Partida Rol por web

Mishima se quedó extrañado al ver a donde se dirigían los guardias. No conocía mucho la ciudad, pero le parecía que la carcel o como lo llamaran en aquel lugar estaba para otro lado. Se lo comentó a Arden antes de seguirlos.

Tú conoces la ciudad mejor que yo. ¿Sabés donde pueden ir?

Sea como sea, aquello parecía que sería de interés de averiguar. Sólo esperaba que no trajeran de repente a los prisioneros por otro lado y no estuviera con los demás, si había pelea.

Al cabo de unos minutos de conversación con los guardias, Vundav regresó al punto convenido de manera casual, como si no fuera esa su intención. Observaba discretamente que los guardias no le siguieran con la mirada. Aprovechó el cambio de guardia.

- No van a traer ahora a los prisioneros, o al menos eso es lo que los guardias me han dicho. Parece ser que la ejecución será mañana a medio día. - Torció el gesto - Eso si me han dicho la verdad, podrían haberme engañado, pero no hay razón para inventarse eso precisamente.

Se ocultó en el portal.

- Hay que esperar a que estemos todos y ver qué hacemos. Infiltrarse en la prisión es una locura, pero deberíamos considerarlo.

Nikkha asintió ante el ofrecimiento de Norwind. Parecía que Arden y Mishima podían apañarse perfectamente e ir en grupos numerosos los haría destacar mucho más que en pequeños grupos discretos. 

La joven semielfa siguió con la mirada a Vundav con gran curiosidad e interés, el cual se vio incrementado cuando trajo aquella información tan útil. Si tenían tiempo, podían planificar una emboscada y rescatar a los prisioneros con un menor riesgo.

-Si ese es el caso ¡debemos saber donde los mantienen cautivos y rescatarlos allí o interceptar al grupo cuando se estén desplazando a la plaza!- susurró a sus compañeros para que ningún guardia los oyese conspirar. pero con una excitación apenas disimulada- No deberíamos perder mucho más tiempo aquí, quizás dos de nosotros podrían quedarse por si hay algún cambio de planes, pero el resto deberíamos ir a recolectar información lo antes posible. 

Niego con la cabeza ante la pregunta de Mishima.

- No recuerdo que ninguno de los presos habituales haya estado en algún sitio en esa dirección - le digo, tratando de hacer memoria.

Pero no hay mucho tiempo para ello. Con cuidado, avanzo en silencio tras el guardia, apoyando las punteras antes del resto del pie en cada paso para evitar que el sonido llame la atención del hombre al que vamos siguiendo.

Desde donde estaban dejó de ver a sus compañeros, solo esperaba que no tardaran por si ocurría algo inesperado en la plaza. Por suerte Vundav volvió enseguida, pero con noticias no muy halagüeñas.

- Si van a ejecutar a alguien tendrán que pasar por encima de mí. A ver qué descubre el resto y valoremos posibilidades, pero yo abogo por rescatarlos. Ningún habitante de esta ciudad merece pasar por ésto.

Mirando en todas direcciones protegido por la distancia, trató de encontrar alguna señal que le dijese que los demás estaban ya de vuelta.

Vundav asintió a Norwind y miró a su hermano adoptivo Evram.

- ¿Estás de acuerdo? Padre podría correr mucho peligro si intentamos rescatarlo y nos reconocen, pero la alternativa creo que es peor.

- Esperemos a ver que nos cuentan los demás.

Moviéndose por las calles siguiendo a la guardia, los pasos les guiaron hasta el destino con el que habían estado conjeturando. Aunque no se dirigían a la prisión de Kintargo, resultaba que los hombres iban hacia la antigua prisión. "La casa de Espera" llevaba cerrada muchos años ya, el edificio era algo cercano a un bunker dada la anchura de sus muros y el aspecto tan sólido. 

Al llegar hasta allí saludaron a otro par que había en la puerta y se introdujeron. No lo hicieron a escondidas, la presencia tan clara de esa gente hacía sospechar que el lugar volvía a tener un propósito y al parecer no era uno digno.

Mishima y Arden se habían alejado siguiendo de lejos a los miembros de la guardia, eso dejó al grupo menos sigiloso todavía en l plaza, conversando sobre lo que Vundav había escuchado. Evram estaba preparado anímicamente para cualquier cosa mas no en cuanto a magia.

