Partida Rol por web

El Ojo Imperial intenta averiguar quienes son los principales agentes de la Iniciativa Caronte en Estigma. Aunque ha logrado detener a dos miembros de casas menores sospechan que las iniciativas de los Decados en Cañón Esperanza tienen mucho que ver con todo lo que está sucediendo. El rebelde que provocó el conflicto que desencadenó el despliegue de una tropa Decados en esa zona es una pieza clave del rompecabezas. Alguien tiene que localizar a Curtis Molan y conseguir pruebas.

La aldea de Karma estaba ardiendo de rumores. Lucas sintió alivio cuando le informaron de que Gulliver había sido evacuada antes del bombardeo, pero seguía nervioso porque no tenía noticias de sus viejos compañeros. El Ojo Imperial lo había encontrado y lo mantenía retenido en el hotel que tenía el mismo nombre que la aldea. Dos soldados imperiales lo mantenían en su habitación. En un primer momento había pensado en fugarse pero luego lo meditó mejor: no era conveniente soliviantar al Ojo Imperial y por el momento lo estaban cuidando bien. De hecho hacía mucho tiempo que no disfrutaba del lujo de una ducha caliente propia y comida de calidad. Esperaría el devenir de los acontecimientos antes de tomar una decisión.

Sin embargo tras varios días empezaba realmente a pensar que se habían olvidado de él. Los guardias variaban pero ninguno le hablaba. Estaban bien entrenados. ¿Qué querían de él?

Ahora, como cada mañana, daba vueltas intranquilas por la habitación. Había salido al balcón para ver pasear a los soldados que probablemente esperaban un nuevo destino tras la destrucción de Gulliver, pero no había logrado vislumbrar a nadie conocido. Aparte de eso el Hotel Karma era uno de los pocos edificios de piedra de diez plantas que había en aquella aldea.

La puerta de la habitación se abre y Lucas se da la vuelta. Cuando en el umbral aparece Zacaráis Nesp está a punto de abalanzarse sobre él. ¡Por fin alguien conocido! Sin embargo Lucas se mantiene junto al balcón: lo último que quiere es parecer desesperado.

- Hola Lucas. Lamento que hayas tenido que estar aquí encerrado, pero te necesitábamos para una misión.- Nesp se acerca al mueble bar y lo abre - ¿Tienen algo parecido al whisky? Ah, excelente.- coge una botella y se sirve un trago - Necesitábamos mantenerte al margen de todo lo sucedido y sobre todo que no te relacionasen con la tropa. De hecho hemos corrido la voz de que eres un traidor. No deberías acercarte a la tropa: tienen orden de detenerte... pero me temo que algunos soldados pueden exceder su celo y pegarte un tiro.

Se vuelve con dos copas en la mano, tendiendo una a Lucas:

- ¿Un trago?

La inicial alegría no tarda en tornarse indignación cuando Lucas escucha que se le busca por traición.

-¿Traición? ¿Yo? -dice apuntandose al propio pecho.

-Pero...¡¿Qué cojones...?!

Empieza a sacudir la cabeza y extiende las palmas de las manos hacia afuera como haciendo un gesto de de calma.

-Espera, espera, ¿Qué se supone que he hecho?

- Oh, pues lo de siempre: robar documentación secreta y entregársela a los enemigos del imperio. Por tu culpa Tanhauser está ahora en una celda pudriéndose a punto de sufrir un Consejo de Guerra. Demonios... hasta hay rumores de que eres un simbionte infiltrado. Los soldados son como marujas en el patio de un edificio: dales un poco de tiempo libre y alguien a quien odiar y se encargan de magnificarlo todo.

El hombre le da un trago a su bebida:

- Pero no tienes de qué preocuparte. Nosotros limpiaremos tu expediente en cuanto cumplas una pequeña misión... y tu actual fama la verdad es que nos viene de perlas para ello. Sabemos lo que vales, Lucas, no te preocupes. Aunque la gente diga que el Ojo Imperial es un inhumano en realidad cuidamos de los nuestros. Y tú podrías ser de los nuestros...

