Partida Rol por web

Rapidamente me acerco hacia la criatura, lanzando una lluvia de golpes sobre ella y apartandome rapidamente, ocultandome tras una de las casas

El ataque de Mathias logró herir al demonio.. arrancó varios trozos de la armadura pero en seguida volvieron a aparecer.. ¿Realmente le había hecho daño?

En cuanto vuelve a visionar al demonio Jaime siente como se le vuelve a encoger el corazón y más teniendo en cuenta el marco que hay a su alrededor. Por unos momentos piensa que puede volver a perder el control pero eso no llega a ocurrir. Tras unos segundos de impresión consigue calmarse y su poder fluye inconcientemente.

Debes ser un héroe, debes ser un héroe...

Una vez que los ojos normales no pueden verlo comienza a avananzar silenciosamente hacia el demonio, rodeándole para poder subirse por la espalda y atacarle los ojos. Todavía no tenía muy claro si los ojos de demonio podían verlo...

Seguía sin ocurrirseme que hacer para inmovilizarle asi que hice lo único que podía, herirle. Alzando las manos dibujé un símbolo en el aire que hizo que los tatuajes de mis palmas brillasen azulados y a una voz mía una bola de energía voló directamente hacia Astaroth impactando en su hombro izquierdo. Serían meras cosquillitas para él, pero hasta un ratón podía acabar con un león a base de mordiscos. Sin esperar a ver su reacción me moví hacia la casa más cercana, ocultándome detrás de ella.

- ¡AAAAAAAAAAAARG! - Con un potente alarido de combate, Ivencible tensa todos los músculos de su cuerpo, transmitiendo esa fuerza contenida a la armadura de metal. Silbidos de vapor anuncian lo que está por llegar mientras las placas rozan una contra otra con un ligero temblor. Entonces, sin previo aviso, la enorme mole de acero se lanza como una bola de cañón contra la figura del demonio.

La batalla había empezado, sus compañeros todoas habían empezado ya el fuego contra el demonio, y ella aún ni había tomado su posición a su derecha.
Por suerte, Invencible parecía haberse lanzado ya contra él y eso le daría la oportunidad de recorrer el campo de batalla sin que el demonio se percatara de ella.

Con toda la agilidad que era capaz de reunir, atravesó el lugar hasta situarse más o menos a su derecha.

Astaroth rugió con más fuerza que Invencible cuando este bramó al cargar... - ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! - el guerrero castellano se acercaba raudo mientras sobre su cabeza voló una bola de energía... el impacto sobre el demonio no logró demasiado, pero si que le daño, chispas azuladas saltaron sobre su armadura negra... pero lo peor estaba por llegar; Invencible embistió, con fuerza y mucha... pero el demonio no se amilano. Lo agarró como si fuera una cucaracha y acto seguido un rayo de energía negra surgió de la mano con la que lo agarró... el daño fue dantesco, la armadura de Invencible estaba ya en las ultimas y el piloto acababa de recibir muchos daños... pero no contento con eso, la energía se acumulo en un ínfimo punto entre la palma de la mano de Astaroth e Invencible, que en un momento dado implosiono lanzando al guerrero por los aíres haciendo que destruyera una de las casas...

Rapidamente salgo de detras de la casa y paso al lado de la criatura, pero parece que preocupado por el poco efecto de mis anteriores ataques no consigo impactar, y con un gruñido vuelvo tras la casa

Jaime no pierde un segundo. Ante la enorme espalda del demonio no se amilana. Confía en su poder para desconcertarlo y en una acción rápida para tener éxito. Corriendo se acerca los pocos metros que lo separaban del diablo y salta sobre él para intentar llegar a su cabeza. Con gran agilidad se desplaza, daga en mano hasta llegar a los hombros, aunque posibliemente nadie lo esté viendo. Una vez ahí intenta mantener su posición y lanza una cuchillada con todas sus fuerzas esperando acertar en la cabeza de su enemigo. Si alcanzaba algún ojo las cosas se facilitarían...

Esto no tiene sentido pensé frustrada al ver cómo mi ataque le hacía meras cosquillas al demonio. Frunciendo el ceño miré a mi alrededor y fue cuando descubrí el cuerpo desplomado e inconsciente de Teodoras. No sabía si estaba vivo pero al menos tendría que intentarlo. Tras echar un breve vistazo a la batalla que se desarollaba entorno mío me dirigí hacia él corriendo agachada para no llamar demasiado la atención, aunque dudaba de que Astaroth estuviese pendiente. Una vez junto al cuerpo me arrodillé a su lado y le llevé la mano al cuello en busca de pulso. Que esté vivo...vamos...

No hay pulso, sin lugar a dudas el hombre que yace ante ti esta muerto

Invencible reapareció entre los escombros con gran esfuerzo. Las placas de metal estaba aboyadas y perforadas en muchos puntos y el pecho parecía hundido hacia dentro de forma grotesca. Fluidos de un verde oscuro se mezclaban con otros negros como la pez, saliendo de cada una de las heridas que había sufrido el guerrero de acero. El vapor de agua también salía disparado formando volutas a su alrededor. Tenía el aspecto de alguien que estaba a punto de morir.

Sin embargo, lejos de amilanarse o echarse atrás, dispuesto a luchar hasta su último aliento, Invencible carga de nuevo contra el demonio. Con un salto de sus potentes piernas, Invencible se lanza como una bola de cañón contra Astaroth. Sin embargo, el daño que había sufrido le hace errar la carga y pasar en su carrera a escasos centímetros del enemigo.

Lejos de hundirse por su fallo, el siempre lleno de recursos Invencible cambia de estrategia. Carga en el lanzador de su brazo izquierdo una de las boleadoras y gira sobre sí mismo después de haber pasado de largo al demonio. Aprovechando la situación ventajosa en la que se encuentra, se toma unos instantes en apuntar correctamente a las piernas del demonio. Las tres piezas de metal unidas por un cable de acero salen entonces disparadas hacia su objetivo, girando en el aire sin parar hasta llegar a las piernas del demonio y enredarse en estas.

Invencible, incapaz de detener su movimiento, se acaba estrellando contra la esquina del edifico que usaba Mathias como defensa, haciendo saltar los ladrillos por los aires y cayendo al suelo tras el impacto.