Partida Rol por web

¡Hay un primigenio en mi sopa!

VII - FeB - El Guardián de mi Hermano

Cargando editor
28/12/2021, 18:36
Narrador

El trayecto en el coche federal trascurría sin mayor incidencia, salvando un incómodo e incluso perturbador silencio por parte de Rawlins, que no dejaba de jugar aguanta mi mirada escrutadora de almas pecaminosas contigo.

Analizaste a la tripulación del todoterreno: un federal cuya talla de cuello de camisa era un misterio para ti -presumiblemente no se fabricaba en sastrerías al Este del Mississippi- conducía en completo mutismo con cara de pocos amigos. No llevaba gafas de sol -¿¡Dónde estaba quedando el mito!?--, pero sí un auricular conectado a una radio en la pechera de su chaqueta. Al lado de este agente, en el asiento del copiloto, había una mujer con la chaqueta azulona tan icónica de los feds de ojos glaucos y el cabello oscuro recogido en una cola de caballo a la que se veía algo tensa. No era demasiado joven, pero tu ojo clínico delató una ligera ansiedad en sus continuos aunque bien disimulados giros de cabeza, a todas luces controlando los alrededores. La novata, quizás.

El vehículo en el que te transportaban los federales estaba seguido por otros dos, tan robustos y discretos como aquel. Mucho personal para rescatar a una niña indefensa captada por una agencia rival del F.B.I., te dijiste en cierto momento en el que dejaste ir la mente sintiéndote en una película de espías de serie B.

Fue entonces cuando el viaje dejó de trascurrir sin mayor incidencia.

Rawlins decidió efectuar una llamada telefónica táctica a un subordinado para evaluar la situación del lugar al que se dirigían, que no era otro que el piso franco de RETURN. Cuando te alías con un inside man es relativamente sencillo garantizarte el factor sorpresa, como muy bien sabía Desmond Rawlins. Y cuando tienes el factor sorpresa, tienes el 50% de la batalla a tu favor, dicen los entendidos. Salvo que estés armado con cucharillas de postre, claro.

Mahler llegó a tus oídos alertándote de una llamada entrante al mismo tiempo.

La persona que te llamaba respondía al icónico nombre en clave de Maldito Cabrón.

Se te hizo un pequeño nudo en el hígado -enfatizo: aunque fuese anatómicamente imposible-, ese cabronazo del que podías estar disertando a tu atribulado alumnado durante dos semanas con avituallamiento a cargo de la siempre eficiente señora Norris.

Notas de juego

Postea por lo pronto en Solo Mode ;-)

Cargando editor
28/12/2021, 19:01
Rutherford

—¡Buenas noches, mi querido doctor! ¿Me echaba de menos? Ahórreme la respuesta, por favor. Arruinaría todo el asunto. Tal y como dijo Aristóteles... Cuius testiculos habes, habeas cardium et cerebellum. Que como usted bien sabrá por experiencia personal, se traduce, por así decirlo, en: Capta la atención de la gente, y su corazón y mente te seguirán, je.

Rutherford.

—¿Cómo se encuentra el agente Rawlins, doctor? ¿Diría usted que sufre de cierta sensación urticante en el píloro? ¿Ya le ha presentado al agente Johnson y al agente especial Johnson? ¡Ja! ¡Apuesto a que no puede diferenciarlos!

Ese.

—Se estará preguntando, rozando en el éxtasis interrogativo como no podría ser de otro modo, el cómo es posible de esta oportuna y agradable llamada. Puede que quizás con una anticlimática y execrable gotita de sudor reptando por su excelsamente peinada patilla. Por favor, doctor, no se delate en este preciso instante. No se deshonre en este preciso instante. ¡Compórtese como el psicópata insensible por el que le tengo!

Maldito.

—En la guerra no gana el que más efectivos tiene ni tampoco el que más cañones sitúa frente al enemigo, mi querido doctor.

Cabrón.

—En la guerra gana el que paga la factura del teléfono.

>> Ahora escuche, y hágalo con atención...

Notas de juego

¡Mensaje con suspense!

Reacciona a este inesperado giro argumental de tu secundario favorito y gástame al menos ¡3! puntos en Adulación/Crédito para evitar sospechas de Rawlins.

