Partida Rol por web

Konrad peinó la zona de cabo a rabo en el piso desde donde sospechaban que había sido lanzada Lady Eilene y donde vieron a aquella figura misteriosa deslizarse hacia las sombras. Sin embargo, allí no había ninguna pista que pareciera revelar la identidad del misterioso asesino.

Todo hacía indicar que por algún motivo, el misterioso asesino de identidad desconocida había empujado a la hija pequeña de los Harte al vacío sin que esta pudiera defenderse, pues no había rastro de que se hubiese producido una pelea. Lo que sí que pudo encontrar fue un pequeño papel que tenía una inscripción en un idioma que no pudo descifrar. Apenas dos palabras.

Seren belite

Regreso al sitio donde estaban los demás, no quería alarmar más de la cuenta a las damas, pero tampoco podía dejar a Lylian al margen. Se acerco al maestre y hablo en susurros -No hay ni rastro del individuo que empujo a Lady Harte, pero tampoco hay señales de lucha, quizás lo conociese o quizás no se lo esperase- miro a varios lados -he encontrado esta nota, pero yo no conozco este idioma, quizá vos...- tendió la nota al maestre y en ella ponía "Seren belite"

El maestre reconoció de inmediato el idioma que estaba escrito en el papel, pues no en vano había pasado largas horas de estudio para tratar de dominar una de las más antiguas lenguas del mundo conocido. Indudablemente era alto valyrio, y la traducción de dicha frase venía a significar algo así como conozco tu secreto.
 

Cuando Lord Gerard Harte finaliza de hablar estoy seguro de que mi cuerpo expresa lo que no me atrevo a decir, que no le importaba lo que le aconsejara simplemente la imagen de que he estado hablando a solas con él. La prueba es que no ha hecho caso a mis dos propuestas y si en cambio una declaración ante Lord Kevan Manning de que lo apoyo a nuestro anfitrión.

– Me temo Lord Gerard Harte que tengo que discrepar de vuestras palabras, son vuestras tierras y el que debe decidir en primer lugar. Me limite a haceros una sugerencia de mediación que es evidente habéis rechazado, vos sabréis el motivo. – Girándome hacía Lord Kevan Manning. – Y evidentemente, vos también tenéis mucho mas que decir en este juicio, no en vano es vuestro padre quién ha resultado muerto. Simplemente si entre los dos no llegáis al mismo veredicto hare una propuesta a los dos, pero será eso simplemente una propuesta que podéis aceptar o rechazar.

Al maestre se le partía el corazón al contemplar a la pobre e inocente Grisel, y a su hermana Lylian teniendo que cuidar de ella. Lo que habían presenciado no era algo fácil de asumir en ninguna situación, pero el infantil carácter de la hermana menor lo hacía todo aún más complicado.

Konrad cumplió con su cometido muy deprisa, y apenas se dio cuenta, ya había aparecido de vuelta por las escaleras. En un primer momento no acertó a comprender lo que había escrito en la nota, pero después reconoció el idioma, no sin poca sorpresa. El texto no revelaba mucho, pero sí que le suponía varias preguntas ¿la nota iba dirigida a lady Eilene o a su asesino? ¿y quién en aquél castillo sería capaz de escribirla?

- Lo mejor será que primero acompañemos a las damas a sus aposentos. Allí podremos hablar con más calma. - respondió tras echar un vistazo al trozo de papel, doblándolo y entregándoselo de nuevo a Konrad.

Lord Gerard Harte prácticamente fulminó con la mirada a Normand Serf cuando este abrió la boca y le dejó en evidencia ante todos los presentes justamente después de haber llegado a un acuerdo con él sobre la naturaleza de como proceder, y especialmente cuando Lord Gerard tomaba en consideración una idea que partía de Normand. La mirada era tal que, a quienes se percataron de ella, no les cabía duda alguna que de no ser Normand un enviado del mismísimo Rey Robert le habría clavado su espada allí mismo.

-¡Vestirá el negro! -Anunció precipitadamente después de que Normand hablara. No entendía por qué quería que Kevan Manning tomara parte como juez cuando ya había quedado establecido que ellos dos juzgarían el destino de Ser Etan y esto había sido aceptado incluso por los Manning. -Guardias, llevad a Ser Etan a los calabozos.

-El negro no me vale. -Intervino Kevan que no entendía muy bien qué había ocurrido entre Lord Gerard y Normand. -Si queréis que esta boda continúe me daréis su cabeza en una pica.

Los guardias que custodiaban a Ser Etan ya se disponían a arrastrarlo hacía Cimera siguiendo las órdenes de su señor cuando el requerimiento de Kevan Manning les detuvo. Ambos miraron a Lord Harte esperando instrucciones y el señor de Cimera dudó unos instantes, miró al joven caballero apresado y después a Kevan, tras cerrar los ojos un instante y suspirar iba a hablar cuando escucharon unos gritos desde el castillo.

