Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Devendra)

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18/11/2016, 02:11
Dakshesh Balabhadra

—Fue un accidente —protesta tu madre en voz baja sin intención de interrumpirte, pero sí de puntualizarlo, cuando dices haber provocado la muerte de Yamir.

Después sigue escuchándote con esa mirada entre comprensiva y decidida en sus ojos. Un suspiro mueve su pecho con cierta ternura cuando besas su mano y cuando terminas de hablar, ella se te queda mirando durante algunos segundos antes de responder.

—Tu abuelo ya siguió su camino en la rueda. Pero tú sigues aquí. Sabes que te apoyaremos en la decisión que tomes —asegura, incluyendo a tu padre en sus palabras—. Pero hijo, tal vez exista alguna forma de que encuentres la paz de tu espíritu sin necesidad de ir a la cárcel. Compensarlo de alguna manera, por ejemplo. Si haces bien a otros algo bueno saldrá de aquello, pero no podrás hacer nada encerrado. Y al fin y al cabo... Fue un accidente.

Su mano acaricia tu mejilla y se pone en pie, al parecer dispuesta a marcharse y dejar que descanses.

—Te dejaré dormir ahora, ya es tarde. Pero dime que al menos te lo pensarás un poco más antes de hacer nada.

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20/11/2016, 21:52
Devendra Balabhadra

Creo que no ha entendido la parte en que no depende de mi (no totalmente) ir o no a la cárcel. A pesar de ello las palabras de mi madre son asombrosamente cálidas y le estoy enormemente agradecido por intentar consolarme. 

Sé que intenta ser pragmática, pero no todo es tan sencillo. 

- Lo haré, mamá - digo al fin, no era mentira después de todo. Después de dormir algunas horas quizá viera con otros ojos la perspectiva de entregarme o no. - Y gracias por venir a hablar conmigo, estoy más tranquilo.

Otra forma de hacer las cosas bien y conseguir paz...

Cogí mi teléfono y programé la alarma con el tiempo suficiente para llegar de sobra a la hora de inicio de mi trabajo. 

- Estoy demasiado cansado, y lo que me acaba de pasar en el estómago... ha sido un día terrible y emocionante al mismo tiempo, voy a dormir - explico a modo de despedida. - ¿Podrías por favor traerme un vasito de agua y dejarlo en la mesita? - hice la última propuesta antes de dejar caer mi cabeza sobra la almohada.

Tengo sueño, cierro los ojos y me dejo ir...

Notas de juego

Podéis dar por hecho que si no me hablan más, duermo...

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25/11/2016, 14:34
Narrador

Tu madre parece quedarse satisfecha con tu disposición a pensarlo mejor y con una última caricia en tus cabellos se marcha dejándote a solas en el que fue tu cuarto durante toda tu infancia y adolescencia, hasta que el viento te llevó lejos de aquella aldea con promesas de un futuro mejor en la gran ciudad.

La oscuridad tras tus párpados está teñida de dudas e incertidumbre, pero las cobijas de una cama llena de recuerdos te arropan con la calidez del hogar y pronto los sonidos nocturnos del campo te arrullan hasta que el aroma de la infusión en tu mesilla termina por llevarte de la mano hacia el reposo.

Tus sueños están esta noche salpicados con retazos de la pesadilla que podría esperarte al día siguiente y, sin embargo, duermes toda la noche de un tirón.

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26/11/2016, 03:56
Narrador

1 de Julio de 2015, mañana.

El timbre estridente del despertador de tu teléfono te arranca de los brazos del sueño con brusquedad para dejarte caer en una realidad en la que todavía está amaneciendo. En la mesilla junto a tu cama puedes ver un vaso de agua sobre la bandeja con la infusión ya fría y el plato con uno de los pastelillos.

