Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 0: Resonancia (Devendra)

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22/01/2016, 22:42
Narrador

La vibración de la moto entre tus piernas es constante, y aunque el sonido del motor y la velocidad apagan las palabras de Rena puedes entenderlas con claridad. Os encontráis acelerando cada vez más tras aquella curva, y puedes sentir su inseguridad con respecto a viajar sin casco.

Su presencia detrás de ti te aporta una sensación cálida. No es una cuestión de temperatura, ni mucho menos, sino como si por primera vez alguien estuviera tocando tu alma con los dedos. Tu conducción os guía hacia la comisaría, y en un momento dado sabes de alguna manera que vuelves a estar a solas.

Es como si el hilo invisible que te unía con ella se hubiera estirado hasta desprenderse por la tensión, dejando en tu pecho una extraña sensación de soledad. Detrás de ti ahora el asiento está vacío, y no haber notado ningún cambio de peso en la moto te hace ser más consciente de la posibilidad de que nunca haya estado ahí.

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25/01/2016, 22:38
Devendra Balabhadra

Decido pararme donde puedo a la mínima que noto la ausencia de Rena. Al detenerme y comprobar que no tengo ningún pasajero se me agria un poco, me hace pensar que estoy enloqueciendo más y más. Pero esta vez había sido muy diferente a las otras alucinaciones que he tenido hasta la fecha, había conectado de alguna forma con ella. Parecía tan real, pienso tras apoyar la mano en la parte trasera del asiento.

¿En qué momento he aprendido las palabras hacker y Yokohama?

- Tsk – chasqueo con la lengua antes de volver a arrancar la moto con una fuerte pedalada para aparcarla correctamente.

Para estar tan ocupado y con el agua hasta el cuello me sorprende que me preocupe tanto por algo que me acompaña desde la muerte de Yamir. Debería estar acostumbrado a ello.

Una vez en comisaría espero poder tramitar la denuncia que necesitan los de la compañía. Me aterra pensar que pudiera utilizar mi línea de teléfono contra mi, o para explicar lo que ambos sabemos. Me acercaría al mostrador de la misma para explicarles y recibir indicaciones.

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26/01/2016, 21:55
Policía del Brihanmumbai Police

La comisaría más cercana se encuentra en un pequeño edificio de ladrillo rojo oscuro. En cuanto pones un pie en el interior un intenso olor invade tu nariz, formado por la mezcla entre distintos sudores, las especias cuyo aroma flota en el aire de la ciudad sin que los nativos lo notéis apenas y un ambientador que pretende tener esencia de lavanda. 

En el mostrador te encuentras un tipo con expresión huraña y malhumorada que sin dejarte hablar te hace una seña con la mano para que esperes tu turno en una sala de espera abarrotada de gente, principalmente hombres, aunque hay también algunas mujeres. 

Puedes ver también una anciana con aspecto desesperado que es consolada por una joven, casi una adolescente vestida con ropa occidental, cuya presencia atrae las miradas abiertamente lascivas de muchos de los otros. Algunos parecen haber sufrido algún robo, varios tienen marcas y señales de pelea y algunos tienen unas pintas tan peligrosas que se te pasa por la mente que sean los agresores y no los agredidos. Claro que sabiendo cómo funciona la policía en la ciudad, tampoco sería de extrañar. En Mumbai lo más importante no es quién es la víctima, sino quién puede pagar por serlo.

La gente va y viene, hasta que llega tu turno. Han pasado más de treinta minutos desde que llegaste y en ese rato has visto a algunas personas marcharse y a otras llegar. En determinado momento incluso ves cómo tres policías meten por la fuerza a un hombre con señales de golpes que no deja de gritar. 

Cuando por fin te acercas al hombre del mostrador te mira de arriba a abajo con el mismo gesto hosco de antes.

—¿Qué desea? —pregunta finalmente, haciendo un movimiento con la barbilla para interpelarte.

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28/01/2016, 21:07
Devendra Balabhadra

El aspecto de la comisaria me deprime un poco, todo es tan decadente que me hace preguntar si realmente van a ayudarme. Carraspeo la voz mientras alzo un poco el brazo para que se vea la evidencia de la agresión.