-¡Lord Gerard! ¡Lord Gerard! - Era uno de los guardias que vigilaban la entrada gritando desde lo alto de las torres defensivas del castillo. Al parecer había reconocido al grupo desde lo alto. -¡Le necesitan! -Había cierto tono de urgencia en la voz del vigía.

-La partida de caza ha regresado. - Les informó uno de los sirvientes que volvía entre nerviosas prisas de los muros de Cimera.

Uno de los vigías de la puerta del castillo había divisado en el exterior a Lord Gerard Harte y el resto de nobles que habían ido de caza, entre los que se encontraban Normand y Ser Yoren, y daba voces al exterior para pedirle urgencia en su regreso a su señor. Pudieron escuchar desde allí el tintineo de las cadenas de la puerta moviéndose para abrir paso al Lord cuanto antes e informarle del destino de su hija pequeña.

Lylian estaba dispuesta a marcharse junto con su hermana a los aposentos que les habían designado cuando un sirviente avisó de la llegada de los hombres.Respiró profundamente,ahora que Lord Harte estaba aquí sin duda tomaría las riendas de la situación.Si eso era bueno o no lo descubrirían más tarde, pero sin duda en los últimos dos días Lylian había descubierto que tener que lidiar a diario con situaciones tan violentas era emocionalmente agotador.
Seguramente aquellos pensamientos no eran los más apropiados pero pensó por un momento que tal vez un baño y una pequeña siesta le reconfortarían, debería sugerirle esa opción a Grisel, puede que eso la ayudase a calmar los nervios.
Pero por el momento esa opción estaba lejos por lo que sin solta a su hermana esperó hasta que llegaran los hombres para relatar lo ocurrido.

La expresión de Yoren no podía ser más ambigua tras el arranque de lord Harte y la obvia desavenencia del joven lord Kevan…  Ambos bandos estaban inconformes entre si y ahora con el mediador también al parecer, aunque esto probablemente fuera injusto. En todo caso, la situación iba mal. Lo peor, es que ahora volvía a preocuparse un poco por sus señoras… tendría que cerrar filas pronto antes de intentar sacar algo de aquel embrollo.

Casi les agradeció la interrupción del guardia. Sin embargo no se apresuro a volverse, cerrando la siniestra en torno a las riendas. En su lugar guio despacio el caballo, muy lento, para ponerse cerca del escudero centro de aquel problema y los hombres que lo custodiaban. Tenían que actuar con calma y no caldear las cosas más de lo que estaban, pero también tomar recaudos.

-En vista de que no estamos llegando a una resolución que complazca a los señores  *y que a este paso nos caerá el Invierno encima en un punto muerto, temo que habrá que prolongar este asunto. Las consideraciones estuvieron bien, pero hay más asuntos que resolver.  ¿Puedo sugerir encerrar al joven Etan y retomar la discusión mas tarde, en privado? El y su cabeza no irán a ninguna parte, lord Manning…   

Tenían que disponer del cuerpo de un lord, y darse tiempo a reorganizarse. Pero también, las dos comitivas tenían demasiada gente. Esto podía acabar en una pelea… y no era el caso.

Parecería que los dos lords están de acuerdo en silenciar a Ser Ethan, ¿qué debe saber que no debe hacerse público? Puede que el nombre de quién le pidiera disparar y contra quién. Curioso que los dos estuvieran de acuerdo en que no debía llegar a Cimera. Sea cual sea su juego, si la Casa Serf participa en él, a mi por lo menos no me lo comunico mi hermano.

De pronto uno de los centinelas nos ve y comienza a pedirle a su señor que vuelva rápido. ¿Habrán llegado las noticias de la muerte del Lord?

Me acerco a Ser Yoren.

La partida de caza regresó con malas noticias, las peores a decir verdad. Una flecha furtiva de uno de los jóvenes caballeros de la casa Harte había acertado durante la cacería en el pecho de Lord Artur Manning, terminando repentinamente con su vida y dejando a su hijo pidiendo justicia y la cabeza del responsable en una pica. La situación era complicada, no ya sólo para la celebración de la ceremonia, sino también para el mantenimiento de la paz entre dos casas históricamente enfrentadas. Para Lord Harte no era fácil entregar la cabeza del joven caballero, que no era otro que Ser Etan Hogg, su antiguo escudero y ungido en los Siete Oleos por él mismo. El joven argumentaba que se había separado del grupo de caza para encontrar una pieza con la que admirar a todos cuando vio un enorme ciervo al que apuntó con su arco, pero algo espantó al animal en el último segundo y su flecha terminó de manera fortuita con la vida de Lord Manning, quien junto a su hijo Kevan seguían el rastro del mismo ciervo. Kevan argumentaba que Ser Etan había disparado a traición, sabedor del daño que podía causar y con, precisamente, intención de matar.

