Partida Rol por web

Tres personajes esperan en un jeep militar aparcado tras los restos incendiados de lo que fue el Templo de la Red Vital. Kris Vernet mira impaciente su reloj mientras Alice, a su lado, se entretiene observando a la gente pasar. En al asiento de atrás Zandor juguetea con un cuchillo. Amanece en Karma y pese a que han pasado ya unos días desde el terrible evento los tres siguen dándole vueltas a la extraña cadena de acontecimientos.

Tanhauser ha sido detenido y espera ahora en la cárcel de Karma la llegada de un Consejo de Guerra Imperial para ser juzgado por rebeldía. Los ánimos de los supervivientes de Gulliver están muy caldeados y hay quien rumorea que se está preparando una operación de rescate para sacar al capitán de la cárcel. Son todo habladurías, pero a ellos les ha llegado un aviso del Comandante Artherius Leridan para que se reunieran con él en este lugar hoy.

El comandante Leridan es uno de los mandos que se encarga de coordinar las acciones en Estigma. Pese a su juventud - no alcanza los treinta años - ha ascendido puestos rápidamente debido a su valor en el frente de batalla y su prodigiosa capacidad para la estrategia. Gracias a él se ganaron batallas complejas más allá de la línea. Debido a su labor como coordinador ha estado varias veces en Gulliver y se le conoce por su amistad con el viejo Tanhauser. El motivo por el que los ha convocado es un misterio. ¿Y aquí? Leridan es un alto mando ¿por qué no los ha llamado al pabellón municipal, que es donde se encuentran las unidades militares de la zona mientras no se resuelve el emplazamiento de la nueva base?

De cualquier forma parece que el misterio se resolverá en breves instantes, ya que Leridan aparece por una de las callejas.

El comandante Leridan es muy joven para su puesto, no alcanza los treinta años. Es un hombre de rasgos aniñados y pelo revuelto, con ojos achinados y nariz puntiaguda. Avanza resueltamente hacia el jeep y se sube al mismo dando una orden concreta a Kris:

- Arranque cabo Vertnet. Diríjase al exterior de la ciudad.

 Zandor, que estaba entreteniéndose con la navaja mientras pensaba por que caray no está en el lugar del chofer, siendo como es soldado del destacamiento mecanizado, la guardó nada más ver acercarse al joven mando, comandante Artherius Leridian.

 Lo contempla subirse al jeep y sentarse a su lado mientras ordena a Vernet el ponerse en marcha. Le dirige un saludo marcial acorde a su rango.

 ¿A dónde nos mandará? ¿A pasear mientras nos dice lo que quiere decirnos o vamos directametne para hacer alguna misión? ¿En ese caso, será oficial... o no? Pensa mientras espera a ver que sucede.

 Alice había pasado tres dias dandole vueltas a lo que le ocurriría a continuación. Al ser "civil", lo mas civil que se puede ser en estigma tenía bastante claro que la pondrian como enfermera en otro punto distante de la galaxia. Eso con mucha suerte. Pero la suerte no estaba de su lado, y estar presente en los acontecimientos decisivos de la guarnición hacía que,junto con sus compañeros, estubiera cerca de las autoridades por si se les requería para cualquier consulta en lo referente a los sucesos y al consejo de guerra del Capitán.

Alice se sentía en parte culpable, Tanhauser era un buen capitán. Al menos eso había percibido ella en esas seamanas y no era su culpa lo que había ocurrido allí. No merecía aquello y pese a que Alice quería alejarse lo mas posible, los rumores sobre la liberación de Tanhauser la animaban a quedarse. Ojala fueran ciertos.

Alice se quedó en el Jeep y saludo al comandante imitando a Zandor, aunque ella no estaba obligada ha hacer el saludo marcial. Parece que despues de todo se empezaba a acostumbrar a ello.

—Sí, señor —dice Kris formalmente mientras saluda al comandante.