- Buenas tardes, quiero denunciar un robo y una agresión – le explico esperando que aquello fuera suficiente para que me diera un formulario o algo así. - Un teléfono móvil, y la compañía telefónica ahora me reclama una denuncia para completar un trámite.

Por el aspecto del policía parece que no me vaya a prestar atención, pero tampoco creo que le cueste mucho hacer su trabajo. ¿Y qué ha sido esa mirada? - Era un hombre de unos treinta y cinco años, moreno, afeitado, bien vestido. - Genial, estoy definiendo al noventa por cierto de la población. Eleve la otra mano hasta mi ceja y en un gesto rápido dibujé en el aire para describirle - Tiene las cejas muy triangulares y con muchas ojeras, chaqueta blanca, camisa negra. No es mucho, lo sé - digo con una mueca conformista y encogiéndome de hombros.

Por extraño que parezca mi mente vuelve a pensar en la asiática y casi alberga un poco de esperanza en que pueda estar por ahí cerca.

- No-no sée... quien podría ser - intenté explicar sin atrancarme. - Pro-pro-problamente fuera algún maleante... Me asaltó al salir de trabajar, soy especialista de cine - concluyo. A continuación le explico la dirección de los estudios y set de rodaje.

Cuando me facilitó toda la documentación la firmé sin pensarlo. Bastaría para lo que quería hacer.

Si no hay nada más que me retenga ahí, salgo fuera y junto a la moto aprovecho para volver a llamar a Alisha.

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30/01/2016, 15:25
Policía del Brihanmumbai Police

El policía va tomando nota con desgana de todo lo que dices en un ordenador. Sin embargo, cuando empiezas a titubear te mira y estudia tu rostro en silencio. No dice nada, pero su mirada es escrutadora.

—Ajá. ¿Le dijo algo ese tipo? ¿Le robó algo más aparte del teléfono? ¿Cómo sucedió la agresión? ¿Le amenazó con algún arma? —Todas las preguntas salen de sus labios con un tono monocorde, casi aburrido. —Cualquier detalle puede ser importante, así que describa la escena lo mejor y más ordenadamente que pueda.

Parece que este asunto es pura rutina para él y no puedess evitar pensar que en cuanto salgas de aquí tu denuncia se perderá entre alguna montaña de papeles para no volver a aparecer jamás. Eso si no la borran directamente sin llegar siquiera a tramitarla.

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31/01/2016, 22:14
Devendra Balabhadra

- No... noo... no dijo nada interesante... - digo titubeando y dudando en cada palabra. Sé que no está bien mentirle a un policía, pero es que tampoco puedo hablar abiertamente del secreto que intento ocultar. - Sencillamente se puso chulo. Cuan… Cuando quise hacerle una fotografía para denunciarlo me cogió por la mu-mu-muñeca y me hizo esto – explico ladeando un poco la cabeza hacia el vendado.

- No me robó nada más, no suelo llevar nada de valor encima de todas formas. Niego con el rostro un poco antes de relatar cómo había sucedido. - Sucedió cuando salí de trabajar, y no lo había visto en la vida. No me amenazó con ningún arma pero tenia pinta de saber artes marciales, la forma en que me dobló la muñeca era muy precisa.

Cuando me doy cuenta de que lo que digo puede no tener sentido para él, respiro hondo y empiezo otra vez de nuevo con más calma. - Yo estaba trabajando con normalidad, y cerca de las tres y media de la tarde terminé – comienzo mientras hago un ejercicio de memoria. - Al salir iba a ir hasta mi moto, pero mi agresor ya estaba por allí. Era un hombre de mediana edad, yo le echaría unos cuarenta años. Dijo que me conocía, pero yo no lo he visto en la vida – lo que viene a continuación no puedo contarlo. - Empezó a burlarse de mi nombre, nos… nos increpamos y… - niego repetidamente. - Fui… Fui a hacerle una fotografía con el móvil pero me agredió y se me cayó el teléfono, él… él recogió el teléfono rá-rápidamente. No solo mi voz tiembla sino que además me da un tic absurdo en el ojo que me hace parpadear en exceso. - De-de-de-después de fu… se fue y yo seguí mi camino hasta la moto. ¡Ah, y tiene las cejas en forma de triángulo! Y no recuerdo haber visto a nadie por la calle en ese momento…

Suspiro profundamente al acabar y espero su respuesta.