Para que no te quedes con la intriga, off the record: Abel sugirió espiar teléfonos (altavoces, cámaras, todo) a todo Perry en el grupo investigador y encomendó la tarea en secreto a Sadie. Limité este filón rolero a un único espionaje para no fliparnos demasiado con el tema temporal (dado que la partida va a un ritmo narrativo tirando a vertiginoso). Como G.G. está la pobre que no tiene tiempo ni para conectarse he elegido por ella y digamos que así le doy un extra punch a mi forense favorito.

Lo sé. Soy un abusón narrativo. ¡Pero es que va a estar genial ver al doctor lidiando a dos bandas con la que le espera! :-D

Cargando editor
28/12/2021, 20:48
Dr. Kristian Korsgaard

Cuando Korsgaard escuchó la voz de Rutherford, su mano libre se cerró ligeramente en un puño y su mandíbula se apretó. Ese. Maldito. Cabrón. ¿Para qué lo llamaba? Ya estaban al tanto de la operación de Rawlins, según parecía. ¿Simplemente quería joder al doctor para hacerle saber que ya lo sabían? No. No podía ser tan simple.

Ese. Maldito. Cabrón. Korsgaard debía reconocer que se había ilusionado con la idea de estudiar a la niña Collins, pero eso no iba a ser posible con el Rabino, que siempre quería controlarlo todo con esa moralidad biempensante (repulsiva, diría Korsgaard) que lo caracterizaba. Maldito Rabino. Siempre queriendo arreglar el mundo, siempre queriendo ser el bueno de la película. Maldito Rabino y su vomitivo sentido de la virtud.

—Sí, señora Norris.

Esa fue toda la respuesta de Korsgaard. Escueta. Seca. Su rostro no se inmutó, sino que puso la cara de fastidio y aburrimiento que habría puesto de haber estado conversando realmente con la señora Norris. Dijo eso, nada más, y quedó a la espera de lo que Rutherford pudiera quererle decir. Algo debería querer ofrecerle, no podía ser que sólo lo llamara para decirle «Te tengo cogido por los huevos».

El doctor dejó escapar un ligero suspiro, que Rawlins podría interpretar como la reacción del profesor cansado ante la insistencia de su secretaria, pero que en realidad significaba más bien: «Qué demonios, todos terminaremos fiambres antes o después y ni la repulsiva moralidad de Hershko ni la entrenada hijaputez de Rutherford escaparán al aliento de la Parca». Este pensamiento lo consoló ligeramente e incluso le hizo esbozar una ligera sonrisa. Empezó a avizorar caos en el futuro próximo. El caos, en realidad, puede ser un gran aliado para quien está dispuesto a cualquier cosa con tal de salvarse. El caos podría ser el gran aliado de Korsgaard en los próximos eventos. Hágase el Caos. Hágase la Muerte. Hágase Korsgaard.

Notas de juego

Vale: gasto los 3 puntos de Crédito (me quedaría sólo 1, lo cambio en la ficha) para que Rawlins no sospeche. Y ahora, a la espera de qué quiere Ese Maldito CabrónTM.

Ya vuelvo a tener acceso a ordenador, así que métele la caña que quieras, que estaré pronto a responder.

Cargando editor
04/01/2022, 14:20
Rutherford

—¿Señora... Norris? —inquirió un extrañado y posiblemente enojado Rutherford.

Al interrogante siguió una pausa dramática old school, de esas en las que el silencio es tan denso que si te caes en él puedes acabar ahogándote como en un estanque de melaza.