En silencio pone en marcha el vehículo y avanza en la dirección que ha ordenado Artherius. Está impaciente por saber para que les requieren y que tiene que ver la civil en todo el asunto pero no lo pregunta, por respeto, quizá por imposición militar.

De vez en cuando mira de soslayo al comandante intentando adivinar algo por sus gestos; intranquilidad, ira quizá. Nuevamente vuelve la mirada al camino y aligera la marcha.

Todos se mantienen en un incómodo silencio mientras el vehículo se dirige hacia el perímetro de la aldea. Cuando están a punto de salir por la carretera que conduce hacia Cañón Esperanza el comandante Leridan le da una nueva indicación a Vertnet.

- Gire a la izquierda, entre esas dos casas.

Mira hacia atrás.

- Nadie nos ha seguido. Aparque.

Vertnet detiene el coche en el lugar indicado. Es un callejón entre dos bloques de viviendas de adobe que parecen estar abandonados. El lugar está sin asfaltar, como casi toda Karma, así que el vehículo salpica con barro las paredes del estrecho callejón. Artherius saca una pitillera de plata de su bolsillo y ofrece tabaco a los presentes.

- Relájense soldados. No estoy ante ustedes como el comandante Leridan, sino como Artherius. Lo que les diga a continuación podría ser motivo de un Consejo de Guerra en la situación actual, así que negaré haber tenido esta conversación con ustedes. Pero si todo sale como debiera dentro de una semana habremos atrapado a los traidores que ahora mismo nos han metido en esta mierda serán crucificados en el monte más alto de este planeta como se merecen.

Enciende su cigarro, ofreciendo fuego a quienes hayan aceptado un cigarro.

- Ustedes tienen información parcial sobre lo sucedido: estaban cumpliendo las órdenes de Tanhauser cuando se desveló algo llamado la Iniciativa Caronte. Esos cabrones se han infiltrado hasta niveles insospechados y creemos que sus tentáculos llegan hasta los círculos internos el Emperador. Pero han cometido el error de subestimarnos. Estamos a un paso de descubrir que es lo que están haciendo y quienes son los mandamases del cotarro.

Exhala el humo. Los demás están atentos a sus palabras, sin comprender todavía donde encajan en todo este embrollo.

- Pero tenemos un problema: un grupo de gilipollas quieren rescatar a Tanhauser de la prisión. No es que no esté de acuerdo con ellos: el viejo no merece lo que está pasando, pero es un tipo duro. Puede aguantarlo. Y necesitamos que lo aguante hasta que los de la Operativa Caronte cometan el error de descubrir sus cartas. En ese momento, y sólo en ese momento, contraatacaremos. Se preguntarán donde encajan ustedes. Necesito a alguien que detenga la operación de rescate... y sé a ciencia cierta que ustedes no están en las filas de Caronte.

Kris acepta el cigarro y lo prende con el fuego que ofrece Artherius.

—Me va ha disculpar la pregunta pero, ¿y como sabemos nosotros que usted no está en esas filas? Con todos mis respetos señor, nadie está libre de toda sospecha y por el mismo razonamiento que nos expone podría ser usted de esta Iniciativa y tener interés en que Tanhauser siga en su celda.

Vernert mira su alrededor buscando una pizca de aprobación de sus palabras en los rostros de sus compañeros.

—Supongo que ya ha pensado en eso y puede convencerme, ¿no es así?

Leridan sonríe.

- Tiene razón, por supuesto. De hecho esa es la baza que los de la Iniciativa Caronte jugarán: impedir a cualquier precio que Tanhauser sea liberado... o peor: lo permitirán para poder matar a los implicados, incluyendo a mi amigo Acab, en el proceso.  Y nadie podrá entonces demostrar que Acab Tanhauser era un soldado leal. Están intentando borrar pruebas: es como lo de ese Lucas Sailor. Alguien acabará metiéndole un tiro si el muchacho no se anda espabilado.