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03/02/2016, 01:22
Policía del Brihanmumbai Police

Tu interlocutor escucha tus palabras mientras va tomando nota —o eso puedes suponer— con su teclado amarillento. En más de una ocasión desvía sus ojos hacia ti, como si alguna de las cosas que dices no le terminase de encajar, y la sensación de que podrías ser cazado poniendo una denuncia regada de medias mentiras aguijonea de manera irremediable en tu nuca.

Sin embargo parece que las cosas encajan lo suficiente por el momento o no importan lo bastante para aquel tipo, pues cuando terminas de hablar y él te da una respuesta lo hace sin decir nada al respecto. Su tono es igual de monótono que antes, como si todo aquello fuera pura rutina.

—Descríbame por favor qué le hizo exactamente su agresor. —Baja la mirada hacia tus manos, como esperando encontrar algo en ellas. 

—¿Tiene un justificante médico con lo que le ha pasado? —pregunta, aunque antes de que respondas se echa hacia atrás en su silla y detiene sus ojos en la pantalla.

—Entonces no se conocían, pero se burló de su nombre. Se increparon —te cita— y usted fue a sacarle una foto, y fue entonces cuando él le agredió —enumera—. Se le cayó el teléfono fruto de la disputa, y él lo recogió.

Acto seguido vuelve a posar sus ojos en los tuyos. Puedes ver en su rostro una mezcla de hastío y cansancio vital, como si la falta de importancia de tu caso no fuera más que la falta de importancia de cualquier vida que pasaba ante él.

—Voy a necesitar que me explique a qué se refiere con que se increparon, quién empezó, cómo, y qué hizo cada uno hasta el momento de la agresión.

Hechas aquellas peticiones se toma un instante más para separar la mano del ratón y pasarla por su pelo, y aprovecha aquel movimiento para descansar varios segundos antes de volver a hablar.

—¿Cuál era la estatura de su agresor? —pregunta—. ¿Cómo fue la agresión? ¿Hubo forcejeo, o golpes? ¿Usted se fue hacia la moto sin más? ¿Hizo él algún intento por seguirle o le amenazó de alguna forma?

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04/02/2016, 19:50
Devendra Balabhadra

No creía que fuera tan difícil tramitar una denuncia, pienso sintiendo que no debería ni haberme molestado en intentarlo. - Me dobló la muñeca y ahora me duele, como poco tengo un esguince - le explico mientras intento mover un poco la dolorida articulación. - Cuando se marchó entré de nuevo en el estudio para que me pusieran un vendaje. Entonces vuelvo a negar con la mirada. - No, no, no tengo justificante médico, no sabía que hacía falta para tramitar una denuncia... Tan pronto como acabé en los estudios he pasado por una tienda de móviles para llamar a mi prometida y después vine aquí.

Voy asintiendo a cada frase, cuando va relatando los sucesos tal y como yo le he contado. - Ajá - asiento una vez más. - Bueno, él se burló de mi apellido varias veces y yo le dije que no quería problemas. Empezó él claro - vuelvo a insistir pensando que no me estaba tomando en serio. - Como le digo yo salía de trabajar como cada día y allí estaba, cuando fui a tomarle una fotografía fue cuando sucedió la agresión. Y después cuando se cayó al suelo él lo recogió, si, es como le he dicho - finalizo.

- La estatura... - intento recordar la altura pero no acabo de verlo claro. - Como yo más o menos... No hubo forcejeo ni golpes, ya le digo que yo solo he recibido, aquí soy yo la víctima. No me iba a pelear con ese tío, parecía muy violento y capaz. Cuando se acabó la disputa y me marché hacia el estudio para que me vendaran, después salí para coger la moto.

La pregunta incómoda es la que me hace tartamudear de nuevo. - No... Noo-no... Yo no... No intentó seguirme... Tampo.. Tampoco rerecuerdo queequé me amenazara...

