Partida Rol por web

Nacho nota una fuerte presión en su cabeza, sin embargo, el dolor parece que empieza a detenerse, el chico empieza incluso a sudar, pero ya no siente ese dolor, sin embargo, si que nota como esta haciendo un gran esfuerzo con su mente hasta que de pronto este se detiene y la voz de Mei resuena en su mente:

Parece que has descubierto que eres mas capaz de aislar tu mente de lo que crees

Quiero conocer mejor a la que ha sentido cosas parecidas a las que yo he sentido, solo eso

El pequeño grupo camina con tranquilidad hacia le bunker, mientras caminan Mei daba pequeños sorbos al café, en un momento tropieza y una mancha de café cae en su camiseta, la chica la sacude un poco y dice:

Vaya… me he manchado… bueno, después la labare… ya hemos llegado.

Al entrar pueden ver que la doctora estaba sentada en una silla justo al lado de la zona donde el bunker empezaba a llenarse de agua. La mujer parecía en buen estado.

Doctora buenos días… como le dije ayer… nos va a contar… bueno, les va a contar a los que usaba para experimentar lo que ellos quieren saber

Mei les mira unos instante y dice:

¿Como lo hareis?

La mujer sonríe amablemente pero algo en su mirada dejaba algo mas que claro, algo de lo que Dheera estaba aun mas segura, aquello era una autentica prueba que les estaba poniendo

La pequeña da un salto que hace que cuando aparezca le duela la cabeza con fuerza, al llegar puede ver que esta en el comedor, allí puede ver a varias personas, Baltazar que esta en la puerta dispuesto a entrar justo cuando David parecía que iba a salir justo detrás de Eileen, ademas Gina con cara de sueño y el pelo revuelto parecía que se disponía a entrar en ese momento mientras decía:

¿Vais a entrar? (Bostezo)… necesito un cafe

Cuando Baltazar entra en el comedor se encuentra con David que iba salir y Eillen que también estaba saliendo casi corriendo y justo en ese momento ambos escuchan con voz de sueño a Gina:

¿Vais a entrar? (bostezo)… necesito un café

Al verla pueden ver que tiene ojeras y el pelo revuelto. Pero justo en ese instante aparece de repente Alex.

Ante la pregunta de Mei el chico solo esboza una pequeña sonrisa antes de concentrar su mirada en la doctora sin decir palabra alguna, suspira con tono melancólico y pareciera como si el mundo a su alrededor dejara de existir.

Al verla allí sentada vino a mis los recuerdos de hace unos días estando encerrado en el centro, a diferencia de mis compañeros no era un lugar aborrecible para mí, casi diría que fue un hogar, pero ahora solo es un recuerdo, uno que deseo olvidar, su comodidad evitaba que pudiera desarrollar mi potencial, eso y aquello que tenían en nuestro interior.

Varias cosas llamaron mi atención, no había recibido un mal trato al parecer, no estaba atada al parecer, por lo que intuía que Mei podía controlarle de alguna forma, pero ¿no podía igualmente hacerla hablar?, talvez por ver la forma como nos pregunto que haríamos, planeaba que nosotros tomáramos iniciativa al interrogarla, una nueva prueba, veo que le gusta retarnos, talvez como una forma de que seamos mejores.

No importa cual sea la razón, quiero mostrar mis habilidades, aunque lo hago más por mí, quiero ver hasta dónde puedo llegar.

Me concentro, no sin antes soltar un suspiro melancólico, odio entrar en otras mentes, pero en este caso, es personal, ella tiene respuestas y yo las quiero, me dejo llevar y intento contactar con ella, echar un vistazo preliminar.

_Gracias, Mei.

En realidad Nacho no creía nada porque nunca se había ni siquiera planteado su capacidad para aislar su mente. A lo sumo su sorpresa se produjo porque le pareció que a Charles le había costado bastante más. Como fuera, estaba satisfecho con su desempeño y quería saber más.

_¿Cómo puedo hacer eso que me hiciste? ¿Debo atacar alguna parte en particular del cerebro de la otra persona? ¿Simplemente pensar en generarle dolor? Durante la huida pensé que mi poder era poco útil para defenderme de los guardias, pero veo que podría haber hecho algo con ellos.

Tras su exitosa defensa al ataque de Mei, Nacho se sentía más confiado. Aún así no estaba preparado para eso. ¿Qué era lo que había que preguntarle a esa mujer? Preguntarle o quitarle. Además... ¿Mei no había tomado ya todo lo que quería?

Pensó por un momento en preguntar en voz alta lo que quería saber, para poner de algún modo esos conocimientos en primera plana del cerebro de la doctora. Sin embargo antes de hacerlo pensó que eso podía dificultar el trabajo del resto, que fuera uno a saber qué preguntarían o qué harían.