Ante la mirada sorprendida de los otros Leridan sonríe:

- ¿No se han enterado? Dicen que ha traicionado a la Guarnición, que él fue quien provocó lo sucedido en Gulliver permitiendo entrar a los simbiontes. Demonios, hay quien dice que es un simbionte. Pero ustedes y yo sabemos que eso no es cierto, porque Lucas ha ayudado al Ojo Imperial. Y en algún momento los de Caronte tendrán tiempo para pensar y sacarán un listado de soldados leales que deben ser eliminados por si acaso... Creo que ustedes conocen esa lista.

Tiró la colilla a un lado:

- Como ven la verdad es un bien escaso en Estigma estos días... ¿como puedo pretender convencerlos de algo? Si ustedes rechazan la propuesta tendremos que buscar a otros candidatos pero ¿por qué habrían de hacerlo? Si yo soy de verdad un soldado leal salvarán a Tanhauser y descubriremos a los traidores. Y si soy un traidor ¿qué mejor que estar dentro de mi equipo para sabotear la misión?

 Alice los miraba con los ojos abiertos prestando atencion a lo que decía. Se trató de concentrar todo lo posible en Artherius. Si era un simbionte infiltrado, la había cagado eligiendolos a ellos para engañarlos. Se quedo alli, escuchando lo que decian los soldados. 

"Estoy de acuerdo en lo que dice, si es verdad seremos heroes pero...será mejor que tengamos un plan B, no me gustaria que el capitan muriera y nosotros ayudaramos a ello"

 Zandor escuchó mientras mascaba un chicle que ya nada tenía de sabor.

 Las noticias de las que les informó Leridan eran cuanto menos intrigante. Al no tenerlo del todo claro dejó que Vernet hablara, asintiendo ante su conclusión acerca del posicionamento de Artherian. Mas el comandante supo salir bastante bien, si lo improvisaba, lo hacía bien.

 Permaneció en silencio mientras meditaba lo escuchado, a decir verdad él mismo hubiera participado gustoso en la liberación de Tanhauser. Una sonrisa afloró unos instante en sus labios mientras pensaba. Joder, en verdad soy tan impulsivo como dice mi viejo. Mierda. La sonrisa se desvaneció tan pronto como llegó.

 Es innegable que los razonamientos de Leridan parecen lógicos, ¿pero por que coño todo es tan complicado? Desvaratar un intento de rescate, osea joder a los buenos, vaya trabajo de mierda... pero alguien tiene que hacerlo joder.

 El joven miró a Sun y a Vernet en busca de posibles dudas o cualquier detalle que le pudiera dar un indicio de lo que estaban pensando.

El cabo apura el cigarro y acto seguido lo sujeta con la punta de los dedos índice y pulgar.

—Supongo que tiene razón —dice encogiéndose de hombros—. Si eso es todo, estoy con usted... por ahora.

Kris mira a su alrededor esperando alguna palabra de sus compañeros. Ambos atienden a su conversación con el comandante pero no se pronuncian.

—¿Vosotros que pensáis?

Alice se concentra para usar su poder. Está algo nerviosa y eso se nota en la escasa percepción que alcanza, pero un punto estaba muy claro: Leridan es humano. Y parece bastante tranquilo.

El comandante espera tranquilo a que los soldados debatan sus opciones. No parece tener prisa.

- Esto...-se aventura a decir Alice- ¿Cual es el plan? Y si lo tiene...¿tiene un plan B? Es decir, en la guarnición las cosas nos salieron mal. Nos podían haber arrasado a todos y loa sabeis muy bien-dijo mirandoles a todos con seriedad- ahora tenemos una oportunidad pero esta vez si sale mal, mataran al capitán Tanhauser. Si fallamos y no podemos descubrirlos...habra una posibilidad de poder rescatarlo? Aunque sea en el último momento...-Alice se calla. Se siente como una niña pequeña que se queja y patalea por su mascota. Pero, joder, quiere salvar a ese tipo. Ha demostrado tener mas pelotas que ninguno defendiendolos. Se merece que ellos usen su segunda oportunidad para rescatarlo.