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06/02/2016, 01:37
Policía del Brihanmumbai Police

En cuanto comienzas a hablar el hombre emite un suspiro, como si el propio hecho de escucharte le resultara cansado. Su mirada se desvía hacia ti, escéptica, cuando dices lo del esguince, y en cuanto prosigues hablando hace un gesto, negando con la cabeza.

—No hace falta un justificante para tramitar una denuncia —te dice con el mismo tono—. Pero no esperará que en un juicio quién sabe cuándo valoren un posible esguince en base a los conocimientos médicos que usted debe tener.

Después de esas palabras el hombre permanece en su asiento, alternando sus ojos entre tu mirada y la pantalla del ordenador, y tecleando de vez en cuando algo más. Sus gestos son los de alguien que sólo hace su trabajo porque tampoco tiene nada mejor que hacer, y con tus últimas palabras te mira de una forma totalmente escéptica.

—Usted dijo que quería sacarle una fotografía para denunciarle —te recuerda, llevando dos dedos al puente de su nariz y dejando luego la mano sobre la mesa, como si no pensase volver a escribir pronto—. Para entonces la agresión aún no había sucedido, y el robo tampoco. Pero ha llegado diciendo que quería denunciar esas dos cosas —expone, mirándote como si no quisiera hacer el esfuerzo de decir que le estabas tomando el pelo—. Claro que también dijo que no se conocían, pero al parecer el hombre, que en un momento tenía treinta y cinco y al momento siguiente cuarenta, se burlaba de su apellido aún sin conocerlo a usted. También dijo que ambos se increparon, y en cambio ahora dice que sólo él se metió con usted. Y también que cuando se cayó el teléfono él lo recogió y se marchó, y usted siguió su camino hacia la moto. Ahora, sin embargo, dice que fue a vendarse de nuevo al estudio...

Las palabras del policía suenan casi como si se arrastrasen, pero aún así rebosan la seguridad de quien ha escuchado demasiados testimonios a lo largo de los años. Sin decir nada más se queda callado, esperando tu respuesta, como si con las cosas que habías dicho le hubieras dado la excusa para no trabajar más en un buen rato.

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06/02/2016, 02:00
Narrador

Conforme el policía va hablando notas su mirada clavada en tus pupilas, y por un momento es inevitable preguntarse cuánto puede ver dentro de ti. Sin embargo no es lo único que sientes. También notas algo en tu cabeza, como si el mundo se moviera a un ritmo distinto del tuyo. Hay cerca de tus sienes un hormigueo constante, y de repente tus ojos parecen un poco más húmedos de lo habitual.

Tras unos segundos acabas por reconocer la sensación. Puede que no tenga mucho sentido, pero te encuentras igual que si hubieras bebido una botella de vino tú solo, y se te hubiera subido de golpe.

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09/02/2016, 20:30
Devendra Balabhadra

Wow wow, pienso cuando empiezo a sentir aquella extraña sensación. Me habría gustado apoyarme sobre la mesa del dependiente, pero ya le veo lo suficientemente mosca como para propasarme. Comienzo a respirar profunda y lentamente tratando de evitar algún posible mareo que pudiera venir a continuación. ¿Qué?, digo llevándome la mano al pecho para pecho para comprobar mi pulso, una cosa así parece demasiado serio, ¿y si es una arritmia? Pronto me doy cuenta de que estoy ligeramente borrache.

- Por favor escuche... - empiezo a decir lentamente y tragando saliva. La mirada se me entrecierra un poco y solo por un instante se me asoma una sonrisa pero la borro de inmediato. La boca queda entreabierta y me siento más envalentonado por algún motivo. - Estoy nervioso, debería apuntarlo todo en una hoja para... - termino ahogando las palabras en una sonrisa conformista y el rostro lleno de preocupación. ¿Pero qué pasa? - Para aclarar mis ideas señor agente, míreme, estoy tan nervioso que tartamudeo... Ha si... ha-sido bastanntte traumático. No suelo enfrentarme a estas cosas.

No entiendo nada. Cuando estaba hablando con Alisha estaba bien... ¡la pastilla! ¿He desarrollado algún efecto secundario al fármaco? Suspiró profundamente.