- Estoy dispuesto a hacer lo que sea para rescatar a mi padre Vraris. No voy a dejar que lo maten, está claro.

Se había escandalizado ante aquella idea mas después de haber ardido la hacienda de los Victocora y dado que a su padre lo arrestaron según dijeron por colaborar con ellos, sólo se podía temer que le aguardaba un destino aciago.

- Mañana podría tener magia de sueño lista para quitarnos de encima a unos cuantos de ellos.

Estaba decidido a recurrir a lo que era su magia más "ofensiva".

 -Ninguno de los que estamos aquí permitiremos que muera nadie, eso tenlo por seguro.

Así que la ejecución sería al día siguiente... Entonces estaban dejándolo todo preparado para poder realizar las muertes rápido. Y de paso intimidar al pueblo durante las horas previas a la misma.

 -Esperemos a ver qué noticias traen los demás. Y después decidiremos si nos retiramos con cuidado o nos quedamos montando guardia. Sea como sea, sigamos ocultos hasta recibir noticias de Mishima y Arden.

Que de paso que esperaban, se le iba bajando la borrachera poco a poco. Eso sí, si mañana había lucha, iría con resaca, pero no se quejaría. Afrontaría al enemigo de frente para ayudar a las víctimas de Thrune. No pensaba dejar que se saliera con la suya.

 -Evram, si es verdad lo que dices, nos podrá ser muy util. Es más, descansar y recuperar fuerzas nos vendrá bien a todos. Si es cierto que mañana habrá pelea, necesitaremos estar al máximo de nuestras capacidades.

Mishima no conocía la ciudad, por lo que le agradaba que Arden estuviese con él. Pues la pícara parecía conocerla muy bien y así sabría donde se estaban dirigiendo.
A pesar de todo, el lugar donde hicieron el cambio de guardia tenía toda la pinta que era una prisión. O algo muy parecido.

¿Sabes qué edificio es ese? Creía que la prisión estaba para otro lado de la ciudad.

Fuera o no, era posible que allí tuviesen retenidos a los prisioneros. Por lo que convenía echar un vistazo aunque sea rápido para confirmarlo.

Voy a acercarme a mirar más de cerca. Si tienen a gente encerrada te haré una señal. O si quieres acompañarme eres bienvenida.

- Decís esperar a mañana. Yo no puedo dejar esto así, pero si es cierto que hasta que no se muestren no podemos hacer nada. Quizá asaltar la cárcel sea una locura.

- Vamos a ver qué averiguan los demás.

La espera se hacía dura, varios compatriotas estaban apresados y habían sido juzgados. Más tarde podrían ser incluso ellos mismos.

Mishima, Arden, ¿dónde estais?

La casa de espera era algo similar a un búnker de piedra de un sólo piso. Una de las primeras construcciones de Viejo Kintargo, también era uno de los edificios más fuertes de la ciudad. Los muros no tenían ventanas y eran de mampostería reforzada. En la entrada habían algunos guardias y no se veía ningún otro acceso.

Mishima no podía ver nada desde el exterior que le pudiera indicar si habían prisioneros o cuántos habían.

Un poco después aparecía Laria, la mediana buscó al grupo colocándose junto a ellos tras haberse asegurado de que no habían ojos curiosos.

- Llamamos mucho la atención tan cerca de la plaza. He visto a dónde se dirigían Mishima y Arden, tomaron dirección suroeste.

Indicaba con brevedad evaluando al amigo de Vundav.

- Eso que has dicho de los Victocora me resulta interesante, por lo que sé su Hacienda ardió por completo.

No quería expresar demasiado, el joven noble desconocía que Laria estaba alojando al que parecía el último de aquella familia. La tabernera tenía que andar con cuidado y por ello se fijó en el brujo, tomándole especial atención como si quisiera saber sus pensamientos.

Llamamos mucho la atención tan cerca de la plaza. He visto a dónde se dirigían Mishima y Arden, tomaron dirección suroeste.

- Pero si vamos con ellos sospecharán, y posiblemente arruinemos su incursión. No tenemos otro sitio donde esperarlos, pues además saben que han de venir aquí.

