Partida Rol por web

-Ok, como quieras, contesto a Alex.

Azkarra se dio la vuelta y salio por la puerta, esperaría fuera hasta que los demás regresaran a no ser que tardaran mucho y se cansara de esperar.

Me monto en la parte posterior del coche, haciendo, sin darme cuenta, una mueca. Cuando oigo a Mark diciendole a Lee que no corra, sonrío ligeramente y cierro los ojos pensando para mí misma "por favor, que le haga caso... no quiero repetir...".
Y mientras nos dirigimos a por Motoko y Jhiarr, me pongo bien el cinturón y me quedo bien quieta en el asiento... sólo por si acaso.

Mientras charlan con Marco, apenas un minuto y algo despues de la llamada de Motoko (la cual atendio Marc), aparece el Xantia de Lee en el cafe. Estaban a solo 4 calles de donde recogiera a estos 2!

Las chicas, por su parte, beben cafe con uno de los oficiales de policia, un joven de buen aspecto, que parece muy interesado en algo que dice Jhiarr. 

Marco escuchaba las palabras de Jhiarr con una media sonrisa extrañada, y poca atencion presto a la salida de Motoko, hasta que esta anuncio que las vendrian a buscar en breve.

-Si... esta bien. Es una lastima, pero lo comprendo, son cosas de trabajo. Esten tranquilas, en cuanto terminemos de procesar el auto las llamaremos.  Tengo sus telefonos asi que... 
Mira a la Tes-Khar
-... espero que tampoco te moleste si luego llamo para continuar esta charla, Jhiarr...

En eso aparece Lee, con Fae y Marc ya montados. 

Se despide del agente con un adios, esperaré información sobre el coche agente. Y se monto en el auto. Se alegro ver a Lee nuevamente y sobre todo a Ardid el ver que estaba allí y estaba bien le hizo poner en su rostro una gran sonrisa dulce.
Ardid, ¿cómo estas?, ¿has buscado información sobre el tipo aquel?, yo en cuando lleguemos a la base sino no hay nada que hacer buscaré información sobre la matricula para ver si encuentro algo de quien es…le miro a la cara y le sonrió.
Lee me alegro que hayas venido a por nosotras, no sabes como te lo agradezco, luego tenemos que hablar tranquilamente para que te comente todo más tranquilos. Le decía en un tono muy suave y con gestos de complicidad hacia el.

- Esperaré su llamada Marco. Aprecio lo que ha hecho por nosotras, ha sido muy amable. Gracias. - Fue lo último que le dije al policía con una sonrisa antes de salir del local. El tono de voz fue relajado y formal, asimilándose a una despedida una vez terminada una entrevista de trabajo.

En la calle pude ver de nuevo a los chicos. Habían venido a buscarnos y por fin podíamos volver de nuevo a casa. Al volante se encontraba Lee, al que no pude parar de mirar por unos segundos intensamente eternos, parecía que había pasado una década desde que le había visto por última vez. Ardid y Marc también se encontraban en el coche.

- Gracias Lee por venir a buscarnos - dije mientras me metía en el automóvil. Nos has salvado el cuello. Especialmente el mío, ya me veía sumergida en una conversación llena de rodeos interminables... Me volví para Ardid con interés -  Y tú, ¿cómo te encuentras? Sé que ha pasado poco tiempo, ¿pero cómo vas? Tienes mejor cara.

Mi preocupación se añadió a la de Motoko que también parecía preocupada por la compañera. Además de preguntarle por su estado, había mencionado a un tipo del que yo no sabía nada, lo que me dio a entender que me había perdido parte de alguna historia, o la historia completa. ¿Aquel tipo? ¿De qué hablan?

Quise apagar mi mente pero no estaba segura de si aquello era posible. Tenía hambre, mucha hambre, en parte porque me había pasado toda la mañana pensando en armas afiladas y en filetes tiernos y jugosos que quería compartir con los chicos, comida que ya jamás llegaría. Además me cansaba fingir, pretender alguien que no era y el jueguecito se había vuelto pesado. Apoyé mi cabeza en el respaldo de mi asiento y suspiré, no sé si mentalmente o en voz alta porque para aquel entonces mis oídos habían dejado de oír y mis ojos ya se encontraban cerrados.