- Entre treinta y cinco y cuarenta, si, no hay mucha diferencia. Hay testigos de que entré a vendarme... por favor créame, me han agredido... ¿podría darme una hoja y un lápiz para anotar todo por favor? - pregunto. - Dé-déjeme cinco minutos y volveré a explicarle - mentí. No me está sirviendo nada en absoluto explicarle mi historia, no me estaba creyendo nada.

¡Y todavía tengo que ir al banco! ¡No puedo ir en este estado!

Mi vida se estaba yendo al traste en tan solo medio día, primero las alucinaciones, después el agresor, la mujer fantasma... y ahora ¿¡esto!?

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10/02/2016, 02:57
Policía del Brihanmumbai Police

En el mismo momento en que dices aquel ¿Qué? por lo bajo la escéptica mirada del policía se posa en ti una vez más. Y cuando acto seguido prosigues de aquella manera el hombre alza una ceja.

No te cuesta darte cuenta de que le falta muy poco para mandarte a paseo. Para eso, o para imprimir tu denuncia y que le dejes seguir con su vida. Sin embargo en lugar de hacer cualquiera de esas dos cosas se echa un poco hacia adelante, llevando la vista en la dirección en la que la gente está esperando, y al ver la cola emite un suspiro.

Sin apartar su mirada de ti más que por un segundo abre un cajón, y un instante más tarde deja sobre la mesa un folio. Acto seguido pone al lado un boli y te hace un gesto cansado con la mano.

—Adelante —te invita—. Escríbalo todo ahí, y no se deje nada. Hasta puede hacer un retrato del sospechoso. Por el tiempo no se preocupe: tómese todo el que necesite.

Dichas aquellas palabras el policía cambia su postura, ladeándose un poco para mirar a la pantalla y pasar de ti. Parece dar por hecho que estarás haciendo lo que tú mismo te has ofrecido a hacer. Y aún así es imposible no sentirte como si fueras un crío al que ponen a dibujar para que no moleste.

- Tiradas (1)
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11/02/2016, 22:47
Devendra Balabhadra

No puedo creerme lo mal que me va, pero si hay alguna cosa que me consiga levantar el ánimo es hablar con mis amigos y parientes. Pero no voy a hacerlo aquí dentro, me voy fuera con el papel y el bolígrafo que me ha dado el agente de policía. No sé por qué lo llevo pero tampoco sé por qué llevo este colocón encima, ¡si yo encima no acostumbro a beber! Solo sé que las llevo un poco contento, ¡qué tontería!

Creo que despedirme del hombre es peor que marcharme sin decir nada, lo mismo me ve sonreír y se enfada.

Yo a lo mío voy hasta fuera de nuevo, a la moto. Llego hasta mi vehículo, dejo el papel y bolígrafo sobre el asiento. Aprovecho para respirar profundamente y apoyarme de ambas manos sobre el manillar.

- ¡Por Bishnu! - susurro y coloco mi dorso sobre mi frente. Recuerdo que no me puedo parar a hablar con Ali ahora, tengo prisa.

Y no puedo conducir borracho, así que quito la pata de cabra y empiezo a empujar como si fuera un peatón. Mi destino es mi sucursal bancaria. Aunque al principio no creí que mi agresor pudiera saber nada, cada vez tengo mas dudas y prefiero no correr riesgos.

Con mis ingresos mensuales seguro que no les importa darme algún crédito, o eso espero… No quisiera tener que pedir dinero a Alisha o mis padres.

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13/02/2016, 01:31
Narrador

En el momento en que te levantas y comienzas a caminar hacia fuera puedes percibir cómo el policía te hace un gesto. Parece pensar que te estás yendo dejando aquello a medias y llevándote su bolígrafo, poco consciente de que sólo vas a tomarte un momento para escribir eso con propiedad fuera.

Al ponerte en pie tan de repente todo parece moverse a tu alrededor, como si el mundo y tú fuerais a velocidades distintas, y mientras sales tardas varios segundos en conseguir que tus pasos sean estables.