-El ojo imperial, ¿eh?

Lucas por un momento duda entre preguntar por sus compañeros de unidad, especialmente por Hadyn pero, si quiere acceder al huracán de información que supone entrar en el ojo, deberá mostrar su lado más frío y profesional.

-Para saber apreciar tanto mi valía os habeis tomado vuestro tiempo para venir a verme pero ¡Eh! ¡No seré yo el que discuta con el Ojo Imperial!

Toma entonces un hondo suspiro y prosigue

-Antes de aceptar nada, dime, ¿Que supondría exactamente entrar en vuestra organización? ¿De qué va esa misión de la que hablas?

Zacaráis se ríe ante la pregunta de Sailor:

- Nunca firmes un contrato que no hayas leído a fondo ¿eh? Muy bien chaval, me recuerdas a mí cuando era joven. Verás: podría decirte la verdad. Podría contarte que una oferta del Ojo Imperial no se rechaza cuando se recibe. Bueno... siendo sinceros se puede rechazar pero no por mucho tiempo. Luego tu cuerpo aparecerá en alguna cuneta. Pero no estoy aquí para acojonarte. Vas a aceptar porque sabes lo que te conviene. Y porque si trabajas para nosotros eres de los nuestros. Y los nuestros hacen negocios importantes y tú puedes ganar más concesiones de las que nunca soñaste... sacándote encima un sobresueldo y sabiendo que las aduanas no te van a pillar. Claro que ser del Ojo Imperial puede costarte la vida si nuestros te enemigos te pillan pero ¿quién quiere vivir para siempre?

Deja que Lucas asimile estas palabras antes de continuar:

- ¿Recuerdas aquel desafortunado incidente en Cañón Esperanza? ¿Esa sublevación liderada por Curtis Molan? Tú estuviste con el equipo de escolta ¿verdad? Molan se os escapó... una verdadera pena. Antes de huir malhirió a la nueva terrateniente de Esperanza, Leona. Aquel fiasco fue la disculpa ideal para solicitar que los Decados desplegasen sus propias unidades de combate para proteger su recién adquirido negocio minero. ¡Que casualidad! Las primeras tropas de una Casa Mayor desplegadas en Estigma sin estar bajo el mando directo del Imperio. ¿Crees en el azar? Yo no, desde luego. Pero sí que creo que los Decados fomentaron de alguna manera esa rebelión para justificar su despliegue.

Se sirvió otra copa de whisky.

- Pero esas son mis conjeturas y las de mi gente. Creemos tener la razón pero necesitamos las pruebas.

Lucas le arrebata la botella de whisky y se sirve él mismo un buen trago.

-¿Quieres que me infiltre yo sólo y me haga con algo que demuestre que estan relacionados con los rebeldes? ¿De que estariamos hablando? ¿Correspondencia, documentos? ...y...¿Como me infiltro entre ellos? Ah, claro, ahora soy un traidor.¿Crees que confiaran en mi?

- No, no confiaran en ti. ¡Que tontería! Tendrás que ganarte su confianza. Pero eso se te da bien ¿no? Por eso te estamos contratando. Si puedes traernos a Curtis con eso nos llegaría. Si encima consigues algún tipo de documentación ¡eso sería como si nos tocara la lotería! 

El hombre se acerca a la ventana.

- Creemos que Curtis Molan está en algún campamento no demasiado lejos de Cañón Esperanza. Seguramente siga teniendo contactos en la población: su grupo no puede conseguir suministros en Karma, sería demasiado arriesgado para él, y con los rumores de actividad simbionte en esta zona no creo que se aleje demasiado en la selva.

Obviamente, a Lucas no le hacía ninguna gracia meterse en la boca del lobo una vez más y menos de l amano del ojo, pero, como Nesp había dicho, no le quedaban demasiadas opciones.

-Vale, lo haré. ¿Como llego al cañón? ¿Otra caravana?

Si me puedieras conseguir un dossier con informacion sobre la organizacion de Molan tambien seria util. No quiero que me cojan inventanodme cosas a la primera pregunta que me hagan.

