¿A mí? Claro que no me importa. De hecho, mientras tengáis esos ridículos cordones al cuello, podéis ir donde os plazca. No seríais los primeros en entrar, aunque puede que fueseis los primeros en salir.
Mira a Mitius por encima del hombro y pone los ojos en blanco.
De hecho, podéis enviar al chiflado este y, si vuelve, que os lo cuente. No sería una gran pérdida...
Bah, estúpida humana. No dudes que iré donde me plazca y me venga en gana, con o sin tu consentimiento. -Nubes de colores, arcoiris, plastilina, reina de mi reino esa es mi mamaaaaaaá...- Por cierto elfa noña -digo mientras me doy la vuelta y la miro con cara de desiquilibrado mental- recuerdo que antes dijiste algo sobre la poción. ¿Cómo diantres -¿Que será un diantre?- llegaste aquí sin la poción?
Pues durmiendo e intentando soñar con la escuela... como lo ibamos a hacer sino¡¡ es lo que decía la nota de Crakell, lo malo fue que se asustó cuando nos iba a explicar lo que teníamos que hacer... es un tanto gallina aparte de urraca tras decir esto último ríe druante unos instantes al recordar la situación
Interesante... -Nota mental, ante todo pronostico, los elfos duermen. Es un buen momento para asesinarlos- Una pena que no hubiseis probado la poción, aunque he de decir que me desilusionó mucho, no sabía a rico zumo de cítrico.
La chica dedica una sonrisa displicente al mago. Al escuchar la respuesta de Meiar, suelta una carcajada.
Te confundes de animal, muchacha. Crakell Dúrdagan estaría a medio camino entre rata y zorro. Sólo por curiosidad, ¿cuánto os ha estafado a vosotros?
Contesta vuestras caras de sorpresa y/o indignación con media sonrisa burlona. Tiene aspecto de ser alguien que disfruta dando malas noticias.
Ya os lo he dicho, la Orden está abandonada hace décadas. Crakell era uno de los heraldos, tan eficiente como conflictivo; sentía verdadera predilección por protestar, especialmente por la falta de dinero para sus caprichos, que eran cientos. Cuando este lugar quedó desierto, se encargó de saquearlo a fondo. Ahora que se habrá gastado todo lo que sacó de su expolio, va por ahí revitalizando los rumores acerca de la Orden, despertando el interés de los más ingenuos...
Mira a Sivil y Mitius y arruga la nariz, como aguantando la risa.
... o los más avariciosos. Monta un numerito, finge dejarse regatear arriesgando su propio puesto, acepta prendas en depósito y finalmente encasqueta uno o varios de los colgantes de los que robó y una sustancia adormecedora bastante potente. Así se asegura de que los estafados viajen hasta aquí o, si no se han puesto el colgante, caigan en un sueño del que no puedan despertar. El vial contiene diez dosis, letales para cualquier mortal.
Suelta una risilla alegre.
Imagino que habéis tenido suerte. Vosotros, de llegar por vuestros propios medios. Y vosotros... —guiña un ojo a los magos— Por haberlo compartido. De cualquier manera, dudo mucho que consigáis volver. Tanto si queréis entrar aquí como si intentáis encontrar el camino entre los planos.
Mi cara es un tempano de hielo y solo la cambio para decirle a la heralda de la desdicha:
Muy bien como dices que te da igual adios muy buenas, Meiar me sigues?
Y dicho esto sigo apresudaramente hacia las escaleras del fondo.
Rognar se golpea contra la puerta con un sonoro bong y, repelido por su propia determinación, se cae de culo, quedándose sentado con el ceño fruncido y la furia berserker aporreando la puerta de su autocontrol.
Sin abandonar su irritante sonrisa de displicencia, se cruza de brazos.
No hay bárbaro que se resista a hacer eso. Qué previsibles... —indica con un gesto de cabeza al drow— Tú, que pareces más despierto que tus amigotes... ¿Eres capaz de cruzar la puerta? Quizá adivines cómo.
Te encuentras bien? le pregunta algo preocupada a Rognar mientras se acerca a él para ayudarle a levantarse.
Dijiste que con estos collares podríamos ir a donde quisierámos y los collares fueron los que nos trajeron hasta aquí.... así que en ellos tiene que estar la clave le dice a continuación a la extraña
A lo mejor si... comienza la frase pero se calla para concentrarse, con el collar en su cuello, en una imagen de ella misma junto a la mujer, al otro lado de la extraña puerta
a ver si cuela jejeje
Algo dentro de Meiar le dice que muy bien pensado, pero todo lo que hay en el exterior piensa lo contrario, porque no pasa nada.