Luego, ya fuera, colocas papel y boli sobre el asiento y las manos sobre el manillar. En cuanto empiezas a empujar la moto alguna de las personas de alrededor te observa, y hay quien se acerca ofreciéndote ayuda. Sin embargo tú tienes tu objetivo claro: tu sucursal bancaria.

No eres muy consciente de cuánto tiempo te lleva llegar, aunque por distancia deben ser unos veinte minutos. Caminar así es lento y cansado, en algún momento el viento o tus movimientos han tirado tanto el papel como el bolígrafo al suelo. A saber dónde estarán.

Y cuando al fin llegas adelante de tu banco no tardas en darte cuenta de que está cerrado. En la puerta el cartel con el horario te recuerda que nunca abren más allá de las tres y media de la tarde, además de asegurarte que puedes confiar en ellos para guardar tus ahorros, que los tratarán como si fueran suyos.

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15/02/2016, 20:58
Devendra Balabhadra

Perfecto – susurro cansado mientras leo el cartel de la fachada. Empiezo a cansarme de esta mala racha, no estoy agotado físicamente pero si terriblemente molesto. No estoy convencido sobre qué hacer ahora que el banco a cerrado. Sostengo el manillar con fuerza y lo tiro hacia atrás con un golpe seco para clavar la pata de cabra otra vez.

De inmediato saco el teléfono y empiezo a llamar a mi prometida.

En cualquier caso tampoco puedo hacer mucho en este estado tan lamentable en el que me encuentro, a lo mejor me viene bien descansar un rato. Que se me pase la borrachera parece un buen punto de inicio.

Y luego ya veremos.

- Ya estoy – digo mientras marcho hasta la fachada del banco otra vez y me apoyo de espaldas a la esta. - Perdona, tuve que dejarte… me están pasando cosas muy extrañas hoy. ¡Arhgh! - gruño y luego vuelvo a recuperar la sonrisa de inmediato. - Ojalá no me hubiera levantado hoy, amor. Suspiro largamente. - Estoy empezando a ver cosas que no veía antes, a sentir cosas que no sentía antes. La medicación no me está haciendo efecto.

Notas de juego

Lo último es si descuelga.

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16/02/2016, 21:50
Teléfono

Alisha no tarda más de un par de tonos en coger la llamada y cuando lo hace su voz suena dulce y preocupada por ti, como si tu prometida fuese un remanso de paz donde guardar tus problemas y dejar que su suavidad te arrope.

—Hola otra vez, mi sol —saluda con un tono meloso cuando te escucha para después hacer una pausa y escucharte hasta que terminas—. Pero... ¿Se lo has contado al doctor Prakash? A lo mejor deberían aumentarte la dosis, o darte otra medicación. Deberías ir a verle, amor. Él tiene que saber que no estás bien.

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18/02/2016, 20:13
Devendra Balabhadra

- Si, si que debería - explico cansado. Al mismo tiempo paso la mano por el cabello, mientras trato de pensar con claridad. - Hoy no tengo cita con él, pero podría pasarme por su consulta a ver si consigue hacerme un hueco. Sonrío por no ponerme a llorar, debería estar preparando planes de boda y no reuniendo dinero. - Y por cierto el banco está cerrado, no he podido preguntar cuanto podría disponer hoy si decidiera darle el dinero – le digo con amargura.

De nuevo voy hasta la motocicleta para sacar los auriculares que suelen venir con todos los teléfonos. Al menos así podré hablar con Ali mientras empujo la moto de nuevo hasta la consulta de mi psiquiatra.

- Y además he intentado poner una denuncia para dar de baja el teléfono que me robó el chalado aquel – digo mientras me empiezo a colocar uno en una oreja. - Pero me he puesto tan nervioso que el policía no se ha tragado nada, y no me extraña porque no sé mentir.

Dicho aquello empiezo a caminar empujando la moto conmigo.

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20/02/2016, 01:23
Teléfono

—Pero, amor... —comienza Alisha con un tono cercano, transmitiéndote infinito cariño—. Claro que el banco está cerrado. Son casi las siete de la tarde. —Su tono no parece contener ni el más mínimo reproche, y por su forma de hablar más bien parece pensar que tienes demasiadas cosas encima como para haberte dado cuenta. —Si... Si quieres puedo preguntarle a mis padres —se ofrece después. Explicar el asunto puede ser complicado, pero desde luego tu prometida te lo dice con la mejor de las intenciones.

