bastante alegría.

 Pero desde que entro al gremio comenzó a escasear su tiempo para pagarles con trabajo, aunque eso no le impidió seguir viviendo con esa adorable y esforzada pareja, solo que ahora les pagaba la habitación con dinero que obtenía de sus encargos para el gremio.

 Por eso mismo, en ese día que Belladona entraba por la puerta del gremio, venía con una cesta de pan recién horneado, algunos entre estos eran la especialidad de la panadería y el motivo de su nombre, unos croissant barbudos. Eran unos bocadillos de delicioso pan hojaldrado con caramelo modelado de tal forma que pareciera una barba de enano.

 -Buenos dias a todos!!.- Estaba de muy buen humor como siempre pero parecía que las cosas estaban un poco tensas, podía ver a la distancia como Trece y Lunecia parecían muy metidos en una charla con otra pareja de aventureros. Por otro lado Grey se veía aterrador como de costumbre, seguro hoy no había tenido problemas esquivando la luz del sol. Y finalmente Nyx parecía entretenido en la barra. Hasta el momento no habíamos tomado trabajo alguno como para estar organizándonos entre nosotros.

 Ya iría a saludarlos uno a uno si es que no me hubiesen escuchado o visto al llegar, ahora tenía un encargo de parte de la señora Barbacobre (la esposa del panadero). Por ello me acercaría hasta el tabernero con aquella cesta para extender la misma hacía sus manos.

 -De parte de la señora Barbacobre, es una disculpa de ambos por equivocarse en el pedido de pan de la mañana...los croissant son para usted señor.-

 Usualmente cuando habían equivocacion alguna en los pedidos que hacía la taberna a la panaderia siempre enviaban a Belladona a extender sus disculpas con la corrección del pedido y un pequeño extra, sumado que la sonrisa de la Fauno tenía altas posibilidades de suavizar la molestia ajena, al menos eso creían ellos, Bella solo era así naturalmente.

 

Notas de juego

 Yo tambien quiero ser popular  rolear con el tabernero, pero quiero que hable por su cuenta XD

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16/05/2023, 05:47
Kelydon

Kel salió por la ventana, vestido únicamente con su pantalón de viajero;  sosteniendo sus botas y camisa en las manos. Tras de sí, gritos y maldiciones de algún noble menor de la ciudad. El bardo fue atraído hacia el suelo por la gravedad unos segundos después de su temerario acto. Pero no ningún problema, aquella no era la primera vez que tenía que saltar de un primer piso y cuando el suelo se aproximó a él rodo con toda la gracia que pudo, y se repuso lo más rápido posible recogiendo una de sus botas.

Luego de aquello miro a sus alrededor para mirar a los transeúntes cercanos, los cuales quedaron perplejos, algunos incluso reconocieron al bardo y esbozaron una sonrisa su fama le precedía. Sin embargo no pudo regodearse mucho en la estupefacción de la multitud, porque hacia él se dirigían unos tres tipos que no parecían tener intenciones amistosas, y que además llevaban el escudo de armas del nombre al que le había importunado la mañana, un perro de costado sobre campo verde, por lo que el bardo solo tuvo tiempo para ponerse una de las botas antes de tener que salir corriendo a toda leche.

Estaba a unos 8 minutos del gremio, pero si llegaba allí con estos tres patanes persiguiéndolo posiblemente, y aunque le ayudarían con ellos, le echarían una bronca tremenda y ya había causado muchos líos en los escasos dos meses que llevaba unido al gremio. No quería seguir dando malas impresiones. Por lo que decidió que primero los perdería.

Cosa que no le resulto difícil, cerca de donde estaban se encontraba un mercadillo enano, y recordaba que aquella casa noble de poca monta tenía problemas con los mismo por lo que en cuanto los tres matones se aparecieron con aquel feo perro el pecho en el mercadillo persiguiendo a Kel, sus atención paso de perseguir al bardo a intentar no ser apalizados por los siempre trabajadores enanos. Ya luego se pasaría por aquel mercadillo para cantarles en agradecimiento.

