Partida Rol por web

Te mueves de forma ágil, rápida y en silencio, tratando de cubrir la distancia lo más rápido posible, bajo la cobertura de las sombras de la noche. Pero no eres lo suficientemente sutil, está claro. Lo que sea que haya entre los árboles es una criatura nerviosa y con los sentidos plenamente en alerta, así que en cuanto estás a escasa distancia de lo que sea, salta sobre ti con la boca abierta, dispuesto a arrancarte la garganta con sus dientes. Entonces consigues ver por fin recortada su forma bajo la luz tenue de la luna. Es un humano o lo que queda de él, tras los horrores que habrá vivido...

¡¡¡REAPER!!!

El olor de la leña quemándose sumado al de la carne hacía que me sintiese realmente famélica. Sin duda cuando acabase de masticar aquella raíz -que todo sea dicho, resultó tener un sabor de lo más agradable- me acercaría a coger un buen pedazo de venado.

No puedo evitar echarle un ojo a Khan, que parecía estar a punto de dar un espectáculo con aquella rubia.

Enarca una ceja cuando te acercas y está casi a punto de desenfundar su cuchillo, pero hay demasiada gente, demasiados testigos. Por mucho que le guste la idea de destriparte como a un pez, estáis en el Cónclave, es zona santuario para todas las bandas que se someten a éste.

-Claro- sonríe enigmáticamente la imponente mujer rubia. Chasquea la lengua y dos tipos enormes, gemelos, se acercan -Baño y Masaje, tiene aspecto de estar muy "tenso"- te sostiene la mirada de forma glacial -El agua estará muy...- baja la mirada hacia la zona por debajo de tu cintura en tono burlón -Refrescante- vuelve a subir la mirada, sonriendo torcidamente. Los dos hombres se sitúan a tus dos lados, dispuestos a conducirte por las buenas o por las malas a la zona de agua. Tú decides.

Mientras notas el sabor dulce y aliviador de la raíz que te estás comiendo, ves delante tuyo como se despliega una extraña escena entre vuestro nuevo explorador, Khan, y una mujer rubia armada, que acompañada de dos hombres enormes, idénticos, que han aparecido de la nada. La tensión se podría cortar con un cuchillo, o varios. Khan se ha acercado a la mujer, quedando a muy poca distancia el uno del otro. Si no fuera porque la mujer está claramente a punto de saltar para apuñalarle, casi dirías que hay tensión sexual no resuelta entre ambos. Entonces ves el movimiento de los dos gigantones que se sitúan a ambos lados del explorador, dispuestos a saltarle encima al mínimo movimiento brusco que éste pueda hacer...

Noto la tension, y no es de la que me gusta, sus ganas de matarme sin duda han crecido con los años... donde yo esperaba un poco de juego y probablemente algun golpe se ha convertido de repente en un juego mucho mas peligroso.. su sonrisa me lo comunica, el chasqueo y la aparicion de los dos enormes gemelos me lo confirma.

Sus palabras acompañadas de una mirada que helaria el mismo infierno no deparan nada bueno, se colocan a mi lado y queda claro que voy a acabar en el agua, de una u otra manera... a menos que... mierda Tristan dijo que nada de problemas y aqui estoy yo metiendome en uno del que me va a costar salir de una pieza. Su ultima palabra al mirar mi entrepierna no ayuda para nada... cierro los ojos un instante mientras una amplia sonrisa cruza mi rostro. Relajo mi mente e intento sacarme de la cabeza quien tengo delante, tal vez fuese una mujer que amaba pero ahora hara todo lo posible por matarme y sus amigos tambien. - Agradezco la sugerencia pero ahora mismo no me apetece un baño... ademas te recordaba mas autoritaria. - Miro a ambos lados sin mostrar temor alguno sino mas bien hastio. - Antes nunca hubieras necesitado la ayuda de dos de estos para mandarme al agua. ¿Quieres jugar asi? - El tono de voz es algo mas alto que una simple conversacion, mi gesto para que me dejen algo de espacio es simple... permitir que la gente se fije en lo que ocurre. Me encojo ligeramente de hombros y miro a mi alrededor antes de volver a clavar mi mirada en la suya, ya no una juguetona sino una mas retadora. La amenaza es mas que obvia, no me voy a mover del sitio y menos aun con esos dos gigantes... usar la fuerza como Jefe de Clan, ademas acompañado de dos gigantes contra un solo individuo implicaria una muestra de debilidad, aun mas, en medio de todo un festival donde nos reunimos en tono amistoso.