- Salvo...- meditó unos segundos,- que tengáis alguna manera de hacerles llegar que los esperamos en lugar seguro y mientras podamos reorganizarnos.

Por el comportamiento de Laria no quería desvelar dónde se encontraba ese sitio seguro, pero estaba claro que era su única alternativa.

Al echar un vistazo al edificio se le fueron todas las esperanzas de averiguar algo a Mishima.

Vaya, sin duda era un lugar del cual no querían que saliese nada, o entrase. Va a ser dificil que entremos sin ser vistos. A menos que nos dejemos capturar. Lo cual no me parece la mejor de las ideas.
¿Volvemos con los demás?

Vundav miró en dirección hacía Arden y Mishima, calibrando la distancia.

- Puedo... - revelar sus capacidades tampoco era algo que le agradase, pero desde luego a estas alturas sus compañeros ya deberían saber que no era humano - ...enlazar mi mente con la de uno de ellos, pero la distancia me parece excesiva. Tendría que acercarme.

- Lo puedo intentar... - fijó su mirada en Arden y se concentró.

Vundav entró en contacto con la mente de Arden.

- Soy Vundav, no te pongas nervioso, estoy con Laria y los demás. Estamos pensando en ir a algún sitio seguro mejor que en esta plaza.

- No hables, piensa lo que quieres decirme y yo lo escucharé.

Niego con la cabeza al ver el lugar al que llegan los guardias, aunque tardo unos segundos en reconocerlo.

- Es una antigua prisión - le explico a Mishima, preocupada pensando en los motivos que puedan haber llevado a rehabilitarla. - Ahí no vamos a poder colarnos de forma sencilla... - coincido con él.

Intento recordar cómo llegaron los guardias, antes de entrar. Tras saludar a sus compañeros ¿abrieron las puertas desde el exterior o tuvieron que llamar para que se las abrieran? Si los guardias de fuera pueden acceder libremente, sería posible entrar a las bravas siempre que pudiéramos acabar con ellos sin que nadie de dentro se percate, pero si incluso ellos tienen el acceso restringido sería imposible derribar esa puerta antes de que llegasen refuerzos.

Asiento a la última propuesta del monje.

- Sí, vámonos. Aquí ya no hacemos nada... - le digo mientras desandamos el camino hacia la plaza. - Supongo que esos guardias habrán seguido su trayecto habitual, así que podemos tratar de identificar los dos mejores lugares para emboscar al convoy de prisioneros antes de que lleguen a esas jaulas... - Calles estrechas con callejones laterales, balcones o tejados bajos desde donde poder disparar con un arco o lanzar algún conjuro. Busco ese tipo de cosas mientras volvemos a juntarnos con el resto.

Aunque Laria tenía interés en ir en la búsqueda de los adelantados, resultaba que en la noche y desplazándose por una ciudad tan grande no era tarea sencilla. Quedaron así en punto muerto, pues las habilidades de Vundav tampoco fueron capaces de localizar a sus aliados.

Hubieron de pasar unos diez minutos hasta que Arden y Mishima volvieron a estar a la vista, llegando hasta ellos. Venían a paso ligero y del mismo modo en el que se fueron, sin nuevas heridas ni persona rescatada.

Allá en la plaza la nueva guardia dejaba pasar el tiempo, los canes ya se dedicaban a dormir pues no había ninguna razón para mantenerse despiertos en aquellas aburridas horas de la noche.

El joven mago Evram por su parte prestó atención a la llegada de la pareja.

- ¿Encontraron algo de interés? Ojala hayan visto dónde están estos prisioneros.

Suspiró tratando de controlar sus propios nervios.

Mishima miró a Arden antes de responder.

Hemos encontrado el lugar donde se dirigían los guardias a hacer el cambio. Y yo diría que hay muchas posibilidades que sea el lugar donde tienen a los prisioneros. Pues aquello parece inexpugnable. Muros in ventanas, y reforzados. Una especie de bunker vamos.

Sacudió la cabeza apesumbrado.

No creo que podamos abrirnos paso. Diría que neustra mejor opción es esperar a que los saquen de allí. Pero claro, no tenemos la certeza que estén allí. Y lo único que se me ocurre para averiguarlo es dejando que te encierren. Con lo que no es un plan demasiado bueno.