No sabía si irían por turnos o qué, pero vio que Charles ya avanzaba. No vio motivos para que sus poderes se superpusieran, de modo que clavó sus ojos en los de la doctora y comenzó a bucear en su mente. Quizás insistiera en lo que ya había intentado averiguar el día anterior.

Nacho recordó lo que había intentado conocer el día anterior y no vio motivos para retractarse. Se metió en la cabeza de la doctora, buscando entre sus pensamientos y recuerdos tres cosas principalmente: qué investigaba y con qué fin; si ella sabía por qué la habían capturado; y qué conocía de ese grupo de mujeres.

—¡No!.—Lo único que surgió de mi garganta fue un grito de horror al darme cuenta lo que estaba haciendo mi poder. Intente detener mi poder pero no fue a tiempo. Cuando las llamas llegaron una vez más grite.—Denzel!

Una gran nube de vapor se formó cuando el hielo intento parar las llamas del dragón y tosiendo debido al olor a azufre y humedad del ambiente intente avanzar hacia Denzel temiéndome lo peor.

Respire cuando vi que estaba entero pero mi mirada no pudo desviarse durante un momento a su brazo viendo la ropa chamuscada.

—Yo… lo siento no quería…

Si no hubiera sido por el grito de Yoo quizá no habría conseguido moverme, pero la voz alarmada me saco de mis pensamientos e intente ayudar a Denzel a levantarse para ir hacia donde nos llamaba.

De repente Alex apareció en medio del comedor. Se llevó ambas manos a la cabeza y ahogó un gemido. Las lágrimas empezaron a desbordarse de sus ojos y un hilillo de sangre asomó por su nariz. Tan sólo llevaba puestas las braguitas y una especie de top deportivo que intentaba hacer las funciones de sujetador. Estaba completamente empapada. El cabello goteaba todavía, dejando un pequeño charco en el suelo. La pequeña temblaba, completamente aterrorizada. Sus ojos, enrojecidos y húmedos por las lágrimas, buscaron por la sala hasta detenerse en Gina. Le pareció ver a Balt y a Eileen, pero estaba demasiado aturdida y tenía que encontrar a Lee... Bora le había dicho que ella era la única que podía hacer algo.

- ¡Gina! - Menos mal, al menos sabía el nombre de ella. - Bora me ha pedido que encuentre a Lee... ¡Hay... Hay un dragón en el lago! Y... Y está atacándoles y... Y escupe fuego... - El miedo y el inmenso dolor de cabeza que sentía, hacían que sus palabras salieran atropelladamente. - ¿Dónde está Lee? - Terminó preguntando con un hilillo de voz. 

Nahuel tenía las prioridades claras, bañarse y cambiarse de ropa primero, pues creía que debía de tener algún resto de Irwing en su cresta.  Luego se reuniría con el resto de los Ángeles en el comedor, plantearía el futuro de la banda y posteriormente hablaría con la chica encargada de la tecnología para comentarle sobre la cuenta donde su abuelo depositaba una cantidad regular de dinero que le había permitido obtener ciertos beneficios en el centro, quizás ahora le permitiría con este nuevo grupo obtener los recursos que necesitaba para sus investigaciones, no sólo las que haría para recuperar el habla de Ororo, sino también las que haría para descubrir los límites de su propio poder.

Poder, aquella palabra resonó con la obscuridad reinante en su ser, la obscuridad que quería devorar a todo humano, pero que todavía era mantenida a raya a duras penas y a la que Irwing, sin saberlo había alimentado y le había dado más poder.

—¡Ahh! —grité al ver que Alex aparecía de repente delante de nuestras narices. La miré con ojos como platos—. ¿¡Qué te ha pasado!? ¿Por qué estás en bragas? Y… ¡estás mojada! —Me di cuenta de que estaba llorando. Y además… ¿estaba sangrando?—. ¿Estás bien? —Me acerqué y le di un abrazo fuerte, mojándome yo también.

—¿¡Cómo que un dragón!? —Me separé de ella y la miré a los ojos, boquiabierta—. ¿En serio? ¡Molaa…! —Sonreí de oreja a oreja, fascinada—. ¿Quieres encontrar a Lee? ¡Pues yo también! —Me giré hacia Gina—. ¿Sabes dónde está Lee?

Puleun miró a todos tragando saliva, desconocía lo que intentarían pero no quería que le hicieran daño. Dió unas zancadas poniéndose delante sin dudarlo, sus nervios estaban controlados, la ayuda recibida hacia no demasiado le había ayudado a sentirse más preparada para aquel momento.