—Pues oiga, como nombre en clave tiene su encanto, querido doctor. Verá, la situación es compleja. No solo la suya, me aventuraría a decir. Aunque nuestro buen amigo Rawlins es un pájaro muy avispado y sus intenciones son hasta cierto punto nobles, actúa, creo poder afirmar rotundamente, movido por una venganza personal que ciega su juicio. Esta tarde tenía intención de visitar junto a Hershko al señor Taker en su celda de máxima seguridad de Witchrock Island, en Nueva York. De haberlo hecho me habría perdido la oportunidad de provocarle un amago de infarto con esta llamada, mire usted qué cosas tiene el destino. Sin embargo, Sadie, esa personita execrable con la que se encariñó nuestro común amigo El Rabino, esa delincuente informática de primer nivel, ha estado cuchicheando en las entrañas de su teléfono móvil, entre otros más. Ya ve, doctor. Es así como he sabido que es usted una rata traicionera que juega a favor de los chicos del FBI. Y yo que pensaba que despotricaba en secreto del color azul... Pero eso no es importante ahora. No, señor. Lo importante, querido doctor, es que Desmond Rawlins no consta en los registros de visitas oficiales de Witchrock Island. Y, según ha llegado a mis oídos, el señor Taker ha tenido una interesante conversación con Desmond Rawlins a lo largo de esta semana... Y por algún motivo sabe cosas que El Rabino o yo mismo nos hemos esforzado en ocultar.

Rutherford inspira y por un momento parece que no va a decir nada más.

Es una maniobra para enfatizar lo que sigue, por supuesto.

—Prosiga su mascarada con los federales, doctor. Ofrézcase a subir con ellos al apartamento donde ubicamos a la pequeña Alex. Actúe como si todo fuese a ir bien. 

Hay retranca en esta última frase.

—Volveré a llamarle. No tema. Aún no he enviado ningún vídeo a la comunidad médica.

>> Por cierto, doctor... ¿Va armado?

Silencio.

Debería.

Rutherford cuelga.

Notas de juego

Esto, así, para abrir boca ;-D

Cargando editor
04/01/2022, 14:40
Rawlins

—¿Va todo bien, doctor? —pregunta a renglón seguido un Rawlins que acaba de colgar el teléfono y lo guarda en el bolsillo interior de su chaqueta, dándote un vistazo de la culata de su pistola, guardada en una funda sobaquera.

No parece haberse dado cuenta de la terrible situación de nerviosismo que acabas de gestionar con la frialdad de un congelador de carne.

Cargando editor
04/01/2022, 14:42
Narrador

Tomas un taxi rumbo al piso franco al salir del Herald sin preocuparte de nada más, salvo de Alex y de la incómoda interrogante que te plantea en tu cabeza qué tipo de persona puede ser el hermano de la pequeña. Una interrogante para la que no encuentras una respuesta que te satisfaga... o te acomode.

Llamas varias veces a Armín en un intervalo de quince minutos, pero su teléfono parece comunicar de modo permanente, como si estuviese sumido en una interminable conversación con alguien. Para cuando te dispones a intentarlo una vez más el taxi ha alcanzado su destino en el barrio de Red Hook, llamado así por la cantidad de ladrillo rojo en el que se cimentan las fachadas de los viejos edificios de esta parte de la ciudad.

Bajas del vehículo para percatarte de la húmeda brisa que se ha instalado en la ciudad al caer las primeras horas de la tarde. Está anocheciendo y hace algo de frío. Pareces sentir el índice que ya no está. Un dolor fantasma que te confirma que el trauma no ha pasado y te hace sentir vulnerable en tu íntima soledad.

Un vehículo oscuro circula en la distancia a baja velocidad, y más allá de eso, las calles en este extremo de Arkham permanecen vacías, sin vida. Apenas unos pocos transeúntes mirando al cielo y refugiándose en los portales. Empieza a lloviznar. Recuerdas ese avance en las noticias de ayer noche. Tormentas estivales amenazan Arkham esta semana.

Entonces, emergiendo del interior de un portal en uno de los bloques de apartamentos colindantes al que refugia a tu protegida, aparece una figura algo más alta que tú, ataviada con un atuendo informal y deportivo. Se trata de un muchacho de tez pálida, de veintipocos, moreno con el cabello corto y unas gafas tras las cuales destellan unos llamativos ojos azules, los más penetrantes que hayas visto en un largo tiempo.

Empieza a llover.

—Victoria Liebermann, supongo —dice con lo que te parece sonrisa dibujándose en su rostro lechoso.

—Soy Samuel. Samuel White.