- Irás infiltrado en una caravana, sí. Recueda que eres un fugitivo: usa un nombre falso e intenta pasar desapercibido. Te haremos pasar por uno de los chicos de carga de la caravana. Una vez llegues a Cañón Esperanza busca a quien pueda tener acceso a los almacenes. Molan no vive del aire, alguien le tiene que estar suministrando víveres y elementos para su supervivencia.

Ante la pregunta del dossier asiente:

- Te daremos lo que tenemos pero no esperes que sea mucho. Hazlo como prefieras: intenta infiltrarte en la organización de Molan o directamente preséntale nuestra oferta. No lo vamos a detener ni a él ni a sus secuaces, no nos interesa eso. Nos interesa la información que tiene y podemos hacerle una buena oferta por ello. Pero si ves que va a ser reacio y que es mejor capturarlo por las malas... pues adelante.

Zacaráis le muestra una foto a Sailor: se trata de un tipo gordo, calvo, de barba poblada con una cicatriz en el mentón.

- Éste es Rom Haren. Es nuestro hombre en Esperanza. Se encarga de la seguridad civil local. Los Decados quieren largarlo pero todavía no lo han conseguido. Si necesitas ponerte en contacto con nosotros hazlo a través de él.

Sailor pega otro trago de whisky. Esta bueno. Tiene que acordarse de robar un a botella.

-Ok. ¿Algo mas? ¿Cuando salgo para allá?

Un día despues...

La salida de Karma fue rápida y sigilosa. Los agentes del Ojo ya lo tenían todo preparado y Sailor se unió a la caravana un par de horas después de hablar con Zacaráis. Lamentó no poder estar más tiempo en Karma para enterarse de qué había sido de sus compañeros. Le pareció ver a Kris Vernet con Alice y Zandor en un jeep cuando estaban saliendo del mercado pero no pudo estar seguro. Por si acaso se había escondido en uno de los carros metiendo la mercancía: sólo faltaba que si fueran ellos lo descubriesen. Pero si ellos estaban vivos... igual los demás se habían salvado.

El viaje fue tranquilo y la mayor parte del mismo lo pasó mitad caminando tras el carromato tirado por animales de carga, mitad dentro del mismo descansando. Mientras descansaba revisó el dossier de Curtis Molan y su grupo. La verdad es que Zacaráis tenía razón: la información era escasa y sesgada. Al parecer Molan había sido un mercader con futuro prometedor que lo perdió todo tras un viaje accidentado que acabó en Estigma. Las primeras indicaciones mostraban que alguien poderoso de la Liga Mercantil se la había jugado. Sea como fuere la pérdida de su patrimonio hizo que Molan se diera cuenta de las condiciones que pasaban la mayoría de los hombres en Estigma... y en todo los Mundos Conocidos. Revolucionarios como él que proclamaban la igualdad y el reparto de los bienes habían existido desde el principio de los tiempos. Y Molan, quitando ese pequeño éxito revolucionario temporal en Cañón Esperanza, no era especialmente destacable. Según el informe sobrevivía en la selva con un grupo de seguidores que incluían hombres, mujeres y niños. No era un grupo numeroso: quizás de 12 a 15 personas. Su liderazgo se basaba en un carisma exacerbado y un atractivo revolucionario. Promesas. Eso era la mercancía con la que ahora negociaba Molan. Pero no tenía formación militar ni de supervivencia. ¿Cómo podía mantenerse con vida en un entorno tan hostil como la jungla de Estigma? El Ojo aventuraba la posibilidad de que le estuviera ayudando algún agente militar y apuntaba a la Casa Decados como instigadora en la sombra de la revolución de Esperanza. Tenía sentido: Molan no era más que un títere que había provocado el despliegue del ejército Decados en su área tras la inseguridad provocada. Los Decados eran capaces de eso y mucho más. Incluso el sacrificio de Leona Mazieric, su enviada al planeta para hacerse cargo de Cañón Esperanza, era un precio pequeño por la posibilidad de tener tropas allí. Lo único que no encajaba en ningún patrón era: ¿para qué querrían los Decados desplegar tropas en un planeta tomado por los simbiontes? ¿Qué utilidad tenía? El comercio de Esperanza era una buena fuente de ingresos pero las tropas Imperiales ya protegían los intereses de los Decados. ¿Por qué desplegar tropas propias cuando otros los podía proteger gratis? No tenía sentido.