No soy muy inteligente, de acuerdo, pero es que se veía a venir. Reapers por el camino, un sonido extraño... todo encaja: nos han seguido. De alguna forma, estos desgraciados nos han olido y nos han seguido hasta aquí. Él puede que sea la avanzadilla, pero sin duda van al campamento.
- ¡Reapers! -Grito, mientras ese desgraciado salta hacia mi cuello. ¡Y una polla! Suelto el cuchillo como acto reflejo y alargo mis manos hacia su garganta, con la intención de partirle el cuello. ¿¡Que me vas a morder!? ¡Y una mierda! ¡Antes te arranco la cabeza! Aprieto los músculos de mis brazos y trato de agarrarle con toda la fuerza de la que dispongo.

El suave sabor de la raíz hace que me relaje, aunque esa sensación no dura mucho cuando me doy cuenta de que las cosas están por ponerse feas. Miro con atención a Khan y la gente de quién está rodeado y el asunto empieza a olerme condenadamente mal. ¿No se estaba dando cuenta? Parecía que nunca me quedaba demasiado claro los instintos que tenían los tíos, por muchas veces que lo viera. A más de uno le había costado la cabeza, y no siempre la de encima del cuello.

Me acerqué a Khan y lo cogí por el brazo, haciéndole presión con los dedos de forma disimulada.

- Cassandra. Te llama. Es importante. -Clavé mi mirada en la de él, con gesto apremiante, mientras tiraba de su brazo en dirección a donde se encontraba nuestra chamán.

La situacion se estaba descontrolando y todo por ser incapaz de mantener la compostura ante esa mujer, mis ojos clavados en los suyos se daban cuenta de que ella lo sabia y lo usaba a su favor... todo mi autocontrol a la mierda por esos ojos y ese pelo rubio... cuando la cosa no podia ir a peor noto como alguien se acerca por mi espalda, sus pasos son seguros y de pronto tengo un mano que aprieta suavemente mi brazo. Ladeo levemente la cabeza para ver quien es y descubro a Clover, al escuchar sus palabras asiento levemente en su direccion para despues mirar en direccion a Ylliria. - Mi chaman me reclama.

Sin dar tiempo a una posible contestacion, y aun a sabiendas que dejarla con la palabra en la boca no es lo mejor, me doy la vuelta para irme con Clover. La miro, se que deberia darle las gracias... he estado a nada de meterme en una pelea contraviniendo las ordenes de Tristan... la miro durante un instante y si no me mira le dare un toque en el hombro para que lo haga. El gesto de mi cabeza sera ahora mas tranquilo y muestra a las claras mi agradecimiento por lo ocurrido.

La mujer de cabellos rubios te mira con desdén. Se acerca un poco más de lo que ya lo has hecho tú. Te sonríe burlona y despreciativamente.

-¿Porque iba a tomarme la molestia de perder el tiempo en un gusano como t...?- se ve interrumpida por la llegada de Clover, que la silencia abruptamente al tironear de ti para alejarte de la situación altamente explosiva. Se os queda mirando como salís huyendo como conejos, a su entender, dejándola con la palabra en la boca. Eso os va a costar un alto precio algún día, claramente. Pero no será hoy.

Cassandra, que parece estar persiguiendo mariposas, sonríe cuando os ve llegar a ambos, cogidos del brazo, como buenos hermanos. Ladea la cabeza, tiernamente. Luego esboza una de esas sonrisas de ida tan suyas.

-Oh. ¿Te has traído compañía para la ceremonia? Pero le sacas tú luego a pasear ehhhh- se le escapa una risa floja y se da la vuelta para llevaros a donde sea que se estuviera dirigiendo –Vamos, vamos, que los Espíritus no nos esperarán eternamente, ¡¡tienen cosas mejores que hacer!!- os apremia a ambos. Parece que no le da importancia alguna a nada de lo pasado. De repente se sitúa al lado de Khan, le pasa el brazo por el suyo y se cuelga de éste -Tienes enemigos muy interesantes, no creo que le gustes mucho ahora mismo- vuelve a reír totalmente ida -Pero el Dios provee siempre de soluciones- esta vez sonríe enigmáticamente y os empuja hacia adelante, hacia el interior de una enorme tienda de la que salen un montón de vapores y humos de olores extraños y algo acres. La tienda está hecha de pieles de diversos tipos de animales, un tejido altamente resistente y una estructura de madera que lo sostiene todo. Hay plumas, partes de animales distintos y hierbas de todo tipo colgando aquí y allí.

Decides soltar tu arma y enfrentarte a aquel ser peligroso, salido de las peores pesadillas, con tus propias manos. Es una elección que muchos habrían dudado que fuera lo más inteligente a hacer, pero tú confías en tus posibilidades, en tu fuerza física y en tu bestialidad. Al principio el reaper intenta revolverse, arrancarte los ojos, arañarte y morderte pero tus manos aprietan y aprietan su cuello sin cesar. Aquel pseudo-humano, lleno de piercings y cortes tribales por toda la cara y sus brazos, te mira con ansiedad y hambre mientras trata de soltarse de tu agarre, sin resultado. Finalmente, tras unos minutos largos oyes el crack de su cuello al partirse y sus ojos de muerto de hambre pasan a estar vidriosos y vacíos. La vida se ha escurrido de su cuerpo y ahora no es más que una masa de carne floja colgando de tus fuertes brazos.