Sonriendo con gesto amable miré tanto a Motoko como a Jhiarr - Estoy mejor, en serio... Una vez lleguemos me acostaré un rato y en un par de horas... Como nueva, seguro - digo apretando con cariño la mano a Motoko.
- Respecto a ése tipo... No, creo que Mark y yo nos entretuvimos demasiado zigzagueando y hace apenas unos diez minutos que Lee nos recogió - concluyo riéndome un poco.

Tras ésa breve conversación, me recuesto en el asiento y miro a Jhiarr tocándole el brazo ligeramente - ¿Estás bien? parece que no hayas dormido en días... - no dejo de extrañarme por su estado de cansancio, sobretodo porque ésta mañana parecía estar bien...

Mark saludó quedamente con un leve asentimiento de cabeza y luego siguió mirando por la ventanilla... ni el paseo en coche ni el tiempo que había pasado de momento le alivió el mal estar que sentía...

Lee no hace comentarios. Simplemente arranca, y sale de alli a velocidad normal, tomando la avenida Republica Argentina hasta la rotonda de ingreso, y de alli la ruta. Parece que escucha la recomendacion de Marc, o tambien es su naturaleza, puesto que va sin prisa, aunque con la cara palida, los labios apretados... 

En unos 20 minutos despues de salir del cafe, estan de nuevo en la base. Azkarra, que habia permanecido esperandolos, escucha claramente llegar al auto, el cual se mete en el garage. 

Fue justo en ese instante en el que las pestañas se entrecruzan al cerrar los ojos, cuando volví a abrirlos súbitamente. Pero ya no me encontraba dentro del coche de Lee, o al menos eso me parecía sentir. Todo estaba oscuro, como si de una nube negra, espesa y asfixiante se tratara, como si el vacío se hubiera tragado todo lo existente incluyéndome a mí.
De pronto, junto al sonido de un cascabel, apareció un diminuto punto de luz a lo lejos. No tardé en descubrir, de forma inexplicable, que no era la lejanía lo que lo hacía pequeño, sino que se trataba de una bolita de un blanco puro que se encontraba a escasos centímetros de mí. Con un esfuerzo sobrehumano pude levantar mi brazo para alcanzarlo pero antes de que aquello fuera posible estalló la luz.

Me desperté en medio del Amazonas, muy aturdida y mareada, pero había visto ese paisaje tantas veces durante mi infancia que no tardé en orientarme. En el camino terroso descubrí pisadas de diferentes tamaños y patrones que no dudé en seguir. Conforme avanzaba, la vegetación se iba tornando en colores pasteles que hacían de aquel lugar un sitio más acogedor, casi idílico. Seguí andando y el final de la senda dio lugar a una pequeña explanada que a su vez se encontraba rodeada de árboles y plantas. En medio había una mesa rectangular llena de comida de toda clase, chocolates, filetes de ternera, pasteles, patatas, guisos, pizzas, pescado, muffins, costillas de cerdo, marisco, guisantes, pan... Mis ojos no daban abasto. En el centro del mantel había un gran centro floral rodeado de botellas de alcohol y grandes copas. Era una gran fiesta. Los invitados éramos nosotros mismos: Tifón, Azkarra, Ardid, Mark, Motoko, Lee, y yo misma que charlábamos y reíamos como si no temiéramos nada.

Mi propia imagen me vio llegar y dijo en voz alta: ven, únete y come algo, antes de que sea demasiado tarde... 
¡¡Sí, sí, demasiado tarde...!! reía Motoko. Creo que se acerca el momento... comentó Mark.

Sonó un reloj marcando la hora en punto y todos los presentes comenzaron a arrancarse la piel de sus rostros. Todos nos transformamos en monstruos horribles y repelentes que se desangraban a borbotones arruinando el banquete. Sus ojos estaban tan llenos de maldad que me causaban un miedo aterrador. Aquella figura que antes había sido Azkarra amenazó diciendo... Uno de nosotros por cada cabeza de héroe... Las risas de Ardid y Lee eran tan punzantes que se metían en mi sien repitiéndose una y otra vez. Moriréis - añadió el nuevo Tifón.