 Morneus asiente.

 - Necesitaremos más información. Por ejemplo como ha logrado obtener esa información acerca del grupo de rescate. No sabrá cunado tienen pensado hacer la intervención de liberación o de quienes se trata, ¿verdad?

 El joven permanece sentado, mascando el chicle, mirando al comandante, al parecer, de forma serena..

Leridan mira a los dos soldados. Ya no sonríe:

- Ustedes son nuestro plan en estos momentos y no tenemos ni plan B. Ahora mismo esta aldea perdida de la mano del Pancreator es un hervidero de conspiraciones que, si no se atajan, traerán graves consecuencias sobre nuestro futuro. Tanhauser es sólo uno de nuestros problemas y créanme cuando les digo que no se trata del mayor. Pero el viejo no merece ser abandonado a su suerte.- el comandante parece sincero cuando dice eso - Soldado Morneus: si tuviéramos esa información ¿para que demonios íbamos a recurrir a ustedes? Los necesitamos precisamente para que identifiquen a ese grupo y lo detengan. No sabemos quienes son y por lo tanto no sabemos hasta que punto son razonables. Nos guiamos por los rumores que se han extendido por el campamento pero alguno de nuestros informadores dicen que son rumores más que fiables. Sólo tenemos un punto de la madeja para tirar del hilo: un cabo llamado Milton Muridiel, más conocido por Doble-M. Ese tipo, al parecer, es el que ha orquestado el plan según nuestros informantes. Pero no sabemos ni quienes le ayudarán ni como piensan asaltar una dependencia militar defendida.

Doble-M: a todos les suena ese nombre, incluso a Alice. Es un buen tipo, un soldado que ha prestado servicios más allá de la Línea, y que adora a Tanhauser como si fuera una divinidad sobre la tierra. Lo extraño es que Muridiel no es un tipo de acciones impulsivas, más bien al contrario. ¿Le ha cegado quizás su devoción por Tanhauser?

Kris tira el cigarro al suelo y lo pisa contundentemente.

—Pues no hay más que hablar. El tiempo corre en nuestra contra. ¿Zandor, Alice, estáis conmigo?

El cabo Vernert se yergue y sacude el polvo de su uniforme mientras espera la respuesta de los que probablemente vayan a ser sus compañeros es la nueva aventura.

— ¿Alguna cosa más señor? —dice definitivamente mientras mira firmemente al Leridan.

 El joven Morneus se pasa la mano por su caballera, como si ese gesto le ayudara a pensar, o cuanto menos a determinarse.

 - Yo también estoy a bordo. Por el Capi.- Dice mirando a Sun y a Vernet.- Quien lo hubiera pensado, para ir a su favor tendremos que disuadir a quienes le quieren liberar. Cuanto menos será curioso ver el desenlace.

 A pesar de su palabras que puedan transmitir despreocupación o pasotismo, su mirada muestra gran determinación.

 - A ver si esta vez logramos hacerlo sin que corra la sangre.- Mirando a Leridan añade finalmente.- Y porsupuesto esta conversación no ha tenido lugar.

 Alice sabía que no tenía muchas opciones. y que demonios, salvar al capitán era algo realmente heroico. Miro de nuevo a sus compañeros, ellos pensaban lo mismo que ella. Incluso mas aun. Ellos llevaban mucho tiempo dejandose la piel en estigma y si estaban vivos era gracias a Tanhauser. La joven asintió con la cabeza decidida.

Yo tambien estoy dentro-dijo segura de si misma-¿Por donde empezamos?

- Milton Muridiel frecuenta la zona del mercado. Creo que tiene allí alguna novia civil... es un sitio tan bueno como cualquier otro para empezar.

Leridan se baja del jeep.

- Tanhauser le tenía en estima Vernet. Confiaba en usted. Lo mismo haré yo. Señores: ¡por el capitán! 

Dicho lo cual el comandante se aleja caminando por la calle como si nunca los hubiera conocido.