Partida Rol por web

Poco a poco abres los ojos y te das cuenta nuevamente de donde estabas... pero algo llamo tu atención... aquel liquido negro que empezó a manar de ti, aquel viscoso liquido de pesadilla había tomado forma... estaba a tu lado y era un cadáver, o eso te pareció... pero eras tu, sin ninguna duda, era tu cuerpo pero sin armadura...

Miraste a tu al rededor y viste como Jaime hablaba con la extraña mujer que atacó al demonio y Mathias estaba de pie. También había un cuerpo negro con su cuerpo y el cuerpo inerte de Elena también tenía otro negro a su lado.

Al ver que se levantaba me puse yo también de pie aunque no dejé de observar suspicaz su copia oscura. Parecía que seguía sin moverse. Debo tener razón entonces...Mientras el se aprestaba a la lucha me acerqué a la persona que hubiera más cerca para estudiar su estado.

- Todos salvo uno siguen inconscientes- le contesté señalando a Jaime.- Si puedes, echame una mano comprobando el estado del resto. Por cierto...- añadí alzando la mirada para mirarle- ¿recuerdas como acabó el combate contra tu copia?

Con una estocada de contra filo al pecho

Respondo acercandome al caido mas cercano y agachandome para ver como se encuentra

Invencible se levanta entre siseos hidráulicos y chasquidos metálicos hasta llevar su inmensa mole a la verticalidad. Pequeñas volutas de vapor se adherían a la superficie de acero de su armadura mientras comprobaba su funcionalidad moviendo todas y cada una de sus extremidades. Parecía que todo estaba en orden e Invencible no había sufrido más daños durante... Lo que fuera que le había pasado.

Baja la cabeza y contempla durante unos segundos el cuerpo inerte que descansaba a su lado, negro como la pez. Sin prestarle atención a sus compañeros, que parecían haber pasado por una experiencia similar, Invencible alza uno de sus enormes pies blindados y lo hace descender con fuerza contra la cabeza de aquella cosa sin mostrar misericordia alguna, aplastándola contra el suelo.

Poco a poco abres los ojos y te das cuenta nuevamente de donde estabas... pero algo llamo tu atención... aquel liquido negro que empezó a manar de ti, aquel viscoso liquido de pesadilla había tomado forma... estaba a tu lado y era un cadáver, o eso te pareció... pero eras tu, sin ninguna duda.

Levantaste la cabeza y observaste a tu al rededor... el demonio seguía avanzando hacía la ciudad y tus compañeros estaban en pie. Mathias, Jaime y la extraña mujer hablaban e Invencible se había levantado pero no decía nada... Te acordaste de Bolton, miraste al rededor tuya pero el no estaba, ni su cuerpo ni nada... no había ni rastro de el... ¿Y Teodoras?¿Donde esta?

Elena, dolorida, poco a poco va incorporándose entre gemidos, con el rostro contraído.
Mira a su alrededor, tardando su tiempo en recolocar todas las piezas en su sitio. Era como despertar de una pesadilla, para acabar en otra.
¿Qué... Qué demonios ha pasado...? ¿Dónde está John...? - Dice en un hilo de voz débil.

Al ver que la mujer se incorporaba me dirigí hacia ella no sin antes observar sorprendida cómo Invencible pisoteaba la cabeza de su doble. No le juzgaba, si yo hubiera tenido el mío a mi lado también le habría destruido. No me fiaba de que no fuesen a revivir.

Agachándome junto a la mujer de pelo corto la ayude a sentarse.

- ¿John? No se quién es pero tus compañeros parecen estar todos bien...- le contesté frunciendo el ceño.

- Si, estoy bien. - Confirma con su apagada voz metálica mientras se acercaba hacia Elena y la mujer que hacía pocos minutos que habían conocido - Mathias, Elena, Jaime... ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está ese demonio salido del averno? ¿Ha escapado? Porque si ha escapado lo perseguirñe hasta el fin del mundo si es necesario y lo arrojaré por el borde...

Sus pasos hacían crujir las losas sueltas, resultado de la batalla anterior, y pequeñas nubes de polvo se elevaban a su alrededor mientras iba uno por uno, sin pausa, destrozando todos aquellos constructos de color negro que bien querían parecerse a sus compañeros de viaje.

- John es un brujo que viaja con nosotros... - Explica mientras busca al susodicho con la mirada, esperando ver su cuerpo en alguna parte, vivo o muerto.

Ante la advertencia de Elena también caéis en que Teodoras tampoco esta...

Todos los cuerpos negros se deshacían por completo según eran aplastados... parecía una mezcla de ceniza con algún tipo de piedra conglomerada... solo quedaban trozos negros rotos esparcidos por los lados en donde habían sido pisados.