El resto del trayecto hasta el gremio fue de lo mas placentero, kel saludo a los transeúntes que le reconocían como bardo y les invitaran a que vinieran al gremio esa noche a verle tocar.

Cuando llego al gremio observo el pequeño pleito que tenían sus compañeros cerca del tablón de anuncios, también saludo a Nyx cuando este llego de su práctica diaria con la espada y saludo a Belladona cuando se acercó a ella y al tabernero, aprovechando para tomar un croissant.

Deberías perdonarlos, estos croissant están deliciosos. — dijo antes de esbozarle una sonrisa al tabernero y preguntarle — ¿lo deje aquí anoche no?

El tabernero tardo unos segundo en contestar, segundo que se le hicieron eternos a Kel, pero finalmente el amable orco con aspecto de carnicero desalmado saco de detrás de su mostrador la mandolina de Kelydon y se la entrego con mucha delicadeza, no sin antes pedirle que por favor tocara alguna canción.

Y como podría decir que no? — dijo con una sonrisa. Y acto seguido se enfilo al escenario para tocar, según la hora del dia. Y los ánimos que vio que había en el gremio decidió elegir una canción que había estado escribiendo estas últimas semanas, inspirado por aquel lugar y por sus nuevos compañeros, aun no tenía la letra completada, pero si el inicio. Luego de eso se tendrían que conformar con las notas de su mandolina.

Una vez parado en el escenario, coloco sus dedos sobre las cuerdas y la música fluyo…

Sintiendo mi camino
A través de la oscuridad

Guiado por el latido de mi corazón
no puedo decir donde terminara mi viaje

Pero yo sé dónde empezará

 

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18/05/2023, 21:00
Grar el Destructor

En los últimos meses, el Gremio se había llenado de sangre nueva, en su mayoría jóvenes aventureros que se unían por diversos motivos para arriesgar sus vidas en beneficio de aquellos que no podían defenderse por sí mismos. Algunos buscaban la fama, otros escapaban de situaciones difíciles y no faltaban aquellos sedientos de venganza. Sin lugar a dudas, todos ellos experimentarían un crecimiento inesperado y sorprendente que ni ellos mismos eran capaces de prever. Grar el Destructor había vivido en carne propia esta transformación, razón por la cual solo los veteranos continuaban llamándolo "el Destructor". Había sido testigo de este tipo de cambios innumerables veces.

Dado su pasado lleno de experiencias similares, Grar tomó con calma y una compasión peculiar la traición y el burdo intento de asesinato. No era el primero ni sería el último que ocurriría entre las filas del Gremio, eran riesgos inevitables del oficio. Sin embargo, esta vez la torpeza del intento le hizo dudar de las verdaderas convicciones de la muchacha involucrada. Escuchó con curiosidad las amonestaciones y consejos de sus compañeros; resultaba gracioso ver su desenvoltura, poseían el carácter y la valentía necesarios para convertirse en héroes, aunque a veces excedían su confianza, lo cual había causado muchos problemas al grupo de Grar en el pasado, pero ahora solo le traía buenos recuerdos.

 

- Esa lengua te traerá problemas Lunecia, acuérdate de lo que te digo.- Advirtió a la elfa mientras maniataba a la recién llegada. - Y tú vas a pasar un par de meses pelando patatas en la cocina conmigo. Míralo de esta forma, al menos aprenderás a usar un cuchillo como los dioses mandan.

- Esto no quedará así. - Llegó a emitir con un tono amenazante hacia la elfa mientras era acompañada a los fogones por un sirviente.

Dante, el otro joven, la víctima, quedaba de este modo sin compañera de aventuras temporalmente. Sin embargo, era relativamente sencillo unirse a un grupo en el que nunca viene mal contar con otra espada, en cuanto se recuperase de la sorpresa. Agradeció las palabras de Trece y Grey, quedando en deuda con Lunecia y por supuesto, cediéndole el cartel con la misión.

