Partida Rol por web

Hilos invisibles

Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Wamai)

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07/02/2017, 23:13
Narrador

Conforme pasan los segundos esa sensación, lejos de menguar, crece, elevándote a un estado que nunca antes has conocido. Puedes sentir la excitación inflamándote, pero hay mucho más. Esos detalles antes tan claros, como el del hielo recorriendo tu vientre, empiezan a difuminarse alrededor de todo tu cuerpo y es como si alguien acariciase cada pliegue de tu piel y de tu cerebro. Notas esos hilos indefinidos e invisibles que te han unido con aquellos desconocidos vibrar en sintonía, llamándote, y de alguna forma sabes que todos estáis sonando con la misma melodía.

No es sexo, o no es sólo sexo. Es una forma de sentir liviana, intensa y cargada de significado. Por más que recurras a tus recuerdos no has vivido nunca nada igual, y no es necesario que alguien te toque para que todo tu cuerpo vibre y sienta como lo haría aún más de lo que sería capaz en un sueño o en una película.

Tus ojos se cierran solos, sin que les des conscientemente la orden de hacerlo. Mientras en tu cuerpo todo es calor tú te sientes como si estuvieras suspendido sobre él, como si flotaras en una densa nube de profundo deseo hacia algo del todo indefinido. Algunas imágenes cruzan por delante de tus ojos.

Ves a ese chico de las Californias, Wes, en la ducha. Su mano le ayuda a encontrarse y a inflamarse mientras el agua desdibuja todo tipo de formas sobre su piel. También ves a un chico joven y apuesto, y sientes entre vosotros la misma conexión que con los demás. Roza con sus labios el cuello de una a la que también te sientes unido. Y en ese mismo momento sientes una chispa de electricidad entre sus pieles como si saltase también a la tuya.

Y por último... Aquella chica que fue la primera que tendió un hilo entre tu pecho y el suyo, Ruth. La observas sobre la cama de un elegante hotel a media luz. Está desnuda y sentada sobre un hombre también sin ropa. Sus movimientos son rítmicos, como si escuchase el latido de la canción del sexo. Con cada uno de los vaivenes de ella te notas cada vez más excitado y al mismo tiempo te sientes cada vez más cerca, hasta que llega un punto en que tienes la sensación de que sólo tendrías que extender una mano para tocarla.

Notas de juego

Seguimos en Capítulo 1: Tú ya no eres sólo tú (Ruth).