¡¡MIS HACHAS!! - dije lo suficientemente alto como para despertarme a mí misma.

Volvía a estar en el coche, rodeada de mis compañeros. O al menos eso esperaba.

Tras estar todo el viaje mirando por la ventana, abstraída en mis pensamientos, oigo de repente gritar a Jhiarr poco antes de que lleguemos y asustada, me giro hacia ella. Alargo una mano para tocarle el brazo pero la dejo en el aire, sin llegar a hacerlo y la veo abrir los ojos y mirarnos a todos con los ojos como platos. Con un tono suave de voz e intentando no asustarla, le pregunto - ¿Jhiarr? ¿estás bien? casi hemos llegado... seguimos en el coche... tranquila... - termino por añadir.

El camino hacia la base había sido muy silencioso y tranquilo a la vez. Nadie dijo nada sobre nada, ni si quiera un como os ha ido con la policía, o como estáis?ni si quiera eso. Vi como Ardid estaba mirando por la ventanilla el paisaje al igual que lo hacía Mark, mientras Jhiarr dormía. 

Cuando llegamos al garaje y Lee metía el coche dentro, escuche como Jhiarr gritó y abrió los ojos,¿estas bien?, ¿alguna mala pesadilla? le dijo con una risa floja.

Abrió la puerta del coche y bajo, saludo a su compañera Azkarra que se encontraba allí, ¡hola guapa! ya estamos de vuelta por aquí. Comento mirando Ardid, yo me voy hacia los ordenadores para buscar algo de información sobre el chico de esta mañana, tu descansa si quieres y cuando encuentre algo te informo. Miro también a Lee y se acerco a el, mientras le cogía de la mano acariciándola . Gracias por todo y venir si apenas preguntar nada, en cuando sepa la información que quiero buscar te busco y charlamos, así te cuento todo, ¿te parece?.Le sonrió con una dulce sonrisa.

Ensimismado e inmerso en sus pensamientos, Mark estaba en otro mundo, recordando otra vida, imaginando un mundo mejor en el que no había tierra y solo agua... el liquido de la vida, la esencia de la misma... parecía estar apunto de alcanzar el nirvana, comprender el cosmos, entenderlo todo... lo grande y lo pequeño, lo mágico y lo mundano... pero alguien gritó; del mismo modo que uno se cae de la escalera después de haber acariciado la manzana dorada de las Hesperides...

frustrado.

Miró a Jhiarr con una furibunda mirada, mezclados los deseos de partirle la cara, tirar las hachas por la ventana y echarse a llorar... sus azulados ojos la miraban inexpresivos a la vez que parecía que gritaban, todo una contradicción. Mandíbula tensada, músculos contraídos, Mark le dio sus dichosas hachas... - menuda... panda... de... locos... - pensó sin dejar de mirar a Jhiar con ese rictus facial

La pregunta de Ardid terminó de despertarme. Sus palabras reflejaban cierta preocupación lo que hizo enternecerme y sacarme una sonrisa tierna. Aquella pobre muchacha necesitaba más descanso que yo y aún así se preocupaba por mí. Eso denotaba que era buena persona, además de una excelente compañera. Sacudiendo la cabeza a modo de negación contesté a las chicas - no ha sido nada... sólo un mal sueño.

De manera súbita noté un peso sobre mi regazo. Bajé la vista y vi mi maletín al que agarré con fuerza casi al instante. Debió ser un acto reflejo. Subí la mirada y dije en voz alta - oh, Marc, grac... - pero mi boca se paralizó. Sus ojos desprendían un odio inmenso y sabía que iba dirigido exclusivamente hacia a mí aunque no entendía muy bien el por qué. Ahora es cuando se arranca la cara, la sangre se dispara y pone perdido el coche de Lee. Inevitablemente me eché a reír en voz alta y cuando terminé le saqué la lengua a modo de burla. Gracias - pude concluir.