Por otro lado, Grar experimentaba sensaciones completamente opuestas hacia Trece y Grey. Eran como el día y la noche, lo cual no era necesariamente perjudicial cuando se trataba de trabajar hacia un objetivo común. Sin embargo, sus métodos y moral podían encender la llama de la discordia en el equipo y poner a todos en riesgo. Si lograban tolerarse el tiempo suficiente, podrían aprender mucho el uno del otro, pero en el peor de los casos... sería mejor no adelantarse a los acontecimientos.

El duelista era otro de los chicos que parecía tener madera para pertenecer al Gremio y llegar lejos. Desde la cocina, con la ventana abierta podía escuchar como Nyx entrenaba a diario junto a sus compañeros. Los magos espadachines eran bastante escasos y versátiles, estaría bien comprobar hasta donde podía llegar.

- Sangrando por supuesto. - Le respondió al brujo. Lo bueno es que era rápido prepararlo.

Justo antes de dirigirse a las cocinas apareció la buena de Belladona, portando consigo un aroma a panadería que lo hizo sonréir.
 

- Los buenos de los Barbacobre, no era necesario. - dijo al tiempo que tomaba la cesta antes de que tuviese ocasión de retirarla. - A mis hijos les encantan.

Por ese motivo enarcó una ceja cuando el bardo tomó uno nada más entrar. En otros tiempos le hubiese estrellado la mandolina en la boca, ese pensamiento todavía estaba arraigado en el Destructor. Ahora en cambio, prefirió pedirle que interpretase algo (comer y cantar a la vez solo está al alcance de los medianos más expertos) para recuperar su bollería que compartió en agradecimiento con Belladona. A parte de eso, Kelydon tenía talento y llegaría lejos si los líos de falda no acabaran con él antes de tiempo.

Se retiró dejando a los aventureros disfrutar de la música mientras les limpiaba una mesa, no necesariamente trabajaban siempre juntos aunque por ahora estaban bien avenidos.

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18/05/2023, 21:41
Trece

Me giro hacia Grey con una amable sonrisa.

—Buenos días Gray. Tranquilo, no creo que tengas ese problema, aquí hay mucha gente que puede acompañarte en los encargos— digo sin pillar en absoluto su insinuación.

Después dirijo la mirada hacia Nyx. Sigo preguntándome si estará relacionado con los esclavistas, como bien hacen algunos de su especie. Tampoco le voy a dar demasiadas vueltas a ese asunto, ya tendré ocasión para hablar con él. Me giro para dirigirme a Grar el Destructor.

—Disculpe, señor. ¿Necesita ayuda con la cocina?

Hay que señalar que Lunecia es la única que conoce mi habilidad con la cocina. Y es la primera vez que me ofrezco a ayudar en la cocina del gremio. Espero con una sonrisa inocente la respuesta del tabernero.

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19/05/2023, 08:51
Bennyx (Nyx) Myzzrim

La aparicion de Belladona con los panecillos hizo que se me hiciera la boca agua. Esa Fauno podia hacer maravillas con la harina y el horno. Me levanté habiendo dado buena cuenta del desayuno y me acerqué al tablon de anuncios despues de que se acabase el alboroto que termino el bueno de Grar. 

- Trece. - Saludé con la cabeza al guerrero mientras se iba en pos del posadero para... Ayudarlo en la cocina? Curioso. - Hola Lunecia. - La saludé con una sonrisa. - Belladona, estas encantadora hoy tambien. - Saludé a la druida con una amistosa sonrisa. Era la persona mas agradable del gremio despues de todo. - Vas a ir a esa cueva? - Le pregunté a la elfa, refiriendome a la mision de la que habia salvado a esos dos. 