- por favor no seáis bruscos con ella... Dejad que se explique...

Se apresuró a ponerse frente a ella, con una sonrisa triste por tener que verla atada, mirando sus ojos - te he traído una manzana - le dijo mostrándosela. De forma instintiva le tocó mejillas y frente para comprobar que estuviera bien y entonces le acercó la manzana para que la pudiera morder.

- hay tantas cosas que quiero saber... Tantas que no quiero creer y tantas que quisiera entender... - debía empezar por ¿Dónde exactamente? Si los demás tenían poderes mentales tal como Mei le dijo les bastaría con crear un acceso a recuerdos y pensamientos, por lo que quizás les iría bien que otro hablara para no distraer su habilidad con palabras.

- Empezaré por el principio, que viste diferente en mí cuando llegué al centro para ayudarme y me atrevería a decir "criarme"...

Seguramente no era la primera pregunta que harían ellos, pero era esencial para ella.

Lo cierto es que sí, justo iba a.... - digo cuando de pronto aparece Alex en un estado calamitoso, lo que dispara todas mis alertas.

Tras escucharla, la abrazo con fuerza. - Eileen, Lee estaba en el edificio de aulas buscando a Puleun, yo voy a ir al lago, quizá pueda ayudar.

Gina, tal vez luego podamos conversar un poco, me gustaría entrenar con una de tus compañeras, pero creo que hay una crisis que atender.

Alex, odio tener que pedirte esto, pero, ¿Puedes llevarme cerca del lago mientras Eileen va por Lee?

Con algo de suerte, puede que te topes con Mei y ella podría ayudarnos a localizarla, carajo, ojalá tuviéramos algunos móviles, aunque fuera de los antiguos. - agrego bastante preocupado mientras abrazo a Alex con fuerza intentando ayudarla a que se calme.

- ¿Qué...? - Antes de poder reaccionar, Eileen estaba abrazando con fuerza a Alex. La niña la miró y negó con la cabeza. - Es... Horrible... Ha quemado a uno de los chicos... -  Se mordió el labio y entonces sintió los brazos de Balt. Deseaba hacerse una pelotita y quedarse allí, dejando que su voz la calmara, pero... No podía... Tenía que encontrar a Lee cuanto antes. Levantó la mirada y la clavó en la del muchacho. - Es muy peligroso y... Y enorme... Además, yo... Nunca he llevado a nadie... - Sus labios temblaban al hablar de nuevo del dragón. - Bora dice que Lee es la única que puede hacer algo... - No quería que Balt se pusiera en peligro, había visto como aquella enorme bestia quemaba al chico de la biblioteca... Tragó saliva, apartándose de su amigo. - Tengo que encontrar a Lee cuanto antes... ¿En las aulas? - Confirmó antes de intentar saltar una vez más. Estaba muy agotada, el entrenamiento había sido duro y ahora le dolía muchísimo la cabeza, pero tenía que encontrar a Lee...

Al ver a Baltazar, David se acercó hacia el para contarle lo que había estado haciendo, pero entonces apareció Alex. Por el aspecto que traía David se puso en alerta esperando algo muy malo, pero la historia que contó era casi peor. Solo un día antes se hubiera tomado a risa aquello y lo hubiera achacado a la imaginación infantil, pero teniendo en cuenta que hacia un rato se habían enfrentado a la cosa del pantano, un dragón ya no parecía algo imposible.

—¿Sabes algo de eso?—. Dijo girándose hacia Gina, pero cuando iba a seguir preguntándole la chiquilla dijo que había quemado a alguien. Entonces echó a correr hacia la puerta hablando solo, no tenía intención de enfrentarse a un dragón, pero podía haber más gente en peligro.

—¿Tu qué crees, intentar ayudar?... Y yo que se cómo, cuando llegue ya lo veré.

Me encuentro con la doctora. La repulsión que me produce es atroz. Teno ganas de vengarme, de causarle dolor... pero eso sería contraproducente. Sobretodo porque Puleun está aquí. Me resulta un poco engorro.. aunque viendo su discurso creo que podría aprovecharlo. Sé que Mei quiere que la sorprendamos, no sé si sus defensas mentales son tan fuertes, en ese caso, quizás mi poder funcionase de forma indirecta.

Me acerco a Kyra a susurrarle al oído.

- Kyra, tengo un plan. parece que es resistente a los poderes mentales, pero creo que al mío no. Y si me conecto con ella y... ¿nos haces enamorarnos de alguna de las presentes, porque yo le traspase mis sentimientos? Yo preferiría meterle miedo, pero Puleun volvería a ponerse nerviosa. Pero si hay alguien a quien quiera contarle todo, saldrá más fácil.