Partida Rol por web

Los párpados le pesaban una barbaridad, pero poco a poco consiguió abrirlos, observando un techo que no reconocía.
Lentamente se incorporó, apoyándome sobre el lado derecho y observando alrededor. Estaba en una sala desconocida y no se encontraba solo.
Sin embargo, todas sus pertenencias estaban con él.
Intentaba hacer memoria de cómo había llegado hasta aquí, pero no consiguió atravesar el intrincado camino de la memoria para llegar hasta la respuesta..

-Aquella Bruja...- recordó a la mujer de ropajes oscuros y bellos.

Se puso en pie, con cuidado de no hacer demasiado ruido y paseo por la sala desnudo, buscando alguna ventana que le permita mirar al exterior y así poder ubicarse, por lo menos en la hora que puede ser. Tras saber que está amaneciendo se da la vuelta y en el reverso de su mano observa una X impregnada en su piel.

-No se que es esto. Pero alguien está jugando con nosotros..- se dirigió hacia sus pertenencias y comenzó a taparse con sus ropajes de cuero.

-¡Eh!.. dice al tiempo que pasa una camisa de tela gorda blanca por su cuello Yo no me acercaría demasiado a eso. Podría ser una trampa..- comentó hacia el semiorco mientras el joven terminaba de vestirse..

Como si de un mal sueño se tratase, Pícara se alzó sobresaltada. Qué sueño tan raro! o fue real?
Sea como fuere estaba alli tendida .. quien la trajo hasta alli? y ..no estaba sóla, al parecer no fue la unica... tras unos instantes de duda se percató de la situacion, recogiendo las sabanas sobre su persona y tomando su equipo se apartó de la multitud y se empezó a poner la ropa!...

Necrull abrió los ojos y el dolor recorrió su cuerpo.

Arrghh

Poco a poco el dolor fue desapareciendo, aunque el cansancio se mantenia. Sabía lo que había pasado, la flecha le mató y ahora había resucitado. Pero ¿cuanto tiempo había pasado?
El brujo escucho ruido alrededor suyo y se dio cuenta de que no estaba solo en la estancia. Era una habitación grande y estaban todos las personas de la cena. Al parecer todos habían muerto.

Vaya, vaya. ¿Acaso no consiguió nadie la llave? Interesante, muy interesante.

Necrull se fijó en que sus cosas estaban en el suelo y se dispuso a vestirse y armarse. Mientras lo hacía se fijó en una extraña marca en su mano.

¿Pero qué...?

¿Que demonios es esto? Espero que no sea una marca restrictiva.

Empezó a conjurar en un idioma obsceno y sus ojos brillaron.

Urzam se levantó con aprensión, observando la figura negra central que sujtaba un objeto brillante. Sin dudar de que más valía eso que seguir desnudo en aquella habitación, se acercó a aferrarlo con toda la decisión que su cansado cuerpo le permitía.

Uhmmmmmm

Parpadeaba con esfuerzo... despertando a las voces y los movimientos que a mi alrededor se sucedían... y el negro de los ojos iba cediendo a la luz.. al recuerdo...

La sabana se me hizo presente sobre la piel... y me apoyé sobre el codo izquierdo para incorporarme levemente.... para mirar a mi alrededor mientras la mano derecha se apoyaba en el pecho sujetando el algodón blanco de la tela... El azabache del pelo se desbordaba sobre los hombros mientras el de los ojos recorría la habitación y observaban estupefactos los cuerpos de unos y otros... y la sangre me encendía la piel sonrojándome hasta las sienes...

Me senté de golpe sujetando la sabana ahora con ambos brazos... que se cruzaban sobre el pecho mientras la mirada se enterraba en los pliegues de la tela... y apenas despegué de la piel el blanco que me cubría para comprobar que estaba completamente desnuda... cómo lo estaban todos...

Qui.. quién.. ha.. osado..?.. qui...

La voz me temblaba de rabia... y no levantaba la mirada de las manos... que continuaban aferrando la sabana... manos que ahora mostraban una nueva marca... Qué era aquello?... lo descubriría.. pero ahora me asfixiaba el palpitar del corazón...el arder de las mejillas... de los hombros... de toda mi piel espoleada por una sangre traidora que había decidido agolparse bajo ella... y reptando casi por la cama, intentando cubrir las caderas con el mayor trozo de blanco posible, llegaba a los pies del lecho... hasta mi ropa... hasta mis armas...

A los pies de aquel catre apenas me entretuve en la figura que descansaba en el centro de aquel lugar... y girando el cuerpo... dando la espalda a las sombras que eran ahora mis adversarios en la lucha... buscando la pared salvadora con la mirada... estiraba la mano para alcanzar el kimono suave y blanco que habría de cubrirme...

La espalda se ensortijaba de tatuajes que se entremezclaban con el lacio negro del pelo... y con suavidad... primero una mano y después la otra... los brazos se alternaron en la sujeción de la sabana para introducirse en las mangas del kimono blanco sobre el que descansaría aquel otro de seda... y sobre este... la armadura...

En cuanto la primera de mis telas rozó mi piel me había puesto en pie... y ahora anudaba con cuidado las cintas de la hakama... intentando sosegar una respiración que se me desbordaba... intentando levantar una mirada que permanecía perdida en aquellos nudos... La cota roja y pesada fue lo siguiente... ceñida a mi cuerpo como ceñida continuaba la sangre a las mejillas... y liberando el pelo negro con ambas manos, pelo que había quedado aprisionado por aquel peso... por fin di la vuelta para recoger a mi Daisho... Y el rubor ahí seguía... pero el orgullo también...

El siniestro enano se dirigía hacía la figura al tiempo que lo hacía yo... ya llegaba a ella... y yo inclinaba la cabeza interesada... El intentaba aferrar algo que aquel ser sostenía... yo, en cambio... buscaba su cara... buscaba su consciencia... y su mirada...

Que otra cosa define a un ser?

Al ver que el resto de aspirantes al trono comienza a equiparse, Meriele decide imitarlos sin más dilación.

-¿Qué demonios es esa cosa?--se pregunta cuando observa a varios compañeros acercarse a la oscura figura que hay en el centro de la sala.

Al terminar de ponerme la ropa observo al resto, qué les llama tanto la atencion?

¡Es mia!

Con un alarido la belleza morena se incorpora de la cama, desnuda y tendiendo la mano con fuerza al aire como queriendo agarrar algo… de repente se da cuenta de donde esta…

Con ojos asustados os mira a todos, pasando veloz de uno a otro hasta que se encuentra con la mirada de Sebastián… agachando la cabeza se cubre con la sabana… y empieza a recoger sus cosas del suelo… una vieja túnica morada y unas sandalias, un libro y una rata blanca muerta…

Mirándola con ojos lloroso..

Vivanco… despierta… despierta cariño…

unas horribles nauseas os recorren a todos, un instante, un dolor punzante en la base de la espalda os ahce plegaros a todos hacai el suelo...

Han sido unos instantes ni si quiera un segundo pero el dolor ha sido estremecedor... un pequeño halo rojo recubre las marcas de todos en vuestras manos...

Mientras lo chillidos de alegría de Alisha os vuelven a llamar la atención al ver la rata corretear por su regazo....

la marca de su mano había cambiado ya no era una X....

El enano se levanta lenta mente con la mano en la cabeza.

Maldito cerdo...

Después se mira en la mano.

pero que coño...