- ¿Y Teodoras? - Pregunta al percatarse de que este también faltaba. - No es posible que hayamos perdido a dos de los nuestros... ¡Buscadlos por todo el palacio! ¡Deben estar en alguna parte! Seguro que se los habrán llevado los cultistas del demonio que dominaba la ciudad...

En la distancia se escuchó la risa del demonio... proviene del pueblo sin ninguna duda... risas endemoniadas, y el característico sonido de la destrucción...

 - ¡INFIELES! ¡PAGARÉIS! - la voz era tan potente que parecía estar a vuestro lado

Acabemos con el, ya sabemos por donde esta

Señalo en la direccion de las voces

Seguro que estan cerca de donde esta el

Elena se levantó, lentamente y con cuidado, con la cabeza baja y con la palma de su mano sobre su frente. Aún le costaba volver al mundo que al parecer desde luego era el REAL después de haber vivido lo que segundos atrás había vivido.
Una vez vio que podía mantenerse en pie, y de buena forma, comprobó que sus armas estuvieran en buen estado, y si algún cuchillo o daga yacía por el suelo, recogerlo.
Echando un vistazo a su alrededor, ni siquiera preguntó sobre la extraña mujer que le contestó sobre John. Las cosas no parecían ahberse solucionado, sino que parecían haberse vuelto más complicadas. Con suavidad y cautela en sus pasos, se acercó más a sus compañeros, buscando un pequeño refugio entre ellos.

Callada, no tenía ni idea de lo que había pasado. No sabía muy bien lo que hacer. Esperó a que Invelcible o Mathías dieran los primeros pasos al respecto, lanzándoles una mirada de determinación y complicidad seguida de un firme asentimiento con la cabeza, mostrándoles que estaba lista para lo que fuera que viniera ahora. Ya dejaría las preguntas para luego.

Jaime se disponía  aprotestar por las palabras de Invencible y la determinación de Mathias. Pretendía decir cosas como "ya nos ha vencido una vez" o "no podemos lanzarnos a por él sin más" pero al final de su boca no salió ninguna palabra de ese estilo. ¿Para qué?. No tenían elección y él menos que nadie. Para encontrar redención ya sabía lo que tenía que hacer y posponerlo en el tiempo no era más que una tontería.

-E...está bien...Vamos.- comenta con la voz todo lo firme que puede. Ya se había enfrentado a un yo oscuro y había perdido...¿de qué más podría tener miedo?.

Una a uno mis fortuitos compañeros de desgracias se fueron incorporando, más o menos desorientados, más o menos controlados por sus emociones. Viendo que no necesitaban mi ayuda permanecí en un segundo plano observando sus acciones. No les conocía de nada y solo estaba a su lado porque los azares del destino nos había juntado contra un enemigo común. ¿seríamos capaces de derrotarle? Dos de ellos han desaparecido ¿estarán muertos? Bajé la mirada y contemplé los cuerpos destrozados de los dobles y los huecos donde debían haber estado los otros. No tiene sentido... Entonces se escucharon los gristo de Astaroth y el segundo en levantarse les instó a moverse. Debería decir algo... Aclarándome la garganta me decidí a hablar.

-Sé que no me conocéis de nada pero me gustaría acompañaros...mi mayor deseo es que ese demonio perezca y regrese al infierno del que viene...- comencé adelantándome- Creo que juntos tenemos más posibilidades de lograr acabar con él....aunque no sé, quizás deberíamos de cambiar de estrategia. Puede que esté tocado después de nuestro enfrentamiento con él pero hasta ahora ha demostrado poder manejarnos hasta nuestro antojo.

¿Y quién eres tú? - Le preguntó Elena, directa, pero con un tono de voz suave, procurando no sonar cortante o desconfiada.

Asentí ante la pregunta, me la estaba esperando.

- Mi nombre es Catrin y soy sacerdotisa de Dana...- dudé sobre que más añadir porque bueno, probablemente no habrían oido hablar de mi Diosa ni mi lugar de procedencia...ni siquiera sabía cuánto tiempo habría pasado desde que nuestro mundo se había separado del suyo...Finalmente decidí dejarlo así- Viajaba por las ruinas de lo que es este país o lo que era, no sé, cuando...Astaroth me capturó y me encarceló en las mazmorras....durante mucho tiempo se dedicó a torturarme hasta que de repente un día me di cuenta de que me podía liberar y siguiendo el ruido llegué justo cuando comenzábais a luchar contra él...lo demás...bueno lo demás ya lo sabéis- cayé y les miré con expresión sincera y abierta. No tenía nada que ocultar, y aunque mi historia sonase extraña las cosas habían sido asi.