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21/05/2023, 06:16
Belladona Keflin

 -Kely eso no se hace, se suponía que me mandaron a darselos a Grar no a ti.-

 El regaño de Belladona era ejecutado con una sonrisa algo nerviosa en su rostro, pues no estaba del todo segura si estaba bien eso de entrar así nada mas y llevarse la comida de otro, por menos había visto a gente en el gremio pelearse, pero si ni el afectado parecía molestarle, no vio sentido en hacer un drama por ello, solo suspirar aliviada de que el tabernero no quisiera volver a sus viejos días.

 -Si quieres unos para ti puedes pedirle a la señora Barbacobre, por alguna razón tu siempre consigues una rebajaa importante.-

 Bromearía un poco al respecto y simplemente pasaría de pagina, ahora siendo su atención captada por el saludo del semi elfo oscuro.

 -Y tu siempre tan galante como siempre Nyx, sabes si hoy tendremos trabajo?, necesito preparar lo suficiente para el próximo pago de la renta.-

  Lo cierto era que los enanos eran muy tolerantes con ella aunque nunca se demoraba en pagar, pero era por eso mismo que siempre quería estar segura de tener todo listo para el momento indicado.

 

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23/05/2023, 02:16
Lunecia

—Y se puso todo muy animado de pronto —comento al ver que viene llegando gente rara que creo que conozco. 

Devuelvo el saludo a Trece, respondiéndole con un simple "bien", que al fin y al cabo es sincero, ya que no ocurrió nada de interesante ni tampoco nada perjudicial. Pronto se pone a atender a esas demás personas y voy observando cómo se dan los intercambios, especialmente el robo de croissant, que me saca una sonrisa.

—Ya tengo bastantes problemas, Grar. ¿Qué le hace una raya más al tigre? —le respondo al orco, desperezándome y volviéndome a echar en el sofá con las manos detrás de la cabeza—. Lo hago para no oxidarme y además es con lo que me divierto por ahora.

Abro un ojo para establecer contacto visual con Nyx cuando se me acerca con el mismo papel que sacaron aquellos dos.
—¿Hm? —Mi vista se alterna entre su cara y el folletito y luego vuelvo a mirar mis párpados por dentro—. Nah. Es ir, pelearse con un par de bestias y volver con sus pieles. Que lo haga cualquier otro.

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27/05/2023, 00:02
Grey

Era esperado pero seguía siendo curioso como el significado de mis palabras era completamente malinterpretado por Trece -Tan cabezota como siempre, pero no deja de ser una maravillosa idea, ¿Qué te parece si tu y yo nos vamos a una misión juntos?, con mi inteligencia y tu estu... Tus capacidades seremos invencibles- Mencione justo al mismo tiempo que nuestro amigable camarero Grar el destructor me servía un filete de carne medianamente cocinado pero aun se podía ver partes rojas en la carne sin contar la sangre que brotaba de mi alimento.

Todo en nombre de mi patrón, necesito "Material" que sacrificar para darle honor ya sabes gracias a todas las capacidades mágicas que me ha dado, lamentablemente no he podido ayudar a entender mejor las indirectas Trece- Mencione esperando que quizás se lo planteara mejor pero era algo absurdo -Por ahora propongo que vayamos a una aventura, se que mas de uno de los presentes no viajaría conmigo, pero se que Trece si, estoy seguro que no quieren dejar esa carita inocente a solas conmigo así que ¿Quién se apunta?- Reía burlándome con una copa elevada moviéndola de forma victoriosa seguro mis palabras resonaban en mas de uno.

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01/06/2023, 00:43
Trece

Esperando la respuesta de Grar no me entero de lo que dice Gray (pobrecito), y viendo que el tabernero no me responde vuelvo a donde está Lunecia, quien está acompañada por Nyx.