Un gallo canta en la lejanía con un sonido que en la ciudad resulta sencillo de olvidar pero que en esta casa encaja con naturalidad. Algunos rayos oblicuos de sol se cuelan por la ventana acariciando el suelo de tu dormitorio y, bajo él, en el piso de abajo, escuchas algunos sonidos que te indican que tus padres ya están en pie y en marcha con sus tareas diarias.

Si miras la pantalla de tu móvil podrás ver que aún es temprano y tienes tiempo de sobra para desayunar con calma antes de encaminarte hacia el trabajo.

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27/11/2016, 18:04
Devendra Balabhadra

No me siento diferente. Había esperado que dormir me aclarase las ideas pero la triste realidad era que nada ha cambiado. Al menos he descansado bastante y me siento con más fuerza para afrontar la crudeza del nuevo día. 

Extiendo el brazo rápido para evitar que la alarma continúe sonando y al mismo tiempo parpadeo con los ojos bien abiertos. Después levanto los brazos hacia arriba y comienzo a bostezar como si no hubiera mañana. - Aaauff... - dejo ir con el mismo bostezo. Paso la mano por mi rostro, me quito las legañas y decido poner fin a mi tan inmerecido descanso. 

Bebo del vaso del agua y me termino la bandeja de pastelitos, siento que no hay nada más placentero que aquel bocado. ¡Que genial!

Antes de poner un pie en el suelo estoy un rato incorporado sobre la cama, en este rato no puedo parar de pensar qué hacer finalmente hoy. Por un momento mi mente escapa de la pesadilla que supone el día a día y vuelve a días del pasado cuando mi abuelo todavía me daba los buenos días. Vuelvo en mi, justo a tiempo para desayunar, hablar con mis padres y marchar a la guerra. 

Antes de bajar voy al cuarto de baño para asearme, me doy una ducha y tras vestirme de nuevo voy al salón.

Se escucha a mis padres. - Buenos días, papá, mamá - saludo. - He dormido del tirón... - digo con otro bostezo y  una sonrisa.

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02/12/2016, 21:19
Dakshesh Balabhadra

Incluso cosas tan mundanas como la presión o el olor del agua de la ducha te parecen de alguna forma entrañables, cargadas de sabor a hogar y recuerdos de niñez. Y recién duchado, con el aroma del jabón que fabrica una mujer que vive algunas casas más allá de la de tus padres, entras en el salón.

Desde él puedes ver a tu madre en la cocina, friendo lo que parecen vermichelli upauma. Junto a ella, ya preparados sobre una bandeja, hay tres vasos grandes de lassi de cardamomo y pistacho. Al escuchar tu llamada, su mirada se levanta de la sartén y te saluda con una amplia sonrisa.

—El desayuno está casi listo, ve sentándote, cariño —dice, con una autoridad suave, antes de volver a prestar atención a lo que tiene entre manos—. Yo ahora voy.

No ves a tu padre por allí, pero por la hora que es tal vez esté recogiendo los huevos de las gallinas o haciendo algún trabajo en el huerto que hay en la parte posterior. Como sea, seguro que no se pierde el desayuno.

Es cuando obedeces a tu madre y te sientas cuando lo notas. En el mismo momento en que pones tu trasero sobre el asiento te encuentras en otro lugar: una especie de club nocturno, desconocido y extraño. El rythm & blues suena de fondo y te cuesta un vistazo alrededor empezar a ubicarte.

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05/12/2016, 14:35
Devendra Balabhadra

Incluso despertar en mi casa había sido una grata experiencia, no hacía más que recordarme el pasado y cómo era la vida en la casa de mis padres. Adoro mi trabajo y la vida en la ciudad, pero es cierto que muchas veces echo en falta el ambiente del pueblo y sobretodo a mis padres.

Sonrío sin ningún engaño a las palabras de mi madre, lo bien que me trata consigue sacar lo mejor de mi. Será que en el fondo soy un niño de mamá.

- ¡Buenos días! - repito de nuevo con un tono más alegre y jovial, más propio de mi.

Pero supongo que no hay forma de librarse del mal karma.