Cargando editor
04/01/2022, 14:59
Narrador

El vehículo de los federales se detiene a escasos cincuenta metros del edificio en el que se ubica el piso franco de Alex. El agente Johnson estaciona el Range Rover con discreción y mira por el retrovisor aguardando órdenes de Rawlins, en estos instantes atento a las inmediaciones.

Afuera anochece a gran velocidad y empieza a lloviznar.

Te basta echar un vistazo por la ventana para identificar en el portal del edificio a Victoria Liebermann intercambiando su parecer con un individuo que te resulta de todo punto desconocido.

Demasiado joven para ser una relación esporádica de la periodista.

Rawlins podría tomar la iniciativa de un momento a otro.

Notas de juego

Let's rock!

Encuentro probable que escribas tú antes que Queen, así que dejo este mensaje en privado y, en función de lo que suceda por tu parte, veremos si os encontráis o no ;-D

Cargando editor
04/01/2022, 21:58
Dr. Kristian Korsgaard

La señorita Bell. Otra con un despreciable sentido de la virtud, hurgando en las vidas ajenas. Todos allí parecían actuar supuestamente movidos por ideales de justicia y bondad, pero se dedicaban a las peores y más sucias arterías. El Rabino, la señorita Bell, Rawlins. Todos. Korsgaard por lo menos no pretendía estar movido por una supuesta virtud o por un abstracto sentido de justicia. Él no pretendía engañar a nadie. Mojigatos salvajes y deleznables. ¿Y a él se atrevía a llamarlo «rata traicionera» ese guiñapo llamado Rutherford? Finalmente, ante las últimas frases de Rutherford, Korsgaard simplemente respondió:

—Sí, señora Norris.

Esta vez lo dijo casi con cierta maldad, al darse cuenta del fastidio que este nombre le había provocado a Rutherford. ¿A qué se refería? ¿«Sí, señora Norris, proseguiré la mascarada» o «Sí, señora Norris, voy armado»? Sí, señora Norris: ambas cosas. Seguiría la mascarada, por supuesto, hasta ver a dónde podía llegar; y sí, en su pequeño maletín llevaba un bisturí y algunos otros objetos cortantes del mayor interés. Instrumentos quirúrgicos para otros, armas en sus manos.

El teléfono quedó emitiendo un pitido. Lo guardó en el bolsillo. Debería deshacerse de ese maldito teléfono en algún momento. Miró a Rawlins:

—Oh, sí, todo bien. La señora Norris, la amable secretaria que ha tenido usted el gusto de conocer. Detalles académicos sin importancia.

Lo cierto es que, a pesar de la frialdad externa, Korsgaard sentía la adrenalina recorriendo su organismo a toda velocidad. Una vez que los furgones se detuvieron, vio a la señorita Liebermann en el portal del edificio.

—Ahí está la señorita Liebermann —dijo mientras miraba aún por la ventanilla—. Pero imagino que eso ya lo sabe. Quién sea el joven que está con ella, lo desconozco, pero puedo comprobarlo si me acerco. Puedo acercarme solo, sin levantar sospechas, enterarme de qué está pasando. Luego podremos subir al apartamento donde está la niña Collins. Fácil y rápido.

Miró a Rawlins, esperando si el agente le daba luz verde o si prefería entrar a lo bruto. A lo FBI. Salvajes.

Cargando editor
05/01/2022, 10:27
Rawlins

Rawlins no pestañea. Si Korsgaard hiciese en estos momentos una radiografía craneal al federal, existiría el notable riesgo de encontrar en su interior una bien pulida bola de acero de demolición. Y dentro de esa bola de demolición de acero puro a buen seguro hay algún tipo de superordenador procesando datos, evaluando estrategias de acción.

A estas alturas has rebasado la paranoia, pero de algo estás seguro:

El Rabino es un zorro del desierto.

Sadie Bell es una zorra tecnológica.

Desmond Rawlins es un cíborg: mitad negro, mitad máquina.

Y Rutherford... Es un maldito cabrón.

—Adelante, doctor. Proceda con discreción —concluye el federal.

Notas de juego

Haz una tirada de Sigilo si no quieres ser visto por Victoria y el desconocido.

No hay dificultad, así que tú decides si gastas puntos o no.

Es enfrentada, claro.