—Si dije hace un momento a esos dos que no estaban suficientemente preparados para ese encargo, no voy a decir ahora que lo hagamos. Considero que es excesivo al menos para mi experiencia. ¿Tú la tienes, Lunecia? ¿Qué rango eres?— acto seguido pregunto a la elfa —¿Qué tipo de encargos estás buscando? Si te parece, podríamos invitar a Nyx ya que está aquí. Y a Gray, que parece que está un poco ansioso por hacer encargos— me giro para buscar con la mirada a Belladona y a Kelydon y me dirijo a ambos con una sonrisa inocente y entusiasta —¡Podéis venir vosotros también!

No estoy teniendo en cuenta que cuanta más gente seamos a menos nos va a tocar la recompensa. Mi intelecto no es precisamente mi punto fuerte.

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01/06/2023, 01:02
Kelydon

Tras aquella pequeña presentación Kel bajo del escenario, satisfecho con el Grar de haber cuidado su instrumento tan bien que no se había desafinado ninguna de sus cuerdas. Cuando se acercó nuevamente a la barra comenzó a escuchar los planes que estaban montando sus compañeros de gremio para ir a una misión, y llevo su mano hacia su bolsa de monedas. La cual encontró completamente vacía, como no podría ser de otra manera tras aquella noche loca que había tenido.

Ya sea porque perdió el dinero o porque lo gasto, Kel necesitaba unas cuantas piezas de oro Y para su gran fortuna el joven caballero de tez morena le ofreció directamente que se uniera a ellos para el encargo. El bardo noto rápidamente que en aquel grupo no tendría que trabajar mucho para conseguir las monedas por lo que no dudo en aceptar el ofrecimiento. Incluso hasta conseguiría indagar más sobre la señorita de cabellos rosados.

Muchas gracias  la invitación — les dijo el bardo mientras le sonreía — Me asegurare de retratarlos de la manera más heroica posible en la canción que compondré de este encargo.

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01/06/2023, 12:56
Lunecia

—¿Eh? ¿Rango? —respondo, confusa, a Trece, a la vez que paseo la mirada por los especímenes que acaba de invitar a formar grupo así como si nada.

—No tengo ni más remota idea. ¿Había rangos? —pregunto, ahora haciéndome la desentendida—. Pensé que esas letras indicaban la zona en que se localiza el objetivo.

—Ahora mismo no estoy buscando ningún encargo, pero si veo que alguien pilla algo divertido, no dudaré en sumarme, por las risas. Por ejemplo, ese de ahí.
Procedo a señalar un papel prolijamente escrito que habla de un rescate.
—Reclaman un millón de oros por una joven noble de la capital. Pero mira lo pulcra que es la letra y lo limpio que está, eso es imposible que un bandido de cuarta lo haya escrito, ¿pero sin embargo es rango C? A esa damisela no la han secuestrado, sino que se ha escapado y escondido ella misma y esa es su forma de sonsacarle dinero a sus papis. O bien hay otra familia noble involucrada, pero no tienen seso suficiente como para hacer una nota un poco más creíble.

Me levanto del sillón para ir a sacarla de la cartelera.

—Otra opción es que sea una copia del texto original, pero no.
Me la acerco a la cara para olerla brevemente.
—Es tinta azul bremense, la hacen mezclando lavanda. Acá no existe eso. ¿Qué clase de salteador de caminos usaría tinta tan cara? O mismo para hacer una copia que va en un tablón de anuncios de este gremio triste.

—No, ¿sabes qué? ¡Eh, Grar! —Voy hasta el orco, agitando el papelito y poniendo una suave sonrisa—. Este asunto me interesa, ¿con quién tengo que hablar?

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02/06/2023, 12:27
Bennyx (Nyx) Myzzrim

Lunecia tenia razon, parecia bien poca cosa esa caza. 

Se acercaron Gray y Trece... el primero intentando ligarse descaradamente al segundo. Y el guerrero sin darse cuenta, o sin querer darse cuenta, quien sabia. 

- Gracias Kelydon. - Le dije al bardo con una sonrisa. - Siempre es bueno contar con alguien habil y que sepa relatar bien nuestras aventuras. 