Pero los caprichos de los Siete iban a hacer que Lord Harte recibiera un golpe igual de duro que el de sus vecinos y rivales, algo que nadie esperaba y que tomó tan por sorpresa a Gerard Harte cuando le informaron de ello que tuvo que sentarse en el suelo para no perder el equilibrio y caer. Alguien había asesinado a su hija pequeña, lady Eilene, arrojándola desde las alturas a través de uno de los balcones que daban al jardín. La muchacha había perdido la vida por el impacto y había fallecido inmediatamente. La familia Serf se encontraba en los jardines cuando ocurrió todo, por lo que fueron testigos de excepción, mas no pudieron determinar quién había sido el responsable. Lady Sylvie lloraba desconsolada la muerte de su hermana junto a su madre, con el bonito vestido que lucía aquella mañana manchado de la sangre de Eilene después de haberla sostenido ya sin vida entre sus brazos cuando se enteró de lo sucedido. Las caras en Cimera eran largas y apesadumbradas, tanto por la muerte de Lord Manning como por la muerte de la pequeña Harte.

La situación no podría estar más difícil para la familia Serf, garantes de la paz del Rey, que se reunían de urgencia en sus aposentos para tratar ambos temas.

Lo primero era lo primero. Con gesto adusto, Yoren se acerco a las jóvenes hijas de lord Serf, envarado y tenso. Un resoplido leve escapo de sus labios.

-¿Ambas se encuentran bien, mis señoras? +inquirió por lo bajo, alternando entre ellas con el ceño fruncido en moderada preocupación. Pese a sus consideraciones, no obstante, se aproximo un poco mas a Grisel, quien siendo la mas pequeña debía estar quizás mas afectada.+ Lamento no haber estado antes, pero…

Encogió los hombros ligeramente. Ambas habían oído también la noticia del lord caído en la cacería y debían imaginarse las razones. Pero antes de relatarlo, (que de todas formas Normand podría hacerlo mas completo) las interrogo.

-¿Que sucedió aquí?¿Que fue lo que vieron?

Anselminus no podía estar más consternado. Dos muertes el mismo día, y al menos una de ellas había sido un asesinato a sangre fría. Lo único en lo que podía pensar el maestre era en la vieja rivalidad entre ambas casas, pero era demasiado complicado... la boda en teoría iba a terminar con aquella ridícula rivalidad. ¿Quienes de ambas familias odiaban tanto a la otra como para tirar por la borda los intentos de alcanzar la paz? ¿o había había algún otro motivo secreto detrás de aquellos acontecimientos que aún no comprendían?

Obsesionado, el maestre abrió la puerta y echó un vistazo a ambos lados del pasillo, casi esperando encontrarse con el rostro de algún sirviente curioso al otro lado. Cuando comprobó que no era así, cerró cuidadosamente y se volvió hacia el resto de los Serf.

- No hay nada que lamentar Ser Yoren, nadie aquí actuó equivocadamente. Las damas están conmocionadas por lo que han presenciado, como es de esperar, pero se recobrarán con el tiempo. No hay mucho que decir, para cuando nos dimos cuenta de lo que había pasado ya era tarde para la pequeña Lady Eilene y para atrapar al responsable, pero Konrad encontró algo - Ante la pregunta del caballero, el maestre hizo un gesto con la cabeza a Konrad a lo que Konrad respondió mostrando una pequeña nota doblada con unas palabras escritas. - Según parece se encontraba en el balcón desde donde arrojaron a la desdichada hija menor de los Harte. No les inquiete si no son capaces de leerlo. Incluso los adultos que en su día estudiaron Alto Valyrio tienden a olvidarlo más tarde o más temprano. Lo que dice la nota es una simple frase. "conozco tu secreto" -

- No hay muchos capaces de leer o escribir en esta lengua. Por supuesto, el maestre Hamdan la conocerá. Lord Manning, que los 7 le tengan en su gloria, también era un hombre versado en la literatura; y cualquiera de sus hijos, así como Lord Harte y sus hijas si prestaron atención a sus lecciones de su infancia, pero nada impide a que otro hombre de menor estatus haya aprendido esta lengua. -

- Por desgracia esto no nos dice gran cosa. Hay muchas posibilidades, pero la única que puedo imaginar como cierta es que esa nota fue entregada a Lady Eilene para atraerla lejos de miradas indiscretas hasta ese balcón desde donde la arrojaron; y sabemos con seguridad que su asesino no se encontraba entre los que acudieron a la cacería. -

- Creo que eso es todo. Ahora ustedes, Ser Yoren, Ser Normand ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo es posible que Ser Etan disparase a Lord Manning? -

Felicito con un gesto al maestre al asegurar la puerta mientras abrazo a mis sobrinas para mostrarles mi apoyo ante la tragedia vivida. Consciente de las diferencias entre ambas primero a la mayor Lylian para después hacerlo con la primera dejando que sea ella la que decida cuando romper el abrazo por si quisiera llorar mientras oculta el rostro de los demás como cuando era una niña pequeña.