Matemos a la putita -digo a mis compañeros entre susurros- Al menos no oiremos su asquerosos quejidos ni su tono de superioridad.
Pongo una mano en el collar que cuelga en mi cuello y andando hacia la puerta pronuncio mi nombre alto y claro.-Soy Sivil Vae y quiero entar en la Escuela.Espero que sea asi, sino acompañare al barbaro al suelo y Mitius se pondra imposible.Intento cruzar la puerta.
Si es cierto lo del gnomo, tardare siglos pero lo pagara, sufrira lo indecible, lo despellejare vivo, lo resucitare y lo volvere a despellejar hasta que me harte. Tal vez use un deseo para que cada anochecer se regenere y poderlo torturar para siempre....
La chica dedica una sonrisa de medio lado al drow. En ese momento, uno de los cristales de su cordón cambia el blanquecino resplandor por un azul vivo, similar al de un zafiro. Los otros tres colgantes actúan de forma parecida, sólo que el cristal se vuelve tan rojo como un rubí.
Bueno, pues ya sabéis cómo se entra. Sois libres de ir adonde os plazca. Aunque dudo que encontréis una salida, ya os lo he dicho. Nunca he visto salir a nadie desde que este sitio fue abandonado.
Señala los colgantes con uno de sus displicentes aspavientos.
Os sugiero que lo hagáis mejor de ahora en adelante. Vuestra puntuación debe ser positiva, o fracasaréis y quizá tengáis que tomar la difícil ruta de regreso a través de la llanura eterna, ahora que no hay nadie para devolveros a vuestro lugar de origen, a menos que deis con un viajante planar que se apiade de vosotros.O podéis quedaros aquí, como yo, y morir del asco durante décadas.
Hace una pausa. Se retira el pelo de la frente y podéis ver dos pequeñas protuberancias grises, similares a pequeños cuernos.
Al final de esas escaleras veréis una serie de puertas. Si os conocéis realmente, sabréis cuál elegir. Es todo cuanto puedo deciros, nunca he pasado de ahí.
casi acierto dice encantada seguro que en poco tiempo habría encontrado la solución... Vamos jefe, entremos dirigiéndose a Rognar, dicho esto se situa delante de la puerta y del mismo modo que el drow dice Soy Meiar Siannodel y quiero entrar en la Escuela
Aunque no cambio mi semblante, el golpe me sorprendió tanto como para caerme y eso me avergüenza, pero viniendo de donde vengo no desfallezco por una caída y sigo a Meiar-que se empeña en llamarme jefe-.
Soy Rognar de Agator y quiero entrar en la escuela...y no dejeis que lo haga el bocazas que dejo atrás.
Digo mientras entró (o lo intento)hacia la escuela.
Atravesáis la puerta como si estuviese hecha de aire. La mujer ha desaparecido a través del muro, sin siquiera despedirse. A juzgar por esos cuernos, bastante atenta ha sido ya con vosotros.
Mitius contempla la puerta con cara de estar oliendo mierda en un palito.
Ahora, es el momento, asesinalos por la espalda- MUHAJAJAJAJAJAJAJAJAJA -suelto una de mis risas sin motivo aparente, aunque al instante, mi rostro parace volverse algo más serio y tetrico, como el de un niño cuando se queda sin su juguete. No seas idiota, si los asesinas, no podrás usarlos como peones. Tendrás que esperar, pero solo de momento....- ¿Qué? ¿quereis iros sin el Gran y poderoso Mitius? -espeto a mis compañeros al ver como se alejan- Bah, no seríais capaces de sobrevivir ni dos segundos sin mi presencia, el miedo a toner mi figura a vuestro lado solo os conduciría al suicidio. -Mi limón, mi limonero...- Bueno, cruzaré esta condenada puerta.
ÓYEME BIEN PUERTA -anuncio a los cuatro vientos- SOY MITIUS -pronuncio mi nombre con un especial énfasis- Y PRONTO SERÉ EL DUEÑO Y SEÑOR DE TODO LO HABIDO Y POR HABER. MUHAJAJAJAJAJAJA. Aunque, de momento, quiero entrar en la escuela.
¡¡Dios!!, como me mola mi pj
Mitius cruza la puerta riendo, hasta que se atraganta y un ataque de tos le hace doblarse sobre el estómago, con la mano en la cintura. Estáis dentro de la Orden, y los muros no muestran una gran diferencia por dentro. Aparte de un gran montón de nada, recogido entre cuatro paredes, un suelo y un techo, están las escaleras de bajada.
Creo que debemos hacer lo que nos ha dicho ese digamos...demonio.
Le digo a Meiar mientras empiezo a andar hacia la escalera con un paso firme pero mas pausado recordando lo dicho por la "portera", seriamos puestos a prueba para cruzar.