Partida Rol por web

Fawoce Movali es conocido entre sus seguidores como “El Capitán” porque realmente fue capitán de los ejércitos matubianos; fue degradado y despedido del ejercito por no cumplir las órdenes dictadas del reino. Se negó a ejecutar a una familia de fugitivos y los dejó libres. Ator estuvo allí y vio como en aquel entonces, su capitán desobedecía las normas y arriesgaba su carrera militar por aquella acción compasiva. Aquella acción ensalzaba mucho más si cabe a aquel hombre.
Luego vinieron las pesadillas; noches enteras de sueños desesperantes donde Ator se veía a si mismo realizando acciones terribles. Después de aquella noche, Ator no fue el mismo. Dejó su puesto y fue en busca de un viaje interior, una búsqueda de respuestas, de intentar comprender y dar salida al héroe que llevaba dentro.
Que caprichoso es el destino que Ator volvió a encontrarse con su capitán años después. Fawoce había conseguido juntar a un grupo de seguidores contrarios al rey y a su iglesia. Habían formado como un grupo de resistencia y se habían hecho llamar La Serpiente Plateada. Humanos de todo Matubias se habían unido para luchar desde la sombra contra la tiranía y la opresión. Luego descubrió que la Serpiente Plateada no era el único grupo de rebeldes; en diversos puntos del reino también se habían formado focos de bandas insurgentes. Sólo era cuestión de tiempo para que poco a poco estos grupos se unieran para una misma causa común: derrocar al rey y a su gobierno dictatorial.
Y Ator reconoció en la Serpiente Plateada un modo de luchar de forma más noble. Defendía a la miserable población del yugo que les oprimía; lo hacían por honor, por hacer resurgir los valores propios de un soldado, por defender la libertad y dar sentido al uso de sus armas en acciones mucho más beneficiosas que para el simple hecho de cumplir las órdenes de un rey loco.
Ahora se encontraban en una aldea perdida de la gracia divina llamada Al Borde del Túmulo. Se encontraba en un punto perdido al oeste de Crest y en el límite mismo del territorio desértico llamado El Cuenco de Polvo. Llevaban ya más de un mes haciendo preparativos. Parece ser que un espía de la sociedad había conseguido información de máxima atención y urgencia. Graves acontecimientos habían sucedido y El Capitán era el encargado de reunir a los grupos para realizar un concilio donde exponer lo acontecido y tomar medidas para el futuro. Y así envió emisarios a todas las partes de Matubias, envió emisarios a los demás grupos insurgentes, envío emisarios a los elfos y a los enanos. Todo estaba preparado, sólo era cuestión de esperar la llegada de todos.
También llegaría un anciano…alguien que tenía mucho que decir y que El Capitán mandó escoltar desde los puertos al norte hasta la aldea. Alguien realmente importante.
Pasaron los días, las órdenes eran claras: intentar no llamar en absoluto la atención. Si pasaban cerca soldados del rey, La Serpiente Plateada miraría hacia otro lado. No convenía levantar sospechas, al menos hasta que el concilio hubiera terminado. Por tanto los miembros de la sociedad pasaban la mayor parte del tiempo ocultos en las casas de Al Borde del Túmulo. Ator entrenaba con esmero en el sótano camuflado de uno de los hogares. Cierta noche, El Capitán entró en su refugio y le habló.

¿Buenas Noches Ator? ¿Puedo pasar? -El Capitán se asomaba por la trampilla de acceso al sótando mientras Ator descargaba sus más feroces espadazos contra un saco lleno de serrín.

Ator dejó el entranamiento al oir la voz de Fawoce, --No tiene ni que preguntarlo Capitán- , él admiraba a ese hombre, su determinación y carisma eran un ejemplo a seguir, no en vano fué él quien le hizo replantearse las cosas, y le dió una nueva oportunidad.