Antes de intervenir en voz baja les indico que ellos también moderen el tono con las manos.

– Curioso lo que pone, sin duda, aunque ¿dónde lo encontraste Konrad? En el lugar desde el que cayo, o donde se estrello con el suelo. Dudo que una niña como ella fuera atraída por unas palabras así, una promesa de un pastel, un regalo… pero un secreto. Mas bien creo que fue ella la que debió descubrirlo y se lo conto a alguien en quien confiaba. De la forma que debió leer que lo hacían las damas en las conspiraciones en la corte, una discreta nota. No creo de ninguna manera que se lo contara a uno de los Manning. Tuvo que ser a alguien en quien confiara y esta persona decidió impedir que se lo contara a nadie más. Y que usara el Alto Valyrio debió ser para asegurarse de que, si la encontraba otra persona, una doncella al recoger la ropa usada, por ejemplo, no supiera que ponía. Y además ella sabía perfectamente que esa persona sabría leerla.

– Si damos con su asesino tendremos seguramente a quien ordeno, o motivo a Ser Etan a disparar su arco, el no lo ha negado en ningún momento, aunque sí que no lo apuntaba a “él”. Poniendo mucho énfasis en eso, el matar al futuro suegro puede poner dificultades a la boda, pero matar al novio sí que la impediría.

Mirando a Ser Yoren. – Aquí os puedo indicar el que hizo que se enfureciera tanto Lord Harte conmigo cuando estuvimos a solas. Que le sugiriera que fuera su hija que le pidiera a Lord Kevan que permitiera el exilio de Ser Etan, la imagen de su hija con él, para mi fue lo que le hizo acabar bruscamente la conversación. Y evidentemente esa petición nada mas tendría efecto a través de ella no de mí.

Negando con la cabeza. – Igual que el Rey, o alguien de su Consejo Privado ideo que nuestra Casa acudiera aquí debieron pensar que casando a los hijos acabarían con las rencillas. Todas nuestras casas fueron traidoras a los ojos de Robert Baratheon, el Primero de su nombre. Los Harte no se debieron atrever a desafiarlo rechazando la propuesta y decidieron evitarla acabando con el novio. ¿Qué sino podía motivar la urgencia de Lord Gerard Harte para solucionarlo todo antes de volver al castillo? Solamente se me ocurre el evitar que de celebrarse el juicio en su sala de audiencias Ser Etan acabada señalando a quien lo motivo exigiéndole, en su desesperación, que cumpliera lo que le prometiera que seguro que no fue su ejecución.

-Lady Eilene sabía muchos secretos. - Afirmó la pequeña de los Serf al ver que hablaban de ello.

Lylian abrazó con fuerza a su tío, estaba tratando de imprimirse algo de valor a si misma aunque no lo consiguió en absoluto.La visión de la pequeña en el suelo, con toda esa sangre a su alrededor y los cureles recuerdos que su cerebro volvió a traer a su cabeza con las visiones del horrible accidente de Grissel le habían descuadrado por completo.
Estaba como en una burbuja, parecía que su mente no pudiera concentrarse en lo que los demñas estaban diciendo, como si todo formara una bola de barro a su alrededor y la información se quedara allí pegada en lugar de llegar a su cabeza.
Estaba intentando sacar algo en claro de la conversación que se desarrollaba a su alrededor, pero lo único que consiguió entender con nitidez fueron las palabras de su hermana. -¿Ella te dijo alguno de sus secretos?

-Sí, -dijo la pequeña, - pero son secretos y prometí que no se lo diría a nadie. No quiere que su papá sepa cuál de las criadas le roba las monedas que olvida en los bolsillos.

Ciertamente los secretos que Eilene y ella se habían confesado durante el banquete de la noche anterior habían sido de ese tipo, no muy importantes ni relevantes pero suficiente embarazosos como para que la gente no quisiera que se supieran.

-Aunque me dijo que hoy iba a contarme algo importante que había descubierto, pero... no le dio tiempo.

Le apoyo afectuosamente la mano en el hombro a mi sobrina como muestra de apoyo ante la situación, que aun le afecta mas a ella dada su gran sensibilidad.

– Tranquila, la doncella que se encuentra monedas y después se olvida seguramente que no sabe leer el alto valyrio, a menos que sea una pupila o la hija de alguno de los principales sirvientes.

Mirando a nuestro Maestre. – Anselminus, ¿quiénes pueden ser las personas en una Casa que sean instruidas para saber leer, como mínimo, el alto valyrio?