Después de eso se queda callada unos segundos, mientras cuentas tu experiencia con la policía. Al terminar casi puedes imaginarla sonriendo al otro lado del teléfono.

—Mi sol —enuncia entonces—, esa es una de las cosas que más maravilloso te hacen. ¿Pero por qué has tenido que mentir al policía? ¿Por qué has ido, si no le ibas a contar la verdad?

Mientras la conversación continúa vas caminando bajo el atardecer de Mumbai. Poco a poco la oscuridad va ganando terreno al día, y en menos de una hora ya sería noche cerrada. Tu doctor habitualmente pasa consulta hasta las nueve, de modo que tendrás que apretar el paso para llegar al tiempo. Al menos si sigues yendo a pie y con la moto a cuestas.

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22/02/2016, 15:51
Devendra Balabhadra

- Si es que no sé en que estaba pensando, tenía la esperanza de que estaría abierto - digo asintiendo a su afirmación, convencido de que hoy no era yo mismo y sumando ese error a la mala racha que llevaba hoy. Cuando dice que puede hablar con sus padres se me cae todo un mundo encima, y aunque su intención es bien recibida no sé si aceptar. - Mi luna, no sé que decir... Conoces bien a tu padre, ¿crees que se opondría a nuestro matrimonio si se enterase? - pregunto temeroso de que la respuesta sea para mal.

Me detengo para mirar a mi alrededor y tomar un poco de aire. La cabeza me da vueltas, un sudor frío recorre mi frente y el ceño se me torna en absoluta preocupación. Es en tanto que Alisha me pregunta por qué fui a comisaría y yo no puedo hacer más que suspirar. - Creía que sería más fácil tramitar una denuncia, necesitaba un impreso de la misma para que la compañía telefónica diera de baja una linea permanentemente - comienzo a explicarle. - Comenzaron a desmontar mi historia en cuanto me preguntaron todos los detalles. No sabía que fuesen tan rigurosos.

¡Venga venga!, pienso tratando de darme ánimos. Que lo último que se pierda sea la esperanza.

- Volviéndo a tu padre, ¿no podríamos hablarlo los tres? - pregunto de nuevo. - Si voy a hacer algo así no quiero esconderme, a lo mejor puedes llamarme cuando estés con él...

Continúo camino a la consulta del Dr. Prakash para pedirle que me atienda. Al ver que se está haciendo eterno el camino, decido apretar el ritmo para llegar a tiempo.

Notas de juego

Si ya se me ha pasado el colocón voy en moto.

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24/02/2016, 03:57
Teléfono

—Oh, sabes que mi padre me adora, amor —responde Alisha con dulzura, casi como si tus equivocaciones le pareciesen en cierta forma entrañables—. Él no se opondría a nada que me hiciese feliz. Y no hay nada que me haga más feliz que casarme contigo...

Después se queda en silencio, escuchando tus explicaciones sobre la comisaría y con tu última pregunta, casi la puedes imaginar asintiendo con la cabeza.

—Claro, podemos hablar los tres si lo prefieres así. Él llegará a casa en cualquier momento, así que si quieres puedo ir poniéndolo en antecedentes y cuando llames podrás hablar tú con él. —Hace una pequeña pausa. —¿Quieres?

Sin embargo, entonces se detiene de nuevo y no te cuesta darte cuenta de que algo está rondando por su cabeza. 

—Pero Devendra... —empieza, con tiento—. Y siendo algo tan importante... ¿No preferirías venir y hablar con él en persona? Seguro que sería mejor que hacerlo por teléfono.

Mientras hablas con tu prometida poco a poco tu mente se va despejando bastante, hasta que de ese mareo que te recordaba la sensación de estar ebrio sólo queda un leve dolor de cabeza, constante pero soportable, como una pequeña resaca.

Notas de juego

¿Quieres montar en la moto mientras hablas? ¿O primero colgar y luego montar?