Es entonces cuando te das cuenta de que vuelves a estar solo, no hay nadie. Ni Tristan ni Shade han aparecido a tu lado, no han llegado. ¿Te habrán oído? Es imposible que no te hayan oído... ¿No?

Ella responde y mi ingeniosa respuesta se queda en nada cuando Clover tira de mi, noto sus ojos clavados en la nuca mientras mi buena compañera tira de mi. Atravesamos el campamento a una velocidad mas rapida de lo normal hasta que le hago bajar el ritmo. - ¿Disfrutando del festival? - No la miro, no creo que haga falta pero mi rostro vuelve a ser petreo sin mostrar emocion alguna... a diferencia de hace unos momentos.

Cassandra nos recibe con sus tipicos comentarios cripticos... aparte de que parece ir fumada. Habla sobre los Espiritus y de una ceremonia mientras nos arrastra hacia una tienda hecha con un variopinto surtido de animales, antes de darme cuenta esta colgada de mi brazo hablando de una manera extraña, lo poco que consigo entender es que sabe de Ylliria y que cree que eso puede acabar de muchas maneras... bueno, si ella lo dice, para mi la mas probable es un cuchillo clavado hasta el mango en mi abdomen, pero por lo poco que conozco a Cassandra se que es mejor no discutir con ella.

Tira de mi hacia la tienda y en cuanto llego a la entrada noto los diferentes olores que salen de ella... y la verdad no estan nada mal... acabo de cambiar un noche de sexo salvaje sobre una hembra impresionante por una noche de fumada con nuestra trampera y la chaman... bueno, podria haber salido mucho peor.

- ¡Waaaaaah! -Exclamo, aún sin soltar al reaper cuando oigo su cuello partirse. Es más, sigo apretando y apretando hasta que noto el hombro, todos los músculos de mis brazos y nudillos ponerse blancos de la presión que ejerzo en ese saco de carne muerta. - ¡Waaaaaaaah! -Exclamo otra vez, victorioso, lanzando el cuerpo al suelo.

Y entonces algo hace clic en mi cabeza, indicando que algo no va bien. ¿Y Tristán? ¿Y Shade? Me agacho y cojo el cuchillo, dirigiéndome al flanco derecho con cuidado, intentando no hacer ruido y con los sentidos alerta. Levanto la mano del cuchillo, preparado para atacar al primer movimiento amenazador.

Cuando mi mirada se encuentra con la de Khan demuestra un claro gesto de recriminación. Era de las más jóvenes, y aún así, a veces parecía ser la más vieja de todos. Y no es que no me gustase la diversión, pero tenía muy claro que había que estar siempre alerta, sin importar la situación en la que te encontrases.

Las palabras de Cassandra hacen que una tímida sonrisa asome en mi rostro, aunque que nos arrastre a aquella cabaña no me agrada del todo. Sabía que muchos disfrutaban colocándose con hierbas y demás, pero no era lo mío. Las hierbas, en la mayoría de las ocasiones -y cuando no te mataban-, hacían que volases a otra realidad, por lo que el estado de alerta pasaba a menos infinito.

- No me drogues. -Señalé a Cassandra con el dedo, advirtiéndola.- Sabes que no te lo perdonaré si lo haces. Y Shade seguramente tampoco.

La muchacha emplumada se encoge de hombros, como dando a entender que no tiene mayor importancia.

-Ni siquiera Shade puede detener lo que los Espíritus quieren. Su voluntad lo es todo y nosotros formamos parte de ese todo- dice muy seria -Además, está demasiado ocupado haciendo guardia, seguro que el Dios Astado le tiene reservada su propia misión en una noche tan especial- suelta una sonrisilla traviesa. Os acercáis al centro de la enorme tienda, donde hay una fogata de llamas anaranjadas. Alrededor de esta hay varias personas, ataviadas como Cassandra. Os miran de reojo cuando os aproximáis.

-¿Traes Mundanos?- dice uno con voz tosca, tapado hasta arriba. Parece que salen algunos hilillos de humo de alguna parte de debajo de su propia cobertura de pieles.

-Oh, pero no Mundanos cualquiera, son los señalados por el Dios Astado y su Señora- responde alegremente Cassandra.

-Muy osado por tu parte decir eso...- dice una mujer con la voz algo cascada y lejana.

-Pero son Ellos- afirma tajante vuestra chamán, dejando de sonreír por un momento. Pone un semblante algo más serio y en su voz se denota cierto tono de fiereza irrefutable.