Puedes postear cuando quieras, pero hazlo just for me.

Cargando editor
05/01/2022, 20:19
Dr. Kristian Korsgaard
Sólo para el director

Se bajó del furgón. Al hacerlo, sintió una asquerosa vergüenza. Si Korsgaard hubiera creído en el alma, habría podido pensar que ese sentimiento de vergüenza era como una viscosidad que se le pegaba a las paredes del alma. Pero él no creía en esas estupideces para niños. Esa vergüenza eran impulsos de sus neurotransmisores en respuesta a la humillación a la cual Rawlins y Rutherford lo estaban sometiendo.

Antes de agarrar su maletín, todavía de espaldas a Rawlins, se ajustó bien la chaqueta y las mangas de la camisa. Veintinueve milímetros. Veintinueve milímetros. Se dio la vuelta para tomar su maletín, sin mirar a Rawlins. Tampoco se molestó en cerrar la puerta del furgón. Simplemente caminó hacia el portal del edificio, donde estaba la señorita Liebermann con quien fuera ese jovencito. Mientras lo hacía (y antes de llegar a la altura en la cual lo pudieran ver, pero ya a suficiente distancia de los furgones del FBI) aprovechó para abrir su maletín y sacar un pequeño bisturí, uno que pudiera introducir en la manga de la chaqueta sin que se viera.

Una vez que la señorita Liebermann y el otro hombre lo podían ver, Korsgaard esbozó una sonrisa que, para quien no lo conociera, parecería una sonrisa sinceramente encantadora; pero que, para quien lo conociera, era evidentemente sólo la sonrisa del tigre que te acaricia antes de destruirte de un zarpazo.

¿Él un puto juguete del FBI? ¿Un puto juguete de Rutherford? Ese maldito cabrón todavía lo necesitaba. Tenía que jugar esa baza. Todavía llevaba su móvil en el bolsillo. Todavía.

Notas de juego

Bien. Dejamos esto por aquí de momento y quedaremos a la espera de Queenzie.

Cargando editor
09/01/2022, 16:04
Miss Kukoo

Por más que la gente diga lo que diga el sentimiento de inherente nostalgia que me embarga al transitar por las calles de la ciudad me causa una suave sensación interna, quizás para aquellos que hemos sido cruzados por la tragedia desde pequeños los lugares que desprenden melancolía son una reminiscencia del hogar.

El bloque de edificios de ladrillo naranja sucio de hollín y smog constituye un paisaje conocido en el que me siento extrañamente segura hasta que veo que un muchacho se hace presente y con él el agua. El chaparrón me impide ver con el ímpetu de su embestida los rasgos de su rostro con claridad hasta que está cercano y sus palabras me llegan.

Samuel White. El nombre me quema el cerebro como una bala en la sien, no puedo evitar sentir que mis intuiciones son ciertas. Aquello que empezaba como una pequeña certidumbre ahora me hace latir en corazón desbocadamente, quizás este tipo piensa que una señal de gratitud sería matarme. Quizás si el maldito de Armín me hubiera contestado...

-Sí, soy Victoria. La tutora legal de Alex -no le extiendo la mano pero se la miro como tomando nota del gesto faltante -Necesito saber qué planea hacer con ella, ¿Ella lo conoce? No lo ha mencionado -manifiesto, aunque para ser sinceros Alex no ha mencionado casi nada, no al menos a mí.

Notas de juego

Han pasado un montón de días, lo sé. Te pido disculpas, escribir se me hizo cuesta arriba esta semana, estoy pasando momentos personales complicados. Hasta el martes no podré contestar porque me voy a de vacaciones y tardaré la menos un día en acomodarme en el nuevo lugar.

Cargando editor
16/01/2022, 14:06
Director

Notas de juego

¿Y mis investigatas? :-D

Esta tarde os posteo. Simultanear tres escenas con cinco PJs siempre tiene su trabajo (y sus esperas), pero ya están los astros alineados y el Guardián listo para el rock n' roll.