El Capitán le lanzó un odre de agua para que se refescara. Mientras Ator bebía, lo observaba pensativo. Cuando Ator terminó de beber, El Capitán tomó una daga y se aproximo a una pared dando la espalda al guerrero. Comenzó a hacer unos ejercicios básicos de ataque contra su propia sombra.-Pronto llegarán los demás. El Perro de Jade, Los Zarrios, Los Najeri y los Pedrosos dieron su respuesta afirmativa y están de camino. -Hizo una breve pausa mientras lanzaba un tajo en el aire diagonalmente de arriba a bajo, como si seccionara a un enemigo imaginario.-...tengo dudas con los elfos y los enanos. Han desistido del hombre y dudo de su presencia, sin embargo son tan necesarios...-El capitan se gira y mira fijamente al soldado -Ator, se avecinan tiempos más difíciles aún. Los dos informadores que acudiran al concilio traerán noticias desesperantes. No puedo adelantarte nada...pero llegado el momento necesitaré que cumplas un cometido...tendrás que realizar un largo viaje en compañía de otros elegidos...es bien seguro que en ese viaje deberás hacer cosas que no serán del todo honoríficas...pero necesarias para la subsistencia de nuestra causa. Te he observado, Ator. Sé que eres como un león, ¡luchas como un león! Pero también tienes un corazón noble...tienes inquietudes que otros no poseen. Es por ello que te he elegido a tí para dicha misión...es posible que tu alma se ponga a prueba en más de una ocasión, pero precisamente por eso necesito de un corazón inquieto, un corazón que se pone a prueba constantemente...necesito tu corazón, Ator. Sé que lo que te estoy diciendo suena extraño, pero creeme, sé de lo que te estoy hablando.

Ator escucha sorprendido las palabras de fawoce. ¿corazón noble? si supiese todas las barbaridades que he llegado a hacer -pero..., comienza a hablar pero todabía no sabe lo que decir -sabes que te seguiría a cualquier parte, lo que no se es por que confías tanto en mi si ni yo mismo lo hago- se dió la vuelta y clavó su espada en el saco haciendo que un regero de serrín cayese al suelo. -pero si con eso puedo ayudarte, ayudarnos, estoy dispuesto-

Ator conozco esa mirada...somos guerreros y eso implica haber vivido situaciones terribles donde se hacen cosas terribles. Yo mismo he cometido actos de los que estaré siempre arrepentido. La muerte siempre nos sigue allí a donde vamos. Hemos llegado a matar para sobrevivir...matar o morir...pero ahora formamos parte de algo mejor. Aqui tenemos la oportunidad de enmendar nuestros errores del pasado. Dentro de unos días tendremos el concilio...una vez terminada la reunión, deberás venir a hablar conmigo en privado. Tengo una misión importante para tí, una misión personal que quizas contradiga los objetivos principales...¿entiendes lo que te quiero decir?

Dentro de todas las dudas que tenía dento de si, Ator entendía las palabras del capitán, -Estoy dispuesto a llevar a cabo la misión, pero espero que no signifique que tenga que volver el antiguo Ator, no se si sería capaz de hacerlo-

-Precisamente... (se queda como pensando cómo decirlo)Ator, son las misiones generales del grupo las que estarán más cercanas al viejo Ator; la mía personal es la que se acerca al Ator que tengo delante, pero no puedo darte más explicaciones. Pronto llegarán y podremos hablar con mayor franqueza. La información que yo poseo es infiltrada. Es el Viejo quién nos dará más detalles. Se trata de un venerable de una antigua orden. Siempre han estado ahí y siempre lo estarán. Si lo que viene ha decirnos el Viejo es cierto...puede ser terrible para la condición humana...y para todas las razas.

Ator se sienta y se limpia el sudor de la frente, apoya su espada en el suelo y comienza apasarle una lima ritmicamente, si dejar de mirarla sopesa las palabras de fawoce -bien, esperemos pues la llegada del Viejo, ojalá estes equivocado y no tenga que volver a acercame al pasado, tendrá que ser convincente ese venerable.-

Otro soldado entra de manera precipitada en el sótano -¡Señor, han avistado una compañia de soldados acercándose a la aldea por el Camino Sordo. Vienen desde Crest a caballo y traen una carreta. Son diez bien armados.

¡Da la alerta y reune al grupo en la morada de Thoom! ¡Vamos Ator, toma tus armas! Debemos estar preparados.