La elfa encontró un anuncio mucho mas interesante. Muchisimo mas importante. Alguien estaba en apuros, una damisela secuestrada al parecer. 

- Al quien le importa la calidad y el color de la tinta? - Le dije a Lunecia un poco molesto por sus teorias conspiranoicas. - Hay alguien en peligro... - Fui hacia Grar junto a ella, expectante. Casi sentia a mi espada vibrando de la inquietud. 

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02/06/2023, 15:24
Trece

Me acerco para ver el enunciado de ese encargo, el cual ha despertado el interés de Lunecia. Escucho con atención lo que hablan los elfos mientras observo la recompensa.

—Yo no entiendo mucho la importancia de esas cosas, pero sí digo que la recompensa también parece extrañamente elevada. Me intriga. No sé si hay alguien en peligro o no, podría ser una trampa o quizás se trate de alguien tan importante que no pueden andarse en plan selectivos... ah, no, espera, eso es el rescate que piden. Fallo mío, lo siento— me rasco la nuca —De todos modos, también encuentro extraño que nadie más haya cogido este encargo, ¿no creen? Como sea, si os interesa yo estoy dentro, si es que me queréis en el equipo por supuesto— concluyo con una sonrisa amable.

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02/06/2023, 16:15
Alessandra

Los ánimos iban caldeándose en el interior del Gremio a medida que la estancia principal se llenaba para el desayuno. Algunos aventureros llevaban tiempo esperando a la primera tanda de noticias para hacerse con las misiones frescas, mientras tanto, preparaban sus equipos, entrenaban o disfrutaban de una comida sustanciosa antes de partir en largos viajes.

- Debo admitir que estamos bastante atareados buen Trece, aprecio tu ofrecimiento – comentó educado Garg. -, pero con la voluntaria forzosa que acabo de reclutar creo que tendré suficiente ayuda. - Le guiñó un ojo con una sonrisa que dejaba a la vista sus colmillos – Mejor usa tu tiempo para convertirte en un gran héroe junto a tus amigos.

Tras esto, acompañó a su nueva pinche de cocina tras la barra para darle un precioso delantal y proseguir sus tareas, que no eran pocas.

No pasó mucho tiempo hasta que la puerta de la posada se abrió dando paso una muchacha de largos cabellos rosáceos de alegre caminar. Bajo el brazo un fajo de pergaminos, notas y papiros que terminarían en el tablón de anuncios.

- ¡¡Buenos días Señores, Señoras y Variantes!! Aquí llegan las buenas nuevas, dejen sitio que voy…

Alessandra era una juglar que no solía salir de la ciudad, ocupada como estaba en cuidar de sus ancianos padres, y hacía las veces de relaciones públicas del gremio. Se encargaba de trasmitir la información entre los clientes y aventureros así como promover su reputación e instruir en sus primeros pasos a los nuevos reclutas.

Saludó por su nombre al grupo de aventureros antes de subirse a una silla para colgar los carteles. - Así me gusta, con ganas de trabajar.

Con cierto desorden calmado, otros miembros se acercaron a echar un ojo a los encargos.

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06/06/2023, 01:16
Kelydon

A nosotros nos debería interesar mi  intrépido Nyx – Le dijo Kel al joven de cabellos plateados – De nada servirían unos salvadores que terminaran atrapados ellos también ¿no?

Kely se acercó hasta Lunecia pidiéndole a la chica poder ver la carta. Efectivamente aquella no era la letra de un simple asaltador de caminos, aunque había algo raro en su Caligrafía, no se parecía a la que solía ver en la invitaciones que recibía para presentarse en los salones de los grandes señores.

Si vamos a tomar este encargo yo sugeriría que primero averigüemos si como dijo Lunecia, no hay otra familia metida en esto.

Luego de aquella exposición Kelydon se giró hacia sus compañeros de misión para dedicarles una sonrisa de oreja a oreja antes de preguntarles: ¿entonces, quien quiere acompañarme a indagar las intrigas que tejen los nobles?