Estamos cerca de acabar esta escena a lo grande. De hecho, esta tarde os voy a regalar una carga de profundidad deweyana. Espero que la disfrutéis ;-D

Y Queenzita, non ti preocupare. Esta última semana, sobre todo a finales, el COVID ha asolado las filas familiares y no pude postear por aquí a pesar de tener ya toda la munición que necesitaba (por suerte, alzamos los escudos antivíricos cual falange deweyana). Los sobrinos, la suegra, la mejor amiga de mi novia, la mujer de mi mejor amigo... Como chinches, oiga.

Por fortuna, casi todos lo están pasando como un resfriado más fuerte de lo normal ^^

Luego llegan los negacionistas como NoVac YoCOVID (si es que el nombre lo dice todo, oiga) y dicen que las vacunas no sirven para nada... ¬¬

No me extiendo más. Luego, rol ;-)

Último esfuerzo que rematemos a la Dewey ^^

Cargando editor
16/01/2022, 16:06
Miss Kukoo

Notas de juego

Uyuy!! Espero que todo siga bien y se repongan pronto! Por acá también esquivando balas de cobitch a lo loco. Te espero lo que haga falta Yísus, semper fi!

Cargando editor
16/01/2022, 18:16
Narrador

Notas de juego

Disclaimer previo:

Van a pasar cosas de esas que le gustan a Dewey.

Quiero decir, cosas peligrosas.

Estáis muy cerca el uno del otro, pero como al mismo tiempo pasan cosas tras las bambalinas (muchas, de hecho), afectan a esta escena xDDDDD

Mis mensajes van a detenerse en puntos de inflexión donde vosotros debéis decidir qué hacer, qué decir. No hay decisiones acertadas/erróneas. Solo decisiones más o menos dramáticas. Incluso mortales. Ojo, cuidao. ¿Listos?

Pudiera ser que Spu se quede ahora pensando qué diablos está pasando... O como suelo decirle, What the heck is going onnnn?! Bueno, ese es el encanto de La Llamada. EL DESCONCIERTO.

Vamos a ello ^^

Cargando editor
16/01/2022, 18:22
Narrador

Notas un zumbido en el bolsillo de tu chaqueta al tiempo que lanzas tus preguntas al joven que te aguarda en el portal del edificio.

Recibes un mensaje de Hershko en tu celular.

Abel dijo:

El FBI va hacia el piso franco porque Korsgaard ha cedido a la presión y les ha dado la dirección. Si llegas antes sácala de allí y llévatela. Confío plenamente en tus decisiones, a pesar de lo de "adultocentrismo" :-)

Necesitas un esfuerzo para no atragantarte. 

Notas de juego

Queenzita mía, hazme una tirada en oculto de Estabilidad. Puedes gastar puntos si lo deseas.

Si la pasas, Samuel no percibirá ninguna anomalía en el hecho de que consultes el móvil.

Si la fallas, Samuel empezará a sospechar que pasa algo.

Por si no fuese suficiente, things are getting salty...

Cargando editor
16/01/2022, 18:32
Samuel

Samuel mantiene un gesto afable ante tus preguntas.

—Encuentro lógica su preocupación. Solo pretendo que Alex se reencuentre con su propia sangre. No es nada que su madre biológica, Aileen, no desease. Y creo... —Samuel te observa consultar tu teléfono mientras sigue hablando con un tono calmado, incluso susurrante—. ...Creo que usted eso ya lo sabe.

El joven se ajusta sus gafas con dos dedos. A través de los cristales que apantallan su mirada, te percatas de que tiene unos ojos celestes, de un azul muy claro, como si de dos orbes de agua cristalina se tratasen.

Mira directamente al lugar donde debería estar tu ojo derecho.

—Victoria, ya has perdido suficiente. Mi familia valora lo que has hecho por nosotros... Lo que has hecho por la pequeña. Lo digo con total honestidad. No lo olvidaremos. Ahora, por favor, llévame ante mi hermana. Quiero conocerla —enfatiza al tiempo que sonríe con un halo de optimismo.

Cuando hablaste con él por teléfono durante tu estancia en el Herald, Samuel evidenció conocer la ubicación de Alex. Quizás te hayan seguido hasta aquí, o quizás lo hayan averiguado de algún modo que te resulta ignoto por completo; pero si hay algo claro es que parece necesitarte para encontrarla.