Era mejor salir del coche antes de que aquel rubiolo mutara a su alter ego. Me despedí de Lee agradeciéndole de nuevo que viniera a nuestro rescate y a Ardid le ofrecí mi ayuda en caso de que necesitara cualquier cosa. Fuera del vehículo se encontraba Azkarra que al parecer había salido a recibirnos. Le toqué un hombro a modo de saludo cordial y le pregunté - ¿todo bien? Nuestra mañana ha sido de lo más variopinta pero antes de contarte lo sucedido voy a ver qué puedo digerir.

Mis tripas rugieron alto y entendí que era el momento de subir, dirigirme a la cocina y pegar bocado.

Llevaba un rato largo esperando aquí fuera, no sabría con exactitud cuanto llevaba esperando pero este tiempo se le había hecho eterno. Caminaba con la mirada perdida sin alejarme de la puerta de la casa, en mi cabeza solo rondaban unas preguntas que hasta que no llegaran no podrían ser contestadas.

Por fin escuche el sonido del coche, camine hacia el garage hacia el encuentro de sus compañeros. Uno a uno fueron bajando del coche.-¿Como estáis?¿Que ha pasado?, pregunte un poco preocupada.
Me quede un parada en el sitio, tal vez esperaba otro tipo de reacción al bajar del coche pero parecía que no hubiera pasado nada.

Me acerque a Lee para esperando que me informara de lo que había pasado

Saludada Azkarra y dicho lo dicho a Lee y Ardid. Escucho lo que Azkarra comenta y lo furioso que estaba Lee. A lo que les digo a los dos pero mirando al resto también,tranquilos lo del accidente os lo puede contar Jhiarr o Mark ya que Ardid tiene que descansar, y el resto os lo cuento yo personalmente al resto o a vosotros dos cuando busque la información que necesito. Me voy del garaje. Empiezo a caminar con calma y sin tener que ir deprisa, y me dirijo hacia la sala de computadoras.

Por el camino iba pensando, que todo había sido muy raro, primero un tío a mí y a Ardid nos sigue desde la manifestación aquella. Cuando conseguimos tomar algo en un bar, nuestra sorpresa es que está allí también, y cuando decidimos irnos nos sorprende en una especie de parquecito junto a una biblioteca y nos dice nuestros nombres y todo.
No se quien coño sería ese tipo, solo sé que no me gusto ni un pelo y de no ser que estaba cerca la manifestación, tanto mi compañera como yo le hubiéramos, atacado.

Tenía en la mente la matricula de la furgoneta, y eso era lo que quería averiguar. Datos o información sobre ella.

Llego a la sala y tomo asiento para encender un ordenador.

Al escuchar a Jhiarr, se sobresalta un instante, hasta que escucha a Fae calmarla acerca de una "pesadilla"

-¡Y encima se duerme!- Frunce aún más los labios y sostiene con más tensión el volante, que cruje levemente ante la presión.

Al llegar, estaciona con prolijidad, espera que desciendan todos, se quita el cinturón de seguridad y baja de auto.

Cita:

-Eso quisiera saber, no comenté nada porque pensé que Azkarra querría escucharlo, por mi parte, necesito saber qué es lo que le voy a decir a los jefes y ¡¿por qué DE-MO-NIOS no estaban en la base?!

Exclama Lee con expresión furiosa, ignorando las miradas y la mano de Motoko.

Bajo del coche, después del curioso despertar de Jhiarr y con una mano me froto los ojos mientras oigo como todos reaccionan de una manera u otra a nuestra llegada y nuestra escapada.

- Mirad, yo... lo siento, me encantaría quedarme a charlar, pero necesito tumbarme... Ya hablamos después... - digo con un hilo de voz. De forma lenta, e intentando aparentar normalidad, me voy a mi habitación a tumbarme.

La habitación está en penumbra y a pesar del calor, las cortinas dejan que pase una ligera y fresca brisa. Las sábanas frías son como una bendición, sobretodo después de la fantástica mañana que hemos tenido.
Cerrando los ojos veo pasar a una velocidad de vértigo todas las horas pasadas e intento enlazar unas cosas con otras, pero sin darme cuenta, caigo dormida antes de poder seguir pensando en lo que ha pasado.