Ator se coloca rapidamente su cota y coge su espada y escudo dspuesto a seguir a Fawoce. -estoy listo-

Poco despues se encontraban en la morada de Thoom, que se podía decir era el lider de la aldea. AL Borde del Túmulo se había mantenido fiel a la Serpiente Plateada, pero la tentación estaba ahí, siempre amenazante ¿durante cuanto tiempo una población desesperada podría aguantar su voto de silencio? Thoom era carismático y entré él y el Capitán habían conseguido mantener a los aldeanos unidos en una convicción de que su silencio era un arma poderosa contra el rey y que tarde o temprano, habría una revolución y debían mantener la esperanza en los grupos rebeldes.
Ahora se encontraban tras un falso muro hecho de tablas pintadas al igual que el resto de las paredes de la habitación en la que se encontraban. Aquel desván era el centro de operaciones de la Serpiente Plateada. En estos momentos sólo 6 miembros del grupo permanecían en la aldea esperando la llegada de los que acudirían al concilio. La casa de Thoom era una de las más céntricas de la aldea y desde un pequeño ventanuco se podía ver y oir todo lo que pasaba por una pequeña plazoleta. Los vecinos se habían metido en sus casas temerosos de posibles represalias de los soldados matubianos.
El calor en el pequeño receptáculo camuflado era sofocante. El sudor recorría las frentes y rostros de los miembros de la insurgencia. Ator se limpiaba el cuello que le goteaba pringoso y le picaba al roce de su armadura con la piel. La tensión se palpaba. Por fín oyeron el sonido de los caballos detenerse al igual que las ruedas del carro. El Capitán miraba por el ventanuco intentando descubrir qué pretendían esos hombres.

Entre susurros y gestos con la mano el Capitán intentaba describir lo que veía -...el carro...¿qué lleva? Son libros, papeles y pergaminos...qué extraño...¿para qué? No os movais... no podemos delatar nuestra posición. No haremos nada salvo si descubren este lugar. Desoid los gritos o las peticiones de auxilio si las hubiera. La celebración de ese concilio es lo prioritario. Al Borde del Túmulo es una aldea normal, donde la Serpiente ni si quiera existe...¿entendido?

Después los guardias comenzaron a aporrear las puertas -¡EN NOMBRE DEL REY, ABRID! ¡TODOS LOS VECINOS DE ESTA ALDEA DEBEN ENTREGAR TODO LIBRO O MANUSCRITO QUE TENGA EN SU POSESIÓN. OCULTAR O NO ENTREGAR SERÁ MOTIVO DE CASTIGO PÚBLICO. DEBEIS ENTREGAR CUALQUIER DOCUMENTO ESCRITO QUE ESTÉ EN VUESTRA POSESIÓN!
Poco después comenzó el sonido de la gente y los golpes de los tomos y papeles al caer en el interior de la carreta.

Poco tiempo después los soldados comenzaron a entrar casa por casa haciendo un exhaustivo registro. Los gritos de una mujer pidiendo clemencia por su esposo rompen el silencio. -¡Mi señor, esta familia no posee libro alguno, pero hemos encontrado un pequeño almacen con comida! -Acababan de descubrir vuestro almacen -¡comida en abundancia, mi señor! -Pasos metálicos en el suelo y un golpe seco de una patada contra el rostro de alquien. Más gritos de la mujer. La voz del superior se alza sobre las demás -¡Haced sitio en la carreta y llenadla de comida! ¡Todos los libros que no posean piezas metálicas en sus tapas, deberán ser quemados! ¡A ese hombre y a su familia: 30 latigazos a cada uno! ¡Inmediatamente!.

Ator empuña fuertemente su espada, el calor le agobiaba, y el oir los gritos de la mujer retumbaban en su cabeza trayéndole viejos recuerdos, recuerdos de odio, de odio hacia si mismo, agarró mas fuerteme su espada y se dirigió a la puerta.

No, Ator...no podemos...te entiedo, pero no podemos actuar; el concilio debe celebrarse y si delatamos nuestra posición, en menos de lo que canta un gallo, tendríamos encima a medio regimiento de soldados de la Rosa LLameante. Tienes que ser fuerte. -Dice Fawoce tomando del brazo a Ator. -Si descubrieran que estos aldeanos nos esconden ¿cúal creías que sería la replesalia? Matarían a todos.

inmovil ante la salida lucha entre sus sentimientos y la razón que el capitán intenta meterle en la cabeza, finalmente afloja su mano y se agacha con la cabeza mirando al suelo esperando a que los soldados terminasen fuera para poder salir.