En ese momento, alguien te saluda a tu espalda.

Notas de juego

Y hazme una tiradita de Sentir el Peligro. De igual modo que antes, puedes gastar puntos de tu reserva para mejorar el resultado de la tirada ;-)

Cargando editor
16/01/2022, 18:46
Narrador

El siempre elegante Dr. Korsgaard, también denominado Mr. 29 en las mejores sastrerías de Arkham City, se erige ante Victoria Liebermann y el joven desconocido que está hablando con ella. Esbozó una sonrisa diríase felina, pero ojo, cuidado, no minina. Digamos leonina para hacernos una idea del filo del colmillar que exhibía el Dr. Korsgaard. Porque oigan, eso sí que no eran caninos...

Cierta tensión electrizante surcó el éter, como si la presencia del médico fuese a un tiempo incómoda, inoportuna y, en cierto sentido, decisiva para el devenir de los acontecimientos.

Notas de juego

Bueno, no todos los días se tiene el placer de ver en tándem jugable a dos de los mejores umbrianos que pululan por aquí.

Dama y caballero, hagan juego. Es su turno.

Estoy al acecho ^^

@Spu: Brevedad de mi intervención habida cuenta de que nos quedamos justo, justito acercándonos a Vicky. Seguimos desde aquí, pero con Queenzie ;-D

Cargando editor
17/01/2022, 18:42
Dr. Kristian Korsgaard

El doctor Korsgaard pudo notar, al aproximarse a la señorita Liebermann y su acompañante, un denso ambiente de incomodidad, de tensión. Eso no disminuyó su sonrisa, que permanecía fija en su marmóreo y pulido rostro.

Al llegar junto a ellos, depositó su maletín de médico en el suelo.

—Señorita Liebermann —dijo inclinando ligeramente la cabeza con educación—. Vengo a ver a nuestra pequeña amiguita. Órdenes del amigo del sombrero.

Después observó al acompañante y le ofreció su mano izquierda a modo de saludo.

—No nos han presentado, mi nombre es Kristian Korsgaard, doctor, cirujano, médico forense y profesor. Entre otras cosas.

Notas de juego

Breve y quizá no muy inspirado, pero... Usted sabe por qué ofrezco la mano izquierda, señor Finn.

Cargando editor
18/01/2022, 03:20
Miss Kukoo

Muchas decisiones qué tomar y poco tiempo. En realidad, solo una opción era la correcta, ¿pero cuál?

Una parte de mí me decía que el FBI nunca entendería del todo a Alex y Abel me lo estaba confirmando, si había alguien aquí que podía intentar dar algo de sentido y orientación a la vida de la pequeña era su hermano. Las personas sin una misión de vida trascendental poco podían saber de los matices tortuosos que implicaban seguir el sendero que lleva a la gloria, pero yo como artista podía ver la vuelta de ribete del mundo y espiar el manto de estrellas que se encerraba en el recoveco de la galaxia en donde los mundos se aniquilaban unos a otros fagocitándose eternamente.

Me mordí el labio. La verdad es que no me reconocía, hacía días y noches que me sentía desfazada. Lo vivido y lo presenciado se aunaban desdibujando mi identidad y una nueva yo salía a la superficie arañando la tierra de mi tumba. Le di una mirada de lado a Samuel, bajé la voz un poco -No, no es suficiente. Debo ir con ella -musito rematando mi destino -He visto lo que es capaz de hacer y un arte así necesita... curaduría. Tenemos que apurarnos... -hago una pausa -El FBI ya viene -formulo con los labios, sin sonido.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Sorpresa! XD

Cargando editor
18/01/2022, 03:48
Miss Kukoo

Me volteo al doctor con una sonrisa labuna en los labios y me pongo las manos en los bolsillos, no digo nada sobre el muchacho, quiero que se presente él solo, en cambio si halago al cirujano -El doctor Korsgaard además de ser el mejor en su campo es un hombre de gran cultura que aprecia el arte en sus formas más selectas -le guiño el ojo a ambos.

Doy una media vuelta cautelosa y agrego -El sombrerero loco nunca para de sorprenderme, lástima que nunca me haya invitado a cenar.