Partida Rol por web

Kerrin se mantuvo en segundo plno. Su compañero era lo suficientemente capaz como para manejar la negociación que se avecinaba, aunque aún dudaba sobre que podían significar los gritos que habían oido.

Finalmente intervino - Quizás podamos ayudaros - comentó lentamente - Moradín me brinda sus dones para compartirlos y si necesitais algo de curación... -

Luego se quedó en silencio. Si no necesitaban ayuda, tampoco era cuestión de ofenderlos.

El hombre miró confundido a Úgrum, pero luego pareció entender las palabras referentes a la negociación y al ofrecimiento de Kerrin para sanar -¿Curación? Oh no no, terrible desgracia ha sucedido. Mujer que llora fue al borde del río con su hijo en cesto. Frotar ropa y se giró y bebé no estar en cestaño. Nadie ver al bebé. Nuestros hombres buscar por la zona y no ver nada. ¿Vosotros ayudar podeis?

Es extraño... ¿Se habrá caido al agua helada?
espero que no... ¡No os preocupeis! ahora mismo voy a buscar a la criatura, solo espero que no sea demasiado tarde.

Luego de decir esto mira a Kerrin esperando su aprovación.
Y vuelve a mirar al nómada.
¿Puedes decirme en qué dirección fue la mujer?

El clerigo asintió ante la proposición de su compañero y se preparó a ayudar.

Sus ojos recorrieron el lugar mientras hablaba - Algún animal, quizás? Habeis oido algo? Rugidos? gruñidos? Algún enemigo en la zona? Habeis visto alguna huella en el lugar? - preguntó sin preocuparse por el dolor que podía significar pensar en lo que estaba proponiendo.

- En fin, averiguemoslo - le dijo a su compañero mientras lo dejaba tomar la delantera.

El nómada les llevó hasta el lugar donde había ocurrido la terrible desgracia. Se habían alejado bastante del campamento, tanto como para que si alguien hubiera podido ver algo desde allí no fuera posible. También el lugar estaba demasiado próximo a la cascada que caía con fuerza, con lo que cualquier ruido o llanto quedaría completamente anulado por el sonido del agua al caer. La mujer al dar la espalda a su bebé, no podría haber oído nada. El claro de Fuente Fría era bastante amplio y sus límites estaban formados por terreno rocoso formado por grandes moles de piedra y numerosos recovecos en las rocas. Todavía quedaba descenso desde el claro hasta la base de las montañas y los numerosos caminos que llevaban a ésta, eran de piedra y grabilla suelta.
Ugrum se agachó a inspeccionar el terreno más cercano a lo acontecido.

Úgrum para de caminar y se agacha, inspeccionando y tocando levemente el suelo.
Aqui hay huellas de pies. Una criatura que camina en dos pies. Son huellas pequeñas, probablemente más que las de un adulto.
Úgrum continúa mirando las huellas, y mirando hacia donde se dirigían.

No estoy seguro.. Puede ser el niño, pero hay que estar preparados. Debemos comenzar a acostumbrarnos al peligro y a ser lo más desconfiados posible...

Seguidamente comienza a caminar siguiendo el curso de las huellas.
Luego deja de mirar las huellas y se detiene un momento, señalando el limite de las rocas.

Las huellas se dirigen hacia allí, donde termina el claro. Luego saca el arco y sigue caminando.

Asombrado por la habilidad con que su compañero detecta los para el invisibles rastros del pequeño, Kerrin lo sigue, mirando por sobre su hombro. No será muy capaz con las huellas, pero tampoco quiere que nada los sorprenda mientras el explorador se encuentra agachado.

En sus manos, la ballesta se encuentra cargada y apuntando por sobre su compañero a quien pudiera aparecer frente a ellos.

- Te cubro - le informa con naturalidad, esperando que siga su rastreo.

Después de recorrer los escabrosos senderos entre los enormes pedruscos, un pequeño y estrecho camino os lleva a un espacio más abierto entre los riscos. Terrible es la visión que queda ante vuestros ojos pues a varios pies de distancia, en el suelo bajo la sombra de una enorme pared de piedra, hallais un cadáver descuartizado y destripado de un recién nacido.

- Pero quien... ? - el murmullo del enano es subitamente acallado por sus instintos, lo que sea haya hecho esto puede estar cerca. Aferrando con más fuerza la ballesta intenta descubrir lo que pueda haber pasado.

Úgrum se mueve atento a todo sonido y observando por todos lados, y se sube a una piedra cuando se acerca lo suficientemente a ella.

Esto no me gusta. Y menos tener que decirles que el bebé murió. ¿A manos de qué? tocará esperar para averiguarlo.

Todo lo silenciosamente posible, sacó una flecha del carcaj y la preparó para cuando sea necesario lanzarla.

Cerca del cadáver de la criatura y detrás de una roca, veis agazapado y apuntando con un arco a un mediano, pero su aspecto es completamente salvaje, su tamaño es algo más achaparrado que los medianos comunes, pero su piel está llena de heridas y cortes. Sus ojos muestran odio y os obserban desde la roca con furia. Tiene la boca y las encías llenas de sangre al igual que sus ropajes hechos con pieles de animal. No parece un mediano, más bien es alguna variación de esa raza. Variación o perversión según se mire.

- Esa sangre lo delata - murmura el clérigo mientras se prepara para vengar al pequeño.

- Que ser pensante es capaz de un cosa así - el clerigo está sorprendido - lo puedo entender de un animal, pero... evidentemente eso no es racional -

¡Malditos enanos AAAAGGGG! ¡Me habeis estropeado el banquete, justo ahora estaba saboreando su hígado! ¡Pagareis por ello, luego me comeré vuestros cerebros y me llevaré vuestros corazones! ¡Inmiskaarrr sassstaaslumen aerinfeno!

El enano, en el momento en que aparece el mediano, estaba mirando hacia otro lado. Fue gracias a Kerrin, cuando habló, que se dió vuelta y le apuntó en la cara.

¡Bastardo, ahora saborearás mi flecha!

Verlo empapado de sangre junto con esa cara de loco le causaba tanta repugnancia que al verlo largó una pequeña arcada.

¿Es posible que ese mediano sea un Jerren? Los jerren era una raza degradada de medianos nómadas. No se había oído hablar de los jerren desde hace más de 200 años. Su historia te es desconocida, pero sabes que solían actuar en bandas que buscaban dominar, corromper y alimentarse de todo lo que podían. Están gobernados por la sed de sangre. Ansían la sangre y los sacrificios para alimentar el hambre insaciable de los dioses malignos a los que han jurado servidumbre. Solían habitar las praderas. ¿Pero es posible que los jerren hayan vuelto a resurgir?