Ahora Sailor camina pensando en todo esto, siempre tras el carromato. La zona se le hace conocida: acaba de llegar al desfiladero donde les tendieron la emboscada hace tantísimo tiempo... En menos de media hora llegarán a la aldea y la caravana se establecerá durante un par de días. El tiempo que tiene para encontrar a Curtis Molan y conseguir las pruebas de la implicación Decados en su revolución.

De camino, tras la caravana, Lucas iba pensando como acercarse a Molan. Se acercó a uno de los miembros de la caravana.

-Maldita sea, que ganas de salir de ese lugar! Estigma apesta a impe...a militares -pareció corregirse sobre la marcha.

De refilón no podía dejar de controlar el perfil de los acantilados que lo rodeaban. Nunca se sabe cuantas veces puede un tipo como el tropezar con la misma piedra.

 El tipo que iba delante de él ni se volvió siquiera:

- No te preocupes por los militares del Imperio. Son peores los soldados de los Decados... esos si que son jodidos. Son unos verdaderos hijos de puta que se creen los amos del universo. Aunque no les falta razón: este trozo de universo es suyo.

El hombre debía tener unos cuarenta años y se conservaba en buena forma. A Lucas le sonaba que se llamaba Hevin... un experto explorador. Llevaba una carga de sal para cambiar por pieles en Esperanza.

Lucas asiente con verdadera aprensión

-Si, los decados son aun peores. Lacayos sin corazón

Lucas se enciende un cigarrillo y , tras una rápida calada, se lo pasa a su compañero de carvana y luego le pregunta en voz baja

-¿Sabes si tienen alguna oposicion en Cañon Esperanza? Estoy buscando trabajo y, si además de sacarme unos fenix puedo joderles a ellos o a los de estigma, mejor!

 El tipo mira de reojo a Sailor. Duda un momento pero luego niega con la cabeza:

- Ni puta idea. Yo no me busco líos ¿sabes? Recojo, vendo y punto... Hace tiempo hubo un tipo llamado Curtis que revolucionó el lugar. Fue justo cuando los Decados venían a recoger el feudo. ¿Y qué logró? Que ahora tengamos militares en todas las esquinas. ¡Vaya mejora!

Luego guarda silencio y se aleja un poco de Lucas, aparentemente para hablar con otro tipo. Sailor tiene buena vista para estas cosas: el individuo sabe algo más pero no se lo dirá. Mierda. Su encanto natural ha fallado... quizás haya que emplear otros medios. O quizás esperar a llegar a Cañón Esperanza para ver si allí encuentra a alguien más locuaz.

Lucas se encoge de hombros pero intenta escuchar lo que le dice habla con el otro tipo. Se ha arriesgado bastante jugando sus cartas y no le ha salido bien la jugada. Esperemos que ahora no se le haya visto el plumero. Lucas aguza el oido para ver si se ha pasado de listo.

 Las conversaciones de los dos individuos son instrascendentes: chorradas sobre quien es el más macho, cuantos prostíbulos hay en Estigma o si es posible beber más de dos garrafas de licor de Karma antes de caer fulminado. Sailor escucha la cháchara sin interés y sin participar. 

Finalmente la caravana llega a Cañón Esperanza. A Lucas le sorprende la cantidad de soldados Decados que hay por las calles, casi se diría que hay más que colonos. ¿Dónde se hospedarán? ¿En las casas de los mineros? Cuando la caravana se detiene en el centro de la plaza el jefe del viaje entrega unos cuantos fénix a todos los trabajadores - Lucas coge dos fénix sin mucho interés - y los despide hasta el día siguiente, que regresarán de vuelta a Karma con la carga que se llevarán de Esperanza.