Partida Rol por web

1125, dos años después del golpe escorpión, no tienes claro porque motivo pero este suceso ocupa tu mente.

Te encuentras en tu hogar, entrenando tranquilamente en tu dojo familiar, cuando repentinamente durante un giro ves a un anciano en el jardín, no lo reconoces y lo que es aun mas perturbador en lo que vuelves a mirar (inmediatamente) a ese punto y ya no esta.

Finalizado el giro, detengo mis movimientos y observo el jardín. No se si hay intruso alguno o si mi mente me está jugando una mala pasada. Bokken en mano, me calzo diligentemente y salgo al jardín en búsqueda del intruso.

Sales, buscas un poco y justo ahí donde estaba el hombre consigues una pequeña pieza de metal como una moneda, pero en lugar del típico disco de metal con un agujero en el centro, es el mon togashi formado en metal.

Fijo mi atención en todo lo que me rodea. No dejo de apreciar una moneda en el suelo y, sin perder detalle de lo que sucede a mi alrededor, me agacho a recogerla al apreciar que es el mon de la familia Togashi.

-Un símbolo así nunca debería permanecer en el polvo- digo mientras trato de limpiarlo un poco.

Mientras lo limpias, logras notar un par de detalles adicionales y tus conocimientos de heráldica te permiten identificarlo finalmente. No es realmente el mon de la familia Togashi como te pareció a primera impresión sino que es realmente el mon personal de Togashi Yokuni.

Con el mon personal de mi campeón en la mano, parpadeo confuso mientras continúo observando en rededor. ¿Qué significa esto? Ese anciano que me ha parecido ver no podía ser Togashi Yokuni-sama pues él jamás se deja ver sin su rostro.
No puedo habérmelo imaginado pues esto no ha podido llegar solo aquí pero, si hay alguien ahí ¿Dónde se ha metido?

Confuso me incorporo, aunque relajo la empuñadura de mi bokken.

Sin percatarme de presencia alguna, digo en voz alta:

-¿Quién ha dejado caer un símbolo tan sagrado al suelo polvoriento?

Silencio es lo que recibes a tu pregunta. el jardín se matiene tan tranquilo como cuando entrenas o como cuando meditas.

Intrigado por lo que acaba de suceder, vuelvo a mirar a mi alrededor buscando a alguien o algo que no debiera estar allí y, tras no ver nada, decido volver a mi espacio de entrenamiento.

Una vez allí, notándome perturbado por lo que acaba de acontecer, me quedo reflexivo mientras miro el mon de mi campeón en la palma de mi mano.

Estas sentado tranquilo y múltiples ideas comienza a aparecer en tu mente.

Una idea pasa por tu mente. Devolver aquel simbolo.

Tras reflexionar largo y tendido acerca de lo que acaba de suceder, tomo una decisión. He de devolver el sagrado símbolo a donde pertenece. ¿Es posible que lo sucedido aquí sea una forma de comunicarse conmigo? En cualquier caso saldremos de dudas. Desde luego esperaba un acontecimiento que me permita cambiar mi sino ¿Será esto parte de la senda que devuelva a mi familia a la posición que les pertenece?

Totalmente decidido salgo del dojo provado y parto hacia la casa de mis padres. Doy órden a los criados de que dispongan de todo lo necesario para que a la mañana siguiente esté dispuesto un baño caliente y se me hayan preparado raciones para varios días pues partiré a la mañana siguiente.

Hecho esto, pienso en ir a preparar mis cosas pero antes decido buscar a mis padres para informales de lo que ha sucedido y de mi decisión.

Consigues a tus padres dando un tranquilo paseo por el jardin.

Tras ver a mis padres, me acerco a ellos y espero a que acaben de hablar ellos y me den permiso para hablar.

-Padre, madre. Siento interrumpir pero ha sucedido algo. Estaba realizando mis ejercicios matutinos cuando em pareció ver a un anciano al que no alcancé a reconocer en nuestro jardín. Me apresuré a comprobarlo y en el lugar donde debería estar el anciano encontré esto- digo mostrándoles el símbolo.- Tras meditarlo creo es mi deber devolver el símbolo a su propietario. Pensaba partir mañana por la mañana.

Tu madre te mira y mantiene el silencio, mientras tu padre te observa y sonríe tranquilamente, pues no tendrás que ir muy lejos, hoy por la mañana me han informado que el propietario de ese símbolo llegara a esta ciudad mañana cerca del mediodía.

Sorprendido, parpadeo perplejo y me siento algo avergonzado por haber impartido las órdenes a los sirvientes con excesiva premura. Completamente cortado, trato de recomponerme haciendo como si no hubiese pasado nada.

-¿Mañana? En cualqiuer caso no alcanzo a comprender cómo ha llegado su mon personal a nuestro jardín.

Yo tampoco hijo mio, pero soy de creer que las cosas siempre tienen un motivo y un símbolo de tanta importancia seguro traerá cambios importantes a la familia. La sonrisa de tu padre es disimulada pero notoria.

-Eso espero padre. Demostraremos de qué somos capaces si se nos da la oportunidad de brillar.

Bien, ahora acompáñame... le da un beso en la mejilla a tu madre y comienza a caminar hacia el dojo. Le ves caminar con una parsimonia poco común en el, es un andar que has visto solo en los pocos momentos que has visto a tu padre realmente serio. Tu madre lo ve con los ojos de una quinceañera enamorada y te sonríe a ti.

Ve ve que te espera tu padre.

Extrañado por el comportamiento de mis padres y preso de la incertidumbre por lo que me ha de decir mi padre, sigo sus pasos inquieto.