-Sentaos, veremos si lo son o no- un rostro oscuro pintado con marcas blancas asoma a la lumbre del fuego central. Los que están sentados más cerca de vosotros se apartan para dejaros un hueco en el que aposentaros. Entonces podéis ver que hay todo tipo de comida preparada: tortas, fruta, las mejores partes de los animales cazados, licor y unas pipas que se van pasando los unos a los otros. Tienen montado su propio festín para ellos solitos. En cuanto os sentáis os pasan una pipa para que ambos deis una calada profunda para entrar en comunión con los Espíritus. En los cónclaves de los chamanes muy raramente dejan entrar a otras personas que no sean ellos mismos, es un gran honor que os dejen participar en su sesión. Eso os deja en una pequeña encrucijada: si rechazáis lo que os den, ofenderéis gravemente a un montón de gente loca muy poderosa (no podéis permitiros el lujo de cabrear a más gente influyente en una misma noche). Si consumís lo que os den, bueno, a saber dónde acabáis amaneciendo al día siguiente... Y en qué estado.

No has parado de masticar la raíz que te dió Cassandra, de forma incesante. Estaba buena y parecía inocua. Bueno, eso creías. No sabes si es el humo del interior de la tienda o es que lo que te has comido es de efecto retardado, pero lo cierto es que empiezas a sentirte algo mareada y efusiva, como si todo tu cuerpo se relajara e intentara ser feliz por un rato, sin tu permiso.

Silencioso como el mejor de los gatos, empiezas a moverte en la oscuridad del bosque. Aunque no llevas antorcha, te ves bastante bien en la noche, siempre lo has hecho. Ese no es tu problema ahora mismo. Tu problema es que no tienes ni zorra de a dónde han ido Tristan y Shade y no puedes pasarte la noche entera dando tumbos hasta toparte con ellos...

Cassandra sigue a lo suyo dandole una respuesta a Clover que aunque tiene cierto sentido al principio acaba como de costumbre... no es que tenga nada en contra del Dios Astado pero dudo que este preparando algo especial para Shade. Dejo a un lado esa idea mientras nuestra chaman nos empuja dentro de la cabaña.

En cuanto paso la tela que cubre la entrada me topo con un grupo de personas con los mismos gusto apra vestirse que nuestra chaman, no hay que ser un genio para saber que nos acabamos de meter en una reunion de chamanes de varios Clanes... sus palabras dejan a las calras que no somos como "ellos", cosa que agradezco mentalmente. Cierto es que me gusta masticar alguna que otra hierba pero estos ya se han pasado varios pueblos esa etapa. Durante un segundo la tension es palpable al Cassandra sicutirle a alguien el hecho de que somos especiales, miro a Colver por primera vez desde que me salvo el cuello... sin tener muy claro a que se refiere Cassandra con lo de especiales.

Uno de ellos con el rostro pintado habla alto y claro, indicandonos que nos sentemos, varios de los presentes se apartan para dejar espacio. Genial, no solo estamos dentro del grupo de chalados sino que ahora quieren que tomemos una posicion de honor o algo por el estilo... atravieso el lugar hasta sentarme donde me indican y mis ojos observan atentamente el lugar, las mejores viandas que se pueden obtener estan alli dentro... sin duda puede que esten locos pero no son tontos... las mejores carnes, los mejores licores... puede que despues de todo la fiesta si que este aqui dentro. Levanto el rostro ante el gesto de uno de ellos invitandome a fumar de una pipa, la cojo con los brazos extendidos y bajo la cabeza en señal de agradecimiento. No estoy seguro de que palabras usar para agradecer la situacion, pero creo que lo mas importante es mostrar agradecimiento por estar aqui y que nos dejen comulgar con ellos y con los Espiritus.

Tomo la pipa e inhalo una fuerte bocanada... estandos eguro de que por mucho que este acostumbrado a mis hierbas, esto esta a otro nivel.

¿Qué quiere decir esto?... Ese pensamiento inunda mi mente por completo. ¿Por qué habíamos sido aceptados en un sitio así? Ni ellos lo sabían. Cassandra lo explica y parece estar demasiado segura de ello, diciendo algo del Dios y la Diosa, y es entonces cuando aquello no me empieza a gustar un pelo, menos, quiero decir.

Miro a Khan, y luego a Cassandra nuevamente, a esta con el semblante algo duro, pero por más que quiero, no puedo rechazar aquella pipa que me ofrecen, tampoco puedo evitar darle una calada, ni tan siquiera rechistar ante lo que está ocurriendo, no sólo porque sería una ofensa sino porque... Joder, la maldita raíz, o el humo. No lo sé, pero la cabeza comienza a darme vueltas, aún así, no me siento mal, al contrario, siento una paz y una relajación que hacía tiempo no experimentaba.