Partida Rol por web

Tripulación prescindible
El genio de la lámpara

El hombre de la lámpara saludó, de un modo infantil y estúpido, al arbitre y al tecnosacerdote, antes de quedarse boquiabierto (sus labios asomaron por el borde del respirador) al ver desaparecer a Crairman. Buscando con la mirada al hombre invisible agitó su mano izquierda, arrancando parte de un cable de la lámpara, al instante el techo empezó a resquebrajarse. La gravedad hizo el resto. La lámpara se desprendió y cayó contra el suelo, con doloroso resultado para el individuo. Su respirador se quebró en la caída e hizo esfuerzos por respirar. Sin éxito.

La puerta de la estación se cerró tras ellos y pudieron ver cómo un repentino golpe de viento movía el polvo, las ropas o los objetos más pequeños del pasillo, hasta pudieron oir el cierre hermético de la puerta de la estación de monorraíles. Con el último destello de luz pudieron ver una sombra moverse por el techo. El pasillo estaba oscuro, en la más absoluta oscuridad. La linterna de Linus se encendió rápidamente. Un rayo de luz que atravesó la oscuridad. Había un cuerpo en el suelo, partes de él. Estaba uno de los brazos ambas piernas y parte del tronco, ni rastro de la cabeza ni del otro brazo. La sangre líquida se filtraba por las rendijas del suelo, cayendo a los conductos inferiores.

La luz del doctor se apagó, y un chillido espeluznante les perforó el alma. El miembro del Ordo Xenos golpeó la linterna, la cual se volvió a encender. Alguien disparo dos veces, una escopeta, el Dr. Linus. Los destellos iluminaron el pasillo un momento, y los proyectiles impactaron contra la pared.

¡¿No lo han visto?! -gritó Linus.

Los disparos hicieron que me pegara inmediatamente a la pared de la cámara y que activara el comunicador. !Alto el fuego maldita sea! Nos va a sacar un ojo con ese trasto... Un poco de calma. No abra fuego hasta tener un objetivo claro, o en esta oscuridad nos podría dar a nosotros. Mantenía apretado el rifle laser contra el pecho, cruzado sobre él para mantenerme lo más pegado posible a la superficie. Hay que joderse... Comento en voz baja para mi mismo al ver el cuerpo del suelo. Estaba bastante seguro de que aquello desmembrado y troceado era el sujeto que hace unos segundos se encontraba sobre la lámpara haciendo tonterías. Desde luego había perdido el juicio. Mierda, joder. ¿Encontramos un maldito superviviente y se nos despieza delante de nuestros ojos? No dudaba de que el doctor hubiera visto algo, pues yo mismo había detectado múltiples formas de vida, y a nuestros pies teníamos un cuerpo que en segundos había pasado de entero a fileteado. ¿Qué mierdas está pasando? Aseguremos la sala y luego pensemos en algo más. !Luces, ya!. Mi HellGun estaba listo, podían venir si querían, quizás no acabásemos con ellos, pero por el Trono que me iba a llevar a muchos por delante.

Nicodemus enciende la quimilámpara y se pega a la pared, iluminando al lado contrario que Linus con objeto de no dejar zonas sin vigilancia.

- Crairman, utilicemos esa cinta adhesiva que llevas para sujetar las linternas las armas.

¡Maldición, maldición!

pensó el tecnosacerdote cuando el patético hombrecillo destrozó la luz y cayó al suelo. Se hizo la oscuridad, rota solamente por la linterna del doctor Linus. Luego fogonazos de disparos y las recriminaciones de Crairman al acompañante de los acólitos.

- Tranquilos todos, voy a iluminar la zona.-

dijo Slavick mientras se echaba al hombro el rifle láser. Buscó entre la multitud de objetos que llevaba y sacó una esfera incandescente que iluminó el pasillo, los cadáveres y todo lo que había cerca. La sostuvo con su mano izquierda mientras que con la diestra desenfundaba un pistolón con pintas de peligroso.

- Atentos ahora, seamos precavidos-

recomendó a sus compañeros.

La idea de Nicodemus me pareció más que adecuada, así que sujetando el rifle bajo el sobaco extraje la linterna y la cinta adhesiva y la coloqué bajo el cañón. En verdad el arma tenía montura para acoplar bayoneta y linterna, pero con el accesorio adicional, aquel ingenioso lanzallamas compacto, el punto de unión de la montura para los dos accesorios había quedado ocupado. Sujeté a conciencia la linterna con un par de vueltas de la cinta y luego se la lancé a Nicodemos enseñándosela antes de arrojarla para que viera bien a donde iba.

Una vez completada la operación me acerqué hasta el hombre que había caído de la lámpara. A parecer, sigue vivo. Comenté mientras miraba de reojo el otro cadáver. Pensaba que algo lo había despedazado al ver aquel cuerpo. Una vez junto a él, le puse una mano en el hombro y comprobé su estado mientras le alcanzaba el respirador que se le había separado. Tenga tenga, maldita sea, póngaselo y respire. Le dije ayudándole a recuperar su equipo. La escena quedó iluminada por la lampara de nuestro compañero Anton.

Los rayos de luz de las linternas bastaron para iluminar la zona. Había movimiento al final del pasillo. Pese a estar dentro de los trajes podían oir los susurros.

Oh, hola amigo. -Al individuo parecía no importarle nada. Estaba sucio. Llevaba un traje de vacío, pero sin la escafandra, y estaba parcheado. Encima de él llevaba un mono sucio de laboratorio, lo que le daba aspecto (con tanta ropa) de hombre fofo, aunque su cara era delgada. Presentaba muchas heridas de baja consideración- ¿Quién ha apagado la luz? No me gusta la oscuridad. No les veo. El gas. Malditos todos. Qué mal huele. Por el Trono de Terra. ¿Hay un tecnosacerdote vivo? Creí que todos habían ardido. Fue muy malo. Se lo dije, no vayáis. Pero nadie me hizo caso. Nunca me hacen caso. ¿A ti te molesta cuando tienes razón y nadie te hace caso? Los odio a todos. A los seres, a ellos y ellas. Todos. Mira, ahí hay otra de esas.

Una criatura, de las pequeñas, se asomó por un conducto de ventilación, mostrando su cabeza y parte de sus garras delanteras, más pequeñas y menos peligrosas que las de las criaturas grandes. Era un bicho horroroso. Linus no disparó esta vez, estaba introduciendo cartuchos en la escopeta, los dos que había disparado.

Miré a los ojos a aquel hombre mientras corroboraba lo que había dicho. Si amigo, si... A mi también me jode bastante. Había que asegurarse que aquel hombre no hiciera nada malo por ahora, pero no había tiempo de atarlo, pese a que estaba bastante sonado, si hubiera que salir corriendo moriría seguro. Ahora te tengo que pedir que te quedes quieto y no te muevas hasta que te lo indique, es por tu seguridad. ¿Recuerdas lo que hablamos de advertir y no hacer caso? ¿Lo poco que nos gusta? Pues eso. ¿Ok? La criatura asomó por el conducto y pude ver cómo nos miraba, como nos olisqueaba. Muy lentamente la señale con un dedo acusador, asegurándome que me veía y me llevé ese mismo dedo a lo largo del cuello, de lado a lado.

Nicodemus vuelve su bolter contra la criatura pero se queda a la espera: Si disparamos ahora es probable qu todas las que no hayan oído el tiro del doctor oigan los nuestros, dice dejando su arma colgar de la cinta en su espalda y sacando su porra eléctrica. Creo que esto nos irá mejor.

- Encargáos del engendro, yo controlo a nuestro nuevo amigo.-

dijo Anton situándose a la espalda del tipo con el respirador. Parecía bastante "normal" dentro de los estándares que manejaba el tecnosacerdote respecto de los humanos, de todas formas no iba a permitir que se desmadrara en cuanto comenzaran los tiros.

- Tranquilicese y no pierda la calma, nosotros estamos de su parte.-

De su parte, ni buenos ni malos, simplemente "de su parte". La calculada ambigüedad de las palabras de Slavick les permitiría sonsacarle información sin revelar nada al sujeto que habían encontrado.

El que estaba en el conducto desapareció, le oyeron arrastrarse entre las placas metálicas. No tuvieron un momento de respiro, dos de los grandes y otros dos de los pequeños aparecieron al otro lado del pasillo. Linus retorcedió dos pasos, apoyando su espalda en la esquina del pasillo. Con la escopeta en la mano vigilaba a los xenos.

Vendrán. -dijo el experto.

Siempre vienen. -Dijo el loco- Sí. Sí. Uno dos o doce, pero vienen. Muerden cortan. No comen. Luego se van. -El tipo desenfundó una pistola láser sucia, con una batería al mínimo-. Si les disparas, mueren.

Nicodemus se colgó de nuevo la maza y asió su bolter: Esto es una locura; si has detectado más de treinta de estos bichos no vamos a salir vivos de aquí.. Será mejor irnos a otra zona.

We we we... Espera un momento ¿Va? No te lies a tiros todavía. Si se lanzan a por nosotros coselos, pero no quiero que los demás puntos si son esas cosas, vengan todos juntos. Necesitamos esa energía... Le dije en voz baja a Nicodemus sin quitar el ojo de encima a las criaturas.

Nicodemus apunta con el bólter a los bichos grandes.

- Dadme un poco de tiempo y lograré esa maldita energía.-

les sugirió el tecnosacerdote a los demás acólitos. Ahora las cosas se estaban poniendo feas de verdad, con varios bichos alienígenas salidos de algún oscuro lugar, listos para atacarlos.

Anton lo tenía claro, buscar los cables, hacer un empalme, transferir la energía la vagón. Pero necesitaba tiempo para realizar toda la operación con éxito, y quizá los xenos fueran demasiados para ellos.

Todo se precipitó. Las criaturas más pequeñas, más ágiles que la grandes se abalanzaron sobre ellos. La que estaba más alejada se aproximó. Linus respondió con un certero disparo que dejó muy maltrecha a la que estaba en el conducto. No obstante, la criatura abandonó el conducto y cargó contra el arbitre, quien esquivó con facilidad su torpe embite. Ahora el xeno estaba al alcance de su porra eléctrica.

Nicodemus se queda un momento parado pero reacciona contra el xeno lanzando su maza que falla.

Las criaturas se abalanzan veloces sobre los acólitos.

Viendo la que se nos avecinaba, no vi otra opción que intentar que aquellos monstruos se acobardaran de alguna forma. No sabía ante que podían tener miedo aquellas criaturas, así que supuse que uno de ellos mismos, uno bien grande y maduro, que representara el patriarca de una de esas manadas siguiendo el escalafón jerárquico de aquellas criaturas seria lo que más miedo les daría. !ATENCION A TODOS! !NO ME MIREIS! POR EL TRONO SAGRADO DE TERRA QUE NADIE ME MIRE, VOY A CANALIZAR LA DISFORMIDAD! Grité para los compañeros que ahí se encontraban esperando que ninguno cometiera la insensatez de no hacer caso al consejo que les estaba dando. ¿Queréis miedo? Pues vamos a jugar con el miedo... Pensé mientras canalizaba mis fuerzas y proyectaba sobre mí la imagen de una de aquellas criaturas, grande, feroz y madura, y la hacía rugir hacia aquellos seres que pretendían comernos a todos. Por lo que más quieras Anton ponte con esa electricidad y danos energía compañero